DERROTA EN EL RIN – Antonio Muñoz

DERROTA EN EL RIN, Antonio MuñozVuelvo al ensayo de Historia Militar para comentaros un libro que, desde el primer momento, me llamó poderosamente la atención. Y es que cuando lo vi por primera vez, allí sobre la mesa de la gran librería comercial, y lo ojeé, me encontré con al menos media docena de mapas. A pesar de que eran en blanco y negro y a pesar de que estaban todos concentrados al final, fue toda una sorpresa. Algunos, incluso, eran bastante detallados. Y dado que soy uno de los que lleva tiempo clamando la necesidad de mapas, y su habitual escasez, sólo por eso, me decidí a darle una oportunidad al libro.

El libro narra uno de los desastres, o victorias al 90%, más resonantes de la Segunda Guerra Mundial. El intento aliado, protagonizado por las tropas bajo el mando del mariscal de campo Montgomery, de cruzar el Rin aprovechando la debacle alemana tras las batallas de Normandía. El plan consistía en tender una «alfombra» de tropas llegadas por el aire, que se encargarían de asegurar una larga lista de puentes sobre los que pasaba una sola carretera, por la que tendrían que avanzar las unidades acorazadas, hasta cruzar el Rin en Arnhem. Aquel era el último obstáculo antes del mar y de la desprotegida llanura alemana. Un intento que fracasó justo en el último puente, el «Puente Lejano» de la película.

En un lugar de este blog, del que no quiero acordarme, no ha mucho que hablábamos de lo que podían aportar los autores españoles a la historia militar de países extranjeros. Hay dos argumentos que no recuerdo que se comentaron entonces. Por un lado, claridad y, por otro, aportar información que, al no tener que ser traducida, no nos obliga a subirnos por las paredes ante determinadas burradas, como habitualmente viene sucediendo.

Centrándome en el primero de estos argumentos, la claridad de la exposición de los hechos es una de las mayores virtudes de este libro. El autor expone magistralmente, aunque con brevedad, cosa por otro lado inevitable, los avatares que llevaron a desencadenar la que fue, hasta entonces, la mayor operación aerotransportada de la historia. El intento británico de cruzar el bajo Rin en otoño de 1944, la operación que recibió el nombre de Market-Garden, una historia conocida sobre todo por aquello del puente demasiado lejano, donde toda una división paracaidista británica fue tallada en piezas por tropas alemanas que, oficialmente, no estaban allí. Sin embargo, sin perderse del todo, también hay que decir que esta claridad y esta excelencia expositiva se aplica sobre todo a los capítulos dedicados a los dos primeros días de combate. Después, el hilo narrativo se vuelve más complejo, los lugares y los hechos, tan ordenadamente narrados en la primera parte, se entremezclan más, pero es que, ciertamente, la batalla se volvió, desde el momento en que los diferentes sectores entraron en contacto, mucho más compleja.

Además de informar de los hechos fríos, otra de las virtudes del libro es que el autor se moja, da su opinión, mayoritariamente crítica, sobre los personajes intervinientes y sobre las decisiones y actitudes que adoptaron durante los acontecimientos. No se arredra a la hora de desmontar algunos mitos, incluso llevándole la contraria alguna vez, que no todas, a un autor tan fundamental como clásico como es Cornelius Ryan.

Por supuesto el libro tiene sus desaciertos. Ya comentaba antes que los últimos capítulos son algo más confusos pues, abandonado el orden expositivo de los primeros, el autor salta de uno a otro sitio, y de uno a otro día. Aunque hay que ser consciente de que mantener el orden de la historia hubiera supuesto, probablemente, duplicar el tamaño del libro. Tampoco los mapas son perfectos. El principal fallo es que faltan en los mapas localidades mencionadas en el texto. Circunstancia que, a mi entender, o demuestra falta de medios, o demuestra falta de contacto entre el autor del texto y el de los mapas. Aunque por otro lado, hay mapas, muchos, lo cual, ya es bastante.

En fin, un libro bien escrito, a pesar de alguna descomunal falta de ortografía, «valla» el comentario por delante, que debería hacer sonrojarse a… alguien, de un autor que, si se mantiene en este nivel, dará grandes alegrías a los hispanohablantes aficionados a la Historia Militar. Si lo mejora ya, ni os cuento.

Opino, en todo caso.

Saludos.

Antonio Muñoz
DERROTA EN EL RIN
Inédita 2009

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45 comentarios en “DERROTA EN EL RIN – Antonio Muñoz

  1. Ascanio dice:

    Pues yo también revindico la presencia de mapas.
    Gracias, galo, por la recomendación, aunque en mi caso… ni con mapas ni sin mapas, porque ya sabes que a mí, el siglo XX, ni fu ni fa. Debe ser porque cuenta entre sus habitantes con seres como yo, y me tengo muy vista.
    Desde luego, lo del «valla» es de juzgado de guardia.

  2. Koenig dice:

    Si, no entiendo como se te ha colado…

  3. Koenig dice:

    Hay que ver que día mas tonto tengooooo

  4. juanrio dice:

    Me alegro de que un autor español se decida a contar acciones, campañas o batallas de la II Guerra Mundial. Tienes razón en que nos ahorramos los errores de traducción y puede que veamos algunas cosas desde otro punto de vista. Creo que puede ser el mismo caso de la cierta distancia que creemos que guardan los autores extranjeros cuando nos cuentan la historia de nuestra guerra civil o la dictadura franquista.

  5. Richar dice:

    Saludos Koenig,

    una duda, la narración del los hechos ¿es del estilo de Ambrose o Ryan? Me refiero a si usa comentarios de los propios personajes o si es todo narrado en tercera persona.

    Gracias,
    Richar.

  6. Valeria dice:

    Yo también compré un libro hace poco porque tenía mapas, mire usté por donde. Pero se desarrolla en otro siglo. Y creo que me he hecho un pequeño lío: ¿el de Cornelius Ryan del puente lejano, no es una novela? Yo pensaba que sí.

  7. Pamplinas dice:

    ¡Buena reseña koening!

    Justamente el sábado pasado lo ojeé y me llamó la atención que el autor achacaba la derrota, aparte de a la división panzer que no esperaban encontrar, a los celos existentes entre los generales aliados. Si no es muy largo de explicar ¿en qué medida afectaron los posibles celos a las tomas de decisiones?

    Gracias y enhorabuena!

  8. Koenig dice:

    Buenas noches.

    Juanrío. El punto de vista, en este caos es el mismo. Sin embargo me ha parecido mas directo a la hora de enjuiciar, como si no tuviera que someterse a una línea concreta.

    Richar. Es mas bien tipo Ambrose, aunque mucho mas agradable de leer.

    Valeria. No, el «Puente Lejano» no es una novela. A pesar de esa técnica un tanto novelística que tiene de narrar los acontecimientos.

    Pamplinas. ¿Podrías haber preguntado algo mas facilito? (el color de los calcetines de Montgomery, por ejemplo). Dame un poco de tiempo, mañana te contesto. Y si quieres debatimos el tema.

    Saludos.

  9. Richar dice:

    Gracias Koenig, un punto más a favor del autor.

    Saludos,
    Richar.

  10. Koenig dice:

    El tema de los celos, supongo que se refiere a la oposición entre Montgomery y Patton, incluso, tal vez, entre Montgomery y todos los demás oficiales estadounidenses. En mi opinión, no afectó demasiado en las operaciones, aunque sí en su planificación y en sus objetivos.

    Todo equipo de personas trabajando en busca de un objetivo concreto sufre roces. Ya sea por diferencias en cuanto a la metodología a seguir para lograr dicho objetivo, por las diferencias de carácter entre los miembros del equipo, por su red de relaciones personales, por su ideología o por cualquier otra de entre muchas razones posibles.

    El caso concreto de las campañas llevadas a cabo conjuntamente por los aliados británico y estadounidense no escapa a esto.

    Si nos fijamos en las diferencias metodológicas. Desde el principio los británicos abogaron por una estrategia periférica, de desgaste, centrada en campañas como África, Sicilia, Italia, y la desastrosa del Egeo. O propugnando la campaña de los Balcanes y de Escandinavia. Esta estrategia, simplificando mucho, venía exigida por sus limitados recursos humanos y su poderosa marina.
    En cambio los estadounidenses propugnaron desde su entrada en la guerra la estrategia de ataque directo al corazón enemigo, por el camino más corto: desembarco en Francia y a Berlín. De hecho, los primeros planes de desembarco, en la península de Cotentin, son de 1942. Esta filosofía venía avalada por su enorme potencial industrial y humano.

    Si nos fijamos en las diferencias de carácter, el alto mando aliado reunió personas de procedencias y filosofías muy distintas. Desde el “pacífico” Omar Bradley, hasta personalidades tan complejas como Montgomery o Patton. Obviamente la forma de actuar y las filosofías personales de estas personas fueron de suma importancia en el desarrollo de los acontecimientos.

    También las relaciones personales influyeron en los roces, o concordias, entre los altos mandos aliados. Se suponía que Eisenhower, jefe del SHAEF (Supreme Headquarters Allied Expeditionnary Force), como estadounidense, debía primar las opciones de su gente. Por eso sus segundos fueron británicos, que debían equilibrar esa primacía, hasta conformar una red de mandos mas parecida a un tablero de ajedrez recién terminado el juego de apertura, donde cada pieza es defendida y amenazada a su vez por multitud de otras piezas. No fue el único tipo de influencia que tuvieron. También influyó el amiguismo, que se manifestó en el ascenso y asunción de misiones de suma importancia a oficiales que no estaban capacitados para ello.

    Y a todo esto hay que añadir diferencias de carácter ideológico, social… Etc.

    Todas estas fuentes de roces, o dificultades, pierden o ganan importancia en razón de las circunstancias. Cuando las cosas van bien, se minimizan, cuando no, adquieren relevancia. Fue lo que sucedió en otoño de 1944, en el noroeste de Europa. Las cosas no iban bien.

    Tras la batalla de la bolsa de Falaise, los aliados occidentales ganaron una espectacular cantidad de espacio sobre unas fuerzas alemanas en retirada. Esto provocó que, por la inevitable ley de los suministros, estos acabaran agotándose. Me explico. Con pocos puertos disponibles, la relación entre: capacidad de descarga de los puertos, capacidad de traslado por las unidades logísticas y cantidades necesarias en las unidades del frente, provocó que la ofensiva se fuera apagando como un fuego sin oxígeno. Máxime si tenemos en cuenta que todo el ejército de los aliados occidentales estaba motorizado, lo que dispara las necesidades.

    Entonces se hizo patente la oposición entre la teoría del frente amplio, y la de la penetración en un frente estrecho. Eisenhower estaba a favor de la primera. Pero para ello había que detener el avance, acumular reservas y, una vez hecho esto, volver a poner en marcha el rodillo compresor. Montgomery y Patton estaban a favor de la segunda: que todos los suministros disponibles fueran enviados a las tropas bajo su mando y ellos se encargarían de penetrar en Alemania y acabar la guerra antes de navidad. Que era en aquel momento una de las máximas ambiciones de los soldados aliados occidentales. El problema es que si esos suministros se enviaban a uno, el otro debía detenerse, y viceversa. Cosa que ninguno de los dos estaba dispuesto a asumir, pero no necesariamente debido a la animadversión personal que sentían uno por otro (en realidad ambos debieron ser insufribles), sino mas bien debido al hecho de que ambos consideraban tener la opción ganadora, y deseaban la gloria para sí mismos.

    De los dos planes presentados, el más factible fue el de Montgomery, que propugnaba la creación de un pasillo aerotransportado que llevara a las tropas del XXX Cuerpo hasta mas allá de Arnhem, a la costa del mar interior holandés. Con ello se lograban dos objetivos: primero cruzar todos los ríos importantes que defendían el Ruhr (fundamental zona industrial de la economía alemana), la llanura alemana y, en última instancia, Berlín. Segundo: embolsar en el norte de Holanda a todo el XV Ejército Alemán.

    Montgomery, y quienes le apoyaban, presionaron a Eisenhower, entre otras razones, con la promesa de acabar la guerra antes de Navidad. Patton protestó, se unió a los teóricos del frente amplio y trató de acaparar todos los suministros posibles, pero su plan de avance desde la zona de Metz dejaba sus dos flancos al descubierto, con lo cual no era factible. Cuando Eisenhower le dio permiso para poner en marcha su plan, Montgomery no pudo evitar actuar de modo jactancioso y suficiente, ofendiendo tanto a quienes le habían apoyado como a quienes se le habían opuesto, creando resentimientos y provocando disensiones muy importantes. Que Eisenhower tuvo que limar y eliminar, cosa que hizo con mucho éxito. Eisenhower no era un gran estratega, pero resultó ser un perfecto diplomático militar. El resultado fue que se perdieron muchas tropas, que no se tomó el puente de Arnhem y que el cruce del Rhin tuvo que esperar hasta la primavera de 1945.

    Pero mi opinión es que, en el momento concreto de Market-Garden, todas estas animadversiones personales tuvieron escasa incidencia.

    Así que Opino.

    Un saludo.

  11. juanrio dice:

    No se si viste en su día la serie que se hizo sobre Ike(Creo recordar que así se llamó) Eisenhower, pero de ella lo que saqué en claro es que su mayor virtud fué que no se «mataran» entre sí los distintos mandos de los ejercitos a sus ordenes.

    Como bien dices, la impresión es que tanto Montgomery como Patton debieron ser dos personajes insoportables y con un ego del tamaño de China, pero posiblemente gracias a ello también fueron dos de los mayores precursores de que se acabara la guerra.

  12. Koenig dice:

    Recuerdo la serie Juanrío, aunque no la vi entera. Recalcaba mucho, en efecto, su encomiable labor diplomática. En ese aspecto fue un auténtico maestro, y acabó llegando a POTUS.

    También sus memorias son muy interesantes al respecto. De una sutileza sin par.

    Con respecto a que Patton y Montgomery fueran dos de los mayores precursores de que se acabara la guerra. La verdad, no acabo de verlo así.
    La de Túnez fue una victoria por gravedad (newtoniana).
    En Sicilia la gravedad les falló por completo, fue una «victoria perdida», como dijo Carlo D´este.
    En Europa no lo hicieron mal, pero el equilibrio medios-prudencia lo tuvieron muy descompensado, tanto a favor como en contra.
    En suma, que sabían hacer su trabajo, pero visto en el tiempo, no eran ni imprescindibles, ni extraordinarios.

    Opino.

    Saludos

  13. jordimon dice:

    Siento venir en plan aguafiestas, pero bueno…
    en primer lugar el libro me ha llamado la atención por una bibliografía realmente pobre… algunas de las obras citadas son claramente «de relleno», en un intento que a los que tenemos alumnos no nos sorprende, de hacer mas larga la lista. Por otro lado, alguno de los comentarios se refiere a que el hecho de que sea un autor español puede darnos un punto de vista diferente… teniendo en cuenta de que no utiliza documentación original en ningún caso y de que todo lo que hace servir son fuentes secundarias, dificilmente eso es posible. Muchas veces entre los aficionados (y tambien entre muchos que han estudiado historia) existe una confusión notable entre lo que son fuentes primarias y lo que son fuentes secundarias. Por eso veo en este foro, como en otros, alabar puntos de vista originales, cuando de hecho son los de autores presentes en la bibliografia, o como mucho, inferidos por el autor como tales.
    Por otro lado, veo en muchos de los aficionados a la historia militar una especie de voluntad de ganar las guerras despues de haberse terminado, es decir, a debatir sobre hechos historicos ya sabidos del estilo quien fue mejor general, que cañon disparaba mejor y mas rapido o que barco o avion fue mas decisivo para ganar o perder tal o cual batalla o campaña… supongo que esto tiene un cierto interes, pero echo de menos debates mas profundos y, sobretodo, un cierto esfuerzo de evitar que los arboles no nos dejen ver el bosque… Espero que mis comentarios no ofendan a nadie, pues no lo pretenden, pero uno esta ya bastante «mosqueado» con mis alumnos y, bueno, a uno le gustaria ayudar a que personas que intervienen en este foro contrastaran opiniones mas substanciosas sobre temas mas profundos… y seguro que vdes. pueden…
    Un saludo a todos

  14. Koenig dice:

    Estimado Sr. Jordimon.

    En primer agradezco mucho la intervención, incluso que intente darme (nos) un tirón de orejas.

    Entonaré primero mi propio mea culpa, que no todo es criticar a los demás. Figúrese que cuando terminé el libro, no miré la bibliografía. Figúrese que soy tan orgulloso que tras haber leído las memorias de Montgomery, las de Eisenhower, el libro de C. Ryan, alguna obra generalista mas que no recuerdo ahora y los reportes oficiales de las divisiónes 101 abn y 82 abn, así como los documentos oficiales referentes a la planificación, ejecución y análisis de la operación Market-Garden; se me ocurrió pensar que el libro estaba bien escrito.
    Y aún así, a pesar de estar lecturas y de mi desmedido orgullo, se me ocurrió terminar la reseña con un «opino». Por si acaso.

    Pero agradezco mucho su intervención. Faltaría mas, y aún la agradecería mas si, desde las alturas, me respondiera a tres simples preguntas:
    ¿Qué obras de las citadas en la bibliografía son de relleno?
    ¿Qué opiniones no son del autor, sino tomadas de la bibliografía?
    ¿Qué debates son mas profundos que los que mantenemos aquí?
    Se me ocurren mas, pero empecemos por algo fácil, a mi nivel. También podría haber pedido una opinión, pero es evidente que lo que se me va a dar es información veraz, no opiniones.

    Porque, con todo respeto, afear lo que hacen los demás, sin dar explicaciones, ni alternativas, ni soluciones; se me antoja una labor fácil, a la altura de cualquier estudiante, a la altura de gente que necesita, obviamente, ayuda para contrastar opiniones mas sustanciosas.

    Así que quedo a la espera de la iluminación.

    Un atento saludo.

    P.D. Y espero que la respuesta no se limite a un simple no me merece la pena en un ambiente tan agresivo, o si ustedes no se dan cuenta, para que se lo voy a explicar yo. Esas están muy vistas.

    P.P.D. También me disculpo por lo que parece, a todas luces, una pataleta injusta e innecesaria, debe ser mi mal caracter congénito.

    Un saludo de nuevo.

  15. Richar dice:

    Saludos y bienvenido jordimon,

    sólo por referencias a su último párrafo, comentar que Hislibris es un punto de encuentro para aficionados a la literatura histórica, independientemente del nivel de conocimiento de cada uno: hay habituales participantes de un nivel difícilmente superable en conociminetos de materias históricas concretas (el post sobre «Armas de Grecia y Roma» es sólo un ejemplo), pero también los hay con conocimientos cuasi nulos de todo (por ejemplo, el menda lerenda) que sin embargo encuentran su hueco aquí para charlar sobre libros leídos, aprender sobre Historia y compartir cualquier otra cosa que se tercie.

    De ahí que no siempre podamos ofrecer opiniones substanciosas sobre temas profundos, entre otras cosas porque no es una condición de este lugar. Sí, como decía, el compartir nuestra afición por la lectura y la Historia. Así de sencillo.

    En cualquier caso, bienvenido a Hislibris.

    Un saludo,
    Richar.

  16. Javi_LR dice:

    Yo tenía un par de amigos. Uno triunfó en los negocios y ganó mucho dinero. El otro se dedicó a estudiar diseño gráfico. «Uno», en cuanto vio dinero, lo tuvo que gastar en adquirir cosas; no porque las necesitara, sino porque tenía la necesidad de experimentar esa riqueza. «Otro» empezó a saber manejar los colores y las formas; tanta borrachera estilística tenía, que intentaba plasmar todo lo que sabía en sus diseños. «Uno» comenzó a comprender que el estilo, la riqueza y la nobleza en realidad no se podían comprar, porque el derroche y los disfraces resultaban apariencias huecas. «Otro» percibió en toda su obra el mal gusto del que todo lo quiere demostrar, el barroquismo vano de su trabajo. «Uno», con toda su riqueza, decidió no aparentar, y adquirió clase. «Otro», con toda su técnica, resolvió que debía ser mesuroso y sencillo, aunque apuntara a la extravagancia, y obtuvo estética.

    Y con todo, puede que «Uno» y «Otro» estuviesen equivocados.

    Un saludo, Jordimon, y bienvenido.

  17. Pamplinas dice:

    Gracias Koenig por tu magnífica intervención. Cuando ojeé el libro pensé que los celos llevaron a malas decisiones durante la campaña y no antes. Con tu intervención me lo has aclarado.

    Por otra parte la animadversión entre Patton y Montgomery creo que ya es legendaria. Veo por lo que dices que no tienes en demasiada estima a ninguno de los dos. Vaya por delante que yo no soy ningún experto en la materia pero a mi siempre me ha parecido Monty algo mediocre mientras que Patton me ha parecido un gran general. También es cierto que como dice jordimon estas discusiones son estériles, sólo lo comentaba por que me ha sorprendido tu valoración pero seguro que se fundamenta mejor que la mía.

  18. Koenig dice:

    Amigo Pamplinas, discrepo.
    Estas discusiones serán estériles cuando ninguno de los que participen en ellas obtenga nada. Pero no son estériles porque uno de los que no participan no obtiene nada.

    A ver si luego tengo mas tiempo y escribo algo sobre cada uno de los dos.

    Saludos.

  19. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    La aportación de Jordimon me recuerda aquella que hizo un tal Manuel, que era profesor de universidad, y que aunque dominaba la historia medieval, creo que era la medieval, era incapaz de hacer una aportación simple. Creo que dejó hislibris porque le parecía aburrido, supongo.

    Cordialmente.

  20. cavilius dice:

    Si necesitáis alguien que os ilumine sobre el tema este de la Segunda Guerra Mundial, me lo decís, ¿eh?; pero sin ninguna vergüenza, vamos.

    Que tengo yo unas lámparas que iluminan quepaquélasprisas.

    Saludos.

  21. lucano dice:

    Un saludo a koenig y demás participantes que iluminan de verdad (y no es coña, cavilius) a unos pobres aficionados como el que suscribe, pura fuente secundaria o terciaria de la peor especie.

    Con respecto a market-garden, siempre me ha parecido llamativa la saña con la que se trata desde la historiografía anglosajona a los mandos responsables (que desde luego no se lucieron en absoluto), en comparación con otras operaciones catastróficas más o menos costosas en vidas pero invariablemente menos ambiciosas en objetivos. Aquí se podía haber ventilado el final de la guerra en 3 meses, arriesgando-vale, sacrificando en la práctica- ¿2 divisiones?.
    ¿Qué decir entonces de Anzio, de las primeras operaciones en Birmania, de Dieppe-sacrificio tremendo para»ganar experiencia»-, de las fallidas operaciones contra Rommel o de Grecia, de los primeros ataques en Cassino…?
    Yo creo que lo de Arnhem fracasó no sólo por los errores ingleses, sino también por méritos de los alemanes, cuyas unidades (con un elevado porcentaje de soldados de las SS) combatieron con su habitual capacidad de sacrificio, y algunos de cuyos comandantes resultaron más competentes desde una perspectiva puramente profesional que sus adversarios (como ocurrió con cierta frecuencia). Esta operación (de alguna manera «a la alemana») era arriesgada, pero en mi opinión menos que la que funcionó a los alemanes en Noruega en 1940, o incluso que la de Creta, por poner ejemplos de atrevimiento recompensado.

    A mí no me parece Montgomery ningún modelo, pero no puedo criticarle el intentar la única operación en la que se saltó su propio estilo en aras de una aplicación de las novedades que el desarrollo de la guerra venía dando, que de resultar hubiese ahorrado muchas vidas de todos los contendientes. No es desdeñable la convicción de los aliados del derrumbe inminente de la combatividad alemana (tipo 1918), o su confianza en su propia inteligencia (que contaba con dominio absoluto del aire, informes de las redes de resistencia, etc)

    Dicho ésto, se planificó y ejecutó de forma deficiente, pero aún así pudo resultar, con un poco más de iniciativa de algunos mandos, o menos de algunos alemanes, y la apuesta merecía la pena más que ninguna otra en toda la guerra.
    Un saludo a todos y gracias por la reseña

  22. David L dice:

    Muy buena reseña Koenig. Ya he pedido el libro a través de Internet, a ver si me llega rápido y puedo empezar a leerlo.

    En cuanto a la operación Market-Garden yo creo que los primeros sorprendidos por el ímpetu de Montgomery fueron los propios alemanes. El estilo que quiso marcar Monty se asociaba más a la filosofía militar de Patton que a la del británico, más cauto y menos arriesgado aquél por sistema que el norteamericano. La resistencia alemana fue feroz, influyendo mucho en ello la decisión de Model de no destruir, como se pensó en un principio, los puentes que unían Eindhoven y Arhnem. Su Estado Mayor presionó para que se cortara de esta manera el avance aliado, pero Model pensó que de esta manera (destrucción de los puentes) se liquidaba también la posibilidad de un contraataque alemán con unidades acorazadas. Tal vez faltó más ímpetu y fuerza en el avance por parte aliada, pero también, como bien ha comentado Koenig, tampoco esperaban que los alemanes resistieran y contraatacaran con tanta fuerza. A medida que la guerra avanzaba hacia Alemania, los alemanes resistían con más fiereza todavía, mientras que los aliados intentaban minimizar las bajas. Todos pensaban que la guerra después de Normandía era cosa hecha. Los alemanes aún tenían mucho que decir: Market-Garden fue la primera prueba de que así sería hasta el final de la guerra.

    Un saludo.

  23. jordimon dice:

    En primer lugar me disculpo por lo que pueda parecer una cierta prepotencia por mi parte… si lo ha parecido, reitero mis disculpas. La mayoria de vds, y en concreto el señor Koenig, me parecen personas inteligentes que hacen normalmente comentarios adecuados… simplemente me gustaria que se atrevieran con libros mas «profundos», que tocan temas de mas calado. Echo de menos en este foro comentar libros mas generales y, sobretodo, com mayor carga «teorica». Creo que se deberian atrever a ellos.
    Sobre los puntos de los que hago crítica, aconsejaria todos ustedes que compararan las bibliografias de libros como los hechos por Hastings, Beevor o Keegan, por citar solo algunos autores. Por otro lado, si solo se utilizan obras secundarias, dificilmente se puede atrever uno a dar opiniones diferentes a los de los autores utilizados y, si se hace, son dificilmente justificables, puesto que eso indicaria que se utilizan mal las fuentes. Para dar explicaciones novedosas se han de utilizar fuentes nuevas, basicamente documentales (que es lo que definimos como fuentes primarias).
    En cuanto a las fuentes de relleno, les recomiendo que les echen una ojeada… seguro que no hara mucha falta que yo les indique cuales. Especialmente me refiero a esas obras generales, normalmente en castellano, que todos hemos leido (la de Keegan, p.ej), que aportan poca informacion al texto, pero que quedan muy bien citarlas.
    El autor me parece un aficionado con mucha buena voluntad, pero al que le haria falta hacer el doctorado, para poder dar profundidad a sus conocimientos y a sus buenas intenciones.
    Por otro lado, quedarnos simplemente en envidias y temas personales, cuando lo que en el libro se trata es de mayor calado (el encontronazo entre dos estrategias de terminar la guerra diferentes, p.ej.) es un nuevo ejemplo de lo que yo les advertia de que frecuentemente los arboles no dejan ver el bosque. Yo mismo sufri un varapalo semejante cuando estudiaba 3ª… un profesor me dijo que esa obsesion por detalles nimios no me dejaba profundizar en lo que habia detras de ellos… yo no me lo tome a mal y, en su momento, fue mi mentor y director de mi tesis. Espero que vdes. entiendan que no hay mala intencion ni menosprecio en este comentario, al contrario, me encantaria debatir con todos temas historicos que nos lleven a reflexionar no solo sobre la historia, sino tambien sobre el mundo en que vivimos y en su evolucion.
    Si me permiten, les hare una recomendacion que redunda en el tema…
    Acaba de aparecer en las librerias el libro de Ian Kershaw «Hitler, los alemanes y la solucion final». Es basicamente una colección de articulos del autor sobre ese tema, pero incluye algunos sobre los debates historiograficos que giran alrededor. Me agradaria mucho que alguno de vdes. lo leyera y me encantaria generar una discusión sobre ello.
    De nuevo reitero mis disculpas a los que mis comentarios les puedan haber parecido menospreciativos o extemporaneos.
    Un saludo

  24. Germánico dice:

    Espero que en ese que citas, Jordimon, Kershaw recupere su pulso habitual, porque, en mi humilde opinión, el anterior, «Decisiones fundamentales de la Segunda Guerra Mundial», no está a su nivel habitual… Y encima es aburrido. Uno hasta sospecha que no lo escribió él.

    En cuanto a lo dicho respecto al uso de las fuentes secundarias, estoy completamente de acuerdo contigo. Y ádemás el fenómeno se reproduce en el otro estudioso de la SGM español que me viene ahora mismo a la cabeza, Álvaro Lozano. No digo que sean libros malos; sólo digo que no trabajan sobre documentos originales ni acceden a los archivos en donde se encuentra el material que refleja la historia.

    Saludos.

  25. jordimon dice:

    Completamente de acuerdo con vd, germanico, referente al libro anterior de Kershaw… me dio la sensación de que trabajaba un tema en el que no tenia los conocimientos esperados. De todas maneras, el tema del libro que les comentaba es su especialidad. Ademas, es una especie de reedición de articulos suyos sobradamente conocidos entre (valga la redundancia) los especialistas. Lo comentaba mas bien en referencia a debates mas en profundidad, para que cualquiera, sea aficionado simplemente o tenga estudios universitarios de historia, pueda debatir un tema complejo pero apasionante, cuyos efectos se dejan sentir hoy en dia y que pueden iluminar nuestra realidad.
    Y un comentario para vd. en concreto. Estoy totalmente de acuerdo en su referencia al Sr. Lozano (y algun otro mas…), y añadiré que en que sus textos frecuentemente solo hacen que poner en manos del aficionado español una especie de resumen de bibliografia extranjera que su concimiento del idioma permite hacer. Pero entre muchos de los que comentan estos foros falta la distinción entre los diferentes tipos de documentación, y eso les puede resultar engañoso al valorar los libros que comentan.
    Yo recomendaría a algunos que siempre, al hojear por primera vez un libro, no se fijen solo en el tema o en si hay alguna frase aparentemente interesante… primero vayan al índice (dice muchisimo y aun lector bien entrenado le puede hacer ver rapidamente de que pie cojea el autor, si lo hace…) y luego a la bibliografia. Mirenla con atención y fijense en el tipo de fuentes que utiliza, especialmente si utiliza fuentes primarias (documentos originales) y, en el caso de las fuentes secundarias, si esta bien actualizada.
    Un saludo a todos

  26. pepe dice:

    Estimado Jordimón: si me permites el tuteo, te diré que encuentro de lo más oportunas tus intervenciones. Hay que poner firme al personal que deambula por aquí sin saber distinguir entre índice, bibliografía, glosario, anexos (si los hubiere), tesis, antítesis, introducción o conclusión. Me ha gustado especialmente ese llamamiento a la profundidad de los temas tratados y la recomendación de huir de discusiones del estilo de quien fue mejor general, que cañon disparaba mejor y mas rapido o que barco o avion fue mas decisivo para ganar o perder tal o cual batalla o campaña. No puedo calificar tus palabras sino como muy inspiradas y no exentas, sin embargo, de un sutil toque de ironía con el que, yo al menos, he disfrutado mucho. Qué lástima de no tener a mano al autor de la reseña para tomarme una caña (anda, diminutivo de cañón) con él, ahora que viene el calor, e insistirle sobre la importancia de las fuentes primarias…

  27. David L dice:

    Entiendo lo que el señor jordimon quiere decir cuando comenta la importancia de ojear los libros por el final, y no puedo poner “peros” a lo que me parece un buen consejo. Ahora bien, el comentario sobre “que los árboles no nos dejan ver el bosque” me parece una mera opinión personal que no debe ser tomada como dogma por todos los lectores. ¿Quién decide qué es lo importante para un lector? A lo mejor éste lo que busca es precisamente eso, saber que general se mostró mas ducho en el desarrollo de la batalla y nada más.¿ Es éste un lector al que hay que minusvalorar por ciertas “elites” intelectuales? No sé, lo demás me parece una suposición subjetiva y, con todos mis respetos, con cierto aire elitista. Yo sí creo que los historiadores, a lo mejor no todos, buscan alimentar el espíritu crítico en el lector, pero no a costa de perder lectores.

    Tal vez habría que establecer dos grupos bien definidos a la hora de establecer cualquier debate historiográfico:

    1) por un lado estarían los llamados propiamente historiadores profesionales, los cuales pueden debatir y llegar a sacar conclusiones, gracias sobre todo a las fuentes primarias.
    2) los escritores a los cuales les es difícil muchas veces por tema presupuestario acudir a las fuentes primarias, y, que a través de una buena selección de las secundarias, pueden acercar al lector medio una buena visión general de otros puntos de vistas aderezados de sus propias conclusiones.

    Mi pregunta sería la siguiente, ¿se puede denigrar el trabajo de alguien simplemente por basarse en fuentes secundarias? ¿no tiene cabida en el mercado un escritor así? ¿Crearemos una selección elitista de historiadores que acabaran por monopolizar toda la información, como se ve en muchos casos? Y por último, ¿no puede un señor como Antonio Muñoz sacar sus propias conclusiones, me imagino que después de infinitas lecturas sobre el tema, y desarrollarlas en un libro para que el lector decida si el producto final es de su agrado?

    Un saludo.

  28. Schwejk dice:

    ¿Sólo podemos leer tochos del tema en el que somos, o queremos ser, especialistas? Yo por ejemplo no he leído este libro, y dudo mucho que lo compre, más que nada porque no quiero enterarme de que un blasfemo ha descubierto que Ryan se haya equivocado en nada. Pero esto no quita que pueda haber lectores que le interese esta batalla y prefiera estar a la última, sin recurrir a otros idiomas. ¿Debe conocer el estado de la bibliografía inglesa sobre el tema? ¿Y qué pasa con los estudios -o las fuentes- alemanas, polacas y holandesas?

    En definitiva ¿un trabajo de divulgación, por definición, es malo?

    A lo mejor estoy metiendo la pata, pero yo por lo que he leído de hislibris la veo como un punto de encuentro de aficionados a la historia (no sólo militar, no sólo novela), por el que de vez en cuando se pasan profesionales a los que además les gusta su trabajo. En ese contexto, aún tratándose de la SGM no todos necesariamente son especialistas ni buscan lo último de lo último de un tema que, aun circunscribiéndolo a una batalla, puede ser complejísimo. Tampoco puede simplificarlo todo con dos casillas. «divulgación mala para tontos», e «historia de la buena, solo para profesionales».
    ¿Cómo puede concebirse, por ejemplo, un estudio sobre una batalla recurriendo únicamente a fuentes primarias? ¿Hasta dónde llegan los antecedentes? ¿De quién nos fiamos para cuestiones tan dispares como las comunicaciones, la población civil, las mareas fluviales, la doctrina de la artillería o el desempeño de la aviación de transporte? ¿Hasta que punto puedes fiarte de los testigos o, peor aún, de los documentos, aun sin lagunas? Y sí, me estoy centrando en unas pocas semanas de 1944 y con algo que no implicó a mucha gente.
    En definitiva, al final siempre nos tendremos que apoyar en fuentes «secundarias» que establezcan el marco en el que nos movamos, sea la historia de una compañía (¿se emplearon los char B lanzallamas?) una biografía (Audrey Hepburn estaba por allí, por cierto) o toda la batalla.

  29. jordimon dice:

    En contestacion a algunos comentarios, nada mas lejos de mi intención de denigrar la divulgación. Si lo ha parecido, pido disculpas por no haberme explicado bien. La divulgación es una magnifica oportunidad de extender los conocimientos historicos a un gran numero de personas, pero se ha de hacer bien.
    A lo que me opongo es que los autores de esta expongan teorias en base solo a fuentes secundarias, arrogandose una titularidad que frecuentemente no es suya, sino la de los autores que utiliza (que si han utilizado esas fuentes).
    Lo que me gustaria que transmitieran mis comentarios es la idea de que seria magnifico que todos, aficionados con estudios de historia o bien gente que ha tenido esos estudios, pero aun ha de madurarlos, no solo se limiten a acumular datos (y con el tiempo convertirse en «abuelos Cebolleta», explicando batallitas…), sino que empiezen a adquirir conocimientos que les lleven a lo que denominamos «pensar historicamente», es decir, aunque esten leyendo monografias sobre hechos o personajes muy concretos, poder extrapolar esos datos… lo que yo intentaba decir con la imagen de «los arboles que no dejan ver el bosque»… por eso creo que se deberia leer libros que tambien nos amplien horizontes y podamos entrar en las discusiones historiograficas… al contrario de lo que les ha parecido a algunos de vdes. me gustaria que los aficionados entraran en ellas, que nos ayudaran a avanzar en los conocimientos de la historia para iluminar el presente e imaginar nuestro futuro, pues no es otra la misión de la historia. La mayoria de la gente que interviene en estos foros tiene los intereses y la capacidad para hacerlo. Estoy seguro que el esfuerzo valdria la pena.
    Por ejemplo… a los que no lo hayan hecho, estaria bien que leyeran seguidos los libros de Browning («Aquellos hombres grises») y el de Goldhagen («Los asesinos voluntarios de Hitler»), fijandose no tanto en las partes puramente narrativas, como en las que hacen un esfuerzo de teorizar sobre el tema.
    Un saludo a todos

  30. Koenig dice:

    Buenos días.

    Estuve fuera ayer y esto ha corrido mucho, así que voy a hacer un par de comentarios que seguramente no serán demasiado precisos.

    En primer lugar quiero agradecer a Jordimon que se haya disculpado, mas de una vez, y disculparme a mi vez si he sido un tanto «directo».

    Con respecto al problema de las fuentes, y sin olvidar que amantes a la historia los hay de todo tipo, hay que tener en cuenta que las fuentes primarias son de muy difícil acceso para una proporción importante de nosotros. Tanto por problemas de idioma como por problemas de acceso a los documentos.

    Sin embargo ello no debe impedir que las opiniones circulen, se emitan y se contrasten. Y ciertamente muchas veces nuestras opiniones coincidirán con las de otros autores, que hayamos leído o no, a los que no citaremos. Pero si cada vez que alguien emite su punto de vista sobre un tema tiene primero que bucear en todo lo anterior para saber si otro opinó igual antes, se acabará anquilosando de tal modo la historia que no cabrán ideas nuevas.

    Me gustaría insistir también en algo que ya apunté en la reseña. Es interesante que se vuelque al español la información disponible sobre determinados acontecimientos históricos. Y que se haga correctamente. Desgraciadamente, sobre a un periodo como la guerra de 1939-45 (y seguramente para otros también), mucha información no ha sido traducida, y buena parte de la que ha sido traducida no lo ha sido bien.

    Por otro lado, y dentro del problema de las bibliografías. Estoy de acuerdo con Jordimon en que tienen importancia. Ciertamente hay libros conbibliografías de relleno en la medida en que los libros que se citan no tienen mucho que ver con el tema tratado. Pero también se ven libros eruditísimos, con centenares de referencias bibiográficas que, a mi personalmente, me cuesta creer que el autor se haya leído. Estos últimos ¿También son de relleno?. Estos razonamientos me han llevado siempre ha dar menos importancia a las bibliografías, aunque la tienen, y mas a los textos. A lo que el autor dice, no a lo que dice que ha leído.

    Y ya se me ocurrirán mas cosas.

    Opino.

    Saludos.

  31. juanrio dice:

    Schwejk, buen comentario y mejor blog. He estado leyendo algunas de tus entradas y te agrego a mis lecturas habituales. Felicidades.

  32. Schwejk dice:

    juanrio, muchas gracias.

    jordimon, cuando quieras y donde quieras :-) Pero me temo que hace ya tiempo que Goldhagen perdió la partida. Y propondría como lugar la reseña de Finkelstein, pero me temo que pasaría como aquí (y lo que le pasó a Chuikov allí): discutirámos de cualquier cosa menos el tema principal.
    Y muy de acuerdo con lo que dice Koenig sobre las bibliografías; por cierto, me vienen a la mente libros que, aunque partan de un montón de fuentes primarias, muy legítimas y veraces, llegan a conclusiones peregrinas.

  33. David L dice:

    Por si os interesa, ya se reseñó el libro de Browning y se comentó el contraste entre la tesis de éste y la de Goldhagen.

    https://www.hislibris.com/?p=845

    Un saludo.

  34. Koenig dice:

    Buenas tardes.

    No me había fijado. ¿Habéis visto quien es el paracaidista que rema, en el centro izquierda del bote?

  35. Schwejk dice:

    No puedo ver la portada, pero adivino…. ¿Robert Redford?

  36. David L dice:

    Yo apostaría también que es Robert Redford. Lo que ya no sé es qué película debe de ser la que representa esta carátula.

    Un saludo.

  37. Sangón dice:

    Pues precisamente «Un puente lejano» la pelicula basada en la Operación Market Garden

  38. Koenig dice:

    Efectivamente.

    No deja de ser curioso que para la portada de un libro de historia hayan cogido un fotograma de una película.

    Opino.

  39. Rodrigo dice:

    Bah, es cierto.

    Aquí se lo puede ver claramente:
    http://www.soldiers.es/images/68890.gif

  40. Licurgo dice:

    ¡Vaya!, no se os puede dejar solos.
    Menuda discusión interesante se ha montado en estas semanas que no he podido entrar.
    En primer lugar, sí, es Robert Redford en «un puente lejano» durante el cruce en fuerza del Waal al oeste de Nimega…
    En segundo lugar, siento disentir con jordimon a nivel historiográfico; el objetivo del historiador es interpretar el hecho histórico, y esto se realiza a través del hecho histórico en sí, no de las fuentes. Evidentemente las fuentes deben ser fiables y esto no es una atributo exclusivo de las fuentes primarias (que en muchos casos son exculpatorias y/o autocomplacientes).
    Por tanto, considero, que se puede publicar buen material con fuentes secundarias.
    En tercer lugar agredecería, sinceramente, que nos pusiera algún ejemplo de debate «profundo» relacionado con este libro concretamente. Creo que habla de la dicotomía «frente estrecho» – «frente amplio»; ¿podría plantear algún otro?.
    En cuarto lugar difiero profundamente de la postura respecto a las posibilidades de Pattón y sus flancos «descubiertos» del maxipost del franchute libre (leáse Koenig). Patton consiguió suplir las fuerzas de flanqueo con una simbiosis con el 19º mando aéreo táctico. Así mismo, el enfrentamiento entre mandos británicos y norteamericanos sí tuvo que ver en esta operación: concretamente la actitud de Hodges y su 1er Ejército norteamericano, privó al 21er Grupo de Ejércitos de un puntal esencial para la operación.
    En quinto lugar, la limpieza del Escalda (objetivo mucho menos ambicioso pero muy importante) y una prioridad a Patton, tal vez podría haber sido una alternativa interesante. El 1er Ejército Canadiense se la vió y se las deseó para cumplir con la tarea de limpieza que tenía asignada.
    En sexto y, por el momento último lugar, comentar que lo «cortés no quita lo valiente» y que se puede realizar, y se debería realizar, una buena literatura histórica. Un ejemplo clásico lo tenemos en E.P. Thompson y su obra más conocida, «La formación de la clase obrera en Inglaterra» (1963).
    Saludos.
    PD.- Franchute libre, justo lo que te gusta de este autor, es lo que no me agrada a mí; los juicios de valor y las opiniones gratuitas sobre los protagonistas, desde mi punto de vista, le hacen perder credibilidad.

  41. Koenig dice:

    La verdad es que tenía este hilo un tanto olvidado.

    Mi estimado legislador legendario. Y demás participantes, por supuesto.

    Empezaré con tu sexto, que estámas cerca. Creo que la credibilidad, o no, de los autores que opinan, debe basarse en lo que opinan y en cómo lo fundamentan. Pero mas allá de esto, depende también de los lectores.

    Como comentaba antes, he tenido la ocasión de leer los documentos CAB 44/252 y CAB 44/254, referentes a la campaña del noroeste de Europa y, en concreto, a la operación Market Garden. Acompañados de los mapas de referencia. Además de otros varios libros sobre el tema, que comentaba antes.

    Parecerá vanidad, pero creo (nada mas), que con esto he conseguido un conocimiento correcto de lo que sucedió en aquellos días de septiembre. Me clasificaría pues como «lector informado», y volviendo a lo que decía al principio, como «lector informado», me interesan mas las obras de opinión que las de descripción. Ya que estas últimas, aunque no las descarto nunca, poca información nueva pueden aportarme.

    Resumo: juicios de valor y opiniones me parecen deseables para lectores informados, sean fundamentadas o no, pues dan juego al debate; y para lectores menos avezados, me parecen una estupenda guía, siempre que estén fundamentadas.

    Con respecto a Patton y su 3rd Army. No entiendo muy bien eso de «suplir las fuerzas de flanqueo». Pero con respecto a sus posibilidades de avanzar en solitario, creo que no estaba posicionado para ello.

    En primer lugar porque lo intentó, bueno era Patton para quedarse sentado esperando, y a principios de septiembre se partió los dientes contra las defensas alemanas en Metz. Y dentro del contexto de las opraciones en Lorena, sufrió bajas que no hubieran debido ser. Al final se detuvo.

    En segundo lugar, porque su avance en solitario hubieran supuesto unos flancos indefendibles para su ejército. Hubiera supuesto sacar tropas de los ejércitos posicionados al norte y al sur. Los mismos que resultaron insuficientes en invierno frente a las ofensivas alemanas. Imaginemos los contraataques alemanes en Ardenas y Alsacia al norte y al sur de un 3er Ejército sobreextendido. En resumen, hubiera debilitado innecesariamente el conjunto del frente.

    ¿Porque el avance de Montgomery no?
    En primer lugar por el control aliado del mar, aunque demostraron ser bastante pacatos al respecto. Pero Montgomery disponía de un flanco izquierdo relativamente seguro, ya que cualquier ofensiva alemana contra el mismo suponía la posibilidad de golpear sus defensas costeras. Así lo debieron ver los alemanes, puesto que el XV ejército de Von Zangen pasó el invierno atrincherándose y manteniendo abiertos los escasos canales de comunicación que le quedaban por el norte de Holanda. No hubo acciones ofensivas en el flanco izquierdo de Monty después de la operación, y las que hubo durante, fueron mucho mas débiles que las que provinieron del sur, de su flanco derecho.

    En todo caso. Creo que tenía razón Eisenhower al propugnar el frente amplio. Atacar en todas partes fue, al final, la única forma de derrotar a los alemanes, impidiendo que concentraran su potencial defensivo en un punto concreto.

    Eso si, y para variar. Despejar los accesos a Amberes, limpiando el Escalda, debió ser «EL» objetivo de aquel otoño,mientras los demás ejércitos se abastecían. Un objetivo que, al no cumplirse con diligencia, costó sufrimientos ingentes a los canadienses,mas adelante.

    En cuanto a Hodges, creo recordar que tenía sus propios problemas, tratando de tomar Aachen. Miraré mas en detalle.

    Peroooo Opino, en todo caso.

    Saludos.

  42. Licurgo dice:

    Bueno, no es lo mismo opinar y juzgar que interpretar, y creo mon ami Françoise que tú tambien prefieres un libro interpretativo. Aquí es donde más debate existe.
    Pongamos un burdo ejemplo:
    + Opinión.- Roosevelt era un maquiavélico enfermo de meningitis que destilaba bilis por todos sus poros…
    + Interpretación.- Los datos recogidos, la lentitud de Magic y Púrpura, el traslado de la flota a Hawai, la sorprendente negligencia de los altos cargos y la parsimonia de Mcarthur en las Filipinas me llevan a pensar que Roosevelt puso un cebo a los japoneses en las Filipinas, no así Pearl Harbour. La primera sentencia procede de que, tras ser informado del ataque del 7 de diciembre, Mcarthur siguió exponiendo su fuerza aérea. La segunda procede de la situación de los portaaviones, uno de los cuales volvía en ese momento…bla bla bla.
    Para empezar esta interpretación se enmarcaría dentro de una corriente historiográfica concreta, cosa que ya de por sí es debatible y saca conclusiones de hechos. La interpretación, per se, también genera amplias posibilidades de debate.
    La opinión dificilmente; o se comparte o no.

    Patton, a mon ami Françoise; Metz fue una soberana metedura de pata que, además, iba en contra de su propia doctrina; evitar los puntos fuertes, aislarlos y avanzar a toda costa.
    Presumo que el avance no se limitaría al 3er ejército. En el norte se dió prioridad a todo un grupo de ejército, el 21º. Supongo que en el sur se daría prioridad a todo el 12º GE de Bradley, de modo que el flanco norte de Patton quedaría algo cubierto.
    Es interesante tu interpretación (¿ves?, interpretación) del frente amplio.

    Una última cosa; el XV ejército alemán de Zangen poco podía amenazar a Monty, buena parte de sus efectivos habían sido trasladados a la zona de Market-Garden para combatir mano a mano con el 1er ejército paracaídista alemán de reciente formación.
    Saludos y seguimos discutiendo.
    PD.- ¿Qué peso crees que tuvo la opinión pública norteamericana, principalmente, en la decisión de adoptar el plan de Montgomery? (como algo abstracto, presente en cada decisión del SHAEF).

  43. Koenig dice:

    Buenas noches.

    Mi estimado amigo, entiendo, creo, tu diferenciación entre opinión e interpretación. Pero no puedo aceptar los ejemplos que pones, ya que uno es excesivo, y el otro mas moderado.
    Además, ambos se pueden discutir. La mala bilis de Roosevelt, por ejemplo, puede ser un dato objetivo o una opinión. Y como tal opinión puede ser rebatible con casos en que no actuó mal, y reafirmarse con casos en los que si. O simplemente diciendo que ningún hombre tiene un caracter tan absoluto.

    Siguen gustándome pues las opiniones, los juicios y las interpretaciones. A fin de cuentas, hacemos las tres cosas aquí.

    Con respecto a los grupos de ejército. El 21º estaba compuesto por dos ejércitos: 1º Canadiense y 2º Británico. El 12º tenía cuatro: 1º, 3º, 9º y 15º. Y si atendemos al número de tropas en combate, la diferencia era todavía mas acusada.
    Es decir. Se podía dar prioridad a todo el 21º, pero no a todo el 12º, pues equivaldría a no dar prioridad, realmente.
    Por lo demás añadir que de haber avanzado, por ejemplo, por equiparar, el 3º y el 9º ejércitos estadounidenses, entonces se hubiera producido la misma situación de saliente, sólo que con más tropas avanzadas. No hay que olvidar nunca que el punto más vulnerablede una ofensiva, son sus flancos.

    Con respecto al XV, de Von Zangen. Fue trasladado para combatir a Montgómery, pero de haber atacado Patton, entonces habría ocupado posiciones frente a montgomery, despejando unidades para ser enviadas al sur.

    Con respecto a la opinión pública norteamericana. Para empezar sospecho que los acontecimientos se desarrollaron tan deprisa que no llegó a ser consultada. En segundo lugar, hubiera estado a favor de Patton, mucho mas popular para ellos que Monty el insufrible. Con lo cual, si Eisenhower pensó en cómo reaccionaría, actuó con mucha objetividad negándose a permitir que lo influenciara.

    Opino.

    Saludos.

  44. David L dice:

    He aprovechado estas vacaciones para leer el libro de Antonio Muñoz reseñado por el amigo Koenig. Mis impresiones no pueden ser más positivas, me ha parecido un libro ameno y con un gran ritmo narrativo que me ha hecho engancharme a su lectura desde la primera página. Los aficionados a la Historia Militar de la IIGM en castellano podemos alegrarnos de que se publiquen libros de estas características en nuestro idioma. Los lectores en español caemos a veces en el pesimismo cuando vemos que temas ya tratados ampliamente vuelven a salir al mercado de manos de otros autores, en este caso ha sido un español, Antonio Muñoz, el que se ha lanzado a este difícil mundo de las publicaciones en Historia Militar y ha diseccionado lo que fue un tremendo varapalo a las esperanzas aliadas de acabar la guerra antes de finales de 1944. Creo que el hecho de que la Operación Market-Garden cuente con todo un clásico en castellano, “Un Puente Lejano” de Ryan, no es óbice para que no se pueda disfrutar de la lectura de otro de similares características, en esta caso “Derrota en el Rin”, todo está en la manera personal con la que cada uno afronte la lectura de un libro, en el objetivo que cada uno se marqué a la hora de abrirlo y proceder a su lectura. A mí, particularmente, me ha gustado la manera con la que Antonio Muñoz se moja a la hora de valorar la actuación de los principales protagonistas de la Operación; además, Muñoz hace uso y comparte con el lector sus sensaciones y opiniones sobre numerosa bibliografía sobre el tema, hecho que me ha resultado muy interesante de cara a futuras lectura. En fin, felicidades a Antonio Muñoz y a Inédita por seguir confiando en la publicación de Historia Militar en castellano.

    Un saludo.

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