UN CABALLERO EN MOSCÚ – Amor Towles

Amor Towles tiene la capacidad de trasladar a esta existencia en un exilio tan limitado, un acento humorístico y especialmente humano, fusionado de manera inteligente y narrativamente portentosa, ofreciendo al lector un sin fin de anécdotas, sucedidas a un personaje especial por muy diversas razones. De ascendencia aristocrática, Rostov es ante todo un caballero. Pero además es un hombre con recursos que juega con la capacidad que le va ofreciendo la vida en aquel hotel, para amoldarse, con inteligencia y soltura, a los vaivenes y dimes y diretes que se le van presentando a la largo de los años. Por su vida pasan situaciones y personajes que, por un lado, le facilitarán su estancia en aquel micro universo salpicado de cierto lujo y bienestar en una Rusia cerrada al exterior y, por otro, harán que tenga que amoldarse a un régimen que no le olvida en su exilio y que busca cercenar su libertad. Para ello, el autor construye una serie de personajes que se combinarán a lo largo de la vida de Rostov, en un escenario donde tiene cabida la alegría y la tristeza, las convicciones y las necesidades, el buen comer y la escasez, la amistad y la eterna envidia, la política y el amor, en un batiburrillo inteligente y extremadamente hábil de situaciones perfectamente armonizadas.
Sin salir del hotel en ningún momento, con el paso de los años y con la contribución de los diferentes personajes que van pasando por el establecimiento, atentos a sus experiencias y relaciones personales, podemos hacer un seguimiento, más o menos cercano, de la compleja historia de la URSS, desde un prisma tan curioso y especial como el presentado por el protagonista. Sus diálogos, encuentros y escaramuzas en el hotel, dan pie a que las tramas se crucen continuamente, para construir desde el reflejo de la historia, esa vivencia que refleja en su interior, lo sucedido en el país y en el entorno del partido comunista y sus consecuencias en la población, mostrando al Metropol, como un espejo de la compleja situación política y social del país. Y además lo hace con soltura y con infinidad de salpicaduras de humor y mucha humanidad.
En base a ello y gracias a ello, la novela se nutre no solo de un excelso protagonista, sino además, de una serie de personajes que construyen junto a él, un variopinto y enriquecedor plantel de hombres y mujeres cuya vida corre atada, de manera directa o indirecta, al hotel, ese escenario tan habitual y acertado para presentar y novelar el curso de la vida y las relaciones humanas. Amor Towles ha creado una novela deliciosamente humana, llena de sentimientos, situaciones y personalidades, que provocarán en el lector sonrisas y, porqué no, lágrimas, en un rotundo éxito narrativo, donde las sensaciones y los sentidos participan literariamente de la vida de un gran personaje, redondo en su construcción y difícilmente de olvidar. No conozco a quien no le haya convencido este libro, en su fondo y forma. Me descubro ante una de las mejores novelas que he leído y prometo repetir autor.
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Amor Towles. Un caballero en Moscú, Ediciones Salamandra, 2018, 512 páginas.
Lo primero enhorabuena por la reseña y por haberte empapado de buena literatura. Conocí al autor (no en persona) y su obra a través de los comentarios que me hacían las lectoras veteranas en la biblioteca. Les encantaban sus libros así que decidí pillarme alguno y ¡sorpresa sorpresa! estaban todos con reservas de hasta varios meses. Así que en cuanto tuve oportunidad leí uno (el que pude) y me encantó. Fue «Autopista Lincoln». Te lo recomiendo. Éste del que nos hablas lo leí no hace mucho y ahora estoy haciendo un libro versus cine y estoy a punto de terminar la serie protagonizada por Ewan Mcgregor la cual, hay que decir, está muy bien ambientada. La estancia del conde Rostov en el Metropol es una visión certera y humana de la historia reciente de Rusia. Un gran libro, añadiría aun más. De nuevo gracias por la reseña y si no has leído el de Autopista Lincoln, échale un vistazo porque no te va a defraudar.
Saludetes. :-)
Vi el primer capítulo de la serie y no me atrapó, y creo que como presentación del personaje de la novela, deja bastante que desear, en mi opinión, claro. Preferí dejarla y quedarme con todo el maravilloso micro universo que me dejó impregnado la novela. Me apunto «Autopista Lincoln», sin dudarlo. Gracias.
Pues justamente ahora acabo de terminar de ver la serie… me quedaban dos capítulos. Hoy parece el día de Amor Towles, jejejeje ;-)
Bien por la reseña Íñigo y muy buen traída ahora que la serie es novedad. Por lo que comentas parece que es otro caso de «el libro es mejor». Pa variar.
Me da que sí, y tampoco sería una sorpresa.
Estupenda reseña, coincido contigo, yo reseñé hace un par de años.
https://lasenyoretabuncle.blogspot.com/2022/01/resena-un-caballero-en-moscu.html
Un personaje espléndido en una rara situación. Excelente libro. Acaban de estrenar la serie con Ewan McGregor como Rostov.
Habrá que verla.
Gracias por compartir tu reseña… La serie de McGregor la comencé y abandoné en el mismo primer capítulo. Creo que se queda corta en plasmar la esencia del libro. Es una opinión personal.
Anoche empecé la miniserie televisiva y me atrapó en los primeros dos de sus ocho episodios. Obviamente, el lenguaje audiovisual es diferente del de una novela, por lo que no se puede valorar de la misma manera. La serie fluye bien, por ahora, y cada episodio hace avanzar la cronología a lo largo de esas tres décadas largas que se recogen en el libro. Por cierto, los interesados en las vanguardias pictóricas, de Malévich a Tatlin, del suprematismo al constructivismo, disfrutarán mucho con la cabecera de la miniserie: fantástica.
Interesante artículo de Pérez Reverte sobre el libro y la serie…
https://www.zendalibros.com/perez-reverte-estais-jodidos-antonio/
Lo miro. Gracias por la aportación. ;-)
Me abstuve de decirlo cuando Iñigo escribió la reseña (por la cual lo felicito), pero, ya que lo trae a colación Reverte, lo digo: Puse la serie. Vi a un negro en el juicio. Quité la serie.
Me alegra saber que hice bien.
Grandísima novela, que te reconcilia con la literatura, con la vida, con el amor y que es una lección de la capacidad de adaptación, de la resiliencia (vaya término, tan de moda), del amor a los nuestros y de la fidelidad a uno mismo. Hacía tiempo que no leía un final tan emocionante y tan redondo.
Una pequeña aclaración: en la introducción dices que Rostov es juzgado por un escrito subversivo; si no recuerdo mal, es juzgado por aristócrata, y lo que lo salva del pelotón de fusilamiento es que en 1905 «supuestamente» había escrito un poema ligeramente revolucionario que llamó a la acción, subversivo lo fue para el zar.
Pues no había leído la reseña porque justo cuando se publicó estaba empezando la novela, y preferí sacar mis propias conclusiones . Me parece una novela deliciosa, me ha encantado, como dice Iñigo, en su fondo y en su forma. Y sobre todo me ha parecido un un canto a la alegría, a las limonadas refrescantes que a veces salen cuando la vida te da limones. No voy a ver la serie. Demasiado buen sabor de boca me ha dejado el libro, para que me lo arrebaten.