ANTES DE STALINGRADO – David M. Glantz

ANTES DE STALINGRADO - David M. Glantz«La cantidad tiene calidad propia.»
David M. Glantz.

Antes de Stalingrado es un hito en la historia de las publicaciones en español sobre la Segunda Guerra Mundial. Se ha accedido a la historia militar de la Segunda Guerra Mundial, en español, con mayúsculas. Antes de esto, teníamos los libros de Osprey sobre Barbarroja y el libro de Álvaro Lozano. No quiero desmerecer ningún trabajo, pero lo que sí que está claro es que Glantz es la referencia en el Este. Alexander Werth también cuenta algo y luego ya historias generales, algún monográfico de SERGA, algunas cosas de San Martín…

Este es un libro resumen sobre la Operación Barbarroja. Desde luego, por algún sitio hay que empezar a estudiar la campaña, pero donde voy es a que esto no es divulgación. Es un libro corto, resumido, pero la propia naturaleza de la campaña hace que a veces haya que leer con mucha atención, y estar con el continuo ir y venir a las notas y a los claramente insuficientes y pequeños mapas que incorpora. Muy facilmente puede pasar que a cualquiera que lea el libro sin los mapas adecuados y sin la necesaria atención no le deje poso alguno.

Glantz defiende que principalmente Alemania perdió porque el frente era demasiado amplio, porque los alemanes se confiaron en demasía, porque los alemanes subestimaron a los soviéticos (más de una vez he visto echar mano a la entrada del diario de Halder del 11 de Agosto: «La situación hace cada vez más evidente que hemos subestimado al coloso ruso… Las divisiones soviéticas no están armadas y equipadas a la altura de nuestros estándares y su dirección táctica es a menudo deficiente. Pero allí están y si liquidamos una docena, los rusos simplemente ponen otra docena…»), porque la capacidad de reclutamiento, que no de movilización, soviética fue grandiosa, porque la determinación y resistencia soviética fue bestial, y porque la maquinaria propagandística soviética unida al tratamiento brutal de los alemanes a la población nativa hicieron de la guerra una guerra popular, la Gran Guerra Patriótica, principalmente. Todo esto desde una óptica soviética, echando mano masivamente de fuentes soviéticas. Distinto del estilo de Ziemke, o el MGFA, que analizan en profundidad las decisiones de la oficialidad alemana, las decisiones que se discuten, someramente eso sí, son las soviéticas.

La decisión de ocuparse o no de los flancos o no antes de ir hacia Moscú gravita sobre todo el libro. Así por ejemplo, en la página 81, Glantz aporta respuestas: «El efecto acumulado de esas acciones soviéticas [La batalla por Smolensk, del 10 de Julio al 10 de Septiembre] mal coordinadas restó a los alemanes flexibilidad operativa, erosionando su fuerza ofensiva y convenciendo al mando germano de los acertado de detener la acción ofensiva directa en el eje de Moscú y de lanzar en cambio un ataque contra Ucrania, aparentemente más débilmente defendida». Y sobre todo, en la conclusión final del libro vuelve a dejar claro (en la página 140 también lo hace) que si «Barbarroja acabó en fracaso, la culpa no la tuvo la operación de Hitler en Kiev». Partiendo de una trascripción de Gotthard Heinrici hablando de las causas del fracaso de Barbarroja, Glantz cierra el capítulo de conclusiones finales, y con ello el libro, volviendo sobre el asunto de Kiev para decir: «… Importantes evidencias que actualmente han salido a la luz contradicen sus argumentos [los argumentos de quien critican el desvío del 2º Ejército Panzer de Guderian al Sur) y, al menos, apoyan la tesis de Heinrici de que tampoco eso [el mantener al grupo de Guderian sobre el eje de Moscú] podría haber garantizado la captura de Moscú en 1941. Ahora es evidente que la mejor oportunidad de la Wehrmacht para capturar Moscú tuvo lugar en Octubre de 1941 y no en septiembre. Esto fue así porque la oposición del Ejército Rojo al ataque alemán contra Moscú fue mucho más débil en Octubre que en Septiembre por tres razones básicas. Primero, los Frentes Oeste, de Reserva y de Briansk, que habían detenido el avance germano el Este de Smolensk a finales de Junio e inicios de Agosto, dilapidaron gran parte de su fortaleza llevan a cabo numerosos e inútiles asaltos contra las defensas alemanas al norte y sur de Smolensk… Segundo, la eliminación de gran parte del Frente Suroeste del orden de batalla del Ejército Rojo en septiembre significó que el grupo Panzer de Guderian sólo afrontó una tenue resistencia en su ofensiva hacia Orel y Tula[cuando venía de vuelta, esto es, cuando subía para Moscú de nuevo]. Tercero, al castigar duramente al Frente Central en agosto y luego acabar con el frente de Briansk en Septiembre, el grupo de Ejércitos Centro estaba en condiciones de atacar Moscú en octubre con impunidad y sin preocuparse por su flanco derecho».

He seleccionado dos frases de Glantz que en pocas palabras dicen mucho sobre los puntos fuertes y débiles de los contendientes en la campaña:

«Para el 31 de diciembre las pérdidas rusas ascendían a unas 4,300.000.»

«Durante los 67 días de avance del grupo de Ejércitos Centro de Bock por el eje de Moscú, el OKH y el OKW fueron incapaces de proporcionar al grupo una sola división de refuerzo. En el mismo periodo, la Stavka reclutó y desplegó el equivalente a 75 divisiones.»

Glantz opina que «la mejor historia alemana sobre las operaciones en los primeros seis meses de guerra se encuentra en The Road to Moscow: the Campaign in Russia 1941, unpublished Centre for Military History Project, de Charles V. P. Luttichau»: un trabajo no publicado, y del que no conocía nada. También se basa para explicar el punto de vista alemán en Moscow: the turning point de Klaus Reinhardt y en el trabajo de Ziemke y Bauer.

La traducción le he visto correcta. Hay algunos pequeños fallos. Apunté algunos: por ejemplo, en las páginas 76 y 78 donde se asigna el mando del XXXIX cuerpo motorizado a Reinhardt, en vez de Schmidt, como así era. O en la página 130 donde dice II Cuerpo alemán es LI y algunos más de ese tipo.

Espero que éste sea sólo el comienzo de la publicación de buenos trabajos sobre la guerra en el este.

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26 comentarios en “ANTES DE STALINGRADO – David M. Glantz

  1. Koenig dice:

    Buenos días
    Efectivamente Glantz es una autoridad, poco se puede añadir a lo que has dicho, Chuikov, y es una gran iniciativa que sus libros empiecen a traducirse y a publicarse en España.
    Sin embargo lo veo, por ahora, como una iniciativa un tanto tímida. No he leído todo lo de Glantz, pero me consta que hay libros mucho mas «contundentes» que este, como su magnífica obra sobre Kursk, y me da la impresión de que «Antes de Stalingrado» es un intento, a ver que pasa, a ver si se vende. Un intento que espero que fructifique y que no acabe relegado a un cajón por errores de traducción o por timidez de los lectores.

    Opino.

    Un saludo.

  2. Licurgo dice:

    Coincido con ambos; ójala alguien se lance a publicar (con una buena traducción, eso sí) «Cuando chocan los titanes», referente esencial de la guerra en el frente del este.
    Interesantes consideraciones las de Glantz.
    Saludos.

  3. David L dice:

    Tengo el libro. Magnífica reseña Chuikov, tus comentarios nos dan una idea de lo que podemos encontrar en la obra de Glantz. Cuando lea este libro será la primera vez que acceda a los escritos de este tan prestigioso historiador militar reverenciado por todos los amantes de la IIGM. Es una pena que hayamos tenido que esperar tanto a que se publique en castellano algo de Glantz, pero aunque de momento haya sido sólo este libro bienvenido sea.

    En cuanto a la campaña( Barbarroja) no deja de ser significativo que el propio Halder comente el ¡11 de agosto! que se había subestimado a los soviéticos. Aquí los servicios de inteligencia alemanes no estuvieron a la altura deseada. Cuando se comenta el fracaso alemán ante Moscú siempre se suele achacar a la decisión de desviar recursos hacia el Sur, en este caso el 2º Ejército Panzer de Guderian hacia Kiev en septiembre del 41, decisión que según el propio Glantz no resultó perjudicial para la toma de Moscú. Esto resulta tremendamente interesante. Parece que para Glantz la Operación Tifón pudo haber sido clave para la toma de Moscú, lo que me llama la atención es que siempre he creído que los que llegaron agotados y justos de recursos a las puertas de la capital soviética fueron los alemanes y no tanto, por el estrechamiento del frente, de los soviéticos.

    Un saludo.

  4. Mi nombre es Sombra dice:

    Hay otro par de frases que reflejan bastante bien lo que fue la operación Barbarroja (el ataque alemán en sí hasta el fin de la ofensiva ante Moscú):

    1º- Del diario del general Franz Halder, entrada del 26-07-1941: «el ejército rojo no puede ser derrotado mediante éxitos operacionales porque, simplemente, no saben cuándo han sido derrotados».

    2º- General Blumentritt (ésta no la tengo localizada, la leí en una página web pero sin referencia a las circunstancias de la misma), hablando aparentemente de 1941: «con asombro y decepción, descubrimos a finales de octubre y principios de noviembre que los vapuleados rusos parecían no estar demasiado al tanto de que como fuerza militar prácticamente habían dejado de existir».

    En cuanto al libro, sí está muy bien pero es seco como un martini en el desierto. No es el típico libro que se le pueda dar a un «aficionado» que lee sólo por diversión y va saltando e un tema a otro (yo mismo, por ejemplo). De hecho, empecé a leerlo en inglés y lo dejé a la mitad (pero tengo intención de terminarlo), aburrido de tantas unidades moviendose hacia un lado u otro, o atacando de acá para allá.

    Un consejo que me dieron, y que yo os traslado: si no os interesa tanto el detalle como a mí, podeis saltaros en cada capítulo a las conclusiones finales, que vienen a ser un resumen analizado de lo que ha pasado. Recuerdo también que hay capítulo al principio (creo que es el segundo) en el que se analiza que hizo el gobierno soviético para enfrentarse a la amenaza nazi una vez empezada la invasión (cambios organizativos, llamada a filas de veteranos…), y que me pareció muy interesante.

    Resumiendo: que para el lector medio al que le gustan cosas más del estilo Beevor o así, mejor que se busque otra cosa. Esto no es una historia social, ni hay descripciones de vívidos combates en medio de los bosques, ni vemos a los carros alemanes cargando a través de la estepa: no existe el punto de vista del soldado de a pie, sino que aquí lo que se mueven son cuerpos y ejércitos completos. Por ello creo que, al menos comercialemnte, este libro va a ser un fracaso pues por sus propias características es incapaz de atraer al gran público, como en su momento hizo el Stalingrado de Beevor. Por supuesto, para el aficionado a la segunda guerra mundial es otra cosa.

  5. Chuikov dice:

    Hola a todos,

    Efectivamente, Koenig, acaso esta sea la obra más liviana de Glantz, de lo que yo conozco. Es un trabajo muy cortito. Pero es un comienzo. El libro sobre Kursk efectivamente es soberbio. Ese fue mi primer acercamiento a Glantz, hace ya unos 5 o 6 años, y lo disfruté. Inédita me está creando buenas expectativas, por primera vez, en el último año. Además acaba de publicar “¡Asedio!”. Es un libro basado en fuentes secundarias escrito por un completo desconocido ( al menos para mí), pero no se puede negar que no sea interesante. Yo ya lo tengo comprado. Y es muy importante que se hayan acercado a la editorial Fedorowicz (editor original de ¡Asedio!), que sabemos que es una editorial con prestigio en el mundo de la historia de la Segunda Guerra Mundial. Luego tiene la colección de Novilis, que también está bien… se ven ganas, por lo menos. Tienen que mejorar mucho en la edición del libro: No tiene índice de contenido ( me lo apuntaron por otro sitio, que yo no me había dado cuenta), y los mapas son malos sin paliativos.

    Algunos ya tenemos el privilegio de tener “When titans clashed” en español, ¿no? No lo he leído aún por cierto.¡ Grande Medina!

    David, pues creo que estás sin duda alguna en lo cierto en lo concerniente a tu creencia de que los alemanes llegaron completamente exhaustos en Octubre del 41 para comenzar Tifón. En cuanto a la inteligencia, se le puede echar un poco de culpa al principio de Barbarroja, pero para Tifón se disponían de datos fehacientes que desaconsejaban el ataque, pero que el OKH y Hitler ya pasaron por alto. Incluso en alguna ocasión Bock se puso en contacto directo con el OKH preguntando si es que no habían leído los informes que había mandado sobre el deplorable estado de las tropas. Y Bock no fue el único. En fin, no es el objetivo discutir aquí Tifón.

    Sombra, efectivamente el estilo de Glantz a veces puede parecer seco. Eso es cierto. Y también coincido contigo en que esto no es el libro de playa. Hay que leerlo con detenimiento. Por su corta extensión puede que parezca lo que llamamos “divulgación”. Es una introducción a Barbarroja, pero aunque sean pocas páginas, hay que pararse ( yo, al menos). Lo peor que tiene , sin duda, ya se lo comenté a David L no sé dónde, son los mapas: son malos, pequeños, insuficientes. Así es difícil. Yo me guié por los mapas del 4º volumen del Militärgeschichtliche Forschungsamt, “El ataque a la unión soviética”. Esos sí son buenos. Por último, Sombra, yo creo que el libro se tiene que estar vendiendo bien. Mucha gente con la que hablo a diario por estos lares virtuales se ha hecho con él. Espero no estar equivocado, para que el señor de Inédita gane dinero y publique más. Y mejor, por favor.

  6. Licurgo dice:

    Tú, lo has dicho, Grande Medinia.
    Saludos.

  7. Pere dice:

    Enhorabuena por la reseña y (añado) por la disciplina necesaria para digerir el librito del que me parece que voy a pasar a pesar de ser Barbaroja y el frente del Este. La lectura en su tiempo de los dos volúmenes de Alexander Werth (por cierto, como me ha emocionado que los citaras al inicio de tu texto) fue una experiencia suficiente para un aficionado como yo.
    Por cierto ¿Como valoras tú la trilogía de Geofrey Jukes sobre el frente del Este publicada en los 80 en Editorial San Martin? A mí me encantaron los tres y pienso que como material de divulgación de calidad rivalizan con el mismo Beevor, pero sin duda se resienten del hecho de estar escritos en un periodo en los prodigiosos archivos de la URSS tenían vedado el acceso.
    Un saludo

  8. Koenig dice:

    Ciertamente los mapas siguen siendo un problema que no se a quien hay que achacar.

    Por porner un ejemplo, tengo el ¡Asedio! de McTaggart en la edición de Fedorowicz y la carencia de cartografía es la misma que en la edición española. Y la verdad es que en mas de una ocasión me he preguntado porqué, aunque no lo tenga el original, no se hace una buena tarea de edición a este respecto. (Ya, lo se, si no se molestan en traducir, no van a pagar cartografiar tampoco).

    Sin embargo falta entender lo vital que es un mapa, o al menos un croquis, donde se expliquen gráficamente algunas de las cosas que se explican en los textos, mas cuando se trata de historia militar, donde la derecha de un bando es la izquierda del otro, y el norte, sur, este y oeste acaba prestándose a groseras confusiones (no es la primera vez que cambian uno por otro). Extremos todos que se solucionan con un simple croquis en blanco y negro.

    Con respecto a la historia militar mas profunda y detallada o mas amena, es muy dificil, sospecho, conseguir ambas cosas, pero no debe ser una excusa para no intentarlo. Hay libros que se convierten en una sucesión de números interminable al narrar cosas que podrían ir en un cuadro, y otros que se limitan a contar historietas sin que el lector sepa nunca que está pasando verdaderamente. Opino que hoy en día, con los medios que hay, intercalar croquis, mapas, cuadros y texto (con sus notas al pie y sus negritas) es posible (o al menos intentable), y combinando estos métodos se debería poder llegar a explicar los acontecimientos de forma menos pesada sin renunciar a incluír grandes cantidades de información.

    Pero sólo son opiniones, claro.

    Un saludo.

  9. Chuikov dice:

    Buenas,

    Pere, le tengo mucho cariño a los dos volúmenes de Alexander Werth. Es lo primero que leí sobre la guerra en el Este. Aún recuerdo el capítulo sobre Korsun. No sé por qué, me impactó.

    Lo siento, no te puedo decir nada de los libros de Jukes; no los he leído, ni si quiera hojeado.

  10. Pere dice:

    Geoffrey Jukes fue un reputado sovietólogo inglés (que por cierto, consultando datos en google he visto que ha fallecido este mismo año, hay una especie de homenaje colgado en youtube, donde he podido oír su voz por primera vez) y la verdad es que poco más puedo decir sobre el personaje.
    El hecho es que a inicios de los 80, cuando el mercado del libro en español disponía de poquísimo material histórico sobre el frente del Este, tema sobre el que existía una creciente demanda propiciada por algunos centenares de adolescentes que acababan de descubrir ese mundo a través de la obra del entrañable Sven Hassel, la editorial San Martin en su también entrañable colección “El siglo de la violencia” disponía de la magna trilogía de Jukes sobre el frente del Este: la defensa de Moscú, Stalingrado la batalla decisiva y Kursk encuentro de fuerzas acorazadas. La verdad es que a mí me engancharon completamente. El formato era estupendamente ágil: alternancia de texto y fotografías con las inolvidables notas tan características de la colección (pero todas en blanco y negro, snif, snif), mapas abundantes, esquemas de las unidades en acción, dibujos con los uniformes y las diferentes insignias, dibujos con maquetas de tanques. Un festival. Y por encima de todo estaban soberbiamente escritos, como corresponde a un historiador inglés que dosifica las fuentes y los puntos de vista y convierte al lector en un rey sentado en un trono omnisciente. Acaso se resentía un poco del formato de los tomitos de “El siglo de la violencia” pero la lectura era una gozada. Y acaso quizá si hoy releyera estos libros me llevaría un buen chasco, por eso preguntaba.
    El primer tomo que leí fue, como no, el de Stalingrado, espoleada mi curiosidad por las caras de los soldados alemanes que aparecen en la foto de la portada del libro, que pongo en un link a continuación (que he encontrado después de una breve pero ardua búsqueda que me confirma que la colección duerme el sueño de los justos en las librerías de lance y especializadas)
    http://coleccionesmilitares.blogspot.com/2009/08/stalingrado-la-batalla-decisiva.html
    Lo dicho, éxitos, Chuikov y gracias por tu atención.

  11. David L dice:

    Bueno pues ya he acabado el libro de Glantz. Coincido con el amigo Chuikov en su descripción de la reseña, es un libro “rocoso” de leer, pero a pesar de su escasa 200 páginas es una obra intensa y llena de contenido. Yo, al revés de lo que afirma Glantz sobre el éxito de Stalin sobre Hitler, “la cantidad tiene calidad propia”, diría que este libro destila calidad a pesar de su corta cantidad.

    Me ha quedado más claro el hecho de que la Wehrmacht fracasara ante las mismas puertas de Moscú. El sempiterno miedo alemán a no cubrir sus flancos siempre actuó como espada de Damocles sobre el avance de la Wehrmacht, pero queda claro la necesidad de hacer frente a este problema aún a costa de no avanzar tan rápido. Fue un mal necesario.

    Hubo un claro fallo de estrategia entre el alto mando alemán, aunque se consiguió un gran éxito táctico al causar casi 5 millones de bajas a los soviéticos en apenas seis meses, las reservas, tanto humanas como materiales de la URSS seguían siendo fabulosas y parecían no tener fin. Mientras la logística alemana comenzaba a hacer aguas y su capacidad de renovar y reponer sus bajas era cada vez más deficiente, los soviéticos por su parte, a pesar de sus increíbles bajas, supieron manejar estos meses de crisis y conseguir sacar la cabeza a flote gracias a la mencionada capacidad de movilización del pueblo ruso por parte de Stalin. Está claro que la URSS pudo haber caído derrotada, pero para ello se debieron cumplir varias premisas que se habían plasmado al papel en el plan Barbarroja: destrucción del Ejército Rojo antes de que este pudiera retroceder hacia el Dnieper y conseguir indirectamente con ello la descomposición del régimen soviético encabezado por Stalin. Casi se consiguió el primer objetivo, pero no el segundo.

    Coincido también con Chuikov en la importancia a la hora de agenciarse unos buenos mapas si se quiere seguir al detalle el avance de la Wehrmacht por las llanuras rusas. Yo he utilizado los que dispone la colección Osprey. Creo que me han servido más o menos para hacerme una idea de las operaciones militares.

    Un saludo.

  12. Koenig dice:

    Buenos días.

    Aún no he leído el libro en cuestión, está esperando turno, pero no puede dejar de llamarme la atención el miedo alemán a no proteger sus flancos de que -como cita David L. – habla Glantz. Hay autores, como Freier o Lormier, que achacan en buena parte la derrota francesa del 40 a su preocupación por sostener una línea contínua, que era un resabio de las formas operativas de la IGM.

    Un saludo.

  13. David L dice:

    Precisamente ahora estoy leyendo el libro de Robert M Citino, “La Muerte de la Wehrmacht. Las campañas de 1942”, de la editorial Crítica, no sé si lo habrás leído Koenig, pero para Citino la clave del éxito del ejército alemán eran los ataque rápidos y tremendamente violentos que acabaran lo más rápidamente posible con la ordenada defensa del enemigo. Se necesitaba rapidez de movimientos y a la vez la consecución de un primer golpe demoledor que acabara con la resistencia del rival. Si tenemos en cuenta que la operación Barbarroja no dejaba de ser un reflejo de esto anteriormente mencionado, la tardanza en acabar con las bolsas de resistencia y el avance cada vez más rápido sin derrotar definitivamente al enemigo ruso hicieron que los alemanes y el propio Hitler acabaran cuestionándose la posibilidad de sufrir algún revés por los flancos. Cuanto más se tardara en acabar con los soviéticos más importancia iban a ocupar la defensa de los flancos para los alemanes, y más lejos iban a estar de conseguir la victoria aplicando su táctica militar.

    Un saludo.

  14. Chuikov dice:

    El libro de Citino es también un muy buen trabajo: Dos cosas que destaco: Primero: Las campañas en Crimea y en el Cáucaso, descripciones que escasean en español, y la segunda es las notas, que están muy comentadas, con opiniones de Citino sobre autores, trabajos, etc… Recomiendo ese libro sin reservas. Obviamente, si nos ponemos a comparar las conclusiones que saca Citino de Fall Blau con las nuevas conclusiones que aporta Glantz en su trilogía sobre Stalingrado, pues se queda cojo. Pero ojo: entonces tendriamos que quemar todos nuestros libros del Este excepto el de Glantz. Es un error ya menospreciar este libro. No sé si consigo explicarme.

    Ahora, a Glantz. Yo creo que el tema de los flancos fue resultado del tira y afloja contínuo que hay entre el OKH (Halder) y Hitler sobre la forma de llevar a cabo el ataque final sobre Moscú. Ni siquiera una vez resuelta la batalla de Kiev Halder pudo hacer las cosas como quería, es decir, una doble tenaza sobre Moscú, pero no dando el rodeo tan grande que se dio. Y ésto ¿por que? Pues por exigencias de Hitler. No tengo aquí mis fuentes (en realidad sólo un libro de Saramago – fin de semana de bodas, grrgrgr), pero creo recordar que es Hitler el que exige que el flanco izquierdo de ataque (el del norte) se expanda mucho más al norte, para llegar hasta el Volga y sostener posiciones que en ese momento serían innecesarias (veáse colinas de Valdai). Igualmente en la parte sur, en vez de concentrarse en apuntar más directaemnte a Moscú otra vez manda al (6º ejército? no recuerdo) a Voronezh y Kursk, muy al este.

    Hablando de memoria me puedo equivocar, pero lo que estaba claro en octubre y noviembre del 41, y que fue fatídico para la Wehrmacht, es que Hitler aún pensaba que la forma de ganar la guerra en el Este era eliminando el grueso de las tropas soviéticas, significando Moscú para él poco más que una ciudad más. Mientras que Halder pensaba lo contrario. Y en estas fechas (Octubre-Noviembre) se ven decisiones que afectan a ejércitos enteros que «defienden» una u otra postura indiferentemente. Esta creo que puede ser una explicación al tema de los flancos. Y a eso le sumamos logística, el fresquito que hacía por allí, la resistencia sovética, sobre todo esto, y lo demás es historia.

  15. lucano dice:

    Hola a todos
    Gracias por la restupenda reseña Chuikov, estoy de acuerdo en que es un libro absolutamente imprescindible y en cierto modo «heterodoxo». De todas formas no parece que ninguna de las opciones puramente militares de los alemanes pudiesen llevar a un final diferente a su campaña rusa. Siempre me ha chirriado un poco que se atribuya en parte la derrota alemana en Rusia a la operación de Ucrania (operación que resultó en la eliminación de un ejército de 600.000 hombres) en lugar de una teórica conquista de Moscú (los alemanes no fueron capaces de tomar Leningrado ni Stalingrado, pero por alguna razón que se me escapa se considera lo de Moscú cosa hecha una vez derrotados los frentes que se interponían por delante de la ciudad)
    Creo que difícilmente se pudo hacer mejor en Rusia por parte alemana y peor por parte rusa hasta octubre de 1941. El error era inevitable en algún momento, pero también era inevitable que las inagotables reservas rusas y las dificultades logísticas acabaran frenando el ataque, aunque fuese 200 kms más al este de Moscú. Para entonces la capacidad industrial rusa estaría en cualquier caso en los urales, lejos del alcance alemán, y la ayuda aliada llegaría aunque fuera a través de Asia.
    La capacidad militar alemana nunca fue suficiente. Se contaba con un desplome del régimen que nunca se produjo.
    Creo que fue la política (impresionante capacidad de movilización, mínimo consumo de recursos, gran guerra patria, etc) y no la acción militar alemana el factor decisivo en 1941. 1942-44 ya es otra cosa, ahí los errores militares pesaron y mucho.
    Saludos

  16. David L dice:

    Quedarse a las puertas de Moscú, asediar Leningrado, llegar hasta el Caucaso, hacer miles de prisioneros, ganar inmensas extensiones de terreno al enemigo, destruir innumerables ejércitos y acabar por ser derrotados es algo que puede resultar increíble de comprender. Ahora, a toro pasado, podemos analizarlo gracias a la gran cantidad de bibliografía existente sobre el tema y llegar a entender, a escala global, la campaña iniciada con Barbarroja en junio de 1941. Alemania pudo vencer, casi lo consiguió, pero no lograr vencer a los soviéticos en una campaña lo más rápida posible acabó por decapitar su capacidad de iniciativa y terminó siendo esclavo de su inferior logística.

    Un saludo.

  17. Koenig dice:

    Buenos días

    Uno de los libros que he tenido la suerte de leer últimamente: «El Mito dela Blitzkrieg», de Karl-Heinz Frieser (otro libro que recomendaría traducir al castelano) establece que en Francia (1940) no se previó utilizar este tipo de guerra y sin embargo se utilizó y triunfo, y en la Unión Soviética la táctica dela Blitzkrieg fue conscientemente planificada e implementada a nivel operativo, y sin embargo fracasó.

    Ciertamente el tipo de guerra móvil operativa a ultranza que los alemanes emplearon en el este no funcionó ante distancias tan inmensas y recursos humanos y militares tan fenomenales.
    Desde mi (humilde) punto de vista, estos factores no fueron tenidos en cuenta por el alto mando alemán, que planificó una campaña extraordinariamente exigente para hombres y máquinas, que no pudieron resistir hasta el final. Para la ofensiva sobre Moscú las unidades participantes estaban muy por debajo de su fuerza original, lo que fue -considero- una de las causas principales de la derrota definitiva.
    Tal vez Barbarroja debió hacerse sin tantas prisas, y con muchas mas rservas.

    Opino.

    Saludos.

  18. Chuikov dice:

    Qué envidia, Koenig. Tengo el libro de Frieser, en inglés, pero aún no he podido ponerme con él, y las lecturas del verano ya están planificadas.

    Frieser es el principal responsable del Octavo volumen del MGFA, «Das Deutsche Reich und der Zweite Weltkrieg», la historia «oficial» del Ejército Alemán. Es decir, una autoridad.

  19. Koenig dice:

    El libro merece, absolutamente, un cambio de orden. Y si al final de leerlo no coincides conmigo, estoy dispuesto a afeitarme la barba.

    Saludos.

  20. juanrio dice:

    Dile que no, Chuikov…..

  21. Antonio dice:

    Buenas tardes:

    ¿Envidia? Envidia produce no saber leer inglés para poder comentar libros escritos en este idioma, en Hislibring claro.

    Alegremente

  22. Chuikov dice:

    Joder! qué órdago…La barba. Déjame pensarlo, Koenig.

    Tengo vistos los mapas. El libro ya se vende por la vista.

  23. Koenig dice:

    Buenos días.

    Órdagos a parte, me he puesto esta misma mañana con el librito y, sin negar los indudables conocimientos de Glantz, si hay un par de cosas que me han arrugado un poco.

    Para empezar un errorcillo de nada, seguramente de traducción, detectado por primera vez en la nota seis del capítulo II, donde dice que «la Fuerza de Kluge [según el texto es el 4º Ejército] estaba compuesta por diez ejércitos y cinco cuerpos motorizados…»
    Muchos ejércitos me parecen para uno sólo.
    Error que se repite de nuevo mas adelante, en el mismo capítulo (no tengo la referencia).

    Por otro lado, y me parece un pelín mas grave, Glantz es demasiado clásico en su libro. Me explico.
    El libro es del año 2001, 2003, y ya para entonces (mucho mas ahora) existían una serie de medios para exponer buena parte de lo que Glantz expone en su libro sin tanta aridez.
    Dedíca párrafos enteros a contar los despliegues de ambas fuerzas contendientes, cosa que puede hacerse mediante cuadros insertados, y a narrar largas listas de poblaciones, cosa que puede hacerse también con croquis la mar de simples.
    Salvados mas gráficamente estos dos escollos, hubieran podido seguir los textos explicativos, los porqués, los cómos y los enigmas y dudas; todos ellos con constantes referencias al material gráfico, ayudando al lector a comprender los sucesos, y evitando ser lo que, hasta ahora, me está pareciendo, mayoritariamente, el libro. Una cruda fuente de datos. Magnífica, eso si.

    En fin, que debo estar haciéndome viejo. Opino.

    Saludos.

  24. HOTH dice:

    Considero que el desvio de los dos grupos panzer de Moscú setenció la victoria sobre la capital soviética.

  25. Koenig dice:

    Buf. Eso, me temo, es complicadísimo.

    Si es cierto que durante mucho tiempo se achacó a esa «pérdida de tiempo» el fracaso del asalto a Moscú. Sin embargo debe tenerse en cuenta que el gran problema de este razonamiento es que está basado en comentarios de generales alemanes que se oponián al ataque hacia el sur (creo recordar que entre ellos Guderian, que además fracasó ante Moscú y fue enviado al paro por retirarse).

    Las corrientes mas autorizadas, en mi humilde opinión, achacan el fracaso final de Barbarroja a una causa bien distinta: la falta de un plan debidamente elaborado. Los alemanes prepararon toda una serie de memorandos, propuestas y grandes trazos que no fueron concretados por la oposición entre Hitler y su Alto Estado Mayor. Seguramente el primero esperaba dirigir la guerra al paso, y los segundos no querían presentar un plan que contrariara a su amo y señor. El resultado fue una chapuza improvisada en la que el día a día y el fracaso de la guerra móvil oprativa (Blitzkrieg) en suelo ruso, junto con una catastrófica subestimación del potencial del ejército rojo, llevaron al fracaso.

    Opino.

  26. Chuikov dice:

    Coincido con Koenig en eso. Hay además un factor que siempre, o casi siempre obviamos: el mérito del Ejército Soviético.

    Y ésto, que copio de la reseña:

    «… Importantes evidencias que actualmente han salido a la luz contradicen sus argumentos [los argumentos de quien critican el desvío del 2º Ejército Panzer de Guderian al Sur) y, al menos, apoyan la tesis de Heinrici de que tampoco eso [el mantener al grupo de Guderian sobre el eje de Moscú] podría haber garantizado la captura de Moscú en 1941. Ahora es evidente que la mejor oportunidad de la Wehrmacht para capturar Moscú tuvo lugar en Octubre de 1941 y no en septiembre. Esto fue así porque la oposición del Ejército Rojo al ataque alemán contra Moscú fue mucho más débil en Octubre que en Septiembre por tres razones básicas. Primero, los Frentes Oeste, de Reserva y de Briansk, que habían detenido el avance germano el Este de Smolensk a finales de Junio e inicios de Agosto, dilapidaron gran parte de su fortaleza llevan a cabo numerosos e inútiles asaltos contra las defensas alemanas al norte y sur de Smolensk… Segundo, la eliminación de gran parte del Frente Suroeste del orden de batalla del Ejército Rojo en septiembre significó que el grupo Panzer de Guderian sólo afrontó una tenue resistencia en su ofensiva hacia Orel y Tula[cuando venía de vuelta, esto es, cuando subía para Moscú de nuevo]. Tercero, al castigar duramente al Frente Central en agosto y luego acabar con el frente de Briansk en Septiembre, el grupo de Ejércitos Centro estaba en condiciones de atacar Moscú en octubre con impunidad y sin preocuparse por su flanco derecho».

    Y más: Eso que dice Koenig: «eso es complicadísimo. »

    Quiero decir, en mi opinión se trata de un asunto inextricable.

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