LA EUROPA CLANDESTINA. RESISTENCIA A LAS OCUPACIONES NAZI Y SOVIÉTICA (1938-1948) – J. Mª Faraldo

LA EUROPA CLANDESTINA. RESISTENCIA A LAS OCUPACIONES NAZI Y SOVIÉTICA (1938-1948) - J. Mª FaraldoA diferencia de la Gran Guerra, la Segunda Guerra Mundial no se dirimió en las trincheras, lejos de las ciudades. En contraste con la primera gran conflagración bélica del siglo XX, en la Segunda, no sólo participaron directamente en el conflicto (o se vieron directamente involucrados en él) las fuerzas militares en liza, sino que estuvo afectada la población entera. La Segunda Guerra Mundial, iniciando así el nuevo paradigma bélico de la «Guerra total», fue una fenomenal batalla sin trincheras. Pero también sin cuartel, ni tregua, sin código de honor, ni límites. Sin campo de Marte vallado, sin ring claramente delimitado, donde decidir quién gana el combate y quién resulta perdedor, la distancia entre el guerrero y el espectador se estrechó, hasta el punto de hacerse muchas veces imperceptible.

Según describe el propio autor, el objeto de La Europa clandestina es «un intento de comprender el fenómeno de la resistencia de unos sectores de la población a la ocupación militar y la imposición nacional por parte de un estado invasor.» (pág. 23). Esta consideración invita a entender la resistencia como un fenómeno político y social, no sólo militar o patriótico. Golpeados los ciudadanos en el corazón de su vidas, en sus propias casas y haciendas, invadidos, ocupados, violentados, desplazados, humillados y ofendidos, empujados por la fuerza a ajustarse a los patrones políticos, culturales e ideológicos del ejército asaltante, miles, millones de europeos eran incitados a revolverse contra el atacante. O hacerse colaboracionista. Por activa o por pasiva.

Fueron muchas y muy diversas las formas de resistencia. La resistencia ―la «cuarta fuerza»― adoptó variados «comportamientos resistenciales». Estaban, en primer lugar, las organizaciones armadas, los partisanos, el «maquis», el «ejército en la sombra», el «Estado clandestino». Pero, por otra parte, es justo reconocer las actitudes de la población, a menudo espontáneas, tendentes a la negación de la autoridad, a la desobediencia civil, al sabotaje pasivo, al ostensible disgusto en aceptar las órdenes de las autoridades ocupantes, al escaqueo, a las acciones simbólicas de desafío, como, por ejemplo, llevar ciertas prendas, cantar determinados himnos y celebrar ritos de notorio contenido patriótico, antinazi (antifascista) o antisoviético (anticomunista), según el caso.

Porque ―y he aquí uno de los aspectos más originales y relevantes de La Europa clandestina― acerca del tema examinado, más que de «resistencia» debe hablarse de «resistencias». Frente a la tendencia usual ―aunque de ninguna manera inocente― de identificar la resistencia con el antifascismo y el movimiento liberador con la orientación izquierdista, lo cierto es que las naciones europeas fueron golpeadas por dos fuerzas totalitarias; ciertamente, con rasgos propios, pero totalitarias, a la postre: el nazismo y el comunismo. En algunos casos, como el de Polonia, los pueblos padecieron una «doble ocupación», produciéndose en ellos episodios donde lo grotesco quedaba fundido con lo trágico: «Como cuenta por ejemplo el militar [polaco] Stanislaw Ruman, el 17 de agosto [de 1939] su escuadrón resistía a los alemanes, cuando de pronto éstos desaparecieron. Al poco se vieron rodeados por unos tanques pequeños, extraños. Eran los soviéticos.» (pág. 89). Muchos de los compañeros de quien refiere la circunstancia fueron exterminados en la terrible matanza perpetrada por el Ejército Rojo en Katyn. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, no pocos países del este de Europa, que padecieron la dominación alemana durante el conflicto bélico, pasaron a la órbita soviética. De hecho, este fue uno de los temores (el quedar sometidos al poderío la URSS) que motivó muchas iniciativas de movilización popular y de enrolamiento en grupos de resistencia en aquéllas naciones. Grecia pasó, sin solución de continuidad, de la Guerra Mundial a la guerra civil. En España, que no intervino directamente en el conflicto, la dictadura del general Franco siguió adelante. Para bastantes pueblos la «liberación» que supuso el fin de la conflagración internacional, no trajo consigo la libertad.

Como el propio título del volumen indica, el contenido de sus páginas remite al espacio europeo, extendiéndose en el tiempo desde la invasión de Checoslovaquia hasta la instauración de las denominadas «democracias populares», los futuros países «satélites» de la Unión Soviética. Si bien, en realidad, la «Segunda Guerra Mundial no concluyó hasta que a finales de los años 1950, los últimos guerrilleros en España, en Grecia, en Rumania, en Lituania, en Ucrania o en los bosques polacos, se dieron por vencidos o fueron exterminados.» (pág. 22)

La Europa clandestina consigue, además de narrar la Segunda Guerra Mundial desde la perspectiva resistencial, desmontar muchos mitos empotrados en la «historia oficial» de las resistencias. Por lo que toca a la relevancia más o menos determinante ―incluso, su utilidad― de las mismas en la resolución del conflicto, hay que hacer constar que ninguno de los países invadidos entre 1939 y 1945 ―ni siquiera Yugoslavia― fue capaz de liberarse por sus propias fuerzas: «Para acabar con las ocupaciones soviéticas ―lo que muestra, al fin y al cabo, lo diferente de su naturaleza― haría falta esperar al derrumbe del sistema a partir de 1989 y su discurrir sería además de un modo completamente opuesto al de las liberaciones realizadas durante la Segunda Guerra Mundial.» (pág. 305). Por otra parte, algún país, y multitud de dirigentes políticos, hicieron de la resistencia una leyenda y una ficción con el fin alterar su auténtica posición durante los años de guerra; este sería el caso de Francia.

Asimismo, la investigación histórica ha logrado desmontar la insidia antisemita según la cual el pueblo judío no resistió al nazismo, sino que se dejó llevar al matadero con resignación, supuesta prueba de su «culpa». En realidad, miles de judíos sirvieron en grupos de resistencia, a menudo en puestos de mando, las revueltas en Varsovia fueron dirigidas por un buen número de judíos, todo ello sin contar los numerosos y estremecedores episodios de rebelión en los campos de concentración y de exterminio.

Y, en fin, el estudio pormenorizado y riguroso de las resistencias revela el carácter propagandístico del denominado «consenso antifascista», merced al cual la URSS y los partidos comunistas a su dictado pretendieron erigirse en la fuerza ideológica decisiva que liquidó el nazismo, lo que le otorgaría un marchamo de legitimidad democrática, claramente negada por los hechos.

La edición incluye 37 fotografías y un listado dando los datos de cada una; un mapa de Europa, mostrando las distintas zonas de resistencia; un listado de siglas; y, finalmente otro listado de organizaciones clandestinas por países. Además de una amplia bibliografía.

José M. Faraldo, profesor de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, ha sido profesor e investigador en la Europa-Universität Viadrina, de Franfurt/Oder (1997-2002) y director de proyecto e investigador en el Centro de Investigación de Historia Contemporánea en Postdam. Asimismo, ha sido investigador invitado en el GWZO de Leipzig y en el ZZF, Postdam/Georg Eckert Institut de Braunschweig. Su principal campo de estudio es la historia de Europa Central y Oriental, y, en especial, la historia ruso-soviética y polaca, así como de la extinta República Democrática Alemana.

Hasta ahora se ha dedicado, además de la enseñanza y la investigación,  a la traducción y es conocido principalmente por las traducciones del polaco al español que ha realizado sobre la obra del autor Andrzej Sapkowski y su serie de Geralt de Rivia.

La Europa clandestina es, pues, su primer ensayo.

LA EUROPA CLANDESTINA. RESISTENCIA A LAS OCUPACIONES NAZI Y SOVIÉTICA (1938-1948)
J. Mª FARALDO
Alianza Editorial, 2011

Ariodante
Agosto 2011

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16 comentarios en “LA EUROPA CLANDESTINA. RESISTENCIA A LAS OCUPACIONES NAZI Y SOVIÉTICA (1938-1948) – J. Mª Faraldo

  1. Rodrigo dice:

    El enfoque es interesantísimo, ¿no, Ario? Algo así como una contrapartida de los estudios genéricos sobre los totalitarismos de uno y otro signo –discutidos por ciertas corrientes pero siempre válidos a mi entender-. Ya era hora de que se aplicase una perspectiva de conjunto al fenómeno de las resistencias.

    Este libro no se me escapa. Se agradece la oportuna reseña, Ario.

  2. Rosalia de Bringas dice:

    Me ha gustado mucho la reseña.
    Aunque no sea un tema que me atraiga especialmente, su lectura invita a la reflexión histórica y ayuda a repensar una cuestión, las resistencias, muy politizada.
    Gracias, Ariodante.

  3. ARIODANTE dice:

    Interesantísimo, sí, Rodri. No lo dejes pasar. A ti te va a interesar mucho.
    Gracias, Rosalía, por tu amable comentario.

  4. Tasos dice:

    Cristalina reseña, Ariodante. La obra la tengo en la pila de espera, pero ya me atrajo mucho el enfoque cuando la publicaron.
    Tan ocupación fue la nazi-fascista como la comunista; ambas atentaron contra la democracia y los ciudadanos que las tuvieron que sufrir. Gracias por confirmarnos la calidad de este ensayo.

  5. Akawi dice:

    Chica no paras ni en vacaciones y además te atreves con cualquier tema.
    Me parece una reseña muy interesante aunque aún no me haya adentrado en el mundo de la II Guerra Mundial.

  6. David L dice:

    Gracias por la reseña Ariodante, no hace más que confirmar mis buenas impresiones sobre este libro que he comprado recientemente. Lo tenía en “seguimiento”, me parece una manera muy original de acercarse a los tan mitificados movimientos de Resistencia en toda Europa. Por supuesto, la Liberación del yugo nazi y posteriormente de Stalin eran el objetivo principal objetivo de esta lucha, pero desde esta misma batalla se estaba llevando a cabo también política con mayúsculas, no todos los grupos resistentes coincidían en la implantación de un determinado credo político cuando acabara la guerra. Las peleas internas estaban a la orden del día y este parece ser el punto interesante de este ensayo.

    Un saludo.

  7. Galaico dice:

    Excelente reseña, Ariodante, sobre la resistencia, que tan bravamente se enfrentó a nazis y soviéticos en defensa de sus países. Ensayo muy completo sobre el tema, por lo que se deduce de tu completa explicación. Saludos.

  8. ARIODANTE dice:

    Me alegra que os guste. Gracias a todos por vuestros comentarios: Tasos, Akawi, David y Galaico. La verdad es que este libro sale un poco de lo habitual, que es hablar de la resistencia…francesa. Creo que complementa un poco el libro que reseñaste tú, David.
    Akawi: efectivamente, no paro. El tiempo es oro. Y este no es de mis temas habituales, pero de vez en cuando no está mal cambiar de tercio. Y ya leeréis la siguiente, jijii! Una joyita de libro.

  9. Farsalia dice:

    He colgado esta reseña en la web de historia contemporánea que gestiono. Saludos.

  10. ARIODANTE dice:

    Gracias, Farsal. Todo un detalle por tu parte.

  11. Vorimir dice:

    Anda, no sabía que el Sr Faraldo era profesor universitario, ¡y en la Complutense!
    Buena rseña Ario. :D

  12. JF dice:

    Interesante reseña. Me gustaría saber si la obra habla de los Bibelforscher no solo de Alemania sino en otros paises de Europa, además no sólo en época nazi sino también comunista (los años de los que habla la obra). Los Testigos Cristianos de Jehová fueron una verdadera «Resistencia» tanto a la «luz» como «Clandestinamente». ¿La obra se acuerda de «los olvidados de la Historia… los Testigos de Jehová de tiempos modernos? o por el contrario hace como otros autores (no todos) que ni se molestan en investigar un poquito sobre un Grupo de valerosas personas que desafiaron y resistieron a regimenes totalitarios como el nazismo y el comunismo…

    Un saludo.

  13. ARIODANTE dice:

    Interesante pregunta, JF, aunque me temo que la respuesta es negativa. Que yo recuerde, no se destaca esta participación resistente de los Testigos de Jehová, ni en la Alemania nazi ni en los países comunistas. Y si lo hace, sería sólo de pasada, pero eso no lo recuerdo. Sería interesante que el autor pudiera aclararnos ese punto.

  14. Rodrigo dice:

    Buen libro, Ario, al que tu reseña hace plena justicia. Me han gustado sobre todo las partes inicial y final, en que el autor formula una problematización conceptual y una fenomenología de las resistencias (discursos, organización, rutinas, imaginario, etc.). Se trata de un estudio bastante completo pese a su moderada extensión, pues al aspecto narrativo se añade un análisis sistemático del tema tratado, con una adecuada evaluación del impacto que tuvieron los movimientos de resistencia en Europa.

    Con respecto a la consulta de JF, confirmar que no se hace mención de los Testigos de Jehová. Puede que no encajen en el marco conceptual que orienta el estudio, pues Faraldo se enfoca principalmente en la resistencia como movimiento organizado con objetivos claramente políticos, frecuentemente de corte radical, afecto al empleo de medios violentos y de acción dirigida contra un enemigo exterior. Lo que entra en el foco de interés del libro es la insurrección armada, los actos de sabotaje, las redes de protección y escape de judíos y agentes de los aliados, el “echarse al monte”… cosas por el estilo, muy especialmente cuando esos actos se basaban en un rechazo frontal del invasor tal que apuntase a un crescendo armado, incluso revolucionario. Sólo de modo incidental se hace alusión a manifestaciones espontáneas y pacíficas de resistencia. El valeroso desafío de los Testigos de Jehová -sobre todo en Alemania- encajaría más bien en el concepto de “oposición” o “disidencia”, no violenta y religiosamente motivada.

  15. JF dice:

    Gracias, Arioante y Rodrigo. El que no mencione el libro a los Testigos, bueno, en principio puede ser criticable… En el caso de los judios se les persiguio por la raza, pero también por motivos religiosos entre otras cosas… Está claro, que el único grupo religioso que no tomó las armas de ningún modo fueron los Testigos Cristianos de Jehová, grupo que resistió al nazimo y comunismo de modo pacífico en la clandestinidad o a la luz en una Europa convulsa…

  16. David L dice:

    La reseña de Ario me ha hecho adelantar la lectura de este libro, en principio llevo leídos cinco capítulos y confirmo lo añadido por Rodrigo, este trabajo tiene muy buena pinta. A pesar de no ser muy extenso la concisa narrativa del autor es un punto a favor de este ensayo. Los dos primeros capítulos son determinantes para afrontar con más propiedad el resto del libro. Hay que definir qué es Resistencia y qué motivaciones eran características según el lugar donde esta última se desarrollaba. No fueron lo mismo los movimientos polacos de resistencia que los daneses, por poner un ejemplo. Las peculiaridades internas de cada país determinaron la variedad de grupos resistentes, algunos enfrentados entre ellos en el mismo país. También es curioso la postura anti alemana llevada a cabo por grupos de ultraderecha nacionalista, como fue el caso de Polonia, ante la negativa nazi a aceptar su colaboración. Aún y así, estos no dudaron en atacar mortalmente a sus enemigos interiores comunistas, conciudadanos suyos, luchadores anti alemanes, pero rivales en el orden interno. En fin, seguiré comentando el libro conforme vaya leyéndolo.

    Un saludo.

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