DEUS VULT – Alberto Pertejo-Barrena

DEUS VULT. Alberto Pertejo-BarrenaNon nobis Domine, non nobis, sed Nomini Tuo da gloriam”.

Cuando la imaginación recrea escenarios exóticos en la época de las grandes cruzadas, pocas veces sitúa en el reino de Jerusalén órdenes militares diferentes al Temple o al Hospital. Pero en Deus Vult todo el peso de los acontecimientos recae sobre un monje guerrero perteneciente a la primera -y desconocida- Orden Militar hispánica que intervino en los conflictos en Ultramar. El joven comendador de Santa María de Montegaudio, Alonso de Paones, hijo de un noble leonés, será quien narre en primera persona los entresijos de la política y la guerra contra el infiel, mientras recorre escenarios tan dispares como León, Castilla, Messina, Trípoli o Jerusalén durante los años que precedieron a la caída de la Ciudad Santa bajo la media luna de Saladino.

Esta orden, también conocida como Orden de Alfambra o Montjoie en los ambientes francos, fue fundada en el último tercio del siglo XII por Rodrigo Álvarez, conde de Sarriá, antiguo comendador de la Orden de Santiago. La escasa entidad de sus acciones en Tierra Santa y la pronta absorción de sus propiedades por El Temple explican la exigua información ofrecida en los manuales de Historia, más evidente si cabe, al compararla con la abrumadora herencia dejada por los templarios y materializada en ensayos, novelas y bazofia televisiva de mayor o menor éxito.

Es en este limitado aporte de datos donde radica el atractivo, la originalidad y, por ende, la dificultad de la narración, ya que Alberto Pertejo-Barrena se arriesga al tejer una versión paralela a la oficial, en la que no faltan odios interfamiliares, intrigas políticas y –como no podía ser de otra manera- el amor cortés, y en la que se agradece la ausencia absoluta de invenciones esotéricas, griales y marías magdalenas. Para dar mayor entidad histórica, el autor se apoya en abundantes notas al pie, que evidencian una más que notable documentación pero que frenan el ritmo narrativo al pecar, en ocasiones, de exceso de extensión y complejidad.

La mecha impulsora de la narración es el amor no correspondido del protagonista que, a diferencia del resto de la historia, no parece avanzar ni madurar, permaneciendo estancado en una melancolía excesiva que impregna todas las páginas y que contrasta con el espíritu cruzado presente en los momentos clave. No obstante, el relato se muestra pleno de conflictos entre reinos, rivalidades entre órdenes, ideales cristianos y batallas que, aunque no de un modo épico, están representadas con corrección.

Por último, habría que destacar dos aspectos sobre la edición. El primero de ellos, la original iconografía de escudos y blasones al comienzo de cada capítulo, que centran geográficamente la acción, y el segundo, la abundancia de erratas que perturban la lectura, aspecto fácil de solventar en futuras ediciones.

Rocín, mi buen compañero, muchos y magníficos fueron los días que pasé cabalgando sobre tu lomo; mas nada serán comparados con éste, porque hoy mismo me llevarás al Paraíso”. Jacobo de Vitry.

Características técnicas: Editorial `De librum tremens´, 1ª edición, 2008. 503 pp, 19,95€.

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57 comentarios en “DEUS VULT – Alberto Pertejo-Barrena

  1. Koenig dice:

    Pues es una reseña un tanto críptica Ascanio.
    A ver si la resumo bien. Los secundarios estupendos, la fotografía bian, el narrador se equivoca y los principales flojos.

    ¿Me equivoco?

    Saludos.

  2. juanrio dice:

    Cierto, no acaba uno de saber que te ha parecido la novela. Al comenzar a leerte parece que estamos ante algo notable, pero después pones un tobogán y ya no está uno tan seguro. Retoma otra ascensión pero a continuación vuelve a caer. Así que me temo que vas a tener que aclarar el misterio….

  3. Rodrigo dice:

    Teniendo en cuenta la combinación de ecuanimidad y severidad con que sueles presentar/comentar libros, Ascanio, entiendo que esta novela no te ha parecido de aquellas de menospreciar. Al menos sí que tiene sus puntos fuertes, como el de evitar tópicos como los que mencionas y abordar con seriedad un tema susceptible de «esoterización» -ya sabes-.

    Atractivo tema, con la dificultad a que aludes por la escasa documentación disponible. Muy buena reseña, como siempre.

    Saludos.

    Yo he entendido que, a juicio tuyo, Ascanio, la novela tiene puntos fuertes y débiles. Sí, esto es lo corriente en todo libro, a menos que uno se tope con uno que roce la perfección o, a la inversa, sea rematadamente malo, de tal manera que la reseña o los comentarios se decanten inequívocamente del lado de la alabanza o de . Pero ha tenido a bien destacar claramente lo uno y lo otro, méritos y deméritos.

  4. Rodrigo dice:

    ¡Aaaaggh, me ha salido el borrador del comentario! El último párrafo no debía ir. :-(

  5. Paco T dice:

    Interesante libro e interesante reseña. Cuando hablas de la abundancia de notas a pie de página me ha entrado la duda: últimamente abunda un tipo de novela en la que el autor quiere poner de relieve su erudición en el tema y la época en la que ambienta su obra, hasta el punto de que a veces se tiene la impresión de estar leyendo un ensayo intercalado con pasajes novelados, tramas y diálogos. ¿Es esta una de esas novelas, Ascanio?
    Si se limita a mostrar sus conocimientos históricos en las notas a pie de página y en el buen hacer literario, no problem, pero si no, es muy posible que al final no la compre, que no está el horno para bollos…
    Saludos.

  6. Clío dice:

    Pues yo observo que el tema es interesante sobre todo en su parte histórica, no así tanto el personaje y su historia personal. Y esto la reseña marcianil lo deja muy claro, por tanto deduzco que en lineas generales le ha gustado.

  7. pepe dice:

    Teniendo en cuenta la combinación de fortuna/desatino con que sueles escoger los libros que reseñas, entiendo que esta novela es de las elegidas con buena puntería. El tema me parece muy, pero que muy interesante y, además, poco tratado, lo que es un mérito de la novela y un acicate más para su lectura. Por último, una Orden Militar desconocida, ¡qué emocionante! ¡Me lo apunto!

    Felicidades.

    Hay que joderse, esta mujer no escarmienta: no contenta con lo del mapa sigue eligiendo novelas que huelen a rancio ya de lejos, sin necesidad de comprobar que la melancolía impregna todas las páginas. ¿Las cruzadas? Bueno, quizá para jóvenes lectores, pero para Ascanio, O tempora, o mores, que diría el poeta …

  8. Aretes dice:

    Lo tenía en mente para hacerme con él y al ver que se reseñaba he pensado que era una suerte que se reseñara, pero… ahora no sé qué hacer. ¿Lo compro? ¿no lo compro?

    Ascanio, defínete, hija.
    ¿Hay alguien más para opinar?

  9. Aretes dice:

    (sobra un que se reseñara, claro…)

  10. pepe dice:

    ¡uuighs! perdón, me ha pasado como a Rodrigo, qué coincidencia, mi último párrafo era también un borrador, hay que ver qué cosas…

  11. Aretes dice:

    ¡Ay, si los borradores hablaran!

  12. pepe dice:

    Pepe: Queridísima Ascanio, no sabes cuánto lamento mi desliz.
    Ascanio: Que rima con regaliz…
    Pepe: Bueno, y también con Beatriz, y con ser feliz.
    Ascanio: Y con lombriz, que es precisamente lo que tú eres.
    Pepe: ¿Y qué puedo hacer para repararlo?
    Ascanio: Dedicarme una canción de La Musiquilla.
    Pepe: ¿Que rime con chiquilla?
    Ascanio: Y con mariquilla, a ser posible.
    Pepe: A ver qué encuentro por ahí…

  13. pepe dice:

    Amigos de La musiquilla, hete aquí que en el siglo XII, además de crearse misteriosas Ordenes Militares cuyo recuerdo se ha perdido en las brumas de la historia, en Inglaterra se cantaba una hermosa canción que al parecer tiene su origen en una balada escocesa más antigua y que ha conocido desde entonces multitud de versiones. Una de las más sugerentes es la que hizo el grupo gallego Luar Na Lubre y que tituló Romeiro Ao Lonxe. Espero que guste a todos y en especial a Ascanio, a quien va dedicada.
    http://www.youtube.com/watch?v=dADBpYrwW1U

  14. sermi19 dice:

    pues esa canción también la toca Mägo de Oz… sabéis grupillos que toquen en plan Edad Media???

    Por cierto Ascanio, creo que te pasa como a mi a veces, que loo que escribes ves que poco a poco se va motivando y necesitas meter un poco de caña, aún así, el libro tiene buena pinta… de hecho lo tenía anotado ya de antes. bueno, a ver si m animo y mando alguna reseñilla.

    Un saludo

  15. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    Intervengo de nuevo, pero esta vez para aplaudir a Pepe por la elección de la musiquilla. Tal y como venía yo pensando, parece que el hilo en cuestión es de transcendental relevancia a la hora de elegir los temas musicales. Me alegro, me alegro, especialmente por el pinchadiscos.

    Aplausos subsidiarios a Ascanio, que es su reseña y no se me vaya a ofender.

    Saludos.

  16. Estimados amigos, estoy a vuestra disposición. Un cordial saludo a todos.

  17. Anthos dice:

    Aprovechando el sesgo literario-musical que va tomando esta reseña, toda vez que Pepe nos propone un fondo sonoro para la obra que glosa Ascanio, me permito sugerir la audición de «Rinaldo», Op. 50 de Brahms. Rinaldo o Reinaldo es un supuesto paladín de la primera cruzada que acompañó a Godofredo de Bouillon. La pasión amorosa que desató en Armida le reportará un sinfín de novelescas aventuras. Es un personaje extraído de un poema de Göethe, quien lo tomó a su vez de «La Jerusalén liberada por Godofredo» de Tasso. En la obra de Brahms también marchan los cruzados al grito de Deus vult o Deus lo vult, versión ésta que tomó la Orden del Santo sepulcro de Jerusalén como lema para su escudo, con la salvedad de que los coros germánicos de Brahms entonan su particular Gott will es.

  18. Valeria dice:

    Me encanta, Anthos, cuando nos dejas esas perlas. ¡Cuántas cosas por aprender! Un saludo.
    Ascanio, dí algo, mujer. Y felicitaciones, que ya se sabe que lo de reseñar nunca ha sido tarea fácil.

  19. Ascanio dice:

    Qué mala sueeeerte, mira que salir mi reseña publicada justo el día en que no me enchufo al internete…
    Bueno, intentaré responder por partes.

    Koenig: digamos que en Deus vult sólo existe un personaje principal, algunos secundarios (como Reinaldo de Châtillon o Balduino El leproso) y muchos «terciarios». Con respecto al protagonista, sinceramente diré que lo veo algo contradictorio. Por un lado, demasiado melancólico y pusilánime -a veces cansa un poco que muchos capítulos acaben con la evocación de su amada Jimena- y por otro, un monje guerrero con el arrojo y el brío de un héroe de leyenda demostrado en circunstancias difíciles.
    Con respecto a los secundarios, es interesante que el autor no los muestre como malos malísimos o buenos buenísimos (algo que no ocurre con el protagonista, que lo veo excesivamente bueno e idealista). Tal es el caso del ya mencionado Châtillon, que en los libros de Historia se ha considerado tanto como un cristiano defensor de los Santos Lugares como un mero salteador de caravanas de Saladino. Quizás nuestro especialista Anthos nos comente algo al respecto.
    Quedan igualmente bien dibujados otros personajes, como Ridefort, el Maestre del Temple. Un personaje interesante que pudo haber llevado a la muerte (consciente o inconscientemente) a más de cien caballeros templarios y hospitalarios en la matanza de las Fuentes de Cresson, a pesar de su significativa inferioridad numérica con respecto a los soldados de Saladino. También Anthos podría comentar algo al respecto sobre la mayor o menor implicación de Ridefort (llamado «el genio malo del Temple») en este hecho.

    Resumiendo: al protagonista le falta un hervor. De hecho, a veces me da la sensación de que la trama paralela (la historia de amor) en ocasiones sobra.

    Ahora sigo.

  20. Ascanio dice:

    Juanrio: creo que con el comentario de antes ya queda tu incógnita algo más despejada. Pero por si acaso: lo considero un libro recomendable por su originalidad (la Orden de Montegaudio), por la recreación de las intrigas políticas (para mi gusto, lo mejor de la novela), por la gran cantidad de personajes interesantes que la pueblan, pero que flojea en su protagonista.

    Rodrigo: se agradece, y mucho, la ausencia de esoterismos inútiles y de chorradas ikerjiménicas y cuartomilenistas (esto te sonará a chino, pero los hislibreños españoles saben que me refieron a un programa de ciencia-ficción-humor-nohayquienselocrea que ponen en una cadena de televisión nacional).

    Paco T: cuánto tiempo sin saber de ti, jomío…
    Sobre lo que mencionas de las notas al pie, no son tan, tan, tan exageradas como para que parezca un alarde de erudición. Yo me inclino a pensar que, ante la falta de datos históricos sobre la Orden de Montegaudio, el autor las ha utilizado para dar credibilidad histórica y encuadrar la narración, aunque algunas embrollen el asunto (al menos eso me ha sucedido a mi, sobre todo cuando empieza a hablar de parentescos y árboles genealógicos).

    En vista de que el primero de mis comentarios ha sido moderado, voy a hacerlos más cortitos.
    Ahora sigo otra vez.

  21. Ascanio dice:

    Clío: pues sí, en líneas generales me ha gustado.

    Pepe: menos mal que has puesto lo del segundo comentario, porque no me había enterado de nada. Gracias por la musiquilla. Y ahora pondré yo otra. Se trata de una canción medieval inglesa, anónima, titulada «Greensleeves», que a todos os sonará. Yo la tengo en casa interpretada por el tenor de Música Antigua Nigel Rogers. Toda una delicia para los sentidos. He encontrado esta versión de los King´s Singers (casi nada, todo un lujo) a capella:

    Greensleeves

  22. Ascanio dice:

    Sermi…¿grupillos q

  23. Ascanio dice:

    Uy, perdón, se me ha disparado el mensaje.
    Iba a decir: Sermi, ¿grupillos que toquen en plan Edad Media? ¿Te refieres a grupos actuales que toquen música actual con un aire medieval o que toquen auténtica música medieval? Porque si del segundo caso se trata, seguro que Arauxo y Anthos tienen mucho que decir.

    Cachis en la mar, Anthos, pues no tengo esa obra de Brahms. Pero bueno, como música inspiradora acerca del tema que nos ocupa, escucharé hoy el DVD Medieval English Music, interpretado por The Hilliard Ensemble (casi ).

    Por cierto, y aprovecho que apareces por aquí, ¿hay algunos descubrimientos recientes sobre la Orden de Montegaudio en el libro de «Las Ordenes Militares en los reinos hispánicos»?

    Quiero también agradecer a Alberto Pertejo-Barrena su presencia en mi reseña. Y aprovecho para pedirle que, por favor, comente todo lo que quiera sobre la misma -aquí estoy esperando los palos- o sobre lo que estime oportuno.

  24. Derfel dice:

    Ay, delicia para los sentidos…Qué sensibiliti, madre.

  25. pepe dice:

    Hermosa canción sin duda, que una -seguramente falsa- leyenda atribuye a la inspiración del rey Enrique VIII. Hay cierta discusión sobre si Lady Green Sleeves era un tanto promíscua, o si sólo lo parecía por su atuendo debido a que el color verde, en aquella época, era color de frivolidad amorosa. Quizá habría que escribir una novela histórica para aclarar el asunto, mira tú …

    Greensleeves was all my joy
    Greensleeves was my delight,

  26. Vorimir dice:

    Bueno es saber que hay una novela sobre cruzadas, templarios y demás sin ningún tipo de rollo esotérico.
    Lo cual me parece un gran acierto.

  27. Ascanio dice:

    Pepe, evidentemente debe tratarse de una falsa leyenda, porque de todos es sabido que Enrique VIII era un hombre tremendamente fiel y de una sola mujer. Además, me pega que la cancioncilla de marras es un pelín más antigua que Enriquito. Vamos, digo yo, que tampoco es que tenga mucha idea…
    Pues sí, Vorimir, tienes toda la razón. Pa que ti via mentí.

  28. Ascanio dice:

    Por cierto, pepe, que sepas que no ha colado la trola de tu segundo comentario…mira que te gusta meter el dedo en el ojo…

  29. Estimada Ascanio, en principio mi agradecimiento porque hayas leído mi novela.
    Sobre Alonso de Paones: es un idealista, un caballero de la época, en donde había más caballeros de esa guisa que los malvados y villanos tipo Los Pilares de la Tierra.
    Es un segundón de una nobleza media, sin más pretensiones que buscarse un porvenir, bien a base de espada o de la Iglesia. Entra en una orden por un error… ¿y un amor no superado? Es posible.
    Es un amor cortés, el que corresponde también con la época y el que Leonor de Aquitania tan bien enmarca. Son tiempos de romances, juglares, caballeros que se enamoran con una mirada…
    Por otra parte, un monje guerrero era encillamente eso. No tenía más visión que la de su espada y su caballo. Sobre todo en una orden pequeña y que debía hacerse hueco entre la política el temple y la posición del Hospital.
    Y Alonso de Paones, tal y como dice Reinaldo de Châtillon, posiblemente no deja nunca de ser un caballero o un frey por necesidad.
    Otro concepto interesate es que la idea del pecado y del servicio a Dios es infinitamente distinta a la que hay ahora. No había medias tintas y se podía quemar a alguien por un atibo de brujería, así como llevar el rencor y la mala cnciencia hasta la tumba. Por ello un fraile que sigue pecando de pensamiento y deseo, no deja de ser algo medianamente grave. Aunque desde nuestro punto de vista sea una melancolía sin importancia.
    Es el siglo XII, y las sensaciones y deseos, son radicalmente diferentes a como son ahora. La Humanidad ha avanzado exponencialente más en esos 9 siglos que nos comtemplan que desde el mismo comienzo de la vida. Por ello, mi opinión, humilde y propia, es que la personalidad de Alonso de Paones se corresponde con la de un buen caballero de la época, con su amor, sus miedos, sus rencores, su idea de Dios, del pecado, de la nobleza, etc…
    Hoy por hoy, una historia como los amantes de Teruel… sería justamente lo de tonto ella y tonto él. Sin embargo, en aquellos días, casi coetáneos con Alonso de Paones, era una cosa muy seria.
    Hay veces que se quiere hacer pasar a los cabaleros de la Edad Media con la agudeza y la visión de diputados de grupo parlamentarios necasarios para una mayoría. Y hay que decir que muchos de ellos no sabían leer ni escribir, o si lo hacían, de una manera rudimentaria y escasa. Tan sólo los reyes, papas, y las grandes familias, como los Lara, los Vela, los Haro, etc… pudieron tener esa visión global y undana, así como otras motivaciones más que la de su vida cotidiana.
    El resto, los de la nobleza local, pequeña y vasalla, no pasaban de sus tierras, sus hijos legítimos o ilegítimos, esposas, Dios y la espada.
    Alonso de Paones es uno de ellos.
    De todas formas Ascanio, como todo en la vida, hay opiniones y formas de tratar los temas. Cada cual es muy libre y soberano de hacerlo, ¡faltaría más!
    A vuestra entera disposición.

  30. Ascanio dice:

    Hola, Alberto. Es cierto que gran parte de las novelas históricas de hoy en día pecan de anacrónicas. Colocan en la Edad Media (o Antigua, o donde sea) una serie de personajes con mentalidades del siglo XXI.
    En el caso de la tuya, el espíritu cruzado está presente en el protagonista, pero me resulta difícil imaginar que, metido en el fragor de la lucha contra el infiel, rodeado de intrigas y «puñaladas traperas» que tan bien describes en tu novela, casi todas las noches Alonso de Paones tenga antes de dormir su último pensamiento vagando hacia León en busca de Jimena. No sé, creo que yo en su lugar (y quizás ahora esté pecando de anacronismo) pensaría: «¿Será esta mi última noche viva? ¿Me matará mañana un soldado de Saladino? ¿Moriré rápido o con dolor y sufrimiento?»
    Y (el que vaya a leer la novela que no siga leyendo) más teniendo en cuenta que Jimena da muestras de haber olvidado al protagonista, es más, de haber llegado a odiarlo y de tramar una intriga contra él. No sé, me resulta raro. Pero como siempre, a lo mejor, el problema es del lector (o sea, mío) no del autor.
    Gracias de nuevo por asomarte por aquí y por hacer un comentario elegante.

  31. Anthos dice:

    Correspondo a tu saludo, Valeria, y agradezco el poético tropo de las perlas aunque se trate en realidad de falsas gemas.

    Este «especialista», según gratuita y generosa calificación que me adjudica Ascanio, confiesa no saber de Reinaldo de Châtillon o de Gérard de Ridefort más de lo que cualquiera conoce sobre estos legendarios personajes tan difíciles de enjuiciar bajo nuestra actual mentalidad que diverge radicalmente de la del siglo XII. Sí parece cierto que fue la osadía temeraria y fanática de Ridefort y la no menor de Roger des Moulins, el Maestre del Hospital, la que les impulsó a hostigar con un centenar y medio de caballeros a las tropas de Saladino, que sumaban varios miles de hombres, cuando éste atravesaba Galilea con permiso de Raimundo de Trípoli. El resultado fue el que cabía esperar, y allí, en las Fuentes de Cresson, en Seforia, quedaron masacrados los incautos cristianos.

    Posiblemente el libro al que te refieres, Ascanio, sea «Los monjes guerreros en los Reinos Hispánicos» de Enrique Rodríguez-Picavea. No lo he leído, por lo que no puedo darte noticia de él.

  32. Ascanio dice:

    Querido Anthos, siempre es un honor tenerte por aquí, y si es en una de mis reseñas, más.

  33. Yo entiendo que es difícil de creer que Alonso de Peones se duerma pensando en su amor eterno. Sin embargo, hoy en día, hay gente que no supera los desengaños y las traiciones del corazón. Incluso mata por ellas. Por desgracia el Telediario está lleno de esas atrocidades.
    Y Jimena, ¿de verdad es la que instiga ese odio? ¿Su familia? Alonso no lo sabe. Y posiblemente ni siquiera quiera creerlo.
    De todas formas, todo el mundo tiene su propia opinión y es plenamente aceptable.
    Sigo a vuestra disposición.

  34. Con referencia a Anthos, todo lo que dice es cierto. Y hay que añadir un matiz que es importante. La batalla de las fuentes de Cresson se da en las cercanías de Nazareth, ya fuera de los dominios del conde Raimundo. Sin querer entrar en la defensa de Ridefort, que posiblemente no lo merece, la carga de los 150 templarios, hospitalarios y algunos caballeros seglares se realiza, al menos es lo que Tyermann establece (y posiblemente en testimonio del propio Ridefort que se salva de la batalla), para proteger a los habitantes de Nazareth (simbólicamente muy importante en la religión católica), que bo son vasallos del conde Raimundo y por tanto fuera del permiso de paso que concedio a Al-Afdal, hijo de Saladino, que era quien comandaba las tropas.
    Posiblemente, tampoco supieran que les aguardaban 5000 soldados de Damasco, y lo que vieron fue una avanzadilla. Es también posible que cayeran en una trampa, pues no hay que olvidar que tanto Ridefort como Moulins, incluso Mailly, senescal del Temple, no eran unos advenedizos en esto de la guerra con Saladino.
    Por cierto y como apunte: esta batalla está «recerada» en el Reino de os cielos, con la carga de Balián de Íbelin en las cercanías del Kerak, cuando este es sitiado. Es decir, funden dos acontecimientos en uno.
    Un saludo y a vuestra disposición.

  35. Richar dice:

    Saludos,

    me cuelo rápidamente en esta reseña para un par de cosas:

    primera, felicitar a Ascanio por la reseña y confesar que me han entrado ganas de leer la novela, pinta bien.

    La segunda, felicitar también a Alberto (al que conocí en persona allá por los inicios de Hislibris) por esta nueva novela y preguntarte cómo te ha dado por ahí para saltar de novelas tan «modernas» (IIGM y supuesta guerra hispano-marroquí) a otra de corte medieval. ¿Afición a diferentes temas? ¿Este tira más? ¿Vas a dar otro mortal hacia atrás para volver a cambiar de época? Curiosidad, vamos :-)

    Un saludo a todos,
    Richar.

  36. Ascanio dice:

    ¡¡¡Ooooooh!!! ¡¡Nuestro adorado e idolatrado Richar ha aparecido en mi reseña!! ¡¡Yupiiii!!
    Teniendo en cuenta lo poco que te prodigas por aquí últimamente, es todo un honor y una satisfacción. (Por cierto, ¿ahora eres

    R

    ichar en vez de

    r

    ichar?
    También aprovecho la ocasión para agradecer a Alberto sus aportaciones.

  37. Richar dice:

    Ups, se me mayusculó la r, perdón.

  38. Arauxo dice:

    Hay varios comentarios que se me ocurren sobre el último de Richar, pero… no voy a hacerlos, porque soy una persona prudente.

  39. Richar dice:

    anda qué, menudo mal pensado…

  40. Max Staub dice:

    Ascanio, muy interesante reseña. Muchas gracias

  41. Arauxo dice:

    Pues yo sigo sin enterarme si debería o no comprarme el libro… si no lo tuviera ya en casa.

  42. Ascanio dice:

    Ya, pero lo tuyo es torpeza congénita, Arauxo.
    Gracias a ti, Max.

  43. Para Richard: estimado amigo, la cuestión es que siempre escribo sobre españoles. Y a ser posible, sobre cosas no muy conocidas o que merezcan, siempre a mi modesto modo de ver, rescatarlas de los olvidos. Escribir sobre Lepanto es especialmente emotivo… pero ya lo ha hecho otra gente y sinceramente, muy bien. Lo mismo que de las Navas de Tolosa. Y España tiene tantas cosas que contar…
    Esa es la única razón.
    Un saludo muy afectuoso.

  44. jerufa dice:

    Bueno, mmmana. Ya me pude leer la reseñita de marras y los comentarios al pie. La verdad, si te soy sincero… si quieres que te diga la verdad… si soy honesto… pienso que el título no me sugiere gran cosa (puede ser debido a mi propia ignorancia), la ambientación tampoco (seguramente porque todo lo que huela a turco me repele) y ese pálpito de cierta indiferencia que parece rezumar la reseña (casi seguro debido a que su lectura no te ha quitado el sueño precisamente) hará que no me tire de cabeza a él.
    Eso sí, lo de los blasones y los escudos de armas al comienzo del capítulo, eso sí me ha gustado.
    Yo es que soy de linaje rancio.

  45. jerufa dice:

    ¡Que idiotez!, pues no que me modera a mí la maquinita esta. ¡A MÍ, A JERUFA!

  46. Javi_LR dice:

    Eso huele a nuevo grito hislibreño. ¡A mí los jerufa!

  47. jerufa dice:

    ¡Coñ*, con el Guardián! Pues sí que ha intervenido rápido.

  48. Richar dice:

    Saludos Alberto,

    pues me parece un gran motivo por partida doble: 1) por hablar de historias españolas (que siempre andamos quejándonos de que tengan que venir de fuera a «historiarnos» y contar nuestras cositas) y 2) por rescatar elementos poco conocidos (que como dices tú, de Lepanto ya hay un porrón).

    Me alegro pues.

    Un saludo,
    Richar.

  49. Gracias Richar, seguiremos en el intento.
    Y al estimado Jerufa, creo que a nuestra admirada Ascanio, «sí le ha gustado en líneas generales», tal y como deja escrito. Por lo demás, no son precisamente turcos, sino selúcidas, sirios y egipcios en su mayoría, y me refiero al ejército de Saladino. Algún armenio y persa también, y por suesto de la actual Turquía, pero no el grueso del ejército.
    Y sobre el título, no deja de ser el grito de guerra cruzado.
    Un placer y a vuestra disposición.

  50. jerufa dice:

    Bueeeeno, Alberto. Visto lo visto y dado que se trata de mi hermanita, le echaré un vistazo al libro. Quien sabe, como yo funciono en estas cosas por impulsos, pues lo mismo hasta me animo.

    Y disculpa el comentario. Está hecho con cariño y sin ánimo de ofensa.
    Un abrazo para tí.

  51. Ascanio dice:

    No le eches cuenta a Jerufa, Alberto. Los únicos libros que le gustan son de chinos y de vampiros.

  52. jerufa dice:

    Ezoé rigurozamentefarso.

  53. Te concedo el beneficio de la duda, jajajaja

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