D. Pedro Menéndez de Avilés es de esos personajes que forman parte de la gloria y presencia española en el siglo XVI. Militar y marino asturiano, luchó contra los corsarios en el Cantábrico,  participó en la batalla de San Quintín, lideró y capitaneó la Flota de las Indias con la misión de traer riquezas y metales preciosos a España, fue adelantado de La Florida, conquistando tierras y fundando ciudades en aquellas costas de Norte América enfrentándose a los franceses hugonotes que intentaron asentarse en aquel lugar, ejerció de gobernador en Cuba, falleciendo en Santander mientras cumplía la misión encomendada por Felipe II de organizar una gran flota para invadir Inglaterra. Como veis, su vida es de esas que merece estudiar para conocer la grandeza y el espíritu de quienes consumaron la conquista de América y sirvieron a la Corona en variadas misiones, en uno y otro extremo del Imperio español.

Pues bien, Olga Gutiérrez, licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla, ha publicado un ensayo con el que pretende aportar una imagen más concentrada en una circunstancia personal que aconteció a este insigne personaje en el transcurso de su mando en la Flota de las Indias a partir del año 1561 y durante su posterior mandato en el Adelantamiento en Florida. Me refiero al naufragio sufrido por su hijo, D. Juan Menéndez, cuando iniciaba su regreso de América al mando de la Flota de Nueva España, desapareciendo junto a tres barcos, incluyendo la nave capitana, junto a sus hombres y el tesoro que almacenaban su bodegas. D. Pedro había regresado a España meses antes con la Flota de Tierra Firme. La falta de noticias sobre su hijo le puso en alarma y encendió en él la chispa por encontrar y recuperar a su primogénito. Esta circunstancia marcó el devenir de D. Pedro, sumándose a sus cargos y misiones posteriores, el empeño en su búsqueda, la recopilación de pistas y no pocos esfuerzos por encontrar a su hijo.

En base al estudio pormenorizado de fuentes de la época, correspondencia de la familia Menéndez y otros documentos localizados en distintos archivos, la autora se adentra en las circunstancias que debieron provocar aquel naufragio y las pesquisas que llevaron a D. Pedro a investigar la posible situación de los supervivientes, si los hubiera, y la localización de los pecios. En aquel camino, arduo y complejo, el protagonista se encontró con una serie de problemas y se aprovechó de las circunstancias que se le presentaron como servidor de la Corona Hispánica y de su rey Felipe II. En primer lugar, Olga Gutiérrez analiza la detención y prisión de D. Pedro y su hermano D. Bartolomé, por orden de la Casa de Contratación de Sevilla, debido a causas poco claras pero profundamente analizadas en las páginas de este libro. Mientras esto sucedía, la correspondencia enviada al rey de España hizo que, una vez puesto en libertad, el monarca le ofreciera regresar a las Américas y liderar el Adelantamiento en La Florida, misión que aprovechó no solo para poner bajo bandera española aquellas tierras y batallar contra los intereses franceses por asentarse allí, sino también, para intentar localizar el naufragio de su hijo y rescatarlo estuviera donde estuviera.

Es aquí cuando la autora se esmera en detallar los hechos, la fundación de nuevos puestos españoles, el enfrentamiento contra los franceses y la consolidación española en la zona. Los rumores sobre ciertos supervivientes de supuestos naufragios y su estancia entre los nativos allí establecidos, dio alas a la esperanza de un hombre ya mayor, servidor de la corona y empeñado en rescatar a su primogénito. Sin embargo, años después regresaba a Santander por orden el rey, con la orden de organizar una gran armada para invadir Inglaterra y sin haber localizado a su hijo. Poco después fallecería y, aunque, como nos cuenta la autora, aquellos rumores sobre la localización del pecio y su tesoro y la localización de algunos supervivientes, se mantenían vivos, jamás se logró conocer ni lo uno ni lo otro, hasta el día de hoy. Todo lo cual se muestra en este interesante y detallado libro donde no solo se cuenta la búsqueda de un padre a su hijo, sino que además nos localiza los años primordiales en la colonización y dominio español en La Florida norteamericana.