EL AGUA Y LA TIERRA. MARATÓN, TERMÓPILAS, SALAMINA Y PLATEA – Julio Murillo Llerda

El Agua y la Tierra: Maratón, Termópilas, Salamina y PlateaEste no es un libro de divulgación surgido al calor del “renacimiento heleno” que debemos a Leónidas y sus espartíatas, aunque –como a mí me ocurrió – la cita de batallas del subtítulo pueda inducir en un principio a error. Es una novela histórica. Una buena novela sobre las guerras médicas.

El agua y la tierra son el símbolo de sumisión que exigía Jerjes a las ciudades helenas. Agua y tierra, Salamina y Platea, donde los dioses se jugaron nuestro destino.

De la mano de Esquilo, el protagonista, nos adentramos en la Atenas del siglo V antes de Cristo en momentos decisivos para el futuro de Grecia, y también para nuestro futuro. Pocos historiadores cuestionan que en las aguas de Salamina y en las llanuras de Platea aquellos hombres decidieron la senda por la que habría de caminar gran parte de la humanidad.

Esquilo, en la Atenas del año 481 a.C., es sólo un maratoniano: un superviviente de la batalla de Maratón. Un hoplita. El padre de la tragedia griega, declarado en vida vencedor de importantes certámenes literarios, pese a la trascendencia de su legado como escritor, es ensalzado en su epitafio únicamente por su valor en aquella batalla.

Esta tumba esconde el polvo de Esquilo,
hijo de Euforio y orgullo de la fértil Gela
De su valor Maratón fue testigo,
y los Medos de larga cabellera,
que tuvieron demasiado de él.

Maratón simboliza el orgullo de los hoplitas de la milicia civil de Atenas que todo lo abandonan en defensa de su familia, sus dioses, su justicia, su ciudad. El valor de unos pocos que vencieron a muchos porque lo que defendían era su libertad.

Y de la misma manera que en el teatro de Esquilo se introdujo en escena un segundo actor (cuando hasta entonces sólo la ocupaban un único actor y el coro) en esta novela existe también un segundo personaje esencial: Temístocles.

El maratoniano que aspira a escritor y el orgulloso Arconte nos arrastran por las callejas de Atenas, por los caminos de Delfos, por el templo de Poseidón en Corinto o por el puerto del Pireo, embarcados ambos en una misión propia de titanes: convencer a los atenienses de que es posible la victoria sobre los persas, aunque sea a costa de hacer lo que nunca se había hecho o hasta entonces era inadmisible. Su audacia puede salvar Atenas, pero los dioses, con su sobrecogedora voz, tienen siempre la última palabra.

Esquilo es la memoria honesta y lúcida de un período convulso en la política de Atenas, el recuerdo amargo de las batallas ganadas a costa de la sangre de tantos compañeros, pero también nuestro guía por la Atenas “de andar por casa”: la que celebra esponsales, pasea por el Ágora, ofrenda tortas a los dioses, se divierte con las hetairas o denuncia fechorías ante el Tribunal de Delitos. Temístocles es el hombre que escudriña la Historia, el arrojo de una Atenas tenaz y orgullosa, el gobierno de la polis. Se trata de una novela completa, que excede la mera descripción de hazañas bélicas.

En mi humilde opinión esta obra tiene un punto débil: personalmente me resulta forzada la presencia de Esquilo como testigo de los sucesos que tuvieron lugar en las Termópilas, o su intervención en la estrategia que Temístocles ideó enviando a Sicino al campamento persa. Pero obviando este pequeño comentario, me parece una lectura muy recomendable.

“¡Atenas existe!¡Nosotros somos Atenas!”

(Coincidiendo con esta reseña, en L2R publicamos otra del mismo libro realizada por TURRIANO)

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85 comentarios en “EL AGUA Y LA TIERRA. MARATÓN, TERMÓPILAS, SALAMINA Y PLATEA – Julio Murillo Llerda

  1. Incitatus dice:

    Hola Valeria has conseguido que aquí el senador romano añada un libro más de griegos a la lista de libros para comprar y leer. Apetece mucho y más después de tu reseña.

    abrazos

  2. cavilius dice:

    Hacía tiempo que no tenía tantas ganas de leer un libro; lo tengo en la línea de salida, esperando que acabe el que tengo ahora entre manos. Y al leer la reseña, me han entrado aún más ganas si cabe. Así no se puede vivir, hombre.

    La verdad es que me parece perfecta la elección por parte del autor de esos dos ejes sobre los que montar la estructura de la novela: Esquilo y Temístocles. El primero fue un combatiente más en Maratón (donde perdió a un hermano), Salamina y probablemente también Platea, y su particular visión del enfrentamiento greco-persa se ha ganado sin duda, como mínimo, el ser protagonista de una novela. Su tragedia Los persas, la más antigua obra teatral que se conserva y una de las pocas en tratar un tema contemporáneo (en lugar del tema habitual: los mitos), es una obra cumbre del intelecto griego y un auténtico canto a las miserias de la guerra. Y Temístocles fue, desde luego y si hemos de hacer caso a Herodoto (y las demás fuentes que hablan de él no contradicen esta percepción), el auténtico líder y figura triunfadora del enfrentamiento con los bárbaros, aunque posteriormente cayera en desgracia y tuviera que acabar sus días refugiado, paradójicamente, en la corte persa.

    No recuerdo dónde leí que Esquilo se sentía infinitamente más satisfecho (como lo atestigua su epitafio que citas en tu reseña, Vale) de su participación en Maratón que en Salamina, por la razón siguiente: Maratón fue el triunfo de la infantería hoplítica ateniense, esto es: de los ciudadanos hoplitas, los que podían pagarse una panoplia, en fin: de la aristocracia ateniense y aquellos que estaban relativamente acomodados. Salamina, en cambio, fue el triunfo de los remeros de los trirremes, es decir: la chusma, los pobres, los thétes, a los que Temístocles les otorgó el privilegio de poder participar en el destino de su ciudad interviniendo en la lucha. Y Esquilo era más bien de la cuerda de los primeros, lógicamente. Una frase significativa en ese sentido, no recuerdo de quién pero que recoge Herodoto o Plutarco, decía que Atenas, por causa de Temístocles, había cambiado la lanza por los remos.

    Y en cuanto a Temístocles, pues a pesar del juicio favorable de mentes preclaras como Herodoto o Tucídides, la posteridad ha oscilado siempre entre considerarle un hombre justo, de mente despierta y visionario como pocos, o un personaje ambicioso, falto de escrúpulos y amigo en exceso de las riquezas. Digo yo que un poco de todo habría en él, y si acaso, más de lo primero que de lo segundo.

    Excelente reseña, excelente tema y excelente todo.

    Saludos.

  3. Turriano dice:

    Valeria, excelente reseña, me gusta más incluso que la mía propia. Coincido contigo en todo lo expuesto incluido en su punto débil , aunque en realidad me importa poco que no sea del todo creible, y eso implica que la novela es buena y estás dispuesto a pasar por alto este tipo de cosas

    saludos

  4. Vorimir dice:

    Le tengo muchas ganas, y despues de leer a Valeria (y a Turriando) más aun.

    Caerá…

  5. Daniekes dice:

    Éste era uno de los fijos para la saca… Tras la reseña, se me ponen los dientes aún más largos. Y coincido con cavilius en que Temístocles no era un santo, pero sin su determinación a hacer de Atenas una potencia marítima, no creo que hubieran podido frenar a los persas.

  6. juanrio dice:

    Que dolor Valeria, otra buena reseña y otro libro que me pone los dientes largos.

    Desde que conozco hislibris mi librero me recibe con una sonrisa mas grande y mi banquero con un ceño más fruncido……

  7. Valeria dice:

    Espero, compañeros, que vuestras expectativas se vean cumplidas.
    Yo, de momento, os puedo decir que he disfrutado con la lectura de esta novela. Y que también estoy disfrutando de la experiencia de reseñar un libro de temática helena antes de que se lo haya leído Cavilius.
    Con respecto a lo que has comentado, Cavi, sobre el orgullo de ser un «héroe de Maratón», apuntaría a que Maratón se vivió como una victoria ateniense, frente a Salamina , que se vivió más como una victoria griega. Se acusó a Temístocles de haber «encadenado al banco y al remo» a los hoplitas atenienses, considerando algo contra natura que los atenienses pelearan en el mar, pero el tiempo le dió la razón, aunque puedo comprender la reticencia de una infantería victoriosa de Maratón a convertirse en infantería de marina (con la de bichos bravos que debe haber en la mar océana), sin desmerecer las connotaciones de clase social que has citado.
    Temístocles tuvo que ser muy hábil para convencer a sus compatriotas de la necesidad de una flota ateniense poderosa, primero, y de la necesidad de abandonar Atenas a los persas, después.

    Senador Incitatus: ¿qué padre conscripto que se precie no ha tenido un buen preceptor griego?

  8. Incitatus dice:

    ahí le has dado

  9. BahalaNa dice:

    Habiendo terminado de leer el libro la semana pasada creo que Valeria ha hecho una reseña estupenda de la novela. Poco puedo decir que Valeria no haya dicho. La novela se lee de un tirón y la trama de los asesinatos es un hilo conductor muy interesante y que le da un toque de suspense que se agradece, sobre todo cuando se conoce de antemano «como va a acabar la película».
    Esperaba que las tres batallas hubieran ocupado más parte de la obra, el autor las despecha bastante rápido para mi gusto. Pero eso no llega a ser ni una pega.

  10. pepe dice:

    Excelente reseña, Valeria. Empiezo a sentir verdadera curiosidad por conocer algo de este autor sobre el que no había leído nada hasta que apareció la reseña de Turriano (Las lágrimas de Karseb). Hace mucho tiempo además que no leo nada de tema griego. Creo que lo último fue La caverna de las ideas, una novela excelente.

  11. cavilius dice:

    De José Carlos Somoza; sí que es una novela curiosa, sí.

    (Ah, que habías dicho «excelente»; bueno: «curiosa», «excelente»… tanto monta).

    Saludos.

  12. richar dice:

    Saludos,

    muy buena pinta tiene la novela en cuestión. Yo también llevo un buen tiempo sin leer a nuestros amigos los griegos, así que este puede ser un buen momento para hincarle el piño a los amigos de cavilius.

    Ya ha aclarado BahalaNa que las batallas pasan rápido (cachis), pero por lo que os leo, también parece que la novela se centra mucho en Maratón y Salamina y menos en las batallas espartanas de Termópilas y Platea. ¿Es así?

    Saludos y gran reseña, Vale.
    Richar.

  13. richar dice:

    Por cierto Javi_LR, un autor con nombre español… ya estás tardando en invitarle a que se pase por aquí, ¿no? Y es que últimamente aparecen tantos, que da la sensación de que si el autor no comenta sus reseñas, a estas les falta algo :-)

    Sin presión…

    Saludos,
    Richar.

  14. akawi dice:

    Valeria, buena, muy buena reseña.

    ¡Mechachiiisss! Otro más anotado para comprar. Si me fuera con mi lista a una librería y les dijera que me pidieran todos los libros, les daba un yu-yu. ja, ja..
    He pedido una plaza en un Monasterio Cartujo y otra en el Manicomio a ver si allí, en cautiverio me diera tiempo a leérmelos todos.

    Lo dicho, estupenda reseña.

  15. BahalaNa dice:

    Richar acabo de echarle un vistazo rápido al libro el autor emplea 14 páginas en Maratón, 14 en las Termópilas, 20 en Salamina y 21 en Platea.

  16. Valeria dice:

    Akawi, ya se sabe que esto de Hislibris es perjudicial para la hipoteca. Si yo te contara…

    Con respecto a las batallas, Richar, la verdad es que creo que al autor no le interesa tanto la descripción de la batalla en sí como su génesis, y específicamente cómo afrontaron los atenienses (tanto el gobierno de la polis como los ciudadanos ) la crisis en la que se vieron inmersos. Por eso, como muy bien resalta Turriano en su reseña paralela (porcierto, felicidades, camarada reseñador), las batallas se cuentan desde el punto de vista de quien ha estado en ellas: personas que ven morir a sus amigos, a sus hermanos, que saben que su vida depende de quien sostiene a su lado el escudo , y que no saben qué pasa por el flanco o por la retaguardia porque sólo están intentando sobrevivir. Opino, como el galo. Y en Termópilas no había muchos atenienses, por cierto. Supongo que para deleitarnos con ese tipo de descripciones ya tenemos «Puertas de Fuego».

    Y un detalle que me olvidé con gran pesar en la reseña: mapas. El libro incluye mapas. Sobre el recorrido de Jerjes a lo largo de su imperio, y más detenidamente sobre la batalla naval de Salamina.
    Un saludo a todos.

  17. BahalaNa dice:

    Los mapas son indispensables para seguir la obra, por lo menos lo ha sido para mí.

  18. Turriano dice:

    Efectivamente, la descripción de cada batalla, sin dejar de tener su punto épico, no es el fin de Julio Murillo, o eso he creido entender, si no más bien, lo que intento explicar en mi reseña y que también acaba de comentar Valeria. Es un intento de reflexionar acerca de lo que significa una guerra para un ser humano, como individuo. Yo lo explico muy mal, pero Julio lo hace muy bien. Anexo a este comentario el comienzo de mi reseña con una reflexión que hace Julio Murillo a través de Esquilo en esta novela. ( Para los que no lo hayan leido)

    “De todas las calamidades que pueden abatirse sobre un pueblo en el curso de su historia, ninguna es comparable a la guerra. La guerra lo trunca todo. Destruye linajes y profana tumbas, arruina templos y derroca dioses; quiebra el fino hilo que une a los hombres con su pasado; llena el corazón de ponzoña y, en su vorágine, precipita los sueños que forjan el futuro por un abismo oscuro e insondable.
    Pese a los muchos años que han transcurrido desde aquel día de finales de verano en Salamina, nunca he dejado de recordar el horror que nos vimos obligados a vivir. De hecho, jamás he logrado apartarlo de mis pensamientos. Basta con entrecerrar los ojos para que sus imágenes regresen con fuerza. Cuando sucede, percibo el olor de la madera y de la carne al quemarse, el tacto viscoso y extraño de la sangre resbalando entre mis dedos, la sobrecogedora vocinglera que lo inunda todo, el latir violento del corazón…
    Ahora sé que las guerras no se ganan. Siempre son una inmensa pérdida.”

  19. jenofonte dice:

    Perdón, pero ¿el libro esta ya a la venta?

  20. jenofonte dice:

    Stin Thalassa. Ann ke inhne apoyevnma piá, o ilioss iné polí zestoss acomi

  21. Valeria dice:

    Si, está a la venta.

  22. Uther dice:

    Felicidades Valeria, una estupenda reseña. precisamente ayer tuve en mis manos el libro, también tuve el de Armas de Grecia y Roma y claro todo no se puede llevar por delante… Pero si ya tenía ganas de leerlo, tras tu reseña creo que volveré a pegarle otro bocado a la cartera. Un saludo.

  23. cavilius dice:

    Otro aspecto que me gustaría comentar (¡y eso que aún no lo he leído!) es el diseño de la portada. Ese aire clásico conseguido con el tipo de letra, el color de fondo, la greca que rodea la imagen… Que me gusta, vamos. Me parece un acierto por parte de la editorial.

  24. El druída dice:

    Pues yo esperaba algo más, a mi modo de ver como se ha comentado las batallas quedan algo cortas y les falta sentimiento, pero vamos el problema es que suelo comparar las novelas griegas con «las puertas de fuego» de Pressfield y es normal que todas salgan perdiendo.
    Recomendable pero sin excesivos alardes.

  25. Nacho dice:

    Aprovechando esta interesante reseña recomendaros otra novela histórica del autor, «Las lágrimas de Karseb», que para mí es superior a esta «El agua y la tierra». Un saludo, Nacho.

  26. Daniel - Ditirambo dice:

    El tema está un poco sobre ventilado luego de 300, se han puesto de moda las guerras entre persas y helenos, luego de décadas de ausencia, pero en todo caso este libro permite ilusionarse, tal vez sea bueno llegar con una ilusión sólo mediana, para cuando llegue a Chile, ya que tardan varios meses en cruzar el océano Atlántico y dar la vuelta al Pacífico, los libros y a veces nunca hacen la travesía; me si parece que este llegará pronto.

  27. Laurence dice:

    ¡Qué dilema! Porque «Las lágrimas de Karseb» sí que lo tengo anotado en la lista de futuribles, pero claro…. la reseña de Valeria es tan, tannn tentadora ¡¡¡ Nada, habrá que anotar este libro junto al otro, por el momento, y tenerlo en cuenta. Felicidades por la reseña Valeria, que creo que aún no te había dicho nada.

    Un saludo.

  28. Valeria dice:

    Laurence, como Luke Skywalker, debes dejarte guiar por tu instinto. Lee el que te pida el cuerpo. Yo creo que también me animaré con el de Karseb, aunque me temo que no será mañana, precisamente. Y Gracias.

    Daniel, no pierdas la paciencia. Que algún día pondremos en marcha algún sistema de préstamo intercontinental, ya verás.
    Feliz fin de semana a todos (por fin, por fin es viernes).

  29. daniel-ditirambo dice:

    Uf.

  30. Melkart dice:

    Por favor, me podeis decir que editorial lanzó LAS LAGRIMAS DE KARSEB??. GRACIAS. Me habeis «picao» con vuestros favorables comentarios..

  31. Melkart dice:

    Lo olvidaba. ¿DE QUE VA? Gracias de nuevo…

  32. Vídeo entrevistas con el autor sobre ‘El y la tierra’ y la presentación completa que hizo de la novela en el Fnac de Barcelona:

    http://www.youtube.com/juliomurillollerda

  33. BahalaNa dice:

    Gracias por el enlace.

  34. Melkart dice:

    GRACIAS VOROMIR. MUY AMABLE

  35. Melkart dice:

    Perdon, quise decir VORIMIR

  36. Paco T dice:

    A mí la novela, la verdad, me supo a poco. Quiero decir que no colmó mis expectativas: la trama paralela de asesinatos y corrupción en el santuario de Delfos y las maquinaciones de Temístocles como deus ex machina de todo lo que ocurre en Atenas en esos años se me antojó floja. Lo siento. Un detalle que me rechinaba constantemente era ¿por qué llamar a los que lucharon en Maratón maratonianos en lugar de maratonómacos?

  37. Turriano dice:

    Es incorrecto el término: «maratoniano» ?

  38. davide dice:

    Vamos a ver. Como por este hilo veo algún «aficionadillo» a esa parte secundaria de la Historia que es la Antigua, me gustaría que me dieseis vuestra opinión acerca de, según vosotros, cuál fue la batalla de ese período histórico tan aburrido, donde se empleó una táctica más innovadora.

  39. ¿aburrido?
    Por Hermes y por Afrodita, que me lo ensarto con la sarissa….

  40. cavilius dice:

    Pues sin duda, davide, la táctica más innovadora se produjo en la Batracomiomaquia, la memorable batalla entre ratones y ranas. En ella las ranas adoptaron la arriesgada estrategia de encaramarse como garrapatas al ratón que tuvieran más cerca y arrojarse con él a la charca, para que pereciera ahogado. Además de eso, a última hora las ranas contaron con el inestimable apoyo de los cangrejos, que cortaron tantas colas de ratón como tuvieron a su alcance.

    Saludos.

  41. Vorimir dice:

    ¿Y que me decís de la táctica de Lisístrata y las demás mujeres griegas durante la Guerra del Peloponeso?

    Para que luego venga el Tucidides ese hablando de batallitas por aquí, Alcibiades por allá, Siracusa más pallá…

  42. davide dice:

    Es que no hay un mínimo de seriedad entre tanto clásico con olor a naftalina.

  43. cavilius dice:

    Por cierto, Turriano, respondiendo a tu pregunta: «maratoniano» suena demasiado a maratón como carrera, más que como batalla o lugar; de hecho en el diccionario se refiere a eso justamente. Maratonomaco significa literalmente «combatiente de Maratón», y esa era la palabra que usaban los griegos para referirse a los veteranos de esa batalla. Así que no hay color entre una y otra. Otra cuestión es que el autor haya preferido usar «maratoniano» para no cargar el texto con términos poco conocidos, pero coincido con Paco T: llamar a Milcíades «maratoniano» se las trae.

    Saludos.

  44. Julio Murillo dice:

    Hola a todos. Quisiera agradecer públicamente los comentarios que habéis realizado sobre El Agua y la Tierra, mi tercera novela; tanto los positivos como los que no lo son tanto. Trabajé en esas páginas durante algo más de un año, no sólo intentando ser absolutamente riguroso y respetuoso con la realidad histórica sino también mimando el texto hasta la última coma. Es así como me gusta escribir. Es cierto que existen dos licencias narrativas en el libro: Esquilo no estuvo en Termópilas, ni tampoco en la tienda de Jerjes acompañando a Sicino (luchó en Maratón, Artemisio, Salamina y Platea), pero las novelas deben poseer elementos de ficción. Para la seriedad absoluta ya tenemos ese gran género que es el ensayo histórico. Aunque obviamente conozco el término maratonomaco, decidí emplear maratoniano ya que entendí que incluso lectores un tanto profanos en esta materia lo entenderían sin problemas. Un fuerte abrazo a todos y gracias por leer mis libros y opinar. Aquí me tenéis para cualquier cosa que necesitéis de mí. Julio Murillo

  45. juanrio dice:

    Gracias Julio por acompañarnos en Hislibris, espero verte más por aquí y preparaté para someterte a «interrogatorio»

  46. Valeria dice:

    Gracias, Julio, por tu presencia en esta reseña, y disculpa si debido a circunstancias técnicas imprevistas alguno de tus comentarios se perdió por unas horas (gracias, Javi, por recuperarlo).

    Quisiera añadir un comentario, desde la positiva valoración que en mi caso merece tu novela, y es que no estoy en contra de las licencias narrativas en las novelas históricas. Es más, me temo que muchos novelas calificadas como históricas no podrían existir sin ellas (porque muchas y variadas son las lagunas que salpican la historia). Sólo comenté que la reseña que me parecía forzada la presencia de Esquilo en ambos sucesos. Creo que la novela hubiese sido igual de buena si la gesta de Leónidas no hubiese sido presenciada en vivo y en directo por el protagonista, o si éste no hubiese acompañado a Sicino al campamento de Jerjes.

    Y llegados a este punto, me animo a preguntarte algo que ya me planteaba dudas antes de leer tu novela: ¿tiene base histórica la historia del engaño de Sicino? Siempre me ha llamado la atención que alguien que engaña al emperador de los persas no hubiese acabado entre tormentos. Y según los libros, Sicino no sólo le engañó una vez, sino dos.

    Pues muchas gracias otra vez, y espermos seguir contando contigo en esta casa. Un saludo.

  47. cavilius dice:

    Pues recuerdo que yo había hecho un comentario por aquí, que debe de estar en el otro mundo paralelo.

    Javi, si no tienes nada que hacer (¿?) y te apetece (¡!), échale un vistazo a lo que dije, que no recuerdo qué era, por si vale la pena (¿¡!?).

    En cualquier caso: bienvenido, Julio; estoy enfrascado en tu novela, y cuando me desenfrasque, igual te hago algún comentario.

    Saludos.

  48. Javi_LR dice:

    No, cavi, no la tengo. Justo empecé con la respuesta que hizo Turriano a ese comentario. Lo siento. Y parecía interesante, sí.

  49. cavilius dice:

    Tranquilo, no hay problema. La lástima es que para una cosa interesante que digo al mes…

  50. Germánico dice:

    ¿Una al mes? Menos lobos…

  51. cavilius dice:

    Bueno, los meses bisiestos solamente…

  52. Germánico dice:

    ¿Meses bisiestos? No existe eso, norante.

  53. Germánico dice:

    ¿Cómo se llaman los años en que febrero tiene 58 días?

  54. Javi_LR dice:

    El foro, chicos, al foro…

  55. Paco T dice:

    Javi, otro comentario mío después del de Turriano y Cavilius también debe estar en ese mundo paralelo… sólo que el mío seguro que no era tan interesante. Lo malo es que para uno que hago de vez en cuando…
    Saludos

  56. Turriano dice:

    EN mi caso hemos tenido más suerte, nunca hago comentarios interesantes

  57. Julio Murillo dice:

    Hola Valeria (y familia)

    Gracias por tus comentarios. En lo referido a tu pregunta sobre Sicino creo que debemos confiar en las fuentes clásicas. Herodoto así lo explica. Es cierto que Herodoto escribió sus Historias unos años más tarde, recabando información entre viejos combatientes o descendientes. El hecho de vencer a los persas dejó en toda la Hélade una huella indeleble. De algún modo vivieron de «esas rentas gloriosas» mucho tiempo. Herodoto no duda en ningún momento de los engaños urdidos por Temístocles y ejecutados por su criado de origen persa. También Esquilo hace alusión en su obra a esos ardides y a cómo fueron llevados a cabo. ¿Por qué Jerjes no sometió a Sicino a tortura en su segunda visita? A eso sí que no puedo contestar. Sólo elucubrar. Un cordial saludo y aquí me tenéis.

  58. cavilius dice:

    Sobre la aventura de Sicino, efectivamente hay que echar un vistazo a las fuentes clásicas para decidir si merece crédito o no. El primero que menciona la historia es el propio Esquilo, en su obra Los Persas, del 472 a.C. (8 años después): allí dice que no era persa ni frigio sino griego, no dice su nombre y sólo hace referencia al primer mensaje a Jerjes. El siguiente autor en citarlo es Herodoto, unos 50 años despues de la batalla, y da el relato más completo de ambos mensajes. Autores posteriores (Diodoro Sículo, Cornelio Nepote, Plutarco, Polieno, Justino) se han referido siempre a los dos mensajes, aunque unos citan a Sicino, otros no, y algunos incluso introducen un nombre diferente. Y la crítica actual (he echado un vistazo a unos cuantos: Peter Green, Hermann Bengtson, Barry Strauss, Tom Holland y Robert Lenardon) no lo tiene muy claro dado lo increíble de la historia: la mayoría da crédito al primer mensaje y cree que el segundo pudo ser inventado a posteriori por griegos no simpatizantes con Temístocles. El argumento para aceptar la primera embajada de Sicino es, básicamente: ¿y por qué no? Si Esquilo estuvo en Salamina y así lo cuenta, no hay razón para dudar de él, salvo que se trate de una licencia argumental para su tragedia. ¿Por qué no torturaron a Sicino? Algunos piensan que pudieron utilizarle para enviar mensajes de respuesta a Temístocles; o puede que fueran «sobrados» y no quisieron ni tomarse la molestia; o sencillamente le creyeron. Los persas estaban acostumbrados a trabajar con traidores a la causa griega (el tirano Hipias, el rey depuesto Demarato, la traición de la batalla de Lade, la de Efialtes en las Termópilas…), así que debieron de considerar a Temístocles como uno más.

    Saludos.

  59. Valeria dice:

    Muchas Gracias, Julio, por la contestación. Y gracias, Cavi. Ya veo que este mes tocaron , al menos, dos comentarios interesantes.

  60. cavilius dice:

    Terminé la novela. Y me ha gustado, me parece que mantiene un tono ágil y aventurero, y he pasado buenos ratos leyéndola. Cierto que (en mi opinión, claro) no es una novela especialmente épica; cierto que pesa más qué se está contando que cómo se está contando; cierto que los personajes no son explotados como a algunos (o sea, a mí) nos gustaría, pero todo esto no impide que se lea con gozo y disfrute. Mientras leía he reconocido multitud de referencias a los autores clásicos, lo cual siempre da gustirrinín; muchas otras se me habrán escapado, seguro. Y tomado en conjunto, me parece un relato perfectamente verosímil que recoge todos los hilos que «tocan» a las Guerras Médicas y al papel de Temístocles, y teje con ellos una buena trenza.

    Sólo hay un par de cosas que me han dejado un poco frío: la historia de los asesinatos, que en mi opinión podría haberse obviado y la novela no hubiera perdido fuerza (de hecho, el desenlace de dicha historia me cuesta un poco digerirlo); y la elección del personaje central, Esquilo. Por ello me gustaría preguntarle al autor la razón de esa elección, por qué Esquilo y no cualguier otro, incluso alguien anónimo. Lo pregunto porque la faceta por la que Esquilo goza de fama imperecedera, la de autor de tragedias, apenas aparece en la novela, y su relato de los hechos no deja de ser, después de todo, el relato que cualquier otro ateniense en sus mismas circunstancias hubiera hecho. En fin, que pienso que si en lugar de Esquilo, el protagonista hubiera sido Aristónico el zapatero, pues punto en boca; pero Esquilo, como personaje histórico y autor de genio universal, daba juego para profundizar más en su caracterización como personaje novelesco.

    Saludos.

  61. Valeria dice:

    Parece, efectivamente, que los autores, o las editoriales, o algunos lectores parten de la premisa de que la historia por sí sola no es suficientemente atractiva sin un añadido: la resolución de un delito de sangre. Me he fijado en los últimos reseñandos, y es curioso: La espada de Cartago, El ritual de las doncellas, Conspiración en Bizancio… todo ello sin hablar de las conjuras pseudo religiosas, las órdenes secretas y demás modas esotéricas que se deducen de los expositores de las librerías. Muchos autores incluyen en sus obras misterios misteriosos y personajes conminados a desentrañarlos. Y la verdad es que la Historia es interesantísima sin añadidos. Creo yo.

  62. Aquiles dice:

    Julio, enhorabuena por el premio de Novela Histórica Alfonso X el Sabio que has ganado recientemente.

  63. ipi dice:

    Hislibris me tiene carcomido el seso… ¿ Pues no que anda Don Julio Murillo por estos lares ?… Ahora mismo me cambio los greguescos, me rasuro y me aseo convenientemente….

    ¡¡¡ A sus pies Don Julio !!! Aquí me ha para lo que vuecencia dicte.

  64. cavilius dice:

    Mañana sale a la venta Salamina de Javier Negrete. A ver si en esta novela también acaban ganando los griegos.

  65. Julio Murillo dice:

    Hola Familia…

    Perdonad mi tardanza a la hora de contestar, pero me he encontrado con que Shangri-La, la cruz bajo la antártida (un thriller histórico sobre los enigmas nazis de finales de la II Guerra Mundial), mi cuarta novela, recibía el premio Alfonso X El Sabio, y eso, a la postre, ha significado una gran satisfacción, pero también un no parar de ciudad en ciudad y de presentación en presentación. Hoy encuentro, de modo milagroso, un momento para entrar en el foro y leer todo lo que se dice. Prometo contaros el motivo que me llevó a escoger a Esquilo como narrador y no a Aristónico el sandaliero (risas). Y en referencia a lo que dice IPI, por favor: no hagáis que me sonroje, que yo soy como cualquier hijo de vecino; un buen chico al que la historia le gusta a rabiar. Así que, por favor, no me saquéis los colores. Vuelvo muy pronto. Prometido.

  66. Valeria dice:

    Te esperamos. Y otra enhorabuena por el premio.

  67. cavilius dice:

    Lo mismo digo, enhorabuena.

    Y conste que Aristónico era zapatero, no sandaliero. Es que fue un adelantado de su tiempo.

    Saludos.

  68. akawi dice:

    ¡¡Muchas felicidades!! Julio estás hecho un campeón.

    Habrá que leerlo.

  69. Julio Murillo dice:

    Hola familia, otra vez por aquí, en un domingo bonito y soleado. Con un vasito de vino y vuestra estupenda compañía. Os agradezco vuestras felicitaciones por el premio. Ganarlo ha significado mucho para mí, ya que llevo más de cinco años trabajando, día a día, en novelas históricas sin una mala petaca de whisky a mano (risas) y cruzando el desierto. Espero que Shangri-La os guste mucho, es una novela de intriga; un thriller sobre los nazis que busca mantener al lector con el corazón en un puño desde la primera a la última página, con un montón de vuelcos, sorprendentes, inesperados, en la recta final del libro. Y no digo nada más. Vamos con Esquilo, mi querido Esquilo. De entrada, os podría decir que, a diferencia de mis dos primeras novelas (narradas en omnisciente), quería que el relato se sustentase sobre la primera persona. Rechacé de plano que la voz principal fuera la de Temístocles. Así que comencé a buscar. No tardé en dar con Esquilo, al que conocía bien. Lo tenía todo: escritor, dramaturgo, héroe de Maratón, conservador (partido aristócrata), autor de «Los Persas», etcétera. Lo que más me interesaba era encontrar el nexo que pudiera unirle a Temístocles, un demócrata. No fue difícil. Los dos personajes fueron hombres absolutamente famosos en vida. Imposible que no se conocieran en una Atenas casi familiar, pequeña. ¿Pudieron llegar a ser amigos? (sigo en otro post, no sé cuánto texto está permitido mandar)

  70. Julio Murillo dice:

    Sigo… Acabe concluyendo en que fueron amigos por un detalle muy significativo. Todos sabéis que Temístocles intentó, a la vista de su pérdida de popularidad, recuperar el favor de los atenienses. Y para ello no hizo sino financiar (como corega) Las Fenicias, una obra del autor Frínico que era, de principio a fin, un panegírico a su audacia, valor y astucia a la hora de derrotar a los persas. La obra fue un fracaso desde ese punto de vista. Todos la entendieron como una publicidad descarada. Esquilo escribió su tragedia Los Persas unos diez años después de Salamina y Platea. Curiosamente no menciona ni una sola vez a Temístocles. Habla hasta de los generales persas, y de muchos papeles menores en esa guerra, pero nada de Temístocles, figura capital que, curiosamente está presente entre líneas: «Ese diablo que logró desbaratar los planes de Jerjes». Esquilo arroja flores a mansalva a temístocles sin citarle. ¿Por qué? Evidentemente por que deseaba evitar la loa burda y fácil de Frínico. Eso, por deducción, sólo puede significar dos cosas: o bien Temístocles encargó a Esquilo la obra, o bien Esquilo sentía una admiración, predisposición o amistad por el arconte, y deseaba que recuperara el favor del pueblo . Creo que esto último se acerca mucho a la realidad histórica. Entendí, además, que dos personajes tan diferentes (conservador-demócrata, creyente-descreído, tradicional-progresista) daría mucho juego en la narración, en las réplicas, en los diálogos, en el punto irónico y coloquial. Las buenas novelas necesitan de dos personajes que se «aticen», se complementen, sean el día y la noche. No hay pruebas conclusivas a nivel histórico, pero creo que ellos fueron amigos. Y de los buenos.

  71. Julio Murillo dice:

    Para terminar (perdón por esta exposición tan larga), una breve observación sobre si es necesario incluir tramas de ficción en novelas históricas, como alguien ha apuntado. Bueno, es cierto que la historia, en general, es suficientemente atractiva y no necesita aditivos. Lo que sucede es que, lamentablemente, desde el punto de vista de la intriga, ya sabemos cómo acaba la historia: el Titanic se hunde; la bendita Constantinopla se pierde; Anibal duda y no expugna Roma y los chiflados del Álamo mueren resistiendo a Santa Ana. Eso es así. Si no aparecieran elementos de ficción en las novelas de corte histórico, estaríamos hablando de simples «anovelaciones históricas» (tan dignas como Yo Claudio, de R. Graves, con permiso de Suetonio), sin trampa ni cartón ni vuelta de hoja que valga. O de sesudos ensayos. Creo, y espero que compartáis esta visión, que las novelas necesitan fantasía, ficción, intriga que comience allá donde el dato se pierde, la fecha se desdibuja o los afanes de unos y otros no son comprendidos sin el elemento especulativo. ¿Cómo forzó Temístocles al Oráculo de Delfos a la hora de profetizar en los términos catastróficos en que lo hizo? Ésa es la piedra de toque, la clave de bóveda. Permite ficcionar, hacer que Esquilo conozca a Eris y que un sinfín de pequeños asuntos se sucedan y vengan a reforzar lo que sí sabemos. Bueno, eso es todo. Un millón de gracias por vuestras opiniones. Este es el mejor foro que existe. Y que me dejéis decir la mía aquí, entre tanta lumbrera con capacidad de análisis, es un verdadero honor. Un gran abrazo. Seguimos en contacto. A vuestra salud (¡¡¡caramba, me he quedado sin vino…!!!)

  72. jenofonte dice:

    Y lueggo dice mi mujer que yo escribo lleno de pedanteria…

  73. Aretes dice:

    Jenofonte, no sé a qué viene ese comentario. A mí no me parece pedante, al contrario, es un lujo que un autor cuente cómo nace una obra y que esté orgulloso de ella.

  74. akawi dice:

    A mí también me parece estupendo que un escritor nos conteste a preguntas concretas y exista un dialogo entre el autor y el lector, es fantástico. No creo que haya nada que reprochar, todo lo contrario.

    Abrazos

  75. Rodrigo dice:

    ¿Escribir con garbo y entusiasmo sobre la creación de una obra propia es pedantería, Jenofonte? Transmitir el contento de lo realizado, ¿es pedantería?

    A ver si con comentarios inoportunos no empezamos a espantar del blog a los autores.

  76. Javi_LR dice:

    No creo que Julio entre a considerar ese comentario tan fuera de tono. Es mejor pasar de largo pues lo único que se busca con esas intervenciones es protagonismo.

  77. marbenes dice:

    Sí, además jenofonte ya ha sacado los pies del plato en otras ocasiones y, aunque después pidió disculpas, parece ser que fueron lágrimas de cocodrilo

  78. cavilius dice:

    Gracias por tus comentarios, Julio, es un lujo que los autores de los libros que comentamos en Hislibris no sólo aparezcan por aquí, sino que reincidan, den explicaciones, razonen sobre los entresijos de sus libros, y encima elogien este humilde blog. Por mi parte, quedo satisfecho con tus palabras: el razonamiento por el que concedes el protagonismo de la novela a Esquilo me parece perfectamente hilvanado, aunque sigo pensando, humildemente, que el «Esquilo histórico» quizá daba para más en cuanto a caracterización del personaje. En fin, manías mías.

    Saludos.

  79. Valeria dice:

    Julio, yo te escanciaría una copa más en agradecimiento por tu intervención, si pudiera. También tengo que agradecerte que tras la lectura de tu libro me entró el gusanillo y me leí ´»Los Persas» de Esquilo, cosa que probablemente no huebiera hecho de no ser por tu novela. Un gran descubrimiento. Dice mucho de él que fuese capaz de ensalzar la victoria ateniense a través de la figura de una madre persa… Un personaje histórico muy atractivo, este de Esquilo.
    Espero que sí, que sigamos en contacto. Hasta pronto.

  80. Julio Murillo dice:

    Muchas gracias a todos. No me he sentido molesto en ningún momento, no os preocupéis, todo lo contrario: os estoy muy agradecido, de verdad. Poder hablar con gente que ha reparado en mi libro y lo ha leído no me sucede cada día. Es un lujo. Y poco importa que algunas críticas no sean del todo positivas, o incluso claramente negativas, pues me permiten rectificar en el futuro e intentar hacerlo mejor. Si hubiera sabido antes de la existencia de este foro, antes me hubiera enganchado a él, lo digo en serio. He repasado muchos correos en los que opináis sobre libros que yo también he leído, llevado por la curiosidad de comprobar qué impresión han dejado en otros esas obras; y confieso que vuestros comentarios son, en su inmensa mayoría, muy acertados. Me alegro, Valeria, de que hayas disfrutado con Los Persas de Esquilo. Y sí, es cierto, Cavilius, que el Esquilo histórico daba «para mucho más». Es una figura capital en la historia de la literatura. Llegué a plantearme si dar más peso en el libro al Esquilo escritor, pero sentí que eso me apartaba de lo hechos: el final de los tiranos, el advenimiento de la democracia y las Guerras Médicas. Me interesó más imaginármelo como ser humano que como escritor.

  81. Fran Holger dice:

    Parece una propuesta interesante. Me ha gustado la reseña, felicidades Valeria. Y por supuesto felicidades al señor Murillo por su galardón literario.
    He procedido a proponer la novela para la sección de «Lecturas simultáneas» del foro, ya que he observado que hay varios compañeros interesados en su lectura, por lo que entiendo nos sería mucho más provechosa si la realizamos juntos intercambiando nuestras impresiones conforme avanzamos por ella. Ojalá podamos llevarla a cabo, aunque he de decir que si no hay acuerdo pienso leerla igualmente en breve.

  82. Valeria dice:

    Gracias, Fran. No entro en el foro desde que empezó este mes, porque estoy como los titiriteros, de un lado a otro, pero no desistas de llevar a cabo esa lectura simultánea; si ves que no genera mucho entusiasmo, posponla hasta septiembre. Para entonces muchos asiduos habremos vuelto a la rutina forera, que el mes de agosto se resiente de muchas ausencias. Y que te guste la novela, «solo, o en compañía de otros».

  83. Lopekan dice:

    En un rincón del Foro de HisLibris estamos gestando un pequeño homenaje a Esquilo, en la forma de un recortable de su figura, armado como hoplita, preparado para luchar contra los medos y entre los hinojos del llano de Maratón:

    Soldados-Poetas

  84. Navalón dice:

    Buenas a todos, mis felicitaciones a la reseña y al libro. A falta de 50 páginas para finalizar puedo afirmar que me ha encantado.
    De nuevo un acierto pasarme por hislibris para elegir libros sobre las épocas de la historia que quiero conocer.

    Un saludo a todos.

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