VALPARAÍSO. EL SECRETO DEL SACROMONTE – Fernando de Villena
Obra curiosa y entretenida, de estructura algo laberíntica y fragmentaria, sobre la trayectoria de un objeto precioso y apreciado a través de los siglos. Sirve de excusa al autor para engarzar relatos muy dispares, con lo que el lector tarda un tiempo en saber el tono de la obra. A veces le puede parecer que está investigando viejos manuscritos, escuchando viejas historias, o leyendo las noticias en la prensa. Esta nueva novela del escritor y poeta granadino propone un recorrido por diversas épocas, componiendo un retablo donde se combinan temas, paisajes y personajes, en torno a un eje común, ese objeto sagrado que recorrerá distancias en el espacio y el tiempo hasta ser encontrado por un inquieto buscador.
Comienza con una historia casi contemporánea, que queda interrumpida en un momento álgido, aunque bastantes capítulos más adelante continuará. Dentro del conjunto de textos, funciona como parte principal una narración en primera persona de Francisco Gibaja, dividida en dos secciones, primero el manuscrito del joven estudiante Francisco, fechado en los años sesenta, y sus aventuras en el colegio del Sacromonte, y segundo, fechado en 2010, el texto del maduro abad Gibaja, que retorna a la abadía donde estudió años atrás. El lector recibirá descripciones bellísimas de los jardines y bosques que rodean el colegio y abadía del Sacromonte, hasta el punto que casi se puede aspirar el aroma del ciprés y el mirto, escuchar el viento entre las hojas, las risas de los estudiantes, los pasos solitarios por caminos empedrados y disfrutar de unos luminosos crepúsculos. Hay un clima de misterio que se conjuga bien con el relato simple y llano del joven estudiante Francisco, el futuro abad.
En la siguiente parte se produce un salto muy atrás, a la época en que Jerusalén es destruida por Tito, y los tesoros del Templo llevados a Roma. Entre esos tesoros hay una arqueta cuyo contenido es de gran valor. De Roma saltamos a los visigodos, de allí a Toledo, mas adelante somos espectadores de la historia y triste derrota de Don Rodrigo y la subsiguiente invasión musulmana. Más adelante sabremos del itinerario y desplazamientos de la arqueta y presenciaremos un encuentro con el césar Carlos y el príncipe Felipe, junto a su preceptor, Juan Martínez Silíceo, el cual recuerda y relata su asombrosa vida. Asistimos después a la edificación del Escorial, a las tristezas de Felipe II y al destino final de la arqueta en Granada. Volvemos a la continuación de la narración inicial, aunque el tiempo pasará más rápido y surgirá una trama internacional que entrará en escena de modos diversos, con un final realista aunque algo decepcionante.
Todo esto puede parecer un galimatías, pero no lo es, ya que el autor consigue que cada relato engarce de algún modo con el anterior, y así, saltando de siglo en siglo y de país en país, traza un fresco histórico a la vez que da forma de thriller al eje narrativo. Quizá alguien se preguntará qué tienen en común el judío Anán, los reyes visigodos Alarico, Walia o Atanagildo, Don Rodrigo, el cardenal Silíceo, Felipe II y el abad de Sacromonte. Pues bien, sí hay algo en común: el contenido de la pequeña arqueta que irá pasando de unas manos a otras, a través del tiempo, y que viene a quedar oculta y a buen recaudo justamente en la abadía del Sacromonte granadino. No desvelaré más, porque es competencia del lector llegar a conocer tal contenido, mediante la placentera lectura de todos estos textos engarzados en este libro, que sirven a su vez como excusa para sumergir al lector en muy diversas épocas. Fernando de Villena es un magnífico escritor, cuya maestría ha probado largamente en las numerosas publicaciones, tanto de ensayo como de narrativa o en poesía que a lo largo de su trayectoria ha producido y esperamos siga produciendo.
Hay en estos textos, por encima de todo, un profundo amor a Granada, al Sacromonte, al paisaje granadino y a los personajes históricos y probablemente desconocidos para el público en general, y a los que el autor quiere rendir un homenaje. Entre ellos, el preceptor de Felipe II, el cardenal Juan Martínez Guijarro o Silíceo (1477-1557), y también otros personajes destacados como el humanista, hebraísta, biólogo y escritor Benito Arias Montano,(1527 -1598), los arzobispos Gaspar Quiroga y Vela, (Toledo) Pedro de Castro (Granada), y Pablo de Santamaría, obispo de Palencia, reunidos en cónclave con Felipe II para determinar el paradero de la famosa y misteriosa arqueta.
En la sección final, el autor aterriza en la actualidad más reciente y deja un cierto sabor amargo con la conclusión del misterio. Pero así es la realidad, y Fernando de Villena ha querido lanzar al aire un lamento por boca de sus personajes, mostrando una imaginaria situación que, desafortunadamente, estamos habituados ya a encontrar en los noticiarios.
El estilo de los textos contemporáneos está más acorde con el lenguaje usado a diario, mientras que, en los de épocas pasadas el autor usa un castellano que semeja antiguo, con giros y modos ya en desuso, pero que van muy bien a la narración.
En suma, un conjunto aparentemente disperso pero en el fondo armonioso, que, si bien no es el mejor libro que he leído del autor, es una obra bien compuesta y con una idea central, la arqueta como símbolo de nuestra herencia cultural, que la unifica y le da vida.
Fernando de Villena (Granada 1956) es un escritor y poeta español. es doctor en Filología Española y profesor de Lengua y Literatura, profesión que ha ejercido por diversas poblaciones andaluzas. Desde Archidona (Málaga), donde estuvo varios años, fue destinado a su ciudad natal, en donde reside desde entonces. Poeta y novelista, es uno de los escritores más prolíficos de su generación y autor, asimismo, de ensayos. Está en posesión de importantes premios literarios. Gran viajero, muchas de sus andanzas le servirán de estímulo para sus narraciones.
Su obra poética es extensa, alrededor de treinta poemarios, que el autor ha recogido por décadas, en varios volúmenes. Como narrador, Fernando de Villena ha publicado casi una veintena de libros. Ha dedicado también algunas obras al estudio de la producción literaria en los siglos de Oro y en el siglo XX. Pertenece a la Academia de Buenas letras de Granada.
Confieso que, por un instante, el título me indujo a engaño…
No siendo lector de poesía, los poemas de Los siete libros del Mediterráneo me depararon unos buenos momentos. Esta nueva publicación tiene al parecer un algo de lo que transmite ese poemario, el interés del autor por el pasado y su legado espiritual.
Está lejano a mis propios intereses lectores, Ario, pero sobre suena atractivo.
(Evidentemente, ese “sobre” está de más. Perdón.)
Ya lo imaginaba, Rodri, que pensarías en «tu» Valparaíso…pero es que como casi todos los nombres de ciudades hispanas en América, antes había una en origen, en España.
Gracias por tu comentario, a pesar de estar lejano a tus intereses.
Se ve interesante… No he leído nada de Fernando de Villena pero tendrá que esperarse, por lo menos hasta enero, cuando termine con los rusos. Granada bien merece una novela. ¡Qué maravilla de ciudad! Un saludo, Ariodante.
Gracias, Caballero. De todas formas, si hubieras de empezar a leer a Villena, yo lo haría con sus «Mundos Cruzados» cuya reseña puedes leer en mi blog.
Me declaro un inútil como buscador de reseñas. Ya van dos reseñas que escribo sobre libros que ya estaban reseñados en Hislibris. Y ahora no encuentro la reseña sobre «Mundos Cruzados» en tu blog, Ariodante. Tendré que hablar seriamente con mi psiquiatra.
Te mando el enlace de mi reseña en comentario aparte, porque me lo van a moderar…
Ahí va: http://www.elplacerdelalectura.com/2012/09/mundos-cruzados-fernando-de-villena.html
Ahora sí. ¿Cómo iba a encontrar la reseña si estaba buscando en la página equivocada? Pues se lee muy interesante este autor del que, como dije, no había oído hablar. Y, por lo que veo, las dos novelas reseñadas comparten estructura: usan un objeto como excusa e hilo conductor para ir contando historias en diferentes épocas y lugares con Granada como punto de partida y destino. ¿Será que llegó el momento de relevar las archiconocidas «Leyendas de la Alhambra» de Irving para cuando uno viaje a la tierra soñada por nuestro flaco de oro: don Agustín Lara?
Villena es un autor granadino, y lleva a Granada en su corazón, desgranándose por todos sus poros…
Fernando de Villena, de parte de cuya obra me declaro admirador, pues aún no he leído ninguno de sus ensayos, me parece un excelente escritor de rico lenguaje y bellísimas imágenes.