Ebro 1938, obra escrita por Rubén García Cebollero (1975), fue finalista del Premio Planeta 2004, viendo la luz a finales del 2009 gracias a la editorial Nowtilus.

El autor nos sumerge con su narrativa en la batalla más importante y conocida de la Guerra Civil española: La Batalla del Ebro.

Nos situamos en julio de 1938, el ejército nacional o franquista acosaba el Levante, lugar donde se encontraba la capital de la República (Valencia), la posibilidad de que la zona republicana quedara partida en dos era una amenaza lo suficientemente peligrosa como para que el Jefe del Estado Mayor Central de los gubernamentales, general Rojo, no la percibiera. Los republicanos tenían que golpear antes que su adversario si no querían verse en problemas. El plan consistía en hacer cruzar el río Ebro al Ejército republicano y, de esta manera, atraer hacia la zona a las tropas nacionales que amenazaban el Levante valenciano. Si esta maniobra daba sus frutos, se conseguiría de un solo golpe dividir en dos el frente enemigo y debilitar a su vez sus comunicaciones. Si la maniobra resultaba un éxito parcial, al menos se podría evitar el ataque nacional sobre Valencia. Por otra parte, la situación, tanto militar como política, en la zona republicana era algo más que delicada. Negrín, jefe de Gobierno, necesitaba una victoria que le diese algo más de fuerza a la hora de sentarse a negociar algún tipo de acuerdo de paz. La comunidad internacional democrática (Francia y Gran Bretaña), reacia a involucrarse en el conflicto, podía verse obligada a forzar a Franco y a sus aliados germanos e italianos a sentarse en una mesa de negociaciones si el conflicto se enquistaba demasiado. Negrín aspiraba a que eso ocurriera y, de esta manera, dio el visto bueno a la operación. Nada más y nada menos que 116 días duró esta batalla, -julio-noviembre de 1938- que causó más de 60.00 bajas entre muertos y heridos entre ambos bandos. La Agrupación Autónoma del Ebro comandada por un miliciano, Juan Modesto, aupado al generalato en Ejército Popular de la República por méritos propios, sería la encargada de cruzar el Ebro. El XV Cuerpo de Ejército, general Tagüeña, junto al V y XII cuerpos de Ejércitos, comandados respectivamente por Lister y Etelvino Vega, conformarían el mencionado Ejército del Ebro. Miles de hombres iban a combatir a lo largo y ancho del río en lo que sería la batalla más sangrienta del conflicto civil español.

Es en este contexto histórico donde el autor intenta recrear, mezclando realidad con ficción, los hechos bélicos desarrollados en la mencionada batalla, intentando de esta manera novelar una batalla tan célebre como fue la desarrollada en el Ebro en el año 1938. El resultado, según la óptica con la que se mire, puede ser decepcionante o todo lo contrario. Si el lector busca encontrar en esta novela una trama novelada, con unos diálogos y personajes unidos por una historia mayor, y teniendo como fondo la batalla misma, puede llevarse una decepción. La narración es más parecida a un ensayo que a una novela, el aporte de datos demuestra que el autor está muy bien documentado y así lo demuestra a lo largo y ancho de toda la obra. Ahora bien, la trama novelesca apenas tiene peso en la obra. Los personajes, simples soldados y una fémina, Carmela, bibliotecaria al servicio de esta sección en el Ejército Popular de la República, están repartidos a lo largo y ancho de toda la novela, pero sin un hilo conductor que enganche al lector con la vida y vicisitudes de los que tenían que ser los verdaderos protagonistas de la misma: los soldados. Son más que otra cosa retazos cotidianos de los personajes participantes en la obra, pero muy inconexos durante toda la narración de la misma. Tal vez la detallada y minuciosa descripción de la batalla que nos presenta el autor acaba por devorar, literariamente hablando, la trama novelesca, siendo así que el ensayo se impone a la novela. En definitiva, una obra que bien puede servir para aproximarse al conocimiento de lo que fue la Batalla del Ebro, aunque no sé si será del gusto para el lector poco dado a leer ensayo.

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