ATRAPADOS EN EL HIELO – Caroline Alexander

atrapados-en-el-hielo-9788408067399Si repasamos la historia de las exploraciones al polo sur hallaremos héroes, villanos, mártires y todo tipo de personajes variopintos. Entre ellos, tras los celebérrimos Amundsen y Scott, el papel más destacado recae en un irlandés recio y de carácter afable, sir Ernest Shackleton, que albergó un historial impresionante en tierras antárticas. Historial, sin embargo, empañado tan solo por un pequeño detalle: jamás consiguió apuntarse un hito histórico de primer nivel para ponerse a la par de Amundsen, Peary o Nordenskjöld. 

Cierto es que participó en la expedición Discovery de Robert F. Scott, en 1901, en el primer intento británico de alcanzar el polo sur (durante el cual las diferencias entre ambos fueron tan importantes que nunca más volvieron a colaborar). Pese a haber ostentado el “record” de máxima latitud alcanzada hacia el sur, de 88 grados, pese a haberse propuesto hitos como ser el primero en cruzar de punta a punta el continente antártico, todas sus expediciones regresaron sin la gloria de “haber sido el primero”. Sin embargo, en vida Shackleton fue tan o más famosos que sus compatriotas. Supo vender su imagen muy bien, financió sus propias expediciones dando conferencias por todo el mundo, y se convirtió en una celebridad venerada por las futuras generaciones de exploradores. Fue un héroe en Inglaterra debido a su famoso “record” con la expedición Nimrod (que en realidad perduró escasos tres años), y obtuvo por ello el suficiente pedigree (a parte del título de Sir) como para permitirse emprender otro tipo de misiones una vez alcanzado ya el polo por el gran Amundsen. Así fue como financió su penúltimo y más desastroso intento a bordo de un buque propio, el Endurance: el asunto sobre el que trata esta obra, “Atrapados en el hielo”.

Caroline Alexander es bastante conocida por su anterior libro sobre el motín en la Bounty, un compendio completo y exhaustivo que supuso una revisión bastante acertada de los sucesos entre el señor William Bligh y su tripulación. Su siguiente trabajo a nivel histórico buscó un período más cercano en la historia pero por igual turbulento, inicios del siglo XX. No en balde, el periplo aventurero de la expedición del Endurance coincide con el inicio de la Gran Guerra, 1914. Shackleton se propuso en aquella ocasión lograr la primera travesía completa de la Antártida (desde el mar de Weddell hasta el mar de Ross) y su fracaso fue estrepitoso.

Fue un asunto bastante triste, a decir verdad. Tras organizar una expedición de forma concienzuda, a lo grande, bien equipada y con un personal competente y eficaz, se encontró que los problemas se le presentaban mucho antes de poder plantearse siquiera dar inicio a su proyecto. Antes de poder llegar a tomar tierra el Endurance quedó atrapado en la banquisa, de un modo tan contundente que la tripulación se vio obligada a pasar el invierno allí mismo, a bordo del buque, perdiendo todo un año de sus vidas en tan duras condiciones. El problema persistió y, a la deriva, sobre las placas de hielo, ni siquiera con la llegada del siguiente verano antártico lograron desembarrancar el buque. El hundimiento del Endurance y la penosa huída de los tripulantes es narrado de forma exhaustivamente cronológica por parte de Alexander, quien se basa en los innúmeros diarios personales llevados a cabo por los tripulantes durante el periplo de la aventura.

Es cierto; unas condiciones de inactividad tan profundas debieron llevar a varios de ellos a distraerme mediante la redacción de los sucesos acaecidos. El capitán Worsley, por ejemplo, lo hizo, publicándolos luego bajo el título de “Endurance”. El carpintero McNish, el fotógrafo Hurley, o diversos oficiales (Lees, Wild, Crean…), narraron también los hechos. La auténtica labor de Alexander ha sido ésta precisamente; analizar cada uno de los testimonios y compendiarlo todo de forma breve. Y es este, quizás, el puntal más débil del libro pues parece, en muchas ocasiones, una simple descripción de los sucesos, sin análisis o extracción de conclusión alguna. En ocasiones, el excesivo empeño deductivo de un autor puede conducirlo a teorías forzadas o “cogidas con pinzas”. En este caso, para bien o para mal, Alexander parece querer limitarse a una simple y llana exposición de los hechos. Tal vez un acierto, tal vez un error, es algo que depende del punto de vista de cada uno, evidentemente, pero en mi caso un tono tan aséptico sólo consiguió amuermar la lectura.

El trabajo se complementa con un impresionante testimonio gráfico de la expedición: un conjunto de fotografías, casi todas ellas de autoría del señor Frank Hurley, el fotógrafo de la tripulación, que consiguió retratar casi todos los episodios de la epopeya con sus pesados e incómodos equipos. Esto es un verdadero valor añadido pues, en ocasiones, cuando leemos sobre hechos históricos, nuestra propia ignorancia deja demasiado espacio a la imaginación. Una imaginación que, a falta de más datos, tiene que ayudarnos a hacernos una idea (a menudo sesgada o alejada de la auténtica realidad) de lo que se nos está contando. Aquí no hay margen para la imaginación; todos los nombres poseen su rostro, todos los paisajes, lugares, espacios u objetos están retratados, lo estamos viendo todo en cada momento. Casi cada dos páginas tenemos una imagen real de los sucesos. Si al poco margen para la imaginación le añadimos el tono aséptico de la narración de Alexander, nos encontramos que, pese a haber leído un buen libro, haber aprendido muchas cosas y haber disfrutado con la vida de Shackleton y sus compatriotas, falta algo. Tal vez los hechos no son suficientemente atractivos por sí mismos, y quizás un mayor celo científico en la narración lastraría aún más el texto. Sea como sea, el resultado no es del todo convincente. Tal vez sea el efecto “gafe” de Shackleton, que sigue vivo.

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16 comentarios en “ATRAPADOS EN EL HIELO – Caroline Alexander

  1. ARIODANTE dice:

    Vaya, Horus, tenemos gustos parecidos!Tengo el libro, que lo encontré en la Librería Náutica de Madrid, a la espera de qu ele llegue el turno…creo que has hecho una buena exposición del contenido, ya cuando lo lea te diré si concuerdo también en la valoración.

  2. El Cuervo dice:

    Está en mi pila de «pendientes».. me encantó la exposición organizada por el Museo Marítimo de Barcelona hace 4 o 5 años

  3. Shackelton dice:

    Lo lamento Horus pero estoy en total desacuerdo en tu análisis. El libro a mi me pareció apasionante.

  4. Horus-chan dice:

    Vaya! Si el mismísimo Shackleton se ha pronunciado! Será cosa de espiritismo? Que llamen a Iker Jiménez… :-)

    Ahora en serio. Compañero Shackleton, mi apreciación es totalmente subjetiva, es la sensación que a mi me iba quedando a lo largo de la lectura. Tal vez es debido a que ya he leído mucho sobre expediciones polares, y cuesta más que algo me enganche a fondo. Tal vez, la ausencia de un objetivo claro en la expedición de 1914 (o el hecho de que ni siquiera pudiera empezarse…). Sea como sea, lo dicho; es un punto de vista personal y entiendo que haya gente que pueda apasionarse con esta lectura.

  5. Horus-chan dice:

    Ariodante, solo por el tema náutico ya tenemos coincidencia de gustos. A parte temas relativos a narrativa de viajes y tal. Y muchos otros habrá… Austen? Je, je… Aún no se, tengo que ponerme… ;-)

    El Cuervo, no tuve la ocasión de ver la exposición, pardiez. En su momento se me pasó, lástima pues, si estaba tan bien.

  6. Pachamama dice:

    Conociendo la proeza de Shackleton me apunto el libro. Una vez leí algo parecido a esto «Si tienes un percance en la montaña llama a Edmund Hillary, si es en los hielos a Amundsen, pero si el problema es serio de verdad haz que venga Shackleton»

  7. ARIODANTE dice:

    Buenaaaas! Ya me he acabado la lectura del libro. A mi me ha parecido apasionante, como a el homónimo de Shackelton. Hasta el punto de que sentía verdadero frío mientras lo leía…creo que he pillado un catarro con tanto pie mojado y hielo por todas partes. Y eso que en el Levante feliz no ha caído una gota prácticamente desde hace mucho tiempo y disfrutamos de temperaturas excelentes.
    Y tampoco creo que le falte nada: el libro es aséptico, sí …¿cual es el problema? Yo lo prefiero así, si he de formar opinión, ya soy mayorcita, y los hechos hablan. Y mi opinión es que los británicos son especialistas en este tipo de viajes, yo diría ideados con espíritu deportivo, marcándose retos y disfrutando del mismo hecho de intentarlo. Pero a veces sin la preparación adecuada, o simplemente, que en estas situaciones hay que contar con los elementos o con un porrón de dinero. Y no iniciarlos si hay una guerra de por medio…

  8. juanrio dice:

    Me temo que coincido mas con el reseñador que con Ariodante o Shakelton, no se si fruto de otras lecturas que tenían esa pasión que hecho un tanto en falta en el relato de la autora. Una epopeya de las dimensiones de esta, y uno se hace una buena idea cuando Alexander va citando las distancias que tienen que recorrer Shakelton y sus compañeros, creo que requiere un texto al mismo nivel y este no lo tiene. Peca de aséptico, de frío o de algo mas, pero queda muy por detras de otros relacionados al mismo tema e incluso motiva que se tengan ganas de hacerse con otra narración del viaje de Shakelton esperando encontrar ese algo mas.

    En cuanto al personaje y su tripulación…de quitarse el sombrero y regalarlo. Extraordinaria expedición en la que uno piensa que de no ser por ese bloqueo entre los hielos hubira podido tener éxito. Da la impresión de estar ante un equipo preparado en lo físico y material así como en lo espiritual y psicológico. Una tripulación bien equilibrada, bien dirigida por Shakelton que además tenía un gran apoyo en su segundo y, seguramente, en la mayoría de los científicos y tripulantes que le acompañaban.

  9. Ariodante dice:

    Quizás lo que echáis de menos, Juanrio, es una novelación de la historia. Porque esto es un reportaje, no una novela. Daría para una novela, y ¡menudo novelón! que saldría…si el que lo escribiera supiera hacerlo bien. A mi lo que me provoca es más ganas de leer sobre el tema, pero no por falta de animosidad en la autora, sino porque el tema ya de por sí me parece increíblemente atractivo.

  10. Ariodante dice:

    ¿Alguien tiene sugerencias sobre otras lecturas sobre este tema? Juanrio, ya que dices que has leído otras cosas, anda, ilústranos, porfa. Yo de expediciones contemporáneas (siglo XX, quiero decir) solo he leído la de la Kon-Tiki, que es maravillosa y la mar de interesante. Bueno, y la de Maurice Herzog al Annapurna. Las otras expediciones que leí son todas del XIX y anteriores.

  11. Horus-chan dice:

    En mi caso concreto, lo de la novelización no me llama demasiado, la verdad. Mas bien creo que la sombra de Fergus Fleming es alargada. Sus trabajos son mas críticos, mas analíticos. Te recomiendo sus obras «Barrow y sus hombres» y «La conquista del polo norte», que en su momento Rodrigo y Juanrio me recomendaron.

    Los relatos en primera persona de Amundsen (South), Apsley Cherry-Garrard (El peor viaje de la historia), entre otros, son excepcionales. Me encantaria pillar el relato del capitán Worsley sobre la expedición de Shackleton.

    De montañismo, creo que el mejor es precisamente el que citas de Herzog, que es magistral. Hay una autobiografía de Hillary buenísima; «La conquista del Cervino», de Edward Whymper; el relato de la primera ascensión al Everest, por John Hunt; el relato de las desventuras de Mallory & Irvine, por Francis Younghusband…

  12. Ariodante dice:

    Wow!! me has dado un montón de ideas, Horus!!! ¡Anoto todas!…a ver si este verano…aunque todavía me quedan por leer un tomazo enorme sobre Livingstone y otro sobre Munro en el Congo…pero bueno, espero tener sitio para todo.

  13. juanrio dice:

    Coincido con lo que te dice Horus, Ariodante y añado otro que he leído hace poco y que me interesó bastante, Amundsen-Scott, duelo en la Antartida de Javier Cacho.

    No es tanto la novelización, que no es lo que yo buscaría, como la interpretación por parte de la autora. Siendo un buen libro, es lo que hecho en falta en comparación a los de Fleming o el de Cacho.

  14. Ariodante dice:

    Pues esta tarde he conseguido el libro de Cacho, sobre la conquista del polo sur, y el de Fergus Fleming sobre el polo Norte, Así que espero que vuestras indicaciones sean buenas…en cuanto pueda me pongo a ello.

  15. Horus dice:

    Vaya, Juanriver, ese libro que comentas tiene buena pinta. A ver si puedo encontrarlo, pues hace ya bastante que no leo nada sobre el dúo Amundsen-Scott batallando en el polo sur.

    Ariodante, los libros sobre Livingstone y Mungo Park… Vas a reseñarlos en algún momento u otro, no? (esperemos que sí…) :-)

  16. Ariodante dice:

    Pues sí, Horus, los reseñaré cuando los lea. Llevo dos años diciendo eso…Tenía pensado para el verano pasado y tendrá que ser este…que es muy largo y admite lecturas cálidas. Claro que también leeré el del duelo Amudsen-Scott, para refrescarme un poco.

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