SHAKESPEARE, THE WORLD AS A STAGE – Bill Bryson
¿Ha existido realmente Shakespeare? ¿De quién es el retrato Chandos, que generalmente tomamos como suyo? ¿Era cojo, como parece aludirse en los Sonetos? ¿Escribió todas esas obras que hoy encontramos bajo su nombre, o ha sido, por el contrario, el «negro» de otros autores? ¿Es verdaderamente el autor se los Sonetos? ¿Como ha podido escribir tanto y tan bien sin tener estudios, o al menos sin que haya constancia de que los tuviera? ¿Cuál era su orientación sexual, que queda en entredicho en los Sonetos? ¿Era Shakespeare una mujer o eran varias personas bajo un seudónimo? ¿Fueron Marlowe o Bacon el autor real de todas esas obras que se le atribuyen? Sabemos realmente tan poco de él… Bryson dice de su objetivo al escribir este ensayo: «este libro no se escribió tanto porque el mundo necesitara otra obra más sobre Shakespeare como porque lo requerÃa la serie. La idea que lo sustenta es sencilla: se trata de determinar qué puede saberse de Shakespeare sin recurrir a la especulación. De ahà que sea tan delgado».Â
Este libro es un ensayo en la mejor acepción del término. El autor investiga, explora, tantea, sugiere ideas, y, sobre todo, desmiente muchos bulos con la táctica de refutar, a base de datos evidentes y aplastantes una por una, todas las leyendas y descabelladas afirmaciones que sobre el gran dramaturgo se han hecho y se siguen a veces manteniendo. Consigue que veamos absurdas e ilógicas muchas teorÃas sobre Shakespeare que han sido apoyadas por personas o personajes aparentemente fiables. Y consigue que nos parezcan, asimismo verosÃmiles otras explicaciones, si bien insiste continuamente es que no se puede afirmar nada en ausencia de pruebas documentales.
Pero si bien es ese el eje central que ha conducido a Bryson a escribir este ensayo, para llegar a los puntos que quiere aclarar, antes de cada paso, lleva al lector de paseo por la historia, recreando el contexto en el que se movÃa la vida del bardo inglés. Siguiendo documentos, pruebas, hechos históricos demostrados, incluso algunos que afectaron a personas que apenas tuvieron relación con Shakespeare, pero que indirectamente pueden llegar a probar que no pudo hacer tal o cual cosa.
AsÃ, como si de un escenario se tratara (el subtÃtulo de la edición original es El Mundo como Escenario) asiste el lector a la escenificación de la Inglaterra isabelina y jacobina hasta en sus más nimios detalles, lo cual resulta un paseo muy ilustrativo e interesante, ya que además de la vida de Shakespeare, muestra otras vidas, y, sobre todo, el modo de vida habitual: el campo, la ciudad, el mundo del teatro, las controversias religiosas, la vida doméstica, el lenguaje…todo entra bajo la lupa de Bryson.
CapÃtulo a capÃtulo sigue la trayectoria vital de Shakespeare, con mil oportunas digresiones, que vienen como anillo al dedo, empezando por el propio retrato, la imagen que nos hemos hecho de una persona que, si nos apuramos, no sabemos realmente qué aspecto fÃsico tenÃa, aunque podamos imaginar qué aspecto podrÃa tener.«De las pocas certezas que tenemos de la vida de Shakespeare, una es que su matrimonio duró hasta su muerte; la otra, que mientras pudo envió gran parte de su patrimonio a Stratford, lo cual no demuestra necesariamente la solidez del vÃnculo pero aún menos lo pone en duda.», nos cuenta Bryson, y también que «en 1582 aparecen registradas en la zona siete familias Shakeshaft, de las cuales tres como mÃnimo contaban con un William entre sus miembros. La verdad es que hay que hacer un acto de fe para suponer que el William Shakeshaft mencionado era realmente el joven Will de Stratford» y analiza entre otras cosas, las múltiples variantes del apellido que incluso en firmas del propio bardo, cambiaba memorablemente.
En el capitulo titulado Los años perdidos, 1585-92, en realidad nos cuenta el autor más sobre el Londres de la época, y se explaya en ello…porque de Shakespeare no se sabe nada. Desaparece, en esos años. Es a partir del año 92 en que empieza a sonar su nombre en Londres, ligado al teatro. Y del teatro y los teatros de Londres nos informa con todo detalle Bryson: «Al parecer, Shakespeare nunca dejó de actuar (a diferencia de Ben Jonson, que dejó de hacerlo en cuanto se lo pudo permitir), pues figura como actor en documentos datados en 1592, 1598, 1603 o 1608, es decir, prácticamente desde el principio al fin de su carrera.»
Trata a fondo el tema de las obras, siempre de un modo en el que el lector no especializado pueda seguirle. Estudia no solo las circunstancias de la escritura y publicación, el famoso Primer Folio, primera publicación fiable del conjunto de la obra shakespeariana. «No sabemos ni remotamente -dice Bryson- cuánto tiempo trabajaron Heminges y Condell en el proyecto, pero hubieron de pasar siete años desde la muerte de Shakespeare antes de que, en el otoño de 1623, el volumen estuviera listo para imprenta. En rigor se titulaba Comedias, Historias y Tragedias de Mr. William Shakespeare, pero desde entonces —o casi— se lo conoce como Primer Folio.» Es muy jugoso todo lo que Bryson cuenta acerca del caos editorial en que se vieron las obras de Shakespeare al irse publicando. Maravilla que hayamos podido acceder a ellas en buenas condiciones.
El análisis del lenguaje usado por el dramaturgo requiere mención especial, ya que Shakespeare aportó numerosos neologismos y expresiones novedosas a la lengua inglesa, y ahà Bryson se explaya citando una larga serie de palabras y expresiones. Como también abunda en el análisis los famosos Sonetos, tan oscuros y misteriosos como la propia vida del bardo.
«El genio de Shakespeare no se centraba en los hechos sino en la ambición, la intriga, el amor, el sufrimiento, cosas que no se enseñan en la escuela», arguye el autor para contestar a aquellos que acusan al dramaturgo de contradicciones, errores históricos y falta de conocimientos escolares. Y no tenia problema —como nunca lo tuvo Picasso— de tomar prestadas historias que otros habÃan contado previamente, rehacerlas y presentarlas de grandeza y distinción. Lo que caracteriza su obra es la «percepción concluyente y palpable del poder traspasador del lenguaje». En ese punto, los genios siguen la norma picassiana de «no busco, encuentro».
Otro capÃtulo se ocupa de las múltiples leyendas negras que han vertido su veneno sobre el poeta y dramaturgo inglés, desmontándolas todas, principalmente aquellas que se referÃan a la autorÃa de Shakespeare. Se ha dicho y mantenido que Bacon, Marlowe, y otros podrÃan haber sido los verdaderos autores de la obra shakespeariana. Bryson acaba con todos.
Ciertamente, el escritor sobre el que se han vertido rÃos de tinta durante siglos, está rodeado de un halo de oscuridad, una ausencia de datos verdaderamente desconcertante. Y ello ha llevado a muchos a especular sobre su vida y milagros, lanzando las hipótesis más absurdas o las teorÃas mas improbables como si fueran hechos consumados.
Bryson, armado de sentido común y un buen humor muy loable, desmonta todos estos tinglados, simplemente llevando al lector a mirar alrededor de Shakespeare, a comprender por qué las cosas no podÃan haber sido como se le imputan, incluso los aspectos más controvertidos o problemáticos. Un librito altamente ilustrativo, pleno de humor y muy didáctico.
William McGuire «Bill» Bryson (1951) es un escritor británico nacido en Iowa, Estados Unidos, autor de divertidos libros sobre viajes, sobre la lengua inglesa y de divulgación cientÃfica. Ha vivido la mayor parte de su vida adulta en el Reino Unido, donde reside actualmente. Su obra más famosa es Una breve historia de casi todo.
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Interesante, lo hojée hace un tiempo pero me quedé con la sensación de ser demasiado divulgativo para mà (como suelen ser los libros de Bryson), siendo quizá más apto para un publico menos especializado. ¿Me equivoco? La verdad es que, a estas, prefiero el libro de Harold Bloom, Shakespeare o la invención de lo humano (Anagrama).
Cierto, no tiene la profundidad de Bloom, obviamente, pero tampoco es demasiado superficial: proporciona una enorme cantidad de datos de la vida cotidiana que quizás al especialista no le interesen, pero si al público general. Y sobre todo, esta escrito con mucho humor, cosa de la que quizá adolece un poco Harold Bloom.
Este es de los mÃos. Tengo que hacerme con él.
Muchas gracias por la excelente recomendación, Ario.
¿Explica como el hijo del sastre de un pueblecito escribió unas obras que denotan haber recibido una esmerada educación y un gran conocimiento del mundo clásico?
Habla de eso, sÃ.
Lo compré el sábado por la tarde, feria del libro antiguo de Madrid, y he leÃdo la mitad prácticamente de un tirón. Cortito y muy interesante, para todos los públicos por la facilidad con que Bryson nos transmite lo que quiere contarnos.