ÁLAVA EN WATERLOO – Ildefonso Arenas

alava-en-waterloo-9788435062602Descubrí este libro gracias a Google, que por accidente (no recuerdo qué andaba buscando) me llevó a este artículo de El País, de modo que se me despertó la curiosidad, aunque cuando vi el «elibro» en la FNAC me desanimé un poquito, por su aspecto disuasorio (1.200 páginas de letra no muy grande y texto consumiendo casi todo el papel) y por su precio (35€; no es que sea un disparate, que más he pagado por alguna de Simon Scarrow o Lindsay Davis, pero al autor de este Álava en Waterloo no le conocía de nada). Por eso, y antes de sacar la VISA, pregunté en el foro de Hislibris (salvo Davout, que dijo sentir alguna curiosidad, nadie contestó nada); también investigué un poquito en Google a partir del concepto ‘novela histórica’ (así fue, marginalmente, como supe de Hislibris), donde encontré otra crítica muy favorable en el ABC. Dos críticas, y las dos muy entusiastas, me parecieron suficientes, de modo que venciendo mi explicable tacañería (propia de los duros tiempos que vivimos), y autoanimarme diciéndome que pocas veces me he arrepentido de comprar un libro de Edhasa, mi fui a la FNAC y me lo llevé.

Lo empecé hace una semana, después de cenar. A eso de las dos mi mujer vino a buscarme con cara de muy pocos amigos: el maldito libro se había hecho conmigo, y de un modo como ya no recordaba en mucho tiempo: el de la obra que te muerde como si fuera un cocodrilo, y no te suelta, o no te deja que la sueltes. Desde aquella noche no paré hasta terminarlo el domingo pasado, y con cierto mal cuerpo: el de que se había terminado y no había más. Es, lo puedo decir ahora, la clase de libro que te hace permanecer en medio de lo que te cuentan mucho después de haber leído la última página, porque tú sigues con la historia, desarrollándola a tu aire. En fin y como bien sabéis: de esta clase de libros, qué poquitos son los que conseguimos encontrar.

Juzgándolo ahora con algún desapasionamiento puedo deciros, lo primero, que no es una novela histórica ‘al uso’, donde se relatan historias de los tiempos de los romanos o de la edad media con escasas probabilidades de haber sucedido, y donde los personajes se manifiestan uniformemente engolados y solemnes, tomándose por demás en serio su propia existencia. Álava en Waterloo es en dos tercios tratado histórico con aspecto de fidedigno (lo avala una bibligrafía apabullante, de ciento sesenta y tantos títulos, algunos de los cuales no sólo he leído, sino que tengo en mi modesta biblioteca), y sólo en un tercio es novela histórica, pero una novela donde los personajes no son inventados. Son personajes históricos, reales, y la mayoría de ellos bastante conocidos. El truco del autor, que debe ser muy pillo, es no contar él las andanzas sospechosas de ser inventadas, sino hacer que las cuenten los personajes, los unos a los otros, cosa que intuyo muy difícil si se pretende conseguir, como pienso pretende el autor, que cada uno tenga su propia voz y su propio estilo. Es una obra fundamentalmente dialogada. Los personajes, insisto en que todos ellos históricos, se pasan las 1.200 páginas contándose cosas, dejando al narrador como un simple hilo conductor entre conversaciones. Así todo se vuelve natural y verosímil. Según el propio autor explica en la bibliografía, no hay nada en la obra contra los hechos históricos. Los diferentes relatos novelescos comienzan cuando los personajes cierran las puertas de sus salones, sus comedores o sus alcobas (de éstas hay unas cuantas; el autor no describe las escenas de un modo explícito, pero es lo suficientemente insinuante como para no sólo convencerte de sonreír, sino de vez en cuando arrancarte una carcajada), para desde ahí decir lo que no está registrado en ninguna crónica, porque no había nadie delante para relatarlo.

El gran valor de la obra es la calidad de los personajes. No hace falta mucho esfuerzo para describir a Wellington, a Metternich, a Fernando VII, a Napoleón y a Talleyrand (aunque sí hace falta para que parezcan personas, y no figuras de cartón piedra, cosa desgraciadamente usual en las novelas históricas), porque son sobradamente conocidos, o al menos casi todos hemos oído hablar de ellos. Hace falta bastante más, me parece, para describir a Gneisenau, a Blücher, a Davout y, sobre todo, a un General Álava del que yo apenas sabía que tiene una estatua en Vitoria, aunque ahora me haga cruces de que no tenga por lo menos una en cada capital de provincia de nuestro desagradecido país.

La novela en sí consta de cuatro partes: El Congreso de Viena, el Imperio de los 100 Días, la Campaña de Waterloo y la ocupación de París por los prusianos, todo ello a lo largo de un año 1815 que termina por ser el protagonista principal, porque difícil es que pasen tantas cosas, y tan variadas, en apenas un año. El General Alava está más o menos presente a lo largo de las cuatro partes, viniendo a ser un testigo principal cuando no un catalizador, salvo en Waterloo, donde pasa a ser, a la muerte del jefe del estado mayor de Wellington, el número dos de su ejército. Un dato del que no tenía ni la menor idea hace una semana, pero que no he tardado en validar, hasta saber, a ciencia cierta, que lo que se dice es cierto, que el general Álava fue el segundo de Wellington el día de Waterloo, el que cenó a solas con él la noche después de la batalla y al que corresponde una parte nada pequeña de la mucha gloria que ganó aquel día el inmortal duque de Wellington.

Hay una quinta parte que a mi entender redondea el libro de un modo primoroso; es donde el autor nos explica, y aquí sin giros novelescos, lo que desde 1816 fue la vida de los diez personajes principales (Wellington, Talleyrand, Gneisenau, Álava, Clausewitz, Miniussir, Madame Récamier, la Princesa de Chimay, la Condesa de Périgord y la Duquesa de Sagan). A mi entender es un prodigio de mala intención, porque al menos en mi caso me ha puesto a buscar en Amazon y en Google Books las biografías de casi todos ellos, y sobre todo las de las mujeres. Una observación superficial de una obra que trata en buena parte de Waterloo haría pensar que es un asunto de hombres, pero resulta que no. Para el autor las mujeres -y qué mujeres- son tan importantes o más que los hombres, y más aún en el caso de la que aquí es más desconocida (o eso creo, en mi ignorancia), la duquesa de Sagan.

Mil doscientas páginas, aun así, podrían llevar a muchos al límite de su resistencia como lectores, pero si no es así sólo puede ser por el lenguaje, tanto el del narrador como el de los personajes, que es un uniformemente directo y claro, además de bañado en un tenue pero constante humor -un punto irónico-, al estilo de las grandes narraciones históricas británicas. Aquí puedo decir que este libro me ha recordado mucho al todavía no traducido Dancing into Battle, de Nick Foules, que fue todo un bombazo editorial hace seis o siete años (en Inglaterra) y con el que recuerdo haberme pasado una semana deliciosa.

Antes de enviar esto -no sé si llamarlo reseña o tímido comentario entre amigos-, he comprobado por recomendación de Lantaquet que la obra no estaba ya reseñada. No lo está, pero gracias a la comprobación he podido ver, con agradable sorpresa, que al autor le habéis seleccionado para los premios Hislibris de este año en la categoría de Mejor Autor Novel 2012. Supongo que eso se deberá a que el comité de selección también ha leído el libro, y digo yo que le habrá gustado. No sé a vosotros, pero a mí me gustaría conocer sus opiniones, por si sólo sucede que Álava en Waterloo me ha tocado la fibra sensible, la de mi instintiva simpatía por los grandes héroes olvidados y, después de todo, no sea para tanto.

Para terminar: si os animáis, espero que lo paséis tan bien con él como me lo he pasado yo.
Ficha del libro:

TÍTULO: Álava en Waterloo.
AUTOR: Ildefonso Arenas.
EDITORIAL: Edhasa.
PÁGINAS: 1216.
PUBLICACIÓN: 2012.

[tags]Ildefonso Arenas, Waterloo, napoleónicas, guerras[/tags]

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49 comentarios en “ÁLAVA EN WATERLOO – Ildefonso Arenas

  1. Vorimir dice:

    Y otro debut. Pues bienvenido Taipan, gran visir del foro.
    Cierto es que 1200 páginas echan para atrás bastante, aunque leyendo la reseña y sabiendo que está nominado a los premios Hislibris parece que estas son bastante buenas.
    Revienbenido y que no sea la última.
    PD: Hacía tiempo que no teníamos reseña un martes. Ya tocaba. :D

  2. iñigo dice:

    Buen estreno en las reseñas. Enhorabuena.

  3. Diocles dice:

    Tal como lo cuentas parece muy interesante.
    Me rascaré el bolsillo.
    Gracias por la reseña

  4. POLEMARCA dice:

    Enhorabuena, vaya reseña, lo que de verdad engancha son tus palabras. Otro sobre el estante, xD dónde vamos a llegar.

  5. Trecce dice:

    Bienvenido al mundo de la reseña en Hislibris.
    Enhorabuena por ella.

  6. Rick dice:

    Magnífica reseña, enhorabuena.
    Alava fue todo un personaje y siempre me había interesado. Por desgracia es otro de esos grandes hombres absolutamente desconocidos para la mayoría de los españoles.
    Ya he encargado el libro.
    Gracias
    Rick

  7. TIGLATH dice:

    No hay mejor reseña que una reseña entusiasta y sincera!
    Enhorabuena Taipan.

  8. Acabé de leerla hace un mes y pico, y me pareció extraordinaria. Enhorabuena por esa magnífica reseña.

  9. Antígono el Tuerto dice:

    Interesante reseña Taipan (y felicidades por tu primera reseña en Hislibris) y más aún cuando estoy en plena lectura de Las Guerras de Napoleón de Esdaile y en plena fiebre napoleónica. Por cierto muy interesante eso que mencionas de que los personajes «que parezcan personas, y no figuras de cartón piedra, cosa desgraciadamente usual en las novelas históricas», porque es muy difícil hacerlo con personajes históricos de los que se ha hecho ya un perfil y un papel del que se hace muy difícil sacarlos, y al hilo de esto me intriga como mostrará a Fernando VII, monarca que en casi todas las novelas tiene el papel de villano de folletín romántico.

  10. rosalia de bringas dice:

    Yo solo puedo felicitarte por este magnífico estreno como comentarista.
    Espero seguir leyendo reseñas tuyas porque esta me ha gustado mucho.
    Gracias.

  11. iñigo dice:

    Curioseando sobre el protagonista General Alava, me acabo de enterar que su origen militar estaba en la marina y que participó en la batalla de Trafalgar a las órdenes de Gravina.
    Curioso.

  12. Davout dice:

    Bienvenid y enhorabuena por la reseña amigo Taipan. Tu aportación ha sido decisiva para que figure esta obra en mi lista de futuribles. Cuando supere mi animadversión hacia los libros sobre Waterloo y supere mi animadversión hacia los libros de 35 euros, caerá seguro. Gracias.

  13. Antígono el Tuerto dice:

    ¿Animadversión a los libros de Waterloo?, ¿y eso por qué?…pregunta inocente ;-)

  14. iñigo dice:

    ¿Será por la derrota de Napoleón? ;-)

  15. iñigo dice:

    Que ganas de meter el dedo en el ojo del pobre mariscal.

  16. Casper dice:

    Yo no soy demasido aficionada a la novela histórica pero reconozco que lo regalé por recomendación de una vendedora de una gran superficie que parecía entendida y fue tan entusiasta que al final me lo compré.

    Yo soy de leer de un tirón (si no no me engancho), y eso hice. Aparte de lo bien escrito que está, me resultó super entretenido, interesante y desde luego muy asequible para personas que como yo no sean necesariamente expertas en historia.

    Lo amplio de la bibliografía que incluye me dió también confianza en que no sería un folletín, así que ahora lo recomiendo yo también, para todos los públicos.

  17. Lopekan dice:

    Excelente estreno, Taipan. A esta reseña no se le puede achacar aquello de «is-no-good», como se le diría a tu avatar en el foro ;)
    Gracias por acercarnos a un libro tan interesante, y recibe mucho ánimo para que perseveres en tu particular rescate de héroes olvidados. No te ha de faltar trabajo, ni audiencia atenta a tus hallazgos.

  18. Taipan dice:

    Gracias a todos los que decís que os ha gustado esta reseña de aficionado. Ya me gustaría saber hacerlas bien. Supongo que cuando lleve unas cuantas me saldrán algo mejor. Lo malo es que no encuentro muchas novelas históricas que sean novedad y que todavía no hayan sido reseñadas. Si pudiérais recomendarme alguna de los tiempos napoleónicos, o de la revolución francesa, y de la que nadie hubiera dicho nada todavía, os quedaría muy agradecido. Si la tengo la reseñaré, y si no la buscaré.

    Gracias otra vez.

  19. JAVILISO dice:

    Hola a todos:

    Me uno a todos los que te han felicitado por la reseña poque, la verdad, es que me ha despertado mucho la curiosidad por una época y un tema sobre los que tenía poco interés…hasta hoy que ya me estoy planteando comprar este libro. Así es que si has conseguido eso, para mi ya es una muy buena reseña.
    Sobre esta época, aunque no los he leído, porque como ya he dicho, hasta hoy no tenía demasiado interés en ellos, he oído hablar mucho de la trilogía que publicó en su día el escritor aragonés José Luis Corral: Trafalgar, Independencia y El Rey Felón, este último sobre la figura de Fernando VII.
    Podeis decirme alguno si merecen la pena dichos libros ???
    saludos

  20. Taipan dice:

    Javiliso, Independencia no lo he leído. Los otros dos, sí. El Rey Felón me dejó un sabor raro, a cosa incompleta, quizá porque no pone tan verde a Don Fernando como suponía yo iba a ocurrir. El anecdotario de Fernando VII rebosa episodios hilarantes, de puro ridículos, y no son raros de encontrar, porque Internet los ofrece a patadas (hay uno, sobre la consumación de su matrimonio con su tercera señora, que ha hecho llorar de risa a media internet). El que en el libro de Corral no aparezca ninguno de los más risibles sugiere la idea de «libro escrito bajo unas coordenadas de gran corrección política», y de sobra es sabido que lo políticamente correcto en desmedidamente aburrido. En cuanto a Trafalgar, que me gustó bastante más, no deja de ser la historia de la batalla contemplada desde el lado español, que fue con diferencia el menos trascendente de aquel alegre día (para los ingleses). Al comprarlo tenía la esperanza de leer una historia explicada con amplitud de miras y con irreprochable objetividad por un autor español. pero no debían ser esas las intenciones del autor, porque más parece un texto de bachillerato franquista, aunque con encomiable respeto por las expresiones marineras (pese a que el autor a veces confunde alguna). Dado que está a 5,95 en las grandes superficies, no vaciles en comprarla, porque pese a todo lo que he dicho es de lo mejorcito que he leído sobre Trafalgar que haya escrito un español.

  21. JAVILISO dice:

    Muchas gracias, Taipan.
    saludos

  22. Antígono el Tuerto dice:

    Bueno, sobre Fernando VII también hay que decir que, al igual que pasa con muchos gobernantes, muchas de las anécdotas son falsas o claramente exageradas, ya que el personaje ha sufrido mucha propaganda denigratoria (que no es por salvarle la cara al sujeto pero sí para situar las cosas en su justa medida).
    De las novelas de Corral no tengo opinión porque no las he leido, pero las de Reverte no me han gustado nada, Un Día de Cólera lo dejé a la mitad porque me resultó pesado y lleno de clichés y tópicos como una película de los años 50, y de Cabo Trafalgar he leido críticas espantosas, pero por lo poco que leí iba al estilo de Un Día de Cólera.
    Novelas históricas españolas que traten el tema pocas conozco, aparte de los clásicos Episodios Nacionales de Galdós.

  23. Taipan dice:

    Lo que dices de Fernando VII, mi admirado Antígono el Tuerto, es algo que comparto. De hecho, una de las primeras cosas que me engancharon de «Alava en Waterloo» fue el retrato que hace de Don Fernando en las primeras páginas, donde comienza la presentación de los personajes. Le define (lo acabo de consultar) como un tipo cultísimo, con un francés perfecto, un inglés, un italiano y un portugués más que pasables, una cultura que le había llevado a traducir numerosos clásicos del francés al español durante sus cinco años de encierro en Valençay, unos conocimientos derivados de haberse machacado enterita la enciclopedia d’Alembert, y una sensibilidad musical más que potable y no sólo pasiva, sino que como instrumentista, sobre todo con la guitarra de seis cuerdas, era más que notable, para terminar afirmando que «Don Fernando, en suma, era para conocerle». Leer todo esto me dejó perplejo, por lo inusitado de encontrar nada elogioso del que casi todos tenemos por un perfecto animal, de modo que supuse que la obra estaba escrita con una inusual objetividad, lo que me animó a seguir adelante con las 1200 páginas. Supongo que no será el único libro donde a Fernando VII se le sitúa en su justo valor, pero el hecho es que por ahora sólo conozco este.

  24. Antígono el Tuerto dice:

    Pocos hay que traten al personaje con objetividad, ciertamente era muy culto (lo cual es lógico ya que tuvo acceso a una educación que muy pocos de sus coétaneos tuvieron o pudieron permitirse), eso no quita para que actuase como actuó…pero que en nada se diferenció de otros monarcas reaccionarios de la Restauración absolutista en Europa.
    Lejos de mi defenderle, pero si tratar de objetivizar el contexto del personaje.
    Y como bien mencionas no conozco ninguna novela (ni siquiera las de Galdós) donde se trate al monarca de forma objetiva y rigurosa…por lo que mencionas éste es el primero.
    Aunque creo que recordar que hubo una biografía en su día (hará 5 años, o 6) donde se trataba de desmitificar al personaje.

  25. Taipan dice:

    Quizá te refieras a «La vida y la época de Fernando VII», de María Pilar Queralt. Es de 1997, y aunque hace mucho que lo leí conservo el recuerdo de que no le trataba demasiado mal, y que compartía tu criterio, que Don Fernando no era mucho más bestia de lo usual en su gremio y en su tiempo (yo, en eso, discrepo un poquito: un tipo al que acaban de devolver el trono por segunda vez, como a él en 1823, no se descuelga nombrando primer ministro a su padre confesor; para eso hace falta ser un meapilas total, y ninguno de sus colegas pasaba por serlo, cuando menos hasta ese punto). También es verdad que MP Queralt era por entonces casi primeriza. Por lo que acabo de comprobar era su segundo libro (bastante breve; 235 páginas de letras muy gordas), y aún debía tener los espolones muy blanditos. Quizá demasiado para emprenderla con un Miura como Don Fernando.

  26. Antígono el Tuerto dice:

    No tengo los datos a mano, pero Fernando VII no nombró nunca a ningún confesor como primer ministro del reino, su mano derecha fue Calomarde su hombre más fiel…y el más servil.
    Probablemente te confundas con su hermano Carlos María Isidro, éste si era muy religioso…hasta el punto de que su vocación era la de ser sacerdote.

  27. Taipan dice:

    Me temo que nuestros datos no coinciden. El pavo se llamaba Víctor Damián Sáez y Sánchez Mayor. Secretario de Estado y del Despacho (equivalente a nuestro actual presidente del gobierno) desde el 1 de octubre de 1823 con carácter oficial, y desde mucho antes interino, además de confesor privado de Su Católica Majestad. Tienes más datos aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADctor_Dami%C3%A1n_S%C3%A1ez
    Al buen hombre sólo le faltó, según lo que he podido leer de él, crear un instituto de fomento sin ánimo de lucro. En cuanto a casarse con una infanta, no podía, y no por ser un cura, sino por no haber ninguna disponible.

  28. Antígono el Tuerto dice:

    Pues el dato es interesante, no lo sabía, siempre creí que Calomarde fue la mano derecha de Fernando VII durante todo su gobierno. Como dice el refrán, no te acostarás sin saber una cosa más. De todas formas no era muy común nombrar a los confesores para cargos importantes en el gobierno.
    Lo de casarse con una infanta lo logró Manuel Godoy…del que también hay mucha mala prensa.

  29. Taipan dice:

    Hay confesores muy inteligentes y muy preparados, y los hay como Sáez. Entre los primeros me confieso rendido admirador del Padre José. Me empezó a intrigar de pequeño, cuando me dieron a leer ‘Los Tres Mosqueteros’, pero sólo a partir del ensayo de Huxley pude comprender qué clase de hombre fue, y que Richelieu habría sido mucho menos Richelieu de no haber contado con él.

  30. Antígono el Tuerto dice:

    Obviamente, hay hombres ambiciosos e intrigantes que tienen talento y aptitudes para el gobierno y las tareas del Estado, y otros que son auténticos peligros ambulantes al frente de la Administración.
    Ahhh, Richelieu, sólo por su semblanza en las novelas de Dumas ya podría pasar a la Historia. Lástima que no haya habido en nuestro país buenas novelas que reflejaran la semblanza de los validos españoles en su justa medida….que aquí también hubo, de todo, como siempre.

  31. Taipan dice:

    Quizá suceda que los validos españoles, hasta donde recuerdo, desde que murió el Cardenal Cisneros (que no tiene demasiada mala fama histórica) no solían reclutarse en las filas del clero (salvo pintorescas excepciones, como la de Sáez), mientras que en Francia, por ejemplo, la tendencia real, sin duda inspirada por el Espíritu Santo, era elegirlos entre los príncipes de la Iglesia, como Richelieu, Mazarino o Talleyrand. Eso implicaba, por lo general, una preparación mucho más completa, así como un relativo desinterés en asuntos de poner el cazo, al no verse azuzados por esposas o concubinas insaciables, ni por hijos legítimos. Este es otro ejemplo de los graves inconvenientes de no afrancesarse.

  32. Antígono el Tuerto dice:

    Hombre, hubo de todo, buenos y malos validos. Incluso en la España afrancesada, que es la España a partir de la llegada de los Borbones (dinastía francesa). Tampoco es que a los franceses les fuese muy bien el sistema.
    El amigo Talleyrand es más complejo.

  33. Taipan dice:

    Si Talleyrand era como se describe en el libro que da pie a que aquí sigamos charlando, debió ser un tipo fascinante. Obispo por Obispo, no concibo uno más interesante, ni más divertido. Ya podrían contratar alguno así en nuestra muy aburrida Conferencia Episcopal.

  34. Antígono el Tuerto dice:

    Talleyrand es un personaje fascinante, uno de los más interesantes de ese período (junto con su rival/amigo Fouché), ambos eran capaces de sobrevivir a todo y a todos, a cambios de gobiernos e ideologías…y ambos unos intrigantes de marca mayor.
    Talleyrand fue obispo y murió como obispo, pero por el medio vivió de todo, era un hombre temido (junto con Fouché) por todos, incluido Napoleón, quizá porque sabían donde estaban enterrados todos los cadáveres (políticos y literales) de cada uno de los protagonistas de la época.
    También está considerado el padre de la diplomacia moderna, es el ídolo de todo diplomático…lo cual no sé si es bueno o malo.

  35. Taipan dice:

    Si hay algo más interesante que un diplomático, es una diplomática. En cuanto a Talleyrand, siempre he defendido que debería ser canonizado, para después ser designado santo patrón de todos los Gúrteles.

  36. Antígono el Tuerto dice:

    Lo de la canonización de Talleyrand no es mala idea viendo como está el panorama político.

  37. Davout dice:

    Recuerdo una obra de teatro que tuve la gran suerte de ver: LA CENA, con Josep María Flotats y Carmelo Gomez como Talleyrand y Fouché respectivamente. Vaya dos personajes ¡

  38. Taipan dice:

    La obra de teatro está inspirada en una película protagonizada por Claude Rich (Talleyrand) y Claude Brasseur (Fouché). A mi me encantó (con subtítulos en inglés, porque de francés, yo, ni peñazo). Aquí no la han estrenado, que yo sepa. El nombre es ‘Le Souper’. En el libro gracias al cual estamos aquí hablando no es que se describa, pero al menos se enuncia con bastante gracia.

  39. temax dice:

    Gran reseña! Me temo que me has convencido por el buen uso de tus palabras :)

  40. Taipan dice:

    Muchas gracias, Temax. Espero que te guste tanto como a mí.

  41. Milius dice:

    Excelente reseña, Taipan. Me has convencido. Decir, aunque la mayoría lo sabréis, que en amazon venden la edición para Kindle por 9,40, por eso de los tiempos que corren.

  42. Farsalia dice:

    Leída hace unos días. Majestuoso trabajo, ¿novela histórica?, ensayo encubierto de historia novelada. Un poco de todo. Al principio te rechina el estilo del autor, dejando en el idioma original los nombres propios, pero al cabo de un par de centenares de páginas ya te has acostumbrado. Impresionante relato del antes, el durante y el después de Waterloo (o Belle Aliance para los prusianos). Riquísimo retablo de personajes, de Wellington a Blücher, de Gneisenau a Metternich, de Napoleón a Luis XVIII… entre otros muchos, incluido Álava. Te atrapa una vez has entrado en el juego del autor… y ya no lo dejas hasta casi 1.200 páginas después. De lo mejorcito que he leído este año…

  43. Taipan dice:

    Me alegro de que te haya gustado, Farsalia. Cuando se recomienda un libro a los amigos se adquiere una cierta responsabilidad, y más si cuesta 35 euracos, así que la conciencia se me queda más tranquila viendo que ya sois unos cuantos los que no me reprochan el consejo. Lo que dices de dejar los nombres en el idioma original no me rechinó, porque estoy muy acostumbrado a la narración histórica británica (en inglés), y ahí lo usual es lo contrario de aquí, que no cambian un solo nombre. Por lo demás, me parece que te ha pasado lo mismo que a mí, que te mordió y ya no te soltó. Deben ser bastantes los que opinan lo mismo, porque cuando me doy una vuelta por La Casa del Libro la sigo viendo en la mesa de novedades, lo que siendo un libro que llevará en las tiendas cerca de seis meses resulta la mar de raro. Supongo que será porque la venden bien, que otra cosa no les importa a los libreros. El que sean tan implacables con lo que se vende y lo que no aclara mucho el panorama a los que aún compramos libros.

  44. Milius dice:

    Bueno, pues comprado está. Sólo queda disfrutar con su lectura. Nada como un buen libro.

  45. Taipan dice:

    Espero que te guste, Milius. Como he dicho más arriba, la responsabilidad de recomendar a los amigos y a los compañeros un libro de 35€ deja un cierto vacío en la boca del estómago. Yo mismo no me los gasté muy convencido, pese a las buenas críticas que leí. Al acabarlo me quedé mejor que tranquilo, gracias a Dios, pero en otro caso habría jurado en arameo y me habría cabreado mucho, con El País y con el ABC.

  46. iñigo dice:

    Recién terminado no puedo más que decir que me he encontrado con una majestuoso trabajo de investigación, junto a una notable capacidad de contar la situación de Europa en aquellos meses de 1815. Entretenido, promenorizado y detalladísimo libro, que como Farsalia no sabría definir. No es una novela al uso, en absoluto… tampoco un ensayo. Como tal, resulta interesante tanto al amante del género novelístico histórico, como al lector habitual de ensayos. Un descubrimiento, oiga. Dentro de poco, caerá reseña.

  47. Urogallo dice:

    ¡Extraordinario libro! Lo he empezado hace poco y tengo la misma sensación que Taipán. Es adictivo, siempre quieres leer una hoja más.

  48. Julián Martín Martín dice:

    Aprovechad que esrá en Bibliostock a menos de 10 €.

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