REBELDES Y TRAIDORES – Lindsey Davis

«Del mismo modo que usted eligió su causa de acuerdo a su conciencia, lo mismo hicieron hombres honestos del otro lado. Los dos bandos afirman luchar para proteger la libertad y la seguridad del reino. Esa es la tragedia».

En el siglo XVII tuvo lugar en los territorios del actual Reino Unido una guerra civil, la Guerra Civil Inglesa, que en realidad fueron tres guerras civiles sucesivas, también denominadas Las Guerras de los Tres Reinos. Dicho conflicto bélico, que se extendió desde 1640 hasta 1651, enfrentó a los partidarios de la institución monárquica o realistas con los parlamentaristas. Aunque en ese conflicto se enfrentaron demasiadas cosas para aceptar la simplificación de que fue solo una guerra entre seguidores del rey Carlos I Estuardo, y defensores del Parlamento Inglés -que estaba muy lejos de ser una institución democrática y representativa-.

El conflicto tuvo lugar en un momento de especial efervescencia social, religiosa, política y económica, en el que no sólo se estaba cuestionando la fundamentación del poder absoluto de los reyes o el régimen político que los ciudadanos deseaban para sí. Variedad de elementos confluyeron para hacer de esas guerras civiles un interesante objeto de estudio histórico: la burguesía reivindicaba para sí un papel activo en el sistema de gobierno y en la adopción de decisiones políticas y financieras; se alumbró con más o menos complicaciones un nuevo modelo de ejército nacional; florecieron movimientos sociales radicales. Fue un período de fricciones religiosas, testigo de los primeros precedentes de la prensa escrita y de lucha contra la censura, fue un interludio republicano en medio de un sistema monárquico con el discutido Protectorado de Cromwell, vio la luz la  Commonwealth, y mucho más.

Sabiendo esto, y que todas estas facetas tienen su reflejo en la historia, quizás no extrañe tanto que hablemos de una novela de mil páginas. Con sus más y sus menos, y pese a mis reticencias sobre el tamaño, puedo anticipar que es una novela ciertamente interesante.

La historia se desarrolla a través de las vivencias de cuatro personajes presentados por un narrador omnisciente, en un estilo sosegado y altamente descriptivo que me recordó a esa voz en off de la película de Martin Scorsese La edad de la inocencia. Personajes que en algún momento de la novela cruzarán sus caminos con mayor o menor fortuna o intensidad, pero que están unidos por el padecimiento de una guerra: un parlamentarista convencido, un oportunista realista, una mujer forzada por las circunstancias a un matrimonio poco conveniente, y una zarrapastrosa pilluela. Cuatro personas retratadas a través de sus ideales, su esfuerzo por adaptarse a los cambios, sus fracasos y su modo de enfrentarse a ellos.

La autora tiene tablas, y eso se advierte especialmente en la profundidad y credibilidad de los personajes protagonistas, y también de la multitud de secundarios que los acompañan a lo largo de la historia, todos perfectamente ensamblados en el tapiz argumental. La narración discurre de una manera fluida y entretenida, y en seguida te enganchas a las peripecias vitales de los habitantes de estas páginas. Davis es una gran constructora de caracteres, y dota de una peculiar intensidad a todos los personajes que salen de sus manos, hasta el punto que son más vívidos y reales que aquellos que no le pertenecen a ella, sino a la Historia con mayúsculas.

El aspecto negativo a resaltar (además del volumen del tocho) sale a la luz en ocasiones, cuando nos desengancha de nuestra lectura la sensación de que se nos ha colado por el medio del relato una intrusa: la Historia con mayúsculas, que nos aleja de aquellos con los que vivíamos y padecíamos en la ficción. La ambición de la autora por hacer presente en el texto todo cuanto considera reseñable de esa convulsa época, cuando Davis abandona temporalmente a sus criaturas para introducir en la novela todos y cada uno de los sucesos políticos, religiosos, jurídicos o sociales que tuvieron lugar  esos días, la novela pierde frescura e interés y nos vemos obligados a «masticar» algunos párrafos a mi juicio innecesarios para la comprensión del escenario histórico y para el desarrollo de la acción. Es ahí donde a la novela le sobra algo de peso: en un excesivo y minucioso relato del escenario político.

Sin embargo este punto en contra no es, a mi juicio, de tanto peso como para no recomendar la novela como una opción muy interesante.

Para finalizar, alguna sugerencia: hubiera hecho falta una guía de personajes (la relación de  dramatis personae que siempre aparece en otras novelas de la autora) para alegrarnos la vida a los que no tenemos un conocimiento exhaustivo de la Inglaterra del siglo XVII. Y aunque el libro viene acompañado por un par de mapas de Inglaterra que se agradece mucho (sobre todo el grande) se agradecería mucho más algún esquemilla de las batallas de Naseby y Edgehill. Maniática que es una.

La autora, Lindsay Davis, nació en Birmingham en 1949 y estudió Literatura inglesa en Oxford. Dos lugares de importancia en la novela reseñada. Es conocida por ser la creadora del personaje de ficción histórica Marco Didio Falco, cuyas aventuras transcurren en la Roma de Vespasiano. Algunas novelas de esta serie han sido reseñadas en esta web, por ejemplo aquí. Y aunque a mí no me ha disgustado esta novela a pesar de sus defectos, aconsejo a los devotos de Falco que no lo busquen en la Inglaterra de Cromwell. Probablemente se llevarían un chasco. Esto de aquí es otro mundo. No mejor ni peor, pero sí diferente. Lo único que no cambia es una autora que sabe cómo ganarse al lector.

[tags]Lindsay Davis, Reino Unido, Guerra Civil, Carlos I, Cromwell[/tags]

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19 comentarios en “REBELDES Y TRAIDORES – Lindsey Davis

  1. Urogallo dice:

    El principio de la caída de la nobílisima casa de los Estuardo…Interesante tema, y parece que al fin y al cabo la Davis no lo destroza ni trivializa en exceso ( Como en otro caso bien conocido )

  2. iñigo dice:

    Buena reseña… Interesante libro sobre una época, para mi gusto, excitante y muy interesante, sobre todo en el aspecto político e institucional…

  3. Blair dice:

    Me parece muy interesante el libro que nos presentas, aunque ciertamente el volumen del mismo me echa para atrás ne estos momentos por la escasez de tiempo para la lectura me gustaría poder adentrarme en el mismo en un futuro, así que me lo apunto. Por otra parte decirte que me ha encantado la reseña. Saludos

  4. rosalia de bringas dice:

    Me ha gustado esta reseña por su honestidad.
    Gracias, Valeria.

  5. Farsalia dice:

    Interesting… Bien, a mí me gusta la Lindsey Davis de Falco, donde se la ve más suelta (desatada, incluso). Y a ver cómo se desenvuelve en la nueva serie que inicia, Master and God, ambientada en época de Domiciano, y que hace unas pocas semanas que se ha publicado en UK. En cuanto a esta novela, esperaré que un año de estos salga en bolsillo:; 35 € por una novela, por muchas páginas que tenga, me parece excesivo.

  6. Darklyes dice:

    35 leuros… uhm

    Déjame adivinar…

    Edhasa, FIJO

    jisjis

  7. Darklyes dice:

    A todo esto, buena reseña Valeria. Yo es que me he llegado a cansar un poco de Davis, por haberme leido ya tantos de Falco y tal… Si un año de estos sale en bolsillo ya veremos

    Saludos

  8. Koenig dice:

    Bueno. Yo no he esperado. La compré la semana pasada (en el idiome hereje original) y estaba pensando en reseñarla, pero la tengo a medias y, para decir lo mismo que Valeria…

    En todo casi si se nota cierto tono «documental» muy bbciano.
    Y el primer cambio de personaje, cuando por fin me había hecho con uno, no me ha gustado nada… pero en fin.

    Seguiremos leyendo.

  9. Clío dice:

    Buenísima reseña, e interesante libro a tener en cuenta, sobre todo porque mi conocimiento de esa época histórica es bastante escaso, me ha gustado lo de «zarrapastrosa pilluela» y que la Davis sea una «gran constructora de caracteres», tampoco me vendrá mal que la intrusa me ilumine. ¡Sublime, querida Valeria!

  10. Publio dice:

    Como siempre muy buena reseña, Valeria. La Davis de Falco ha llegado a hastiarme, a ver si con este libro me vuelvo a enganchar a sus obras, así que, anotado queda.

  11. Horus-chan dice:

    Buena reseña, Valeria. La verdad es que, como lector pésimo que soy, nunca he leído a esta señora. Sin embargo, el marco histórico-geográfico me llama, así que tras leer tu reseña estoy en la duda de hacerme con este tomo (cuando salga en bolsillo, naturalmente. La cosa ultimamente está fatal…).

    Y sobretodo eso, a reclamar mapas en todos los libros que haga falta ;)

  12. Akawi dice:

    A mí también me llama la atención esa época y ese lugar. Tomo buena nota para cuando salga en bolsillo, que la cosa está «mu» mala.

    La reseña sencillamente redonda.

  13. Valeria dice:

    Gracias a todos, aunque sea con retraso, por vuestra benevolencia. A veces tengo la sensación de estar repitiéndome como el ajo, pero la verdad es que últimamente me cuesta encontrar una novela con el «peso» ajustado. Insisto en que es una novela muy interesante, y que pese a mi escepticismo inicial ha conseguido vencer mis requemores un buen trabajo literario. Pero qué manía tan extendida de engordar las historias como si fuesen capones de Villalba…

  14. Farsalia dice:

    Artículo de Jacinto Antón hoy en El País.

  15. iñigo dice:

    Buena entrevista, incluso se le ve el plumero sobre su opinión hacia la monarquía…
    La verdad es que me parece un episodio apasionante en la historia de Gran Bretaña. Cromwell y Carlos son dos personajes con suficiente entidad para interesarse por lo que ocurrió entonces.

  16. Nacho dice:

    La verdad es que cuando me compre el libro no había leido la reseña, pero evidentemente me habrían dado ganas de leerlo. Sin embargo el libro ha resultado una total decepción por la propia construcción de la novela. El tema es de sumo interés, de la misma forma que el planteamiento y algunos personajes, pero parece como si le hubiesen apremiadocon la fecha de entrega y no hubiese tenido tiempo de pulir bien la novela. Terminarlo ha sido todo un esfuerzo y una cuestión de orgullo

  17. iñigo dice:

    Y me imagino de páginas… porque tiene un montón. Lo peor de que te cueste terminar un libro… es ver que te faltan un montón de páginas por delante. A mi me deja hecho polvo, porque además no suelo rendirme y me esfuerzo por terminarlo… pero te deja un poso muy malo sobre el libro en cuestión.

  18. Koenig dice:

    Bueno, pues yo la terminé ayer y si que me ha gustado.

    Desde el punto de vista narrativo creo que no deja nada al azar. Todos los personajes encuentran, de una manera u otra, un final lógico a sus andanzans, y la autora se permite incluso, sobre todo en los últimos compases, el lujo de entremezclarlos sin que la trama pierda verosimilitud.
    A esto hay que añadir que precisamente esa riqueza de personajes que al principio desconcierta, e incluso molesta porque ya te has acostumbrado a un punto de vista narrativo concreco, acaba siendo muy interesante.
    Eso si, indudable, y lo reafirmo, el punto de vista documental. La autora se pierde en más de una ocasión en explicaciones más históricas que narrativas, aunque cierto es que las encaja bien en el texto, y con sinceridad (me refiero con esto último a que no se trata del maestro dando explicaciones al aprendiz, ni de un general soltando una arenga… nada de eso, Davis no disraza para nada sus clases de historia)

    Finalmente indicar que, al menos en la versión original, el lenguaje empleado es bastante rico. De hecho hacía mucho que no tenía que tirar tanto de diccionario, o releer algún párrafo para asegurarme.

    En fin, opino.

    Saludos.

  19. Koenig dice:

    Ahora que releo el comentario de Nacho. A mi no me ha dado la impresión de que se hubiera terminado la novela a toda prisa. Aunque es cierto que el ritmo se va acelereando desde los primeros años hasta los últimos, la verdad es que seguir al mismo ritmo creo que hubiera resultado insufrible para el lector.

    Y en cuanto al final, el alegato sobre como una guerra civil sigue llevándose víctimas por delante incluso años después de terminar, no me parece malo en absoluto, ni pasado de moda, si me apuras. Aunque por otro lado tal vez si hubiera hecho falta una pieza documental sobre el final de la era Cromwelliana, pero habría estropeado el final abrupto que nos ofrece la autora.

    De nuevo opino.

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