CASTILLOS DE FUEGO – Ignacio MartÃnez de Pisón

El autor, utilizando un marcado estilo costumbrista heredero de los mejores escritores que han descrito durante décadas la vida en Madrid, desde los grandes Pérez Galdós y Baroja hasta la inolvidable Almudena Grandes, nos sumerge, sin prisa pero con mano segura, en la vida y dificultades de un buen puñado de ciudadanos madrileños que sufren de alguna manera, la mano de hierro del régimen de Franco. También muestra al lector, el resbaladizo suelo que pisan quienes apoyaron el levantamiento, frente a las decisiones de quienes desde el poder deciden quien es molesto al régimen. Pero sobre todo, estamos ante una historia de perdedores. Los perseguidos y sus familiares ven la inseguridad y el miedo a cada paso que dan en su vida, mientras no pocos de ellos, se juegan la vida con la esperanza de ver resurgir un comunismo que aparece como único oponente de cierto nivel, al surgimiento del fascismo y nazismo en toda Europa.
Precisamente, esa relación con el partido, con la clandestinidad y el futuro incierto de quien forma parte de él, cimenta la novela, en la que Madrid resulta ser el nexo de unión de todos ellos. Sus calles, plazas, comercios, teatros, cines y mercados, salpican una narrativa firme en la descripción de los hechos y en la descripción de los lugares donde transcurren una serie de relatos vitales, de los que, más o menos, intuimos el destino al que se dirigen. Mientras la capital de España aparece en casi toda la novela como escenario predominante, también las sierras españolas juegan cierta importancia en ese micro universo de quienes deciden lanzarse el monte para esconderse y luchar en la clandestinidad que, casi siempre, escapa a los ojos vigilantes del gobierno.
El miedo a ser traicionado y esas miradas que parecen vigilar y escudriñar todo lo que los personajes dicen o hacen, juegan una parte importante en las tramas entre cruzadas que componen esta magna novela de casi setecientas páginas. Páginas que se leen como quien sigue un hilo principal que no quiere soltar, que no quiere dejar de seguir, mientras se entrelaza con otros hilos dramáticos paralelos, para conjugar con mucho acierto, un conglomerado de experiencias que nos trasladan a la derrota incondicional de quienes no quisieron bajar la cabeza ante el régimen dictatorial. Unos por opositores, y otros, más cercanos al régimen, por tener un pasado molesto o simplemente, por no tener los contactos que en aquel momento uno desearÃa tener, porque los vaivenes de la cercanÃa al poder hicieron caer a más de uno, bajo el capricho de un dictador asentado con pie firme, cayera quien cayera.
MartÃnez de Pisón construye unos personajes magnÃficamente perfilados en sus sentimientos personales e ideológicos, con sus miedos y deseos, pero siempre con un afán común por sobrevivir, en un Madrid aparentemente tranquilo pero supeditado al terror y a la pérdida de la libertad de expresión y de pensamiento. El autor nos transmite cómo en aquella situación lÃmite, las amistades más fuertes a veces se ven traicionadas, mientras otras, aparentemente frágiles, duran en el tiempo, en un escenario donde los fusilamientos y la cárcel forman parte del dÃa a dÃa. Todo esto y mucho más, tiene cabida en una novela enorme, bien escrita, que si bien no descubre al lector nada nuevo, sà que nos muestra de manera preclara el perfil de una sociedad, la madrileña, y la fisonomÃa de la ciudad, Madrid, como grandes escenarios protagonistas, junto a sus personajes, en este magnÃfico crisol ambientado durante aquellos años en los que España miraba a Europa.
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Ignacio MartÃnez de Pisón. Castillos de fuego. Seix Barral, 2023, 704 páginas.
Pronta lectura…
No es la primera reseña que tenemos de MartÃnez de Pisón: ya hace casi una década lo hicimos con La buena reputación.
Pues yo estoy con ella, y la verdad es que no acaba de emocionarme. Por alguna razón se me figura que en su estructura narrativa intenta parecerse a La Colmena, y eso que hace un montón de años que no la releo (ha sido más un pálpito que una reflexión) pero no consigue engancharme como en su dÃa lo hizo la obra de Cela. Sigo leyendo, a ver si conecto en algún momento.
Esa conexión no tiene porqué darse entre escritor/novela y lector… Ya serÃa la panacea de la perfección que sucediera siempre asÃ… Desde que me lo recomendó Juanrio tengo cierta predilección por el escritor en cuestión… Su narrativa y visión histórica me suele atrapar con cierta facilidad. Cuestión de gustos.