PUBLIO VITELIO LONGO Y LA FÁBRICA DE DINERO – Enrique Santamaría
Roma se haya envuelta en el caos por las disputas del poder entre el emperador Tiberio, heredero de Augusto, con Sejano, prefecto del pretorio, quien hasta hace no mucho parecía gozar de su confianza y gobernaba la ciudad en su nombre mientras el ya anciano emperador vivía un retiro dorado en la isla de Capri.
El libro posee dos líneas narrativas, la de este año 31 e.c., donde veremos la lucha por el poder entre Sejano y Tiberio y cómo los partidarios de uno y otro van moviéndose, y otra, un año después, narrada por nuestro protagonista, el liberto Publio Vitelio Longo, antiguo esclavo de confianza del tesorero de Roma, Publio Vitelio.
A través de sus recuerdos y sus vivencias, nos veremos atrapados en un motín que pone en jaque a toda la ciudad mientras él trata de sobrevivir en la revuelta a la vez que trata de cerrar un lucrativo negocio en el que está inmerso, el cual será el motor de la historia y en el que concurrirán ambas narraciones. En su camino por los barrios bajos y las afueras de la Ciudad Eterna, se cruzarán mendigos, prostitutas, rufianes, las hermandades de los cruces de Roma, vigiles y pretorianos, ladrones, nobles y banqueros. Así, una historia original y un protagonista alejado de los tópicos de las novelas de romanos de corte militar. Es un ciudadano corriente y moliente, inteligente y con recuerdos, pero también cobarde; nada de un héroe que se abre paso luchando y venciendo a los peligros. Publio Vitelio Longo deberá superar los obstáculos que se encuentra usando el cerebro y su pico de plata.
Aunque es cierto que la estructura en estas dos temporalidades es original y permite añadir muchos detalles (y no desvelar otros hasta que sea necesario) también hace la narración algo confusa en algunos momentos, sobre todo porque no se indica al inicio si el capítulo se sitúa en el pasado o el presente, y a veces se despista uno en las primeras líneas o el primer párrafo hasta que se sitúa temporalmente.
Hay, quizás, un exceso de palabras en latín que podrían haberse traducido directamente, aunque al final hay un glosario que ayuda a paliar esto un poco. Encontré también un exceso de erudición, el cual resulta oportuno cuando es para introducirnos en la escena en la que se sitúa la acción o para ayudarnos a comprender mejor la trama, pero algunas de estas digresiones sí que parecen estar ahí para rellenar página y poco más. Y aunque sea una tontería, en los primeros capítulos hay una escena de sexo bastante explícita que no aporta nada a la trama salvo el detalle de aflojar a nuestro protagonista antes de un interrogatorio.
Comentados los puntos más flojos, apuntar que la novela es divertida, tiene buen ritmo, y es muy original, mostrándonos a las clases bajas y sus padecimientos, la vida de la ciudad de Roma, muy alejada del mundo militar. Quizás se desinfla en el último cuarto, ya que, en lugar de guardarse un par de giros argumentales bajo la manga para sorprendernos al final, los conoceremos ya desde antes, por lo que los últimos capítulos se reducen a un dejarse llevar, y decepciona ver que no hay ningún nuevo vuelco en la trama. Por lo menos, no es demasiado larga, lo cual ayuda a que su lectura sea más dinámica.
El autor, Enrique Santamaría, es licenciado en Historia, colaborador habitual de la revista Stilus, y se especializó en Historia Económica, de ahí buena parte de la trama de su novela, situada en una gran crisis del gobierno de Tiberio donde la avaricia de banqueros e inversores, y el inmovilismo del gobierno, llevaron a la quiebra del mercado y a la ruina a muchos ciudadanos, ricos y pobres por igual, algo que quizás nos suene más cercano de la que parece. Hace un uso estupendo de las fuentes, poniendo en su sitio a «la portera de Roma» que era Suetonio y dándonos una visión bastante lúcida de lo que debían ser las luchas por el poder en Roma y el día a día de las clases más bajas.
Con sus méritos y defectos, esta novela fue la vencedora (aunque no hubo unanimidad al respecto) en los Premios Hislibris 2015 en la categoría de “Autor novel”, entregados este año en Santiago de Compostela.
Autor: Enrique Santamaría
Título: Publio Vitelio Longo y la fábrica de dinero
Editorial: Pàmies (2015)
Páginas: 399
Ultimamente, no sé por qué, hay una tendencia en las novelas ambientadas en Roma de trufarlas de excesivos latinismos… ¡y no miro a nadie sr.Posteguillo! Muchas veces me pregunto si lo hacen porque queda superchulo hacerlo o porque quieren darse el pisto de saber mucho latín (sin darse cuenta que la mayoría de nosotros, en el instituto hemos dado latín en alguna ocasión y conocemos los conceptos básicos). Es sobre todo una tendencia de ahora, ya que en los buenos tiempos cla… cla… claudianos los autores no necesitaban poner tantos. Dejaban caer alguno y lo describían tan bien que no tenías que ir a la parte de atrás del libro a buscar su traducción. Además, tendreis que reconocer que hacer esto último. muchas veces, sino la mayoría de ellas, rompe el ritmo de lectura. Es mi opinión, claro, pero prefiero una novela directa que no una en que solapadamente me estén dando una clase de latín sin haberme matriculado.
Aunque a esta novela se le puede perdonar, ya que si hay una escena de sexo explicita en plan primera temporada de Juego de Tronos… una cosa por la otra ¿eh? ;-)
Buena reseña, Vorimir
Pues sí Balbo, muchas veces parece que por poner muchos latinajos se ambienta mejor la narración y termina saliendo el tiro por la culata. Pero bueno, pese a sus defectillos, la novela me entretuvo.