CARTAGO, EL IMPERIO DE LOS DIOSES – Emilio Tejera Puente

Cartago, el imperio de los dioses«Haz entender al cónsul que los dioses tienen en su mano el rayo, que la fortuna cambia, y que en último caso estamos decididos a no sobrevivir a Cartago y a
morir antes que rendirnos»

Asdrúbal, según Polibio.

Esta novela, curiosa y muy remarcablemente, está ambientada en la IIIª Guerra Púnica. Remarcablemente si se tiene en cuenta que casi la totalidad de las novelas sobre Cartago tratan sobre Aníbal y su tiempo (Con la honrosa excepción de Salambó). La historia se desarrolla como una evocación de Escipión el Numantino, que ante las ruinas de Numancia, rememora la caída de Cartago en la tercera guerra púnica.Aunque Escipión Emiliano es el principal personaje de la novela, el verdadero narrador es el propio escritor, que emplea tanto a un abundante número de personajes, como sus propias intervenciones (en una de las cuales incluso nos lleva hasta el gabinete de Flaubert) para describirnos el terrible fin de la nación cartaginesa.

Personalmente me parece que el número de personajes es excesivo.Responde, supongo, a la intención de mostrar de una forma más efectiva la historia viéndola desde todos los puntos de vista posibles (Legionarios, Senadores, Cónsules, Esclavos, Marineros, Mujeres, Sacerdotisas, Sufetes…) pero en mi opinión varias de las historias no aportan mucho más que sentimentalismo extemporáneo y excesivo que rompe el desarrollo de la narración (Particularmente algunos de los personajes femeninos parecen sacados más de una universidad americana de los 60 que de la represiva sociedad romana de la época). Las escenas destinadas a desarrollar las relaciones románticas o afectivas entre algunos de los personajes son lo menos agradecido de la novela…Pero esta es una cuestión totalmente subjetiva, personalmente no me resulta interesante ver retrasarse el asalto de los arietes por que dos jóvenes tengan que confesarse mutuamente su amor.

Por otra parte, humaniza a los personajes históricos conocidos (Polibio, Escipión, Catón el Censor), trasladándoles mucho de su pasión y espontaneidad de escritor novel. Difiere pues del estilo de muchos escritores ya reconocidos, que toman toda la distancia posible de los personajes históricos, para hacerlos más lejanos y eludir así criticas hacia su interpretación de la personalidad de los mismos (Se me ocurre el caso de Arturo en la trilogia del Señor de la guerra, donde supuestamente nos cuentan la historia de Arturo, y Arturo apenas aparece como no sea para destripar a unos cien o doscientos sajones cada vez).

Desde luego no es una historia al estilo Cornwell o Pressfield, con un personaje definido y varios secundarios directamente relacionados con él. Son muchas historias que avanzan por el nexo común de su relación con la caída de Cartago.Es decir, lo que a Hollywood le gusta llamar «historia coral». Las diferencias también se observan en la relación con el hecho bélico.Aquí no hay héroes guerreros, y la batalla es un escenario en el que Tejera no se siente a gusto, puesto que a pesar de que la mayor parte de la narración está directa o indirectamente relacionada con lo bélico, el combate individual en sí resulta normalmente eludido en el texto. Y por otra parte, y me ha parecido una novedad muy destacable, el autor no tiene miedo a reconocer que él mismo es el narrador, y si él conoce a Freud o Borges, pues menciona a Freud o Borges sin complejos.

Paralelamente, aporta un caudal más que notable de información puramente histórica.Y lo hace con una maestría notable al introducirla en la narración sin forzar el ritmo de la novela. Es decir, de cuando en cuando hay alguna evocación, un apunte más o menos largo del autor, nunca excesivo, que nos permite hacernos una imagen clara de los hechos históricos, sin eludir fechas ni sucesos. Pero a la vez sin darle la imagen típica en muchas novelas, de nota histórica introducida a martillazos en la narración.

Igualmente, el estilo literario de Tejera es fluido, fresco y ágil, y si en algunos momentos lo que cuenta puede resultar más o menos interesante, o más o menos necesario (como ya he dicho, para mi gusto hay un exceso de sentimentalismo, pero eso es una opinión personal) desde luego jamás falla la capacidad literaria del autor para contarlo muy bien.

Así que en resumen tenemos una novela bastante entretenida, que nos remonta a la sagrada antigüedad para rememorar con un aire fresco y juvenil la tercera y definitiva caída de la poderosa Cartago.

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87 comentarios en “CARTAGO, EL IMPERIO DE LOS DIOSES – Emilio Tejera Puente

  1. Epaminondas dice:

    Salud.

    Te felicito por este escrito a ti: MAXIMVS DECIMVS MERIDIVS VROGALLICVS V.F., comandante de las legiones del Félix y leal servidor del Emperador Marco Aurelio; dos veces Cónsul, dos Procónsul, Censor, Tribuno de la plebe, Pretor Urbanus, y Edil. Deseo que alcances tu venganza –si realmente es necesaria- en este mundo o en el próximo.

    Brillante reseña sobre un tema del que he leído lo justo. Merece un justo puesto entre las compras de estas Navidades.

    Escrito en Valentia por EPAMINONDAS LIB. L. a diez días de las calendas de enero.

    “Lo que hacemos en esta vida tiene un eco en la eternidad”

  2. pepe dice:

    Urogallo: enhorabuena por la estupenda y muy completa reseña. Todo esto de los cartagineses me recuerda a mi amigo Antonio, que sabe mucho de literatura y desdeña -por decirlo de un modo suave- la novela histórica. Hace algunos meses le dio por hojear el Aníbal de Haefs y nos envió este resumen de urgencia. Aunque ya lo he incluido en otro comentario hace tiempo creo que vale la pena rescatarlo:

    Los primeros rayos del sol africano iluminaban ya el campamento con la luz irreal del amanecer. Los esclavos capadocios habían encendido las hogueras y un humo blanquecino envolvía, como una presencia fantasmal, los ruidos metálicos de las armas, los relinchos de los caballos, los gritos de los soldados y el grave mugido de las gigantescas bestias que allá en su cercado, apenas a veinte varas de distancia, reclamaban imperiosas su alimento. Las cabezas cortadas de los enemigos nubios atánidas y turigenios colgadas de mástiles improvisados con lanzas, se balanceabas perezosas al céfiro mañanero.

    El fiel Atenágoras miró con preocupación el rostro grave de su señor. Ambos sabían que aquel era el día elegido. Aníbal dirigió una mirada sombría al campamento.

    Atenágoras, el fiel preceptor macedonio, sabía que su señor había pasado la noche en los mórbidos brazos sucesivos de la hetaira Ifigenia, de la concubina Eugenia y de su fiel esposa Papagenia (provistas todas ellas de turgentes senos). Aníbal estaba un poco cansado pero, consciente de la gravedad del momento, se dirigía raudo a su tienda para desayunar.

    Por el sur se acercaban unos jinetes vestidos con pieles y montando los caballos enanos de los sasánidas (los guerreros debían alzar los pies en incómoda postura para no tocar el suelo). Eran enviados de Zeronte, el rey de los sasánidas, margrave de los atánidas y príncipe consorte de los beduinos del suroeste. Desplegaron ante Aníbal unas telas de alegres colores y unos paquetes de pastas de té. Eran los presentes con los que Zeronte pretendía aplacar la furia del caudillo cartaginés. Aníbal los miró con rostro grave y alzó sus cejas con un imperceptible movimiento. Su fiel lugarteniente Iñaki, que se había unido a la comitiva del desayuno, interpretó enseguida los deseos de su señor. Poco después del desayuno las cabezas de los jinetes sasánidas se balanceaban también al viento, ojos y lenguas de través.

    Apenas una hora después, Aníbal y su fiel Atenágoras se dirigían al cercado de los elefantes, mordisqueando distraídos sendas pastas de chocolate. A la izquierda del sendero se amontonaban los sacos de trigo, jamones y barriles de vino de Corinto con que los diversos pueblos de la amplia región de Uhr-Cartania intentaban congraciarse con el caudillo cartaginés. Los dos hombres detuvieron su paso ante uno de los enormes barriles. ¡Glu, glu!, se oía en su interior. Aníbal movió la cabeza suspirando tristemente. El fiel Atenágoras sabía que Luis Asdrúbal, el borrachuzo hermano gemelo de Aníbal, era uno de los mayores sufrimientos que los dioses habían enviado a su señor.

    La mirada del caudillo se iluminó a la vista de los elefantes y de las gigantescas catapultas con las que pensaba lanzarlos sobre la corrupta y odiada ciudad de Roma. Ese era su secreto y el sentido de su vida. Los malditos romanos pronto sabrían lo que era una lluvia en condiciones…

  3. pepe dice:

    Por cierto, como quizá no vuelva a tener acceso a internet hasta la semana que viene, después de las fiestas, aprovecho ahora para enviaros a todos un abrazo virtual. Feliz Navidad.

  4. Incitatus dice:

    Apetece, me haré con ella para estas semanita de vacaciones y ya os contaré.

  5. richar dice:

    Saludos,

    sin entrar a valorar la novela en sí (de la que apenas leí 20 páginas), sí que quería comentar algo acerca de la «historia» del libro en sí.

    Hará un par de años ya que recibí un email a través de la dirección de contacto del email, donde un tal Emilio me comentaba que tenía una novela escrita pero que desconocía qué editoriales podrían publicársela.

    Lo único que pude hacer por él fue darle ánimos y mandarle un listado con las páginas web de las editoriales que tocan la temática histórica.

    Y ahí quedó la cosa.

    Hasta que hace unos meses, recibo otro email del mismo Emilio (ahora Don Emilio Tejera Puente, escritor) contándome que finalmente Via Magna le había publicado la novela y agradeciéndome el gesto de pasarle las direcciones (ya ves tú).

    Así que sea como sea la novela, guste o no, al menos sí pongo la mano en el fuego por la calidad humana del autor, a quien por cierto, voy a avisar ahora mismo para que pase a leer la reseña.

    Un saludo,
    Richar.

  6. Emilio Tejera dice:

    Hola. Bueno, aprovechando que Richar ha sido tan amable de hacer las presentaciones, tomo la oportunidad yo mismo para presentarme en los comentarios de mi propio libro, simplemente para darle las gracias de nuevo a Richar por su ayuda (es muy modesto, de verdad, sobre todo se agradece el trato amable a un escritor novel), y a Urogallo por la reseña, y en general a los foreros de Hislibris y a los que les interese el tema de Cartago y deseen comprar la novela (y también a los que no).

    La verdad es que desde que contacté con Richar y con Hislibris (a través de una búsqueda en google), lo he seguido de vez en cuando, y me gusta la idea de un foro donde tenga cabida la posibilidad de discutir tanto sobre libros, como de historia en general. He visto también que alguna vez algún escritor ha tomado la palabra en este foro, y de ahí que me haya yo animado también a hacerlo.

    Sobre el libro no voy a decir demasiado: Urogallo ha hecho una estupenda reseña (qué raro se me hace escuchar mi nombre en tercera persona, je, je), exponiendo los pros y los contras, por supuesto subjetivos, cada cual tendrá los suyos propios. Sí que he de admitir, como dice Urogallo, que no es una novela histórica al uso en muchas cuestiones sobre todo referentes al formato, sin duda porque a veces me interesaba más centrarme en algunas posibilidades concretas de la narración que yo consideraba particularmente interesantes en lugar de atenerme a las reglas clásicas del género.

    Lo que (en mi opinión de también lector de novela histórica) creo que puede aportar este libro a un aficionado a la Historia, es la descripción de una cultura, la cartaginesa, excesivamente olvidada en nuestro presente, y que probablemente tenía muy poco que envidiar en grandeza y en complejidad a Roma en aquel momento concreto sobre el que estamos hablando. Por otro lado, aparte de la narración de la tercera guerra púnica (una defensa desesperada de una población, y de un pueblo, cuya tragedia ha sido injustamente arrinconada por la Historia), creo que los aficionados a la Historia de Roma tienen la oportunidad de asistir a un periodo muy poco publicitado de la República Romana, en la cual ésta empieza a tomar conciencia del dominio que está adquiriendo sobre el área mediterránea, en que se abre por primera vez a la cultura griega, y donde decide empezar a forjar los inicios de lo que será su futuro imperio. Además, por supuesto, de sentarse las bases de las luchas sociales y por el poder cuyo relevo tomarán más adelante los hermanos Graco, Mario o Sila, y que más tarde conducirán al colapso definitivo de la República.

    Por lo demás, deciros que el libro ahora mismo os será un poco más difícil de encontrar, porque creo que buena parte de los ejemplares de la primera edición están agotados, sin embargo, podéis probar a preguntar en las librerías, y en todo caso, creo que dentro de no demasiado tiempo van a sacar una segunda tanda, espero que cuanto antes mejor.

    Por lo demás, un abrazo en estas fiestas, y de nuevo gracias a todos, y encantado de saludaros,

    Emilio Tejera Puente.

  7. Jerufa dice:

    Hola Emilio. Yo tengo tu libro y espero echarle el guante en cuanto estos hislibreños dejen de amontonarme más ideas en la cabeza.
    Por supuesto, daré mi opinión.
    Adiodió.

  8. Emilio Tejera dice:

    Estos hislibreños, siempre amontonando cosas, ja, ja.

    Un saludo

  9. Turriano dice:

    Emilio, yo también tengo tu libro bien colocado en la estantería, pero deberá esperar algo de tiempo, sobretodo porque acabo de terminar otra novela histórica sobbre la segunda guerra púnica: Africanus, el hijo del cónsul, y no quiero repetir tema, de momento.
    Por cierto, decidí comprar tu novela, aparte de por la temática, al someterla al método de la lectura de la primera página ( método que usamos algunos hislibreños).
    Aquello de la justificación de ¿ Por qué Cartago ? , me sedujo, me pareció una justificación bastante romántica.

    Saludos y gracias por pasarte por aquí

  10. Epaminondas dice:

    Es un verdadero placer y honor tenerte por aquí, Emilio, comentando tu libro y respondiendo a nuestras preguntas. Cartago y su fallida lucha contra el aplastante poder de Roma, último enemigo que realmente supuso un reto para la República -Macedonia, Asia, Mithrídates, o Partia lo fueron pero en menor medida- constituye un planteamiento fuerte y magnificamente romántico, que tú acertadamente centras en su caida; lo cual además de original en novela histórica actual, contiene la grandeza de remitirnos a la caida de la mítica Troya, punto de partida de nuestra literatura y obra que sin duda se encontraba en la mente de aquellos que vivieron los últimos días de la otrora poderosa Cartago.

    Enhorabuena. Ya te tengo encargado para reyes.

  11. Valeria dice:

    Hola Emilio. Enhorabuena por la publicación de la novela, y gracias por asomarte a esta casa. Quisiera hacerte una pregunta, ya que estás por acá. No hace mucho leí el libro de Grimal «Civilización Romana» y en uno de sus párrafos insinuaba – o al menos así lo he entendido yo- que en gran medida las guerras púnicas fueron buscadas por Roma para tratar de acabar con las explotaciones agrícolas intensivas cartaginesas, que tanto daño hacían al sistema productivo romano. Como te supongo gran conocedor de Cartago, ¿qué te parece esta insinuación de Grimal?
    Un saludo, y felices fiestas a todos.

  12. Urogallo Barca dice:

    Por cierto Emilio, acabo de despachar «Salambó» y ahora entiendo mejor la referencia a Flaubert dentro de tú novela.

    Gracias por pasarte por aquí.

  13. Germánico dice:

    ¿Partia en menor medida, Epaminondas? Buf… quizá no se libraron guerras entre ellos que pusieran en juego la supervivencia de ambas entidades, pero a mí me parece que Partia fuen el gran enemigo de Roma, nunca totalmente derrotado, siempre provocando desastres, distrayendo recursos, robando gloria.

    Saludos.

  14. Epaminondas dice:

    Partia y en general Persia fueron el eterno enemigo, sin embargo Germán coincidirás conmigo en que jamás supuso un verdadero riesgo de fin de Roma. Por tanto las guerras entre ambos fueron costosas, sangrientas, etc.. pero no fueron «a muerte» tal y como es el caso de Cartago o la mítica Troya.

    saludos

  15. josefo dice:

    creo q los enemigos eternos de los romanos fueron los germanos tanto asi que desde la epoca de Mario hasta la caida de Roma tuvieron su influencia, Partia Persia y otros pueblos solo fueron enemigos temporales

  16. Urogallo dice:

    Discrepo, fueron enemigos puntuales, solo que al ser los últimos destructores del Imperio han sido revestidos de una leyenda inapropiada.

  17. cavilius dice:

    Ya hace tiempo que estaba viendo este libro por las librerías y, aunque no va de griegos, me picaba un poco la curiosidad porque tampoco va de romanos, sino de cartagineses. Y si el eminente romano Urogallo lo recomienda, tendré que fer un pensament, como decimos en la periferia nororiental.

    Saludos, Emilio. Da gusto ver cómo van saliendo nuevos nombres en el género de la novela histórica; hace pensar en que no es un coto tan tan cerrado como pudiera parecer.

  18. Emilio Tejera dice:

    Me parece muy interesante esta discusión que ha surgido sobre cuál fue el enemigo más importante de Roma. Es un debate que sin duda hubiera satisfecho a Polibio o a cualquier historiador romano. Para poner un granito de arena a la discusión (y aumentar aún más el lío), yo añadiré que los romanos le tenían pánico a los galos desde que les saquearon cuando era tan sólo una pequeña villa a las orillas del Tíber. No obstante, como comprenderéis, prefiero quedarme con los cartagineses.

    En respuesta a la pregunta de Valeria, de hecho este punto es uno de los centrales de «Cartago, el imperio de los dioses». Las dos primeras guerras púnicas se pueden entender fácilmente como un enfrentamiento entre dos potencias expansionistas que, tarde o temprano, tendrán que colisionar. Pero en el 149 a.C., Cartago era una nación militarmente acabada, que sólo podía suponer un foco de oposición a Roma en lo que respecta a la economía. Las fértiles tierras cartaginesas suponían una feroz competencia contra los latifundistas romanos, que veían cómo sus productos se vendían menos a causa de sus clásicos enemigos los cartagineses. De hecho, buena parte de los historiadores actuales defienden que los argumentos esgrimidos por los romanos acerca del peligro que suponía Cartago sólo pueden entenderse como excusa para acabar con un rival económico, y si el inicio de la guerra se dilató tantísimo tiempo, fue porque los romanos se afanaron por encontrar una excusa (un casus belli, la causa justa tan necesaria para todas las guerras iniciadas por los romanos) que les permitiera asolar las tierras cartaginesas sin que pareciera que lo hacían sin mediar una provocación primera por parte de los púnicos. Fue una guerra con fines económicos, a la que sin embargo, hubo que encontrar una justificación para iniciarla (aunque por supuesto, los romanos nunca dirían eso). De hecho, cuando Catón, máximo instigador de la guerra, enseña unos higos procedentes de Cartago en el Senado de Roma, para exponer lo cercano que se halla el enemigo, dicen que la verdadera intención en realidad era mostrar los higos y en general los productos procedentes de los campos cartagineses, los cuales constituían el verdadero enemigo para los romanos.

    Por supuesto que existen otros motivos, más o menos discutidos por los historiadores: el peligro de que los cartagineses fueran conquistados por sus vecinos los númidas, con la posibilidad de crear un gran reino con el que habría que contar; y la legendaria mezcla de odio y temor que los romanos le tenían a los cartagineses, que les hacía mucho más susceptibles a pensar que un mundo sin Cartago era mucho más seguro para los romanos. Pero al menos en la opinión de la mayor parte de los historiadores que he leído, los intereses económicos fueron los que primaron. Aunque por supuesto, siempre es difícil juzgar las intenciones a posteriori, más de dos mil años después.

    Por cierto, Cavilius, si te creías que en esta novela no hay griegos, me alegra poder decirte que estás muy equivocado. El elemento griego es clave para entender a la Roma y el Mediterráneo de la época, y sin duda está muy presente, tanto en ambiente como en personajes. Y de hecho se habla también de un periodo poco publicitado de la historia de Grecia, la de los primeros contactos de Roma, y de la influencia que iban a ejercerse mutuamente dos culturas destinadas a entenderse probablemente hasta el fin de sus días.

    Un nuevo saludo

  19. cavilius dice:

    Gracias por la información, Emilio. Es que por estos andurriales hislibreños circula la oscura leyenda de que yo sólo leo libros en los que se hable de griegos. Y tienes toda la razón: en la historia de Grecia, la segunda mitad del llamado periodo helenístico, de los diádocos en adelante, es una de las épocas que menos interés despiertan, vaya uno a saber por qué.

    Saludos.

  20. Urogallo dice:

    Yo, precisando a Emilio, ( espero que se me permita el tuteo) diría que los romanos les tenían un ODIO profundo a los galos, pero tras vencerlos en el norte de Italia, no creo que les tuviesen demasiado miedo.

    Por cierto, hoy he visto el libro, en lugar preferente, en el EROSKI y en el CORTE INGLÉS, según cierto autor que se prodiga de vez en cuando por estas páginas esto es síntoma de exito sin precedentes. A ver si el autor nos lo puede concretar.

  21. Vorimir dice:

    Vaya, otro libro a apuntar en la lista de futuros…
    La verdad es que el tema me interesa y creo que es una idea original tratar sobre la III Guerra Púnica.

    No sólo de Anibales se vive.

  22. Germánico dice:

    Delenda est Carthago… ¿Realmente creéis que existió la Tercera Guerra Púnica? Yo creo que fue la I Guerra Psicológica…

  23. Germánico dice:

    Ah, y por supuesto, la ganamos…

  24. Turriano dice:

    Por cierto, este libro está actualmente a 5,95 Euros en ElcorteInglés en su formato grande.

  25. Arauxo dice:

    Sí, señor, doy fe. Una gran oportunidad que no he desaprovechado.

  26. Laurence dice:

    La madre del cordero¡¡ Un detalle casi nimio para quienes han/hemos pagado poco más del triple. Y no se les habrá ocurrido meter en ese lote tan generoso alguna obra más que merezca la pena??.

    Saludos.

  27. Turriano dice:

    Hemos , Laurence, hemos

  28. Germánico dice:

    Habéis, muchachada, habéis…

  29. Laurence dice:

    Uiss Turriano, lo que nos ha llamado (señalando discretamente con el dedo a Germánico)…. ;-)

  30. Turriano dice:

    Bueno a mi a estas alturas que me incluya en muchachada se agradece , y mucho …

  31. Clío dice:

    Pues ayer estuve viendo los libros de 5,95 en el Corte Inglés mas cercano que tengo y nada!, niente! o se lo han llevado o no ha llegado, el resto de títulos que ví, ni idea, snif….

  32. Turriano dice:

    No sé dónde vives clío, pero en madrid , ayer mismo en Sol vi muchos muchos de Cartago

  33. Clío dice:

    Pues fuí al de Pozuelo, y nada , a ver si mañana voy a Princesa y tengo más suerte, es raro que no lo sepas (ji, ji) pero vivo en Torrelodones…

  34. Arauxo dice:

    …como el 85% de Hislibris.

  35. Turriano dice:

    No Clío , no , no lo hagas !. No vayas al de Princesa. También estuve ayer casualmente. Estuve en los dos. En el de Princesa no está. Vete al de Sol , te aseguro que allí lo encontrarás.

    No, no es raro que no sepa dónde vives , es que soy muy despistado. Cuando os ponéis a hablar los habituales no me entero de nada la verdad , en fin …

  36. Clío dice:

    Pues es que a Sol, voy poco, nada, bajo a Madrid lo imprescindible , como dice Arauxo, vivimos muchos hislibreños por Torrelodones, no sé si el 85% pero unos cuantos sí….coincidencias de la vida, gracias por la información, intentaré ir antes de que acaben las rebajas…

  37. Epaminondas dice:

    ¿Y que tal el casino?

  38. Germánico dice:

    Yo no. Yo vivo en Babia.

  39. Clío dice:

    Es el mejor sitio para vivir, no te molesta nadie…

  40. Turriano dice:

    Si vivís tantos en Torrelodones no será por algún problema con el juego ????

  41. Turriano dice:

    Yo sin embargo salgo de Madrid lo justo

  42. Clío dice:

    Nooooooo, al Casino solo van los de fuera y Sabina, yo solo entré una vez pa cotillear, bueno tampoco puedo hablar por todos! igual alguno juega, aunque lo dudo porque aquí nos lo gastamos todo en libros ¿no?

  43. Epaminondas dice:

    ¿A ver el Barça?

  44. Clío dice:

    Que mala suerte tengo, todos los dias se queda algún cometario mio en moderación, contestaba a Turriano con lo del Casino, como verá, dita suerte la mia! como para ir al casino..

  45. Turriano dice:

    El Barca?. Te refieres a Aníbal Barca supongo o al padre …Esta letra es la primera vez que la uso Ç

  46. Epaminondas dice:

    Bueno es que efectivamente Barcelona tiene su origen en esa famosa familia.

    Delenda est Carthago.

  47. Arauxo dice:

    Delenda est Carthagorum Resegnam.

  48. Turriano dice:

    La verdad es que desconocía el origen de Barcelona

  49. Urogallo dice:

    ¿Va en serio?.

  50. Epaminondas dice:

    Si, según creo. El nombre original de Barcelona era Barkino, que es algo así como ciudad de los Barca.

    Como sabéis Barca procede del apodo que daban a Asdrúbal sus soldados: Baraq, el rayo. Por su destreza militar y rapidez de sus acciones.

    Hay otros muchos nombres de origen púnico en la península, el consabido Cartagena de Kart Hadash (ciudad nueva), Cordoba de Corduba, y a su vez de Kart Iuba (ciudad de Iuba, un lugarteniente de Asdrúbal Barca), en general supongo que muchos que empiezan por Car (Carmona, Carteya,…) deben tener este origen.

    Saludos.

  51. Turriano dice:

    Madre mía , que no se enteren los de Túnez, no sea que ahora reclamen sus derechos sobre Barcelona y quieran anexionarla !.

  52. Arauxo dice:

    Bueno, los de Túnez, no sé, pero algunos majaras canallas que se dedican a destrozar vidas en cualquier parte del mundo ya han reivindicado no sólo Barcelona, sino Al Andalus al completo…

  53. Turriano dice:

    Bueno menos mña que ahora ya tenemos un himno que nos une a «todos» contra esos majaras , jeje, jaja , jiji , jojo, juju

  54. Ascanio dice:

    ¿Y Cartaya también es de origen púnico? Ahí venden unos melones buenísimos…
    Oye, Germánico, ¿qué tal tiempo hace en Babia? Es que estamos planeando un viajecito para el puente del día de Andalucía, y todavía no hemos decidido a dónde ir. ¿Hay más gente o estás tú solo? ¿Eso cae cerca de las Batuecas? ¿O está tirando p´al limbo pero un poco más al noreste?

  55. Germánico dice:

    Zzzzzzzzzz…

  56. Turriano dice:

    Y La Carolina , tambien púnica, no?. O el «LA» es español ?. Si , es muy español , La Pantoja, La Carmele …

  57. Urogallo dice:

    Carteia…¿Melones en San Roque?.

  58. Ascanio dice:

    CartAya, Urogallo. En la Huelva de mis desvelos. Seguro que Jerufa y Tizalaya corroboran lo de los melones.

  59. Urogallo dice:

    Colonia Carteia Libertinorum, en el San Roque de mis pecados.

  60. Ascanio dice:

    Me resulta curioso que ninguno de los que ha leído el libro (o de los que lo tienen) haya mencionado un pequeño detalle: al final, en la sección «Aclaraciones», el autor menciona la bibliografía utilizada para su novela. Entre las fuentes consultadas se encuentra la página web de Lago.
    Sobre esto, copio literalmente lo que dice Emilio Tejera:
    En cuanto a Internet, algunas páginas han sido muy útiles, y pueden serlo también al lector:
    […]
    http://www.historialago.com (además de información sobre Cartago, es de este página web, y de Apiano, de donde se ha extraído la mayor parte de la información referida a Numancia. También le debemos a Lago la inspiración para la descripción de Escipión -ver en el momento en que le nombran cónsul, capítulo XIII-, como un hombre no tan carismático como su abuelo, pero sí fiel representante de la característica frialdad romana).

    Me llama la atención la ausencia de este detalle, porque es bien conocida por los habituales de Hislibris las pasiones encontradas que despierta D. José I. Lago.

  61. Ascanio dice:

    Perdón, quería decir «son bien conocidas».

  62. Urogallo dice:

    Querida Ascanio, está claro que el autor usa a Lago como fuente. No en vano sitúa a varios elefantes en Cannas, e insiste en la presencia de una cohorte «pretoriana» en el sitio de Numancia ( con todos los peros que el autor quiera ponerle)…

  63. Turriano dice:

    Todos haciéndonos los despitados, pero al final has tenido que decirlo , jeje…Yo no tengo mucha idea y claro los artículos de Lago en su web me parecían super amenos, pero por lo visto es un poco subjetivo, aunque sin tener conocimiento para confirmarlo siempre me ha dado esa impresiòn.

  64. Aretes dice:

    Otro escritor que te va a adorar, niña. ¡Tú sigue así y verás la feria del libro más divertida que nos vamos a pasar!

  65. Arauxo dice:

    Tampoco es para tanto, Aretes, porque el hecho de averiguar que las fuentes utilizadas son discutibles, apenas aporta nada sobre la calidad de una novela histórica. O no debería.

  66. Valeria dice:

    Tan discutible (por subjetiva) puede ser esa fuente como cualquier autor clásico, que tendría sus filias y sus fobias, sus patronos y sus enemigos… Mientras los autores en la novela no describan al Cid invitando a un café, como contaron una vez en el foro…

  67. Ascanio dice:

    ¡Cielos! No me lo puedo creer…¿con sacarina o azúcar?

  68. Clío dice:

    Vete a la reseña de la comida en tiempos del Cid de Anthos, que seguro te lo dicen…

  69. Urogallo dice:

    Comentario interesante:

    El otro día descubro que en el sotano del Corte Inglés-Libreria de Puerta del Sol / Preciados, hay una sección de Ciencias Ocultas y otra de Rebajas…Más me sorprendo al ver allí, «Cartago el Imperio de los Dioses» por 5.95 Euros, cuando en cualquier otro lado está a 19.95…

    ¿Sorprendente, no?.

  70. Incitatus dice:

    Hombre Urogallo como visionarios que son los ocultistas se adelantan en muchos años a un posible saldo ;-)

  71. Urogallo dice:

    Mmmm…tal vez fuese una puerta a otra dimensión donde esta novela ya estuviese descatalogada.

  72. Clío dice:

    Uf! ya veo que se han quitado los comentarios del chillón ese, que entró el viernes, bravo Richar! ya está todo más limpito!

  73. marbenes dice:

    Por cierto, Clío, supongo que lo sabes pero no pierdo nada por decírtelo, me sorprendió y disgustó tanto como a tí la respuesta que te dí

  74. Clío dice:

    No te entiendo Marbenes, que respuesta me diste?,es este post? yo lo abandoné el viernes en plena discusión del tipo ese con Germanico, y hasta hoy..

  75. marbenes dice:

    Creo recordar que entraste, cuando él ya estaba suplantando todas nuestras identidades enajenado perdido, preguntando que qué pasaba y, yo te respondía, o sea, él, una barbaridad.

  76. Germánico dice:

    Vaya por Dios; esa parte me la perdí. Lástima.

  77. Clío dice:

    Ah! pues eso no lo ví ya, cada dia hay más gente loca por el mundo, menos mal que Richar hace desaparecer estas locuras, como por arte de magia…

  78. Vorimir dice:

    Vaya si debía estar aburrido si, se lió un buen pandemonium.

    En cuanto al libro en cuestión le he pedido a un librero amigo mio que si está en oferta a ese precio me consiga un ejemplar.
    Cruzaré los dedos…

  79. Vorimir dice:

    Pues ya lo tengo en casa por 6 lerus, quizás sea mi próxima lectura cuando acabe «Un día de cólera».

  80. Urogallo Capablanca. dice:

    Pués confirmado que debe estar de oferta en más «Corte Inglés», si a alguién de Cádiz le interesa ( Lugar de nacimiento del autor) también lo tiene por 5.95 euros, precio más que interesante.

  81. Germánico dice:

    ¿Te ha dado por el ajedrez, Padre?

  82. Vorimir dice:

    Bueno, ya la acabé.

    La verdad es que le falta fuerza y se me ha hecho un poco pesada, pero no está del todo mal estructurada y es muy curioso su estilo de narración contado todo por el escritur, con sus disgresiones sobre diversos temas.
    Además es bastante instructivo.

    Eso si, como he dicho le falta un hervor.

  83. Ivancete dice:

    Hola! Por casualidad he encontrado esta página… Q interesante! Me hizo gracia leer q en El Corte Inglés se encontraba el libro a 5’95; y yo q creía q me habían cobrado mal… XDDD Salí a toda leche del Corte pensando: «a ver si se dan cuenta y me vienen detrás… Corre Forrest, corre!!» XDDD En fin, q ya veo q no había problema :)
    Q detallazo, por cierto, q el autor se pasara por aquí, no? Os pasa a menudo? Es q es un lujazo, la verdad.
    Y para terminar, deciros q ya leí el libro, claro. Está bien, aunq a mí eso del narrador q todo lo sabe no me acaba d convencer. No me disgusta q se pueda adelantar un poco a la acción y aventurar lo q le sucederá en el futuro a algún personaje, familia, ciudad, etc…, pero sí q «saque los pies del tiesto» y me cuente algo d un futuro tan lejano, tan lejano q ya no pertenezca a esa historia y mucho menos A ESA EDAD. Pero supongo q eso es cuestión d cada uno.
    La historia sí me gustó (evidentemente ya conocía los hechos históricos) y tb cómo la cuenta (en absoluto me pareció q fueran demasiados personajes). Eso sí, si comparamos ese libro con «Numancia» de José Luis Corral Lafuente, sale un poquillo mal parado (pero tb es mi opinión personal, al fin y al cabo «Numancia» es uno d mis libros favoritos). En el libro d Corral, aparte del sitio y destrucción d Numancia, tb se relata el final d Cartago y, aunq le dedicaba unas pocas páginas, me dejó más «tocado» q el q narra Emilio Tejera (tal vez ahí comparto la opinión d los q lo tachan d romanticón, jeje). Eso sí, el último día d Numancia, Corral me puso «los huevos d gallina»… XDDD
    Conclusión: Cartago, el Imperio d los Dioses, 7 sobre 10. De los mejores q tocan la 3ª guerra púnica.
    Ah, a «Numancia» le doy un 9 (ya puestos a comparar…).
    Un saludo a todos!!

  84. Marbenes dice:

    Hola Ivancete, bienvenido! ¡Qué bueno lo del Corte, jajaja! Como verás hay muchos hislibreños de vacaciones, así que el nivel (y la cantidad) de los comentarios baja en estas fechas, y siempre es bueno leer a gente nueva con ideas frescas. Por ejemplo, creo que eres el primero al que le gustó el Numancia de Corral.

    Por cierto, lo que se pone de gallina, ¿no es la piel? ;-)

  85. Ginés dice:

    A mi no me ha gustado. Con todos los respetos hacia los esfuerzos del autor, me parece que a ciertas edades lo que hay que hacer es leer más y escribir menos. Porque si no pasa lo que pasa, que tenemos a veinteañeros con mucho que leer todavía metidos a improvisados escritores y los resultados son estos.

    Tengo que decir que leí esta obra casi simultáneamente con otra también de temática púnica, «Anibal el orgullo de cartago», de David Anthony Durham, y la diferencia de calidad literaria es notable.

    Además, Durham trata al lector con el debido respeto y evita por todos los medios darle lecciones de historia. Sin embargo, Tejera Puente parece empeñado en mostrar una erudición clásica que no viene a cuento,con contínuas citas a pie de página y con profusas explicaciones sobre aspectos históricos que son a todas luces innecearios, pues casi todos los que se sienten atraídos por este tipo de lecturas son personas con interés por la Historia y conocimientos en dicha materia. No creo que esto se deba a que el autor tome al lector por inculto en historia clásica sino más bien porque se palpa su preocupación por demostrar a todo el mundo que es un erudito y conocedor de la Historia. Este es un error muy común en las personas que escriben sus primeras novelas y se debe al temor que el autor novel tiene de que su obra no tenga una buena acogida en ciertos sectores.

  86. Fidipides dice:

    Buenas a todos!
    Acabé el libro hace unos meses y la verdad es que lo compré más por su precio que por el interés que desperto en mí. Este libro es un poco contradictorio, ya que muestra una escritura aún falta de rodaje, con demasiada intención de parecer poética, pero también ofrece pasajes brillantes y un argumento muy bien estructurado.
    Tejera tiene muchas papeletas para ser un buen escritor en el futuro, pero se nota su inexperiencia. Aún así, siempre es bueno ver nacer nuevos valores.
    Para terminar no estoy de acuedo con el exceso de sentimentalismo, ya que una novela hecha solo de guerra, muerte y combate acaba cansando.

    Gracias!

  87. Curiosa dice:

    Buenas tardes a todos
    Estoy terminando de leer la novela, la verdad es que no me acaba de gustar del todo, parece un batiburrillo de historias, pero por norma siempre termino de leer un libro a no ser que sea verdaderamente indigesto. Eso sí, he sacado algo positivo, o eso creo, y es que me ha despertado la curiosidad por conocer sobre las guerras púnicas. Yo es que soy de ciencias, y la historia nunca me ha llamado demasiado la atención.
    Saludos.

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