OCHO QUILATES: UNA HISTORIA DE LA EDAD DE ORO DEL SOFTWARE ESPAÑOL (2 vols.) – Jaume Esteve Gutiérrez
En todas las revoluciones, aunque casi siempre hay un acto que sobresale y pasa a ser el pilar fundamental que se enseña en las escuelas, los orÃgenes son variados, innumerables, peculiares… incluso contradictorios. En muchas ocasiones, en los albores de una revolución, dichos orÃgenes dan lugar a movimientos bien diferenciados entre sà que, a su vez, generan proyectos únicos. Éstos pueden compartir fines o medios, o pueden no hacerlo, pero siempre tienen algo en común: su carácter rompedor. El hecho de que uno termine superando a los demás, no tiene por qué significar que sea el mejor, pero, por supuesto, lo afianzará como pilar básico de su revolución. Afortunadamente, este libro no trata de un pilar básico, sino de los distintos proyectos que nacen en la penumbra periférica con la primera chispa de una revolución.
Ah, mis queridos hislibritas, olvidad a los franceses y a los yanquis, desterrad a Carnot y a Clapeyron de vuestra mente, borrad las máquinas de vapor que se han formado en las nubes de vuestra imaginación, agitad los brazos sobre vuestra cabeza para poder disiparlas adecuadamente. Hablamos de otra cosa bien distinta, algo que puede parecernos baladÃ, algo Ãnfimo en la Historia de la TecnologÃa, aún más insignifcante para la Historia General… pero hermoso a su manera, ¡el gran salto del amante de la informática! Un minúsculo paso para la industria, una pequeña bola de nieve que se hizo inmensa, hasta dar lugar al mundo interconectado en el que vivimos, haciendo posible que leas estas lÃneas. Posibilitando que te diga que, una vez, existió una Arcadia feliz, infinita, cuyos parajes se moldeaban a base de unos y ceros, un vasto universo de posibilidades… que cabÃa en 1 kB.
Nuestra Historia comienza en el año 1980 de nuestra era. Guardad silencio, puesto que nuestro mundo aún duerme, no sabe que se ha desatado la revolución y no queremos que se altere. Dejemos que pasen dos años, para que termine por darse por aludido. Ah, esto es otra cosa, ¡qué movimiento, qué ebullición, qué alboroto! La comunidad informática, la de los amantes de los chismes mecánicos y electrónicos, la de los amigos de los primeros recreativos y la de los cientÃficos raritos ya están como querÃamos: perfectamente revolucionadas. Nuestro particular Prometeo ha robado el fuego de IBM, ha alargado el brazo y se lo ha entregado al hombre de a pie. Además, ha mejorado la primera receta de este bien tan preciado y, no contento con eso, ha prometido que 1982 llenará la Arcadia de colores. Pero yo prometÃa, a mi vez, que iba a hacer que este mundo fuera aún más pequeño… ¡Ya está, ya lo tengo! No todo el mundo está revolucionado. Hay una pequeña región a la que no ha llegado el fuego, donde la gente vive feliz sin saber que necesita algo asà como una reacción exotérmica con oxÃgeno de por medio para ser aún más feliz. Esa tierra adormilada se llama España.
En esta obra, de la que no esperaba nada y que me sorprendió tan gratamente, Jaume Esteve consigue condensar de una manera magistral el nacimiento de la industria del videojuego español, cautivando incluso al ignorante y totalmente desinteresado por estos temas que yo era (desinteresado, ya que sigo siendo un ignorante) hasta que me topé con ella.
Partiendo del nacimiento del primer ZX, su llegada a España y la aparición del primer videojuego genuinamente español, y saltando como una pulga de una compañÃa pionera a otra compañÃa pionera, de brillantes chavalines soñadores a empresarios abiertos de mente, pero pragmáticos, Esteve desgrana los primeros cuatro años de un software muy meritorio y entrañable, el nuestro, poniendo fin a este primer volumen con la aparente consolidación de las primeras empresas del mundillo.
Escrita con la pasión propia de un enamorado, no se hace pesada en ningún momento y cierra en un trepidante 1986 que nos deja con ganas de más.
Ocho Quilates: una historia de la Edad de Oro del software español (1983-1986), de Jaume Esteve Gutiérrez. Barcelona, Star-T Magazine Books, 2012, 284 pp.a
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La aparente estabilidad de las empresas nacidas de la ilusión de unos pocos programadores bisoños y geniales no era tal.
Con pocos medios, con pequeños equipos de creadores más que capaces, con mucha garra, y por el mero amor a lo que hacÃan, varios proyectos de la incipiente industria del videojuego patrio habÃan triunfado en la propia España y en el extranjero, codeándose en sus obras con los mejores juegos del momento, pero con dificultades para terminar de cuajar y sobreponerse a los titanes más internacionales. Al fin y al cabo, la escasez de medios es algo que siempre se hizo notar: el mayor aliciente a la creatividad y, a la vez, el peor enemigo del software español.
El segundo volumen de la obra de Jaume Esteve se centra en el apogeo y la culminación del viaje español a través del mundo de los 8 bits, con la obra maestra de unos jovencÃsimos Paco Menéndez y Juan Delcán como cumbre, y en la paulatina decadencia de los estudios españoles, que tuvieron grandes dificultades para dar el salto al mundo de los 16 bits y, posteriormente, al de los primeros ordenadores como hoy los conocemos.
Sin llegar a ser tan alegre como la primera parte, por la crudeza que la profesionalización supone incluso para aquellas empresas cuyos orÃgenes fueron más desinteresados y cuyos ambientes de trabajo eran más amables y heterodoxos, no deja de ser un libro bonito, capaz de apreciar las luces entre las sombras. Que un viaje termine antes de lo deseado no significa que carezca de alegrÃas, y el autor sabe contraponer los grandes logros y el mérito de los creadores españoles a un hundimiento ineludible que supieron capear hasta la muerte última del mundo de aquellas microcomputadoras que les habÃan dado alas a principios de los 1980.
Y tampoco llega a ser una crónica triste por culpa del cariz brusco o abrupto del colofón de aquella época trepidante. Como otras buenas historias, también sabe poner el punto final en el germen de una nueva esperanza, convirtiendo el fin del mundo de los 8 bits en un simple punto y aparte en el universo del software. Entre las cenizas de un mundo que se apaga, se intuyen los primeros brotes de nuevos proyectos: algunos de nuestros amigos se sobreponen, salvando los muebles, mediante el trabajo para terceros en el mundillo de las recreativas; otros saben reconvertirse y volverán más fuertes en próximas entregas; otros cierran una etapa y se retiran del entretenimiento para trabajar en algo nuevo con el placer de haber vivido, ganado y perdido.
¿Qué más se puede pedir? Pues, que Esteve siga deleitándonos con más, y más, y mucho más.
Ocho quilates: una historia de la Edad de Oro del software español (1987-1992), de Jaume Esteve Gutiérrez. Barcelona, Star-T Magazine Books, 2016, 456 pp.
Me parece un tema muy entrañable y muy de mi infancia/adolescencia, siempre son bienvenidas estas reseñas que se salen un poco del tópico de la web. Y bienvenido Doc al mundo reseñistico, que no sea la última.
SÃ, al final se llevó a todos por delante las Playstations, el Mario Bros y su puñetera madre… ;-)
Nunca les he visto la gracia a los videojuegos (ni a la informática en extenso, por cierto). Aún recuerdo aquél juego de las 2 barras y la pelota que se conectaba a la TV y que no pasaba de ser, como los subsiguientes, una historia predeterminada y poco sujeta a la imaginación. O igual es que soy y he sido demasiado viejo para estas gaitas.
Efectivamente Clodoveo, será la edad. Yo soy muy joven, porque veo que el primer libro concluye en el 86, cuando el menda tenÃa 5 años, y el segundo en el 92, cuando tenÃa 11. Y, aunque ya andaban los videojuegos por casa (aquéllos disquettes, que recuerdos), yo ya fui jugador de CD-ROMs.
Aún asà es una reseña que se sale fuera de lo común, y que también es Historia, Historia reciente pero Historia…que ya tenemos una edad. Asà que felicidades por la reseña Doc.
Los tiempos de la Pulga, La abadÃa del crimen,…
Obviamente no podÃan competir con las grandes multinacionales que se estaban creando, pero si lo pensamos serÃan hoy en dÃa los Indie que tienen un nicho ante el agotamiento de ciertos modelos empresariales en los videojuegos.
Gracias a todos, con mucho retraso.