CONTINENTE SALVAJE, EUROPA DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL – Keith Lowe

Sobre Continente salvaje final.indd«Todas las personas a partir de los catorce años de edad que pertenezcan a la categoría de alemán, húngaro, traidor o colaborador llevará en el lado izquierdo bien visible una esvástica de lona blanca, de 10 x 10, junto con el número bajo el que serán registrados. Ninguna persona marcada con la esvástica recibirá cartillas de racionamiento normales ».

Traducción de un cartel expuesto en un distrito de Praga en junio de 1945.

La Segunda Guerra Mundial se da por terminada el 8 de mayo de 1945. La realidad, sin embargo, es que la guerra duró unos cuantos años más y su final se mezcla con los inicios de la Guerra Fría, de modo que se puede llegar a la conclusión de que, al no haber tratado de paz, sino sólo una rendición incondicional, el conflicto no terminó. Recordaremos imágenes de soldados japoneses, recluidos en alguna isla del Pacífico, para quienes la guerra continuaba viva cuando fueron rescatados, e incluso algún combatiente oculto en Europa hasta avanzados los años cincuenta pensaba que aún había que combatir a los nazis. La guerra, librada en la visión tradicional, como un enfrentamiento entre un Eje del Mal y las fuerzas aliadas [del Bien] terminó para los vencedores con la eliminación de los nazis, los fascistas y sus colaboradores europeos y el castigo de todos ellos. Los juicios de Núremberg habían de servir de catarsis de la conciencia europea, castigando a los que habían cometido crímenes contra la humanidad, y permitiendo que las heridas abiertas pudieran cerrarse. Se iniciaron procesos de desnazificación, desfascistización y desvichización, con resultados más bien escasos: era difícil que el aparato judicial en Alemania, Italia o Francia condenara de manera ejemplarizante a todos los que colaboraron con el Eje, pues muchos de los jueces que dictaban sentencia ya lo habían hecho bajo el paraguas de los nazis. Pero para muchos de los vencedores la guerra ya había terminado, los perpetradores de los crímenes habían sido ejecutados (o así se consideraba), Alemania había sido sometida y cuarteada y llegaba el momento de pasar página. El enemigo era ahora el Bloque Comunista, que trataba de apoderarse de toda Europa; y de hecho ya se había apropiado de la mitad oriental del continente.

Keith Lowe (n. 1970) escribe un libro estremecedor en muchos aspectos. Continente salvaje. Europa después de la Segunda Guerra Mundial (Galaxia Gutenberg, 2012) nos cuenta la historia de la posguerra europea (1944-1949), cuando la venganza se apoderó del proceder de países como Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia o Ucrania, y se trató de cambiar las tornas; cuando la población alemana sufrió un brutal castigo y una expulsión masiva (hasta 11 millones de alemanes tuvieron que abandonar sus hogares, ahora en manos de otras naciones, para regresar a una Alemania que no pudo ni quiso recibirlos con los brazos abiertos); cuando los judíos de Europa, los pocos que pudieron salvarse de los campos de exterminio y de concentración, los que regresaron a sus casas, comprobaron que la derrota de los nazis no significaba volver atrás, sino que se les continuaba persiguiendo, forzando en muchísimos casos su emigración a Palestina, donde se forjaría el nuevo estado de Israel; cuando la guerra civil, en muchos casos iniciada durante la ocupación alemana (Grecia, por ejemplo), fue una continuación del conflicto, azuzada esta vez por la URSS (y en gran medida por los aliados occidentales), con el objetivo de situar a los comunistas en el poder (se lograría en Rumanía, Polonia o Checoslovaquia). Esta es, pues, la historia de un continente europeo que no conocería la paz al caer los nazis.

Lowe, echando mano de documentación oficial de archivos, de diarios, de la bibliografía más reciente sobre el tema, nos acerca a unos años convulsos. Quizá a más de uno sorprenda la cita con la que se iniciaba esta reseña: una resolución del presídium del Comité Nacional de Praga, que castigaba a todos los alemanes (a todos) a lucir una esvástica como marca infamante, del mismo modo que los judíos y otros marcados por los nazis tuvieron que lucir una estrella de colores, según su ubicación en un grupo u otro. Este es uno de los ejemplos más significativos de cómo el aire de salvaje revancha se apoderó de numerosos sectores de las poblaciones hasta entonces ocupadas. El legado de la guerra fue el odio: odio a los judíos, a los alemanes, a los colaboradores, a las poblaciones minoritarias en los países multiétnicos. Odio en general y que se desbordaría en los años siguientes al final formal de la guerra. El panorama de Europa en mayo de 1945 ya era de por sí desolador: ciudades en ruinas, decenas de millones de muertos, otros tantos en desplazamiento, hambre por doquier, gente mendigando, sufriendo abusos sexuales o robando para sobrevivir. La sed de sangre fue feroz: los polacos contra los ucranianos en Volinia, los polacos contra los judíos en Polonia, los checos contra los alemanes en los Sudetes, los prisioneros alemanes en manos de los soviéticos, los serbios contra los croatas en Yugoslavia, los soviéticos contra los partisanos en los países bálticos, las mujeres y los niños en todas partes (incluidas Francia e Italia). El relato de Lowe, con cifras nunca concluyentes pero tratando de acercarse a la fiabilidad, es una narración de abusos constantes, de guerras que empezaron años o incluso décadas antes, de enfrentamientos que no podían enterrarse, de odios que resurgen sobre el papel y de debates historiográficos que no parecen tener fin en función de quién escribe qué o, mejor dicho, de qué país o población étnica procede uno. El autor no se limita solamente a narrar el salvajismo y el horror: también induce a la reflexión y a tratar de superar ese odio que parece incrustado en el ADN europeo. La guerra creó o fortaleció mitos: el de la unidad (Francia, Noruega, Holanda, Bélgica), el de la resistencia contra los invasores (los partisanos en Grecia, los países bálticos o el este de Polonia), el de la victimización (Polonia, los judíos, los alemanes que no eran nazis), el culto al heroísmo de los resistentes, la forja de la nación, etc. Estos mitos fueron esgrimidos por vencedores y vencidos para justificar su historia reciente, para expurgar culpas, para diluir (o sublimar) fantasmas y sombras, para unir poblaciones que estuvieron separadas y para, en muchos casos, fomentar y alimentar un odio que en ocasiones ha llegado hasta la actualidad (el caso yugoslavo y la guerra de los años noventa del siglo XX).

La conmemoración, la sucesión de fechas y actos de recuerdo de unos y de fustigación de otros, ha estado presente en la Europa del último medio siglo. La liberación de los campos de concentración, de los países ocupados, el recuerdo de las matanzas, los actos de reivindicación nacional, ha sido una de las herencias de la guerra. Pero también lo ha sido el olvido deliberado: de aquello que se hizo en los años siguientes al conflicto, de lo que se prefiere no recordar para que aquellos mitos nacionales no queden empañados. Lowe se muestra incisivo en este aspecto y apela a no olvidar, del mismo modo que nos sentimos obligados a recordar. «Intentar olvidar el pasado sólo conduce a más resentimiento, y en definitiva a una distorsión peligrosa de los hechos. Los hechos distorsionados son mucho más peligrosos que los verdaderos. Pero tampoco deberíamos querer olvidarlos. Los sucesos que han conformado el mundo que nos rodea, y que continúan haciéndolo hoy día, no sólo son importantes para los historiadores, sino para todos. Es nuestra memoria del pasado la que nos hacer ser quienes somos, no sólo a nivel nacional, sino también a uno intensamente personal» (pp. 428-429). Podría parecer una obviedad, pero no lo es. Nunca lo es.

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25 comentarios en “CONTINENTE SALVAJE, EUROPA DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL – Keith Lowe

  1. iñigo dice:

    He oído hablar tanto y tan bien de este libro, que definitivamente habrá que hacerse con él. Estupenda reseña.

  2. Vorimir dice:

    Ya lo dije en la reseña de Rodrigo: No se pueden leer sus reseñas y las de Farsalia sin que te quedes con las ganas de leerte los libros sobre los que hablan.

  3. Farsalia dice:

    Gracias, un libro que se devora, más que leerlo… Ya sabéis, mes amis.

    Y, para no faltar a la (bochornosa) costumbre, mis erratas: llevarán en la cita inicial, no llevará…

  4. Hindenburg dice:

    Son hechos bastante estudiados aunque no tan bien conocidos por el gran público, hay muchas obras revisionistas o especializadas que hablan sobre lo sucedido despues de mayo de 1945 ( la depuración en Francia, las guerrillas anticomunistas en los paises bálticos, las deportaciones masivas de población alemana, polaca, italiana, etc ).

    La historiografia oficial anglosajona parece que ahora ha descubierto ese filón, un poco tarde, o tal vez porque las circunstancias y los poderes del mundo han cambiado mucho en las dos últimas décadas. Pero habrá que apuntar el libro, el tema da mucho de si y hace cuestionar muchas presunciones que por conveniencia se transformaron mitos.

  5. José Sebastián dice:

    Espléndida reseña. Felicidades, Farsalia. Una obra que «caerá», seguro.

    Las obras sobre la «II Guerra Mundial» suelen abordar los ascensos de los totalitarismos en Europa, las claves del inevitable confrontación y el conflicto bélico, en sí. Siempre queda un tanto olvidado el «día después» (salvo los juicios de Nuremberg). Obras como «A puerta cerrada: Historia oculta de la II Guerra Mundial» de Laurencee Rees o «Sin capítulo final» de Wladyslaw Anders (por poner 2 ejemplos) esbozan algo de ese «día después». Por eso es tan atrayente esta obra que reseñas.

  6. Hagakure dice:

    Hala venga!, otro a la lista. Si es que esto es un no vivir; o si.
    Gracias Farsalia.

  7. Farsalia dice:

    Graxias, muchachos. Este libro está en la senda de Después del Reich. Cimen y castigo en la posguerra alemana de Giles MacDonogh (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, 2010). Para el caso específico de las secuelas de la guerra para los alemanes, hace poco leí Orderly and Humane: The Expulsion of the Germans after the Second World War de R.M. Douglas (Yale University Press, 2012). Ambos igual de recomendables que el de Lowe.

  8. Rodrigo dice:

    Buena reseña de un estupendo libro.

  9. Farsalia dice:

    Gracias, Rodrigo. ¿Ya lo acabaste de leer? ¿Impresiones?

  10. atenea dice:

    Gracias por la reseña. Otro a la pila de pendientes (pero sospecho que adelantará puestos).

  11. juanrio dice:

    Como siempre, la reseña de un libro interesante acaba por ponerme en el brete de aumentar la pila. Y hoy no se trata solo de una reseña, si no de dos y además escritas por dos referentes, Rodrigo y Farsalia, una en cada lado de la calle.

    A pesar de haber leído un buen montón de libros sobre la II Guerra Mundial, es menos frecuente, o ha sido menos frecuente hasta ahora, la publicación de obras en torno a este espacio de tiempo que va de la caída de Berlín, por tanto el fin de la guerra en Europa, hasta la conformación de los dos bloques y su guerra fría. No me sorprende esta menor frecuencia por tanto hasta ese fin de la guerra esto era una historia de «buenos y malos» con papeles claramente repartidos. Pero claro, cuando se trata de administrar la victoria comienzan los recelos entre los distintos contendientes y afloran los odios de los vencedores para los vencidos. Ahora empezamos a enterarnos de que los «angelicales» aliados también encerraron a los vencidos en campos de concentración, no de exterminio, que se utilizo la violencia contra los paisanos y la violación a las mujeres como arma de venganza. Lo cierto es que me cuesta trabajo decidirme por cual trabajo leer de entre los que citáis entre las dos reseñas, aunque parece que este es el que mejor nos cuenta el periodo.

    Enhorabuena a ambos.

    1. Javi_LR dice:

      Lo que no comprendo muy bien es el porqué falta el vínculo de la reseña de Rodri (de hecho, creo que se podría transcribir acá a modo de comentario, ¿eh, Rodri?:

      Reseña de Rodrigo de ‘CONTINENTE SALVAJE’ de Keith Lowe

  12. David L dice:

    La tragedia que constituyó la IIGM , junto al tan monstruoso Holocausto , hicieron del final de la guerra en 1945 un punto y final que sólo se vio alterado por los juicios de Núremberg…pero…¿acabó la guerra aquel 8 de mayo del año 45? Por lo que nos muestra Lowe parece ser que no. Hindenburg ha mencionado anteriormente que han existido obras en lengua española, consideradas revisionistas, que intentaban explicar qué pasó. Tal vez haya llegado el momento de que historiadores con un acreditado bagaje profesional nos descubran qué sucedió tras el final de la guerra. Con la represión feroz también se hace política, creo que no debemos olvidar nunca este precepto para comprender que no siempre la firma de un tratado de Paz lleva consigo el final de la violencia indiscriminada.

    Un saludo.

  13. Farsalia dice:

    No, está claro que la Segunda Guerra Mundial no acabó en mayo de 1945; de hecho, podríamos llegar a la conclusión de que empezó antes de septiembre de 1945: para el caso de muchos países de la Europa oriental, es más que discutible- Vencedores y vencidos… a la postre el odio en muchos países fue superior a lo que las convenidas etiquetas simplifican. Polacos, ucranianos, rumanos, húngaros, lituanos, rusos, alemanes, franceses,… las consecuencias de Versalles llegaron muy lejos. El libro de Lowe nos permite reflexionar sobre la construcción de mitos fundacionales y ajustes de cuentas siempre pendientes.

  14. atenea dice:

    «e incluso algún combatiente oculto en Europa hasta avanzados los años cincuenta pensaba que aún había que combatir a los nazis» comentas Farsalia y esto me interesa, me gustaría saber más sobre ello.
    Por otra parte, estoy leyendo el capítulo sobre la limpieza étnica y no puedo evitar encontrar paralelismos con lo que, aún hoy en día, sigue pasando en nuestro «continente civilizado»

  15. toni dice:

    No había localizado esta reseña hasta hoy. Como siempre Farsalia consigue despertar el interés por los libros reseñados. Estoy con el libro y de momento no defrauda, tiene ritmo y no se hace pesado.
    Por cierto que mañana leo la de Rodrigo.

  16. Farsalia dice:

    Bien, bien, otro hislibreño que se apunta a este libro.

  17. toni dice:

    Acabado esta semana. Gran ensayo que me ha mostrado una parte de la 2ª GM que no conocía.

  18. David L dice:

    Acabado el libro de Keith Lowe. Es un libro que a pesar de su tremenda dureza se lee con mucha facilidad, yo prácticamente lo he “devorado” en tres o cuatro días. Me ha encantado un comentario del autor que dice así: “…era prácticamente imposible salir de la Segunda Guerra Mundial sin enemigos. No puede haber una demostración mejor del legado moral y humano de la guerra .” Este es el eje central de este trabajo, la venganza, el odio a muerte al culpable de tus desgracias, la anarquía aprovechada para ajustar cuentas y eliminar o desplazar a grandes comunidades de personas. El final de la SGM trajo la victoria, pero para muchos fue el comienzo de una oportunidad macabra cuyo objetivo era homogeneizar una nación, caso de Polonia por ejemplo, o de eliminar al rival político, caso de Grecia.

    Es curioso, pero Polonia fue la única nación del Este europeo tras el final de la guerra que prácticamente acabó por lograr ser poblada exclusivamente por ciudadanos de origen polaco…..¿quién lo hubiera imaginado unos años atrás?

    Excelente libro, merece mucho la pena su lectura, de gran utilidad para desmitificar muchos planteamientos demasiados simplistas sobre la Europa de posguerra.

    Un saludo.

  19. crítico dice:

    Estaba pensando comprar o no este libro, he leído varias reseñas. Todas me dejar un alo de sospecha. ¿NOs cuenta cosas que se escondieron?, ¿es un afeamiento de la versión que siempre nos contaron y publicaron?, ¿es revisionismo en el sentido de complementar lo que se sabía o revisionismo al estilo Moa?.
    Mientras voy leyendo por el Bien del Imperio de Josep Fontana, considerado un gran libro y que se solapa con las cuestiones que cuenta este del que hablamos aquí.

    Mientras, me sigue sorprendiendo la negativa de los españoles a leer y saber lo sucedido en estos mismos términos al final de la guerra civil, símplemente impresionante.

    Un saludo

  20. David L dice:

    Bueno, no estoy de acuerdo cuando afirmas que los españoles nos negamos a saber qué pasó al final de la guerra, creo que existen numerosas publicaciones donde se hace mención a la represión llevada a cabo por el bando franquista tras su victoria en la Guerra Civil española. También el cine es otro medio donde se ha hecho mención, en numerosas ocasiones, a esta represión.

    En cuanto al libro de Keith Lowe, creo que no es que no se supiera qué había pasado al final de la guerra, sino que tal vez la inmensidad del conflicto en sí enmascaró la terrible realidad de una Europa devastada y despiada, la Guerra Fría también jugó un papel importante a la hora de “amagar” dichos sucesos. No creo que sea revisionismo, o puede que sí, pero revisionismo científico, no de ese que todos sabemos y que sólo puede engañar a quién quiera dejarse embaucar en teorías falaces.

    Un saludo.

  21. crítico dice:

    Gracias David L, en efecto hay mucho publicado sobre lo ocurrido tras la Guerra Civil española, así como películas, pero también existe una enorme corriente de personas que dicen estar hartas de historias de la Guerra Civil española, el famoso comentario de que el cine español solo hace películas de esta guerra. Un ejemplo reciente, un bibliotecario me dice, al pedirle la película «El día de los valientes» que menuda manipulación hay con lo de la evacuación de los cuadros de El Prado, que lo que querían los republicanos era robarlos y que por eso se los llevaron a Suiza. Solo le dije que menos mal que hay muchísima más documentación de la que él haya leído, que de lo contrario podría parecer verdad lo que argumentaba.

    Bueno, respecto al libro de Keith Lowe, me ayuda saber que al menos puede ser revisionimo científico, no de ese que todos sabemos.

    Gracias.

  22. cactus dice:

    Estoy de acuerdo con Vorimir: no se pueden leer ciertas reseñas sin el «riesgo» de decidir comprar el libro reseñado al día siguiente… Apuntado queda este título! Gracias

  23. Valeria dice:

    Este libro debería de ser de lectura obligatoria. Como he dicho en el foro, pese a la enjundia del tema que aborda, pese a la dureza de lo que expone, es un libro que se lee de una manera amena y adictiva. Un libro imprescindible para entender algunas de las cosas que están pasando ahora mismo, ayer, hoy. Un libro que tumba por tierra cualquier intención de dotar de cierto halo romántico a la idea de la guerra. Un libro que debería ser una vacuna y es un grito de advertencia.

    En palabras de Rodri: «Porque, como remarcaba Hannah Arendt en su día, no es sólo lo admirable y lo bueno lo que configura la herencia de una civilización». Porque tenemos que saber para recordar, y tenemos que recordar para no repetir, nunca para justificar.

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