BAJO UNA ESTRELLA CRUEL – Heda Margolius Kovály

9788415625261Superviviente de los dos totalitarismos por antonomasia, el nazi y el comunista, Heda Margolius Kovály ostentó el ominoso privilegio de hacer las veces de símbolo viviente del siglo XX, y lo hizo hasta no hace mucho, pues falleció en 2010. Nacida Heda Bloch, en Praga (1919), esta mujer de origen judío conoció muy bien el significado concreto de un concepto tan paradigmático como el de “era de extremos”. Sus padres fueron asesinados en Auschwitz y sus familiares, en general, no corrieron mejor suerte; ella misma sobrevivió al régimen alemán de trabajo esclavo en el campo de concentración de Christianstadt (Krzystkowice, Polonia). Supo del antisemitismo latente en la sociedad checoslovaca de posguerra, y, ya afiliada al partido comunista, fue testigo -y en cierta medida cómplice- del secuestro de Checoslovaquia por su propio partido, una maniobra que convirtió al país en satélite de la Unión Soviética, además de acabar con la vida de su primer marido. ¡Y de qué modo! Rudolf Margolius, el hombre con que había contraído matrimonio en 1939 y padre de su único hijo, Iván, fue una de las víctimas del denominado “caso Slánský”: uno de aquellos abominables procesos amañados o juicios-espectáculo que se verificaron en la Europa oriental a fines de los años cuarenta y primeros años cincuenta, y en cuyo patrón se descubre una burda copia de los procesos de Moscú de 1936-1938 (el período del Gran Terror bolchevique). Expulsada del partido y convertida en una apestada social, tras la ejecución de su marido en 1952, Heda Margolius debió apañárselas para sobrevivir y proteger a su hijo. Años más tarde, ya desencantada de la utopía comunista, vio cómo los tanques del Pacto de Varsovia arrasaban con la Primavera de Praga. No, a Heda no le contaban historias sobre la vida en regímenes totalitarios. 

A raíz de los sucesos de 1968, que confirmaron a Checoslovaquia en su condición de parcela del imperio soviético, Heda Margolius (casada desde 1955 con Pável Kovály, un licenciado en Filosofía que a duras penas sobrevivía en la depauperada Praga) huyó a Occidente y se radicó en los Estados Unidos. En 1973 publicó sus memorias con el título de Bajo una estrella cruel, testimonio de sus años del horror: desde su deportación -y la de su familia- al gueto de Lodz en 1941 hasta su salida de Checoslovaquia en 1968, pasando por la muerte de sus padres en 1944 y su huida en 1945, cuando los alemanes la trasladaban al campo de Bergen-Belsen. Este libro permaneció inédito en castellano hasta 2013, año en que Libros del Asteroide se encargó de publicarlo. En buena hora, cabe decir, porque se trata de una obra de indudable valor testimonial y en torno a un tema de importancia capital –tema imperecedero, como todos los grandes hitos de la historia. El libro se centra preferentemente en los años comunistas de la vida de la autora, con bastante diferencia. Hay que tener en cuenta no solo la mayor extensión temporal de ese período, en relación con los años nazis, sino también la circunstancia de que la misma Heda depositó su fe en la ideología y el partido comunistas y que, al momento de redactar sus memorias, Checoslovaquia y gran parte del mundo eran todavía rehenes del totalitarismo comunista; la Guerra Fría era por entonces una realidad cabal. Así pues, Bajo una estrella cruel es ante todo una historia de desengaño personal, en cuyo trasfondo se despliega el drama de la opresión de un país.

Como tantos de los de su generación, Heda Margolius abrazó el comunismo como aferrándose a la postrer ilusión –últimas de las esperanzas- de una época que, con sus guerras y matanzas multitudinarias, había dado al traste con los idealismos. Escribe ella: «A menudo he pensado que mucha gente se acercó al comunismo no por rechazo al sistema político existente, sino por pura desesperación, al ver la naturaleza humana mostrar su peor cara tras la guerra. Como es imposible que una persona renuncie por completo a su fe en la humanidad, le echa la culpa al orden social en el que vive; condena la condición humana». A la promesa comunista de un orden radicalmente nuevo se añadía el prestigio redivivo de la Unión Soviética, surgida de la guerra como el gran vencedor del monstruo nazi; con la determinación y la disciplina de que hacían gala los comunistas nativos, no parecía sino que ellos eran los dueños del futuro. En cuanto al pasado reciente del estalinismo, la cruenta ordalía a que había sido sometida la sociedad soviética en los años treinta parecía justificada, a la luz del heroico triunfo militar. ¿Podían anticiparse las desastrosas consecuencias de la seducción del mito soviético, de lo que François Furet denominó el “embrujo universal de Octubre”? Al respecto, el escepticismo tenía asideros muy concretos, bastaba con recordar los horrores del régimen soviético; pero, como expresa nuestra autora, «parece que en cuanto uno se decide a creer, la fe se vuelve más preciosa que la verdad, más real que la realidad». Muchos pagaron con sus vidas su ceguera y su credulidad, entre ellos Rudolf Margolius. Los demás, incluyendo su viuda y su hijo, debieron resignarse a las penurias de una sociedad cautiva.

El sino de Margolius es representativo del estado de cosas en el régimen de Klement Gottwald, reproducción a escala menor del estalinismo y sus males. Pocos meses después de consumado el golpe comunista, en 1948, al marido de Heda le fue ofrecido el puesto de jefe de gabinete del Ministerio de Comercio Exterior. Prudente, Margolius rechazó el ofrecimiento, pero el partido le obligó a asumir el cargo. «Como cualquier miembro del partido –escribe Heda-, tal vez pudiera expresar su desacuerdo, renunciar o protestar. Pero yo ya conocía lo suficiente las prácticas del partido como para darme cuenta de que las personas que ocupaban puestos elevados en su jerarquía o en la del gobierno tenían poco margen para discrepar. “Los que no están con nosotros están contra nosotros”, decía el eslogan: o se pertenecía en cuerpo y alma al partido, o uno era considerado un traidor». Tiempo después, a la hora de las purgas, la caída de Rudolf Slánský (secretario general del partido comunista) arrastró la de Margolius y otros altos funcionarios gubernamentales, todos ellos utilizados como chivos expiatorios. El “proceso Slánský” se ciñó a un guión propagandístico de factura soviética; entre otros detalles característicos, la acusación hizo uso y abuso de los tópicos antisemitas (“cosmopolitismo”, “prosionismo”) puestos al día en la URSS desde 1947. Lo que pasó por “confesión” de Rudolf Margolius ilustra a la perfección el axioma de Rubashov, célebre protagonista de El cero y el infinito (A. Koestler): «Es necesario inculcar cada sentencia en las masas a fuerza de repetición y simplificación. Lo que se presenta como verdadero debe brillar como oro y lo falso debe ser tan negro como el alquitrán. Para el consumo de las masas, los procesos políticos deben estar pintarrajeados como cartelones de feria». Está claro que los juicios-espectáculo no eran sino una técnica de pedagogía ideológica orientada al embaucamiento de unas masas políticamente rudimentarias; las rusas lo eran, en mucho mayor medida que las checoslovacas. Lo imperdonable es que buena parte de las mentes cultivadas de Occidente se tragaran el bulo, en 1937 como en 1952. Era como para desesperar de los intelectuales y otros occidentales.

El testimonio de Heda Margolius Kovály depara una mirada a un arquetípico proceso de degradación social por obra del totalitarismo, con su infaltable supresión de los derechos y libertades personales, su cultura del fisgoneo y la delación, su instauración de un reino del miedo. «La mentira y el fingimiento se convirtieron en una forma de vida», dice Heda. A la larga, empero, el sofocamiento de la Primavera de Praga supondría menos la consolidación definitiva del régimen que el aplazamiento de su final: el verdadero rostro de la quimera comunista había sido expuesto. A propósito de 1968, expresa Heda: «Me daba cuenta de que ya se había producido un vuelco: el hechizo con el que los soviéticos habían cautivado a muchos de sus seguidores se había desvanecido definitivamente. Ya no habría más ilusiones ni engaños acerca de la naturaleza del Gran Hermano. El oscuro reinado de la ideología había llegado a su fin y, tal vez, de manera oblicua e impredecible, al fin y al cabo hubiera triunfado la verdad». Como el 1953 germano-oriental y el 1956 húngaro, Praga 1968 fue una demostración más de que el gran mito revolucionario solo podía subsistir por la fuerza de las armas y el sometimiento de los pueblos.

– Heda Margolius Kovály, Bajo una estrella cruel. Una vida en Praga (1941-1968). Libros del Acantilado, Barcelona, 2013. 276 pp.

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40 comentarios en “BAJO UNA ESTRELLA CRUEL – Heda Margolius Kovály

  1. alexander dice:

    Interesante tema y excelente reseña, Rodrigo el libro profundiza en la Primavera de Praga? Es decir la Primavera fue en realidad un movimiento de qué índole social-demócrata, liberal, o era simplemente otro capitalismo de Estado? Sí fue el precursor de la perestroika o simplemente una cortina de humo? Checoeslovaquia junto con Hungría fueron las dos naciones más avanzadas de la Cortina de Hierro mi teoría es que eran así porque nunca aplicaron exactamente las recetas de Moscú y además tenían unas fuertes relaciones con Occidente especialmente con la República Federal de Alemania.

  2. Rodrigo dice:

    Se trata de un testimonio absolutamente personal, Alexander, no de una obra de análisis político. Literatura testimonial en todas sus letras.

    Yo me interesé por este libro desde que leí Postguerra, de Tony Judt. El fallecido historiador lo cita una o dos veces.

  3. José Sebastián dice:

    Excelente reseña Rodrigo. Un libro del que ya me habían hablado muy bien. Me recuerdas con tu reseña el imprescindible «El caso Tulayev» que descubrí gracias a tus recomendaciones y otra auténtica joya, «Correr» de Jean Echenoz – editorial Anagrama – sobre la figura del mítico atleta de fondo Emil Zatopek, también checo, que pasó de héroe nacioal bajo el régimen comunista a basurero por simpatizar con la revolución de 1968.

    Posdata: Me subyuga la fotografía de la portada. ¿Son la autora y su hijo? Son de esas instantáneas que te transportan a otra época y lugar.

    Saludos

  4. rafael dice:

    Don rodrigo recae cómo es habitual en él en la «petición de principio», asumir lo que tiene que ser demostrado; ¿Aué pruebas tienes que eran jucios amañados?.¿has estudiado la evidencia primaria sobre el asunto, incluida la que está en archivos de los paises «democraticos»?.Me temo que no.

    Tús únicas» pruebas» son testimonios » a posteriori » ó las versiones ofrecidas en las comisiones de rehabilitacion a partir de 1954 , totalmente sesgadas en el sentido de una feroz campaña Anti-stalin.
    ¡¡ algunas veces incluso se reahabilitó primero y luego se investigó su «inocencia» cóm paso con el caso Tujachevsky. ¡¡¡¡ increíble!!!.

  5. Rodrigo dice:

    Sí, José Sebastián, son Heda y su hijo, Iván. Es la foto de la portada del libro, usada también en la edición en inglés.

    Todavía debo leer el libro de Jean Echenoz. Vengo postergándolo hace años.

  6. alexander dice:

    La suerte de Zatopek la compartió Bohumil Harbal el autor de trenes rigurosamente vigilados ah y Milan Kundera, así que tenemos buenas obras de literatura checa en nuestro idioma, ya que son muy traducidos. Algo de lo que siempre sufrió la República checa y eslovaca desde 1919 fue de rivalidades étnicas, recordemos el problema de los Sudetes en Bohemia y de los magiares en Eslovaquia, hecha en 1945 la limpieza étnica, desde 1945 a 1992 el país sufrió las rivalidades checa y eslovaca, que lo acabaron disolviendo, pero sin guerra.

  7. Rodrigo dice:

    Atinadas referencias.

    Para sobrevivir, Hrabal debió trabajar en una trituradora de papel, experiencia que le inspiró las novelas Una soledad demasiado ruidosa y Bodas en casa.

    No olvidemos a su compatriota Iván Klíma, otro escritor que sufrió las represalias del régimen comunista y que vertió toda una experiencia generacional en la novela Amor y basura: sobre un escritor al que la censura convierte en un paria de las letras y que se ve obligado a sobrevivir como barrendero.

    Y claro, la obra de Kundera es también un fiel testimonio.

    … Tampoco a ellos les iban con cuentos sobre la vida en la Checoslovaquia comunista.

  8. Rafael dice:

    ¡Estimados señores ! , da casi sonrojo tener que reiterar que la literatura testimonial «a posteriori», no es ningún tipo de evidencia histórica ó soporte primario para investigar cualquier asunto histórico del tipo que sea,incluida la historia del socialismo.

    Y no lo digo yo,lo afirma un historiador especialista ferozmente anticomunista como Matthew leone:The Kirov Murder and Soviet History,Yale univ.press, 2010.

    Leone dedica un capitulo a este tipo de testimonios de dudoso valor y hace una crítica muy justa.

    http://yalepress.yale.edu/book.asp?isbn=9780300112368

    ¿Quién está contando aquí cuentos?

  9. Es un libro extraordinario, uno de esos impresionantes testimonios de los que está lleno el s. XX, pero pocas veces tan bien escritos como aquí.
    La historia de Margolius me recordó mucho a la del húngaro Laszlo Rajk, que también subió a lo más alto en el régimen comunista húngaro y acabó como tantos y tantos otros, en otro juicio farsa. La repercusión social de este juicio la contó muy bien Faludy en el maravilloso Días felices en el infierno. También te recomiendo Los hermanos Rajk, en Acantilado.
    Saludos.

  10. Rodrigo dice:

    Gracias por la recomendación, Niño Vampiro. Tiene muy buena pinta.

  11. alexander dice:

    Ahora que Checoeslovaquia siempre ha sido la excepción en la zona, mientras que las demás naciones de Centroeuropa en entreguerras tuvieron una dictadura de derechas en Polonia, Pilduzki héroe nacional tras derrotar a los soviéticos en la batalla de Varsovia, impuso una dictadura conservadora y nacionalista en Polonia, o en Hungría el almirante Horthy, una dictadura clerical e irredentista reclamando la Voivodina serbia o la Transilvania para la Gran Hungría, Checoeslovaquia no, esta era una democracia liberal, su gran talón de Aquiles el tema de las nacionalidades. En la década de los noventas mientras Yugoeslavia se desangraba los checos y los eslovacos llegaban a un divorcio amistoso.

    Otraa obra de Hrabal donde se ve el cambio de regímenes en la Europa Central es Yo que serví al rey de Inglaterra donde el protagonista que es checo se casa con una alemana de los Sudetes y alcanza a colaborar con el ocupante alemán, luego con la llegada del comunismo sufre la expropiación del hotel que había logrado con malas artes y acaba de leñador en…los Sudetes, en unos Sudetes donde al igual que la Silesia y la Prusia Oriental de 1945 faltaba gente.

  12. alexander dice:

    En general la mayoría de la gente de esta zona de Europa no obstante el intoxicante nacionalismo recuerda con mucha nostalgia los buenos y felices tiempos del Imperio de los Habsburgo, la Kakania como la llamaba despectivamente Robert Musil. Otro escritor muy interesante de Centroeuropa es Gregor von Rezzori nacido en 1914 en Chernovitz en la Bucovina en ese entonces parte del Imperio Austro.Húngaro, en sus obras un armiño en Chernopol, memorias de un antisemita, o Edipo en Stalingrado muestra todas las razas y etnias que hicieron parte de Centroeropa de una manera desenfadada, humorística y erótica, que cosmos era Centroeuropa, todo destruido en 1919 por culpa del mezquino nacionalismo.

  13. juanrio dice:

    Salvando las distancias, leyendo la reseña me he acordado de otro impresionante libro testimonial, el Prisionera de Hitler y Stalin de Margarete Buber-Neuman.

  14. APV dice:

    Hay que señalar que el divorcio de Checoslovaquia tampoco fue algo tan correcto, en realidad solo 1/3 de la población quería la separación en aquella época y ahora hay muchos que ven como fue un error.

  15. Rodrigo dice:

    Precisamente, Juanrio, al escribir la reseña se me vino a la mente el libro de Margarete Buber-Neumann. Espero leerlo alguna vez.

  16. Jan Kubiš dice:

    Pobres checoslovacos que sufrieron la barbarie nazi y posteriormente cayeron bajo el yugo comunista, me apunto la lectura para el verano. Lástima que por lo que leo en los comentarios, haya en pleno 2015 españoles molestos porque se habla mal de la verdadera cara de los regímenes comunistas y sus siniestras consecuencias para la población que reside en sus dominios.
    La bella Praga merece una y seis visitas más en esta vida.

  17. Clodoveo11 dice:

    Muy buena reseña, Rodrigo, y un libro para apuntar. Aunque sólo sea testimonial, a veces hacen falta este tipo de libros para saber «a pie de calle» la vida bajo regímenes como los comunistas, tan habitualmente desconocidos y deformados por Occidente.

  18. Rodrigo dice:

    Gracias, Clodoveo.

    Pienso en todo caso que la literatura testimonial tiene un valor intrínseco que no conviene menospreciar, tanto si proviene de personalidades públicas como si proviene de individuos corrientes, de aquellos que representan el sentir del común de los mortales (el sentir “de la calle”, precisamente). Cuanto menos, tiene esta literatura el mérito de reflejar la atmósfera espiritual de una época y de plasmar una porción de vivencias y de estados emocionales que no siempre puede recoger ni transmitir adecuadamente la literatura historiográfica o la sociológica. Pensemos por ejemplo en el caso de aquellas obras testimoniales escritas por supervivientes de algunas de las experiencias extremas del siglo: se me ocurre que un recuento de obras importantes y representativas de la centuria pasada debiera incluir títulos como Si esto es un hombre, El vértigo (Evguenia Ginzburg) y Una mujer en Berlín.

    En cierto modo, El libro negro -el volumen de testimonios editado por Vasili Grossman e Ilya Ehrenburg- consigue más que muchos tratados sesudos sobre el Holocausto; desde luego, ninguno de éstos hace tanto por la dignidad de las víctimas consideradas individualmente ni nos lleva a empatizar tanto con sus padecimientos.

    Por demás, sucede en ocasiones que el género depara genuinas joyas literarias, libros de alto valor estilístico incluso en la llaneza y precisión de su escritura. La obra de Primo Levi es en este sentido ejemplar. Y el libro de Heda Margolis no le va muy a la zaga.

    Saludos.

  19. Rodrigo dice:

    (Obviamente, Clodoveo, no digo que la literatura testimonial sustituya a la de tipo científico, sino que la complementa, con sus valores y méritos específicos.)

  20. rafael dice:

    ¡Estoy de acuerdo !con Rodrigo en el valor de la literatura testimonial ó en primera persona como un reflejo de estados subjetivos ó emocionales, como plasmación de una atmosfera cultural-ideológica.

    Ahora bien,ésta no sirve en absoluto para determinar si un hecho sucedió realmente; es decir es absurdo utilizar a Margolius como evidencia para verificar si los procesos judiaciales len los paises de las Democracias populares en los 50 , eran «amañados » ó tenían una base real, para eso hay que recurrir a la evidencia archivistica y cruzar estos meteriales de distintas fuentes para obtener una aproximación a la verdad.

    Asi se trabaja en historia (investigación) desde lorenzo Valla y los padres Bolandistas en el siglo XVI, en suma, el metodo histórico-filólogico.

    ¡Por ejemplo, a mi me gusta bastante un autor cómo el yugoslavo Danilo Kis, su calidad literaria es excelente pero soy consciente que lo que dice sobre los procesos de Moscú en _Una tumba para Boris Davidovich_ es un conjunto de patrañas; de hecho se limita a copiar a Robert conquest y una serie de testimonios de tercera mano.

    En este caso cómo en muchos otros de testimonialistas, la calidad literaria esta diametralmente confrontada con la nula veracidad histórica.

  21. Rodrigo dice:

    Confieso que casi me asusté al leer la frase inicial: algo debía estar haciendo mal como para que este sujeto dijese estar de acuerdo conmigo. Para mi alivio, enseguida noté que todo sigue normal.

    No sé de nadie que utilice un libro como el de Heda Margolius para “demostrar” el carácter fraudulento de los juicios–espectáculo en los regímenes comunistas de Europa oriental. Yo al menos he dejado en claro el papel de la literatura testimonial, enfatizando que no sustituye a la investigación historiográfica. Pero claro, algunos insisten en interpretar lo que quieren interpretar.

    Pasando a lo serio: encontré en una librería el libro de Margarete Buber–Neumann, editado por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. A ver si lo compro luego.

  22. rafael dice:

    ¡Sr.Rodrigo!:

    Evidentemente el libro de Margolius no trata de estos procesos salvo de manera incidental para «justificar»la inocencia de su primer marido en el «proceso Slansky», desconozco si la documentación sobre este proceso ha sido desclasificada pero me temo que no; por lo tanto al día de hoy, 2015, resulta problemático determinar si el marido de Margalius era inocente ó culpable.

    Naturalmente, usted de contrabando aprovecha para aseverar dogmáticamente:

    » fue una de las víctimas del denominado “caso Slanský”: uno de aquellos abominables procesos amañados o juicios-espectáculo que se verificaron en la Europa oriental a fines de los años cuarenta y primeros años cincuenta, y en cuyo patrón se descubre una burda copia de los procesos de Moscú de 1936-1938 (el período del Gran Terror bolchevique».

    ¿Dónde está la evidencia primaria para hacer tan grave aseveración? yo no la conozco y lo que hace el reseñista es pura «petición de principio».

    Aparte que Don Rodrigo desconoce toda la investigación documental rusa y no-rusa reciente que existe sobre el «gran terror», término además incorrecto ya que lo adecuado es «Yezoschina».

    Más aún, en los procesos de eclesiásticos que tuvieron lugar a finales de los 40 y principios de los 50 en los países del este y en Yugoslavia, la evidencia cruzada de distintas fuentes apunta a la responsabilidad de estas personas en distintos actos criminales(¡ y criminales en cualquier país del mundo !) como tráfico ilegal de divisas, espionaje , colaboracionismo pro- nazi ,etc Vid .Annie lacroix Riz :»Le Vatican, l’Europe et le Reich de la Première Guerre mondiale à la Guerre froide (1914-1955)» Paris, Armand Colin, 1996, 540 p., réédité en 2007 y 2010, chapitre 11

  23. Rodrigo dice:

    Zzzzzzzzz…

  24. Clodoveo11 dice:

    Rodrigo, también podríamos añadir, aunque quizá no al mismo nivel, el Yo no de Fest.

    De todas maneras, a quienes piensan que en los regímenes totalitarios hay las mismas seguridades jurídicas (o mayores) que en los democráticos les animaría a hablar menos y practicar con el ejemplo: aún quedan donde migrar y vivir conforme a lo pregonado: Cuba, China, Corea del N, regímenes africanos e islámicos diversos, etc. Ánimo, que oportunidades para disfrutar no faltan. :-) Y después nos cuentan el verdadero valor de los testimonios.

  25. Rafael dice:

    ¡ Clodoveo!,estamos hablando de el supuesto que los procesos de los años 50 y de los procesos de moscú en los 30 fueron «amañados»y cuál es la evidencia existente, no sé que narices tiene que ver esto con la «seguridad jurídica» en Cuba,China, etc.

    La verdad no es más que una treta retórica para no contestar a la cuestión que se plantea.

    Rodrigo responde zzzz, sencillamente porque no tiene evidencia ni la conoce para determinar la inocencia de los acusados.

    Cuando la gente carece de evidencia ó no la ha estudiado, recurre a la literatura testimonial ó a los argumentos evasivos.

  26. Rodrigo dice:

    Respondo “Zzzzz” porque eres un latazo, te das vueltas en la misma charca de palabrería nauseabunda y de ahí no sales. Qué caso tiene responder de otra manera. De partida, ¿dónde se ha visto que una reseña, una sencilla reseña, deba demostrar un argumento cualquiera? ¿Qué caso tiene remitirte a la bibliografía adecuada si la única que consideras válida es una que sólo interesa a un grupúsculo de marginales desorientados? ¿Qué caso tiene perder tú mismo el tiempo en un lugar que no es más que un “nido liberal de falsificación anti-Stalin”?

    Chao, Rafita. Hasta nunca.

  27. Rodrigo dice:

    Muy buena referencia, Clodoveo.

  28. rafael dice:

    ¡Don rodrigo!:

    Estaré encantado de que me remitas a esa «bibliografía adecuada» y de leerla y que corroboré que yo estoy equivocado.

    No se pueden hacer aseveraciones tan graves sin justificación , incluso en una reseña:

    » fue una de las víctimas del denominado “caso Slanský”: uno de aquellos abominables procesos amañados o juicios-espectáculo que se verificaron en la Europa oriental a fines de los años cuarenta y primeros años cincuenta, y en cuyo patrón se descubre una burda copia de los procesos de Moscú de 1936-1938 (el período del Gran Terror bolchevique”.

  29. Jose Sebastian dice:

    «Era un dios cruel. No castigaba en el otro mundo, sino en este. Y cuánto más castigaba, con mayor exaltación creían en él. Ninguno de los apóstoles lo traicionó. Era él quien los traicionaba a todos. Desde el nacimiento del cristianismo hasta el momento en que millones de personas tuvieron fe en Cristo, pasaron siglos. El nuevo dios apareció después de la muerte de Lenin, y la fe en él, temblorosa y ciega, se apoderó de cientos de millones de personas en el trancurso de quince o diecisiete años…Él lo sabía todo: le llamaron . Él lo veía y oía todo, con los ojos y los oídos de los delatores…Era omnipotente y omnipresente;por la noche sus arcángeles sacaban a la gente de sus tibios lechos, la hacían descender de los trenes, la detenían en plena calle, la acechaban con órdenes de arresto en los teatros. El nuevo dios era adorado»

    La Quinta Esquina ( Libros del Asteroide). Izraíl Métter.

  30. Rodrigo dice:

    ¡De modo que la has leído, la novela de Métter! Supe de ella hace poco y me la anoté enseguida, José Sebastián.

  31. Jose Sebastian dice:

    Estoy en ello Rodrigo. Ya me falta poco para acabar. Una gran obra. No te defraudará.

    Un abrazo

  32. Rafael dice:

    La cuestión clara y distinta expuesta por Don rodrigo en su reseña era y el motivo de mi crítica :

    ” fue una de las víctimas del denominado “caso Slanský”: uno de aquellos abominables procesos amañados o juicios-espectáculo que se verificaron en la Europa oriental a fines de los años cuarenta y primeros años cincuenta, y en cuyo patrón se descubre una burda copia de los procesos de Moscú de 1936-1938 (el período del Gran Terror bolchevique»

    ¡ y josé sebastián me responde»alegóricamente» con una parrafada de Izraíl Metter!.

  33. Jose Sebastian dice:

    Menos mal, he caído en la alegoría. Temía haber cometido un «cant» o haber soltado un argumento puramente sofista.

  34. alexander dice:

    Bah, la democracia esta sobrevalorada.

  35. alexander dice:

    José Sebastián es lo mismo que hablamos en el libro sobre el tornillo de los tanques, Conquistar o perecer, matar o morir, es la lucha desnuda por el poder, tanto los juzgados como los juzgadores eran políticos, y la política es el arte de engañar a los demás, que no me vengan con cuentos buenistas o políticamente correctos, no se mucho de teología comunistoide pero supongo que los que juzgaron eran un obstáculo para los otros, y coo hablamos de lo de Trotsky si Stalin no hubiera mandado a matar a Trotsky este lo hubiera hecho. Es decir política, politica, política, y más política de eso se trata de conquistar el poder y conservarlo, nada más. Como en Ricardo III.

  36. Rafael dice:

    alexander :¡tienes toda la razón!, es puro realismo y calculo político.

    Pero hay una diferencia,Trotski , defendió el «terrorismo político «y se aliaba hasta con el diablo ( en realidad con el III Reich) con tal de quitar del poder al partido de Stalin; no hay pruebas empíricas que Stalin hiciese lo mismo con sus adversarios políticos , más bien era partidario de la persuasión y de la prudencia con los mismos (caso de Bujarin,Kamenev y Zinoviev hasta que rodaron ladera abajo por el mismo camino terrorista ,vid Arch Getty).

    Es impepinable que Stalin mandó asesinar a trotsky por pura prudencia política en medio de la IIGM ¡pero fue 13 años después de su expulsión y cuando el gobierno sovietico había acumulado multitud de pruebas sobre las acciones criminales instigadas por Trotsky contra la URSS!.

    Efectivamente, la política suele ser «el arte de la mentira» y en esto,Trotsky cómo sus comtemporáneos Hitler ó Franco, fue un maestro de las «relaciones públicas», mintió a la comisión Dewey y mintió a sus propios partidarios constantemente hasta el punto de que algunos de sus epígonos décadas después de su muerte purgaron los archivos personales de Trotsky en Harvard para ocultar las miserias del «profeta desarmado».

    Vid.Sven-Eric Holmström:»New Evidence Concerning the “Hotel Bristol” Question
    in the First Moscow Trial of 1936″, cultural logic, 2008:http://clogic.eserver.org/2008/Holmstrom.pdf

  37. Jose Sebastian dice:

    Acabo de finalizar la lectura de esta IMPRESCINDIBLE obrra. Aleccionadora condena de los totalitarismos, en especial del estalinista.

    «Parece imposible creer que en Checoslovaquia, tras el golpe de estado comunista de 1948, la policía volviera a pegar y torturar a la gente y que existiesen campos de prisioneros sin que lo supiéramos; si alguien nos hubiese dicho la verdad, nos habríamos negado a creerla. Cuando las emisoras extranjeras como Radio Free Europe o la BBC discutían esas cuestiones, pensábamos que era una prueba más de cómo los «imperialistas» mentían acerca de nosotros. Tuvimos que recibir de pleno el impacto del terror estalinista de la década de los cincuenta para abrir los ojos»

    Gracias, una vez más, Rodrigo, por tus recomendaciones.

  38. Rodrigo dice:

    Fenomenal, estimado.

    A todo esto: leí hace poco la novela de Izraíl Métter, La quinta esquina. Tal cual apuntabas, José Sebastián: una gran obra.

    Qué buenas cosas publica Libros del Asteroide.

  39. Horacio R Fernández dice:

    Desearía lectura sobre Checoslovaquia, como se formaron y porque , serbia, Montenegro , toda esa zona

  40. Horacio R Fernández dice:

    Desearía saber sobre libros que hablen de Croacia Serbia y Montenegro gracias

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