PERSPECTIVAS DEL MONT BLANC – V.V.A.A.
«Vi estos dÃas pasados montes espantosos cubiertos de hielo de un grosor de diez o doce picas (…) ».
San Francisco de Sales, obispo de Annecy (1567-1622).
Os presento a través de esta breve reseña una curiosa colección, histórica o no, de textos en relación a un nexo geográfico común: el macizo del Mont Blanc, punto culminante del continente europeo tradicional (con todos los respetos para el caucasiano Elbrus, el auténtico rey europeo, siempre a la sombra del gigante de los Alpes en tan admirable tÃtulo).
Alba Editorial no es una editora de libros de montaña, ni de guÃas, ni siquiera de literatura de viajes. El viaje propuesto es, quizás, algo más introspectivo, más propio de la esencia humana y de la fascinación y el horror que un peligro como la montaña ha representado para la humanidad desde los albores de ésta misma. En este caso, pues, la montaña está representada por uno de sus más ilustres representantes, el Mont Blanc, cumbre máxima de los Alpes, de 4.810 metros de altitud.
Nos hallamos, pues, ante una suerte de revisión histórica de la relación entre el hombre y la montaña. En efecto, tal y como su tÃtulo acertadamente proclama, el libro en cuestión no es más que un compendio de diversas perspectivas, todas ellas de personajes históricos, literarios o relacionados con el mundo del alpinismo, en relación al techo de Europa. Curiosamente seleccionados, en riguroso orden cronológico, son textos extraÃdos de orÃgenes de lo más diverso. Hallaremos, pues, fragmentos para todos los gustos y colores, totalmente independientes unos de otros, cuya lectura resulta pues aún más sugerente y accesible. SÃ, pues, si sólo nos interesa conocer la perspectiva de un par de ellos, podemos leerlos tranquilamente y abandonar el libro (bueno, no, mejor dejarlo a algún conocido, pues realmente vale la pena). He aquÃ, pues, una breve relación de los tipos de texto que podemos hallar en la obra, para goce de cualquiera, en función de los intereses propios que puedan acercarnos a un trabajo como este:
-Textos que no son más que correspondencia privada de autores literarios, como J. W. Goethe, François-René de Chateaubriand o la propia George Sand, en la que destilan sus filias o fobias en relación al macizo.
-Textos que son fragmentos extraÃdos de libros relativos a viajes, como el caso de C. L. Senancour, Victor Hugo o Théophile Gautier, tan habituales en las décadas del siglo XIX.
-Textos que se extraen de novelas cuyo argumento transcurre en un momento u otro en la zona en cuestión, tal como el caso de Mary Shelley (el reencuentro entre el creador y su obra viviente, en Frankenstein), o Jean Jacques Rousseau y su novela Julia.
-Textos de carácter cientÃfico o técnico, extraÃdos de escritos, ensayos, estudios, etc. de Ãndole geográfica, sociológica o cualquier otra disciplina. Aquà hallamos autores como el pionero alpinista duque de los Abruzzos (Horace Bénédict de Saussure), el famoso arquitecto Viollet-le-Duc o el gran geógrafo Éliseé Reclus.
-Textos técnicos o descriptivos de la propia ruta de ascenso. Aquà hallamos perlas impresionantes como una disquisición técnica del alpinismo por parte del grandÃsimo Edward Whymper (el primer hombre que consiguió ascender al temido monte Cervino), reseñas de sir William Windham, la propia ruta de ascenso publicada en la Guide Vallot de 1940 o una impresionante entrevista de Alejandro Dumas con un ya anciano Jacques Balmat (el hombre que consiguió el primer ascenso al Mont Blanc, en 1786). Éste texto en concreto es sumamente recomendable.
Un aliciente extra del libro es la gran cantidad de grabados, dibujos o fotografÃas incluidas en el mismo, que acaban de completar la extraña magia que destila cada página de la obra. Algunos de ellos son autorÃa del propio Edward Whymper, cuyo oficio original era ese mismo, grabador. Este personaje, del cual algún dÃa reseñaré su libro sobre la ascensión al Matterhorn, (La conquista del Cervino, editorial Barrabés), es uno de los más interesantes del mundillo alpinista y, en especial, de los inicios de la fiebre por las montañas. Qué digo, es uno de los responsables máximos de la extensión de este mal tan sugerente, el alpinismo. De hecho, esta disciplina toma su nombre de la propia cordillera de los Alpes, evidentemente. La fiebre de subir montañas dio su pistoletazo de salida en estas montañas, y de ahà la distinción de haber acuñado el término en su honor. Y, de todos ellos, el Mont Blanc ha sido y será siempre la cumbre de referencia, tal vez por ser la más elevada, tal vez por el complejo que la inmensidad de sus vertientes ha supuesto para el hombre y, espero, siga suponiendo durante siglos.
Me atreverÃa a recomendar al personal que, en el momento de enfrentar las diversas lecturas del libro, lo hiciera de una forma a ser posible dosificada. Es decir, dos o tres o quizás cuatro textos diarios como mucho, para ir dejando un poso sobre el cual meditar y no empacharse de montaña pues, evidentemente, el tema de base, sea cual sea el enfoque recibido, es el mismo. De un modo dosificado, siguiendo la cronologÃa propuesta por los editores, nos vamos haciendo una idea de los cambios a nivel histórico, social e incluso cotidiano que se han ido produciendo en nuestro viejo y destartalado mundo en los últimos cuatrocientos años. Asà pues, me atrevo a decir que nos hallamos ante un libro realmente histórico; más que un clásico compendio apologético del alpinismo o de la pasión por las montañas, asistimos a un pseudo-estudio de la relación entre el hombre y el entorno, y el modo en como el primero ha ido adaptándose al medio en el que le ha tocado subsistir, y como el hombre ha ido aprendiendo a respetar y valorar su entorno a través de pasiones irracionales y, cómo no, peligrosas, como el alpinismo.
[tags]Mont Blanc, alpinismo, Historia, montañismo, aventura, Mary Shelley, Goethe, Chateaubriand, Rousseau, Alejandro Dumas[/tags]
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Nos comentabas este libro cuando hicimos la quedada barcinonense de hace diez dÃas. Y ya entonces tenÃa buena pinta… la reseña confirma que habrá que tenerlo en cuento. Thanks!
Gracias, compañero barcinonense. La verdad es que es un trabajo interesante, muy breve y que se lee de un plumazo. Como comento, no se trata de un libro de narración montañera, sino un repaso interesante a partir de multitud de textos. Tiene el aliciente que, con toda probabilidad, si no te interesa un autor, puede que te interese cualquier otro.
El caso de Dumas (que sé que es de tus preferidos, malandrÃn ;-D) es especialmente curioso e interesante. Una faceta desconocida de él, creo.
Por cierto, que se me olvidaba: qué preciosa cabecera. Una buena «perspectiva» del Mont Blanc… (concretamente las Agulles de Chamonix).
Gracias Nuru. ;-)
Original e interesante libro, Horus.
«Los Alpes parecen la acrópolis de Italia» decÃa Polibio… Estas montañas, como el techo de Europa, no han dejado nunca de aparecer en la literatura de cualquier género, por buenos motivos. Además del Mont Blanc y el Cervino, a mà me cautivó la presencia imponente del trÃo Eiger – Monk – Jungfrau:
http://www.flickr.com/photos/stephenbove/1809845971/
¿Notas tú también, Horus, lo bien que estás madurando como reseñador? :)
Gracias, Hagakure. Si más no, es algo diferente a lo habitual.
Lopekan, es la camaraderÃa Scout, que le hace verme con buenos ojos. ;-)
Esté usté atento pues tengo enviadas un par de náuticas también, je, je…
Has estado por allÃ, malandrÃn? Yo no he hecho montaña, he estado en plan turista, arrastrando a mi pobre mujer por Baviera y Suiza, pero sin ascender a ningún pico. A mi me impresionó mucho hacer, por carretera, el Furka Pass…
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/8/87/Furkapass_westside.jpg/800px-Furkapass_westside.jpg
Leñe! Ya me ha moderao mi respuesta a Lopekan… Permanescan atentos a sus pantallas… :-P