NAPOLEÓN EN EGIPTO – Paul Strathern

NAPOLEÓN EN EGIPTO - Paul Strathern«Los griegos no inventaron nada.»

Dominique Vivant. Barón du Denon.

Napoleón en Egipto. Egipto y Napoleón. Uno de los lugares más exóticos del mundo. Uno de los más grandes líderes militares y políticos en su juventud. ¿No es una combinación irresistible?. Y no es solo la temática. Este es de esos escasos y apreciados libros donde el autor ofrece exactamente lo que promete: Nada de versiones resumidas, nada de planteamientos supuestamente originales, nada de revisión desde el punto de vista de la estadística moderna o del precio de las cebollas en Damasco. Es, clara, documentada y bellamente escrita, una descripción pormenorizada de la expedición francesa a Egipto y Siria y de quienes la llevaron a cabo.

Es la atracción de oriente, pero también su realidad. El sueño de Napoleón, y su pesadilla. Una idea gloriosa que nace de la fantasía y termina enterrada por la realidad. Oriente, Egipto, no es una tierra de princesas ni riquezas. La población es un tercio de la que vivía bajo el látigo de los faraones. Todo tipo de enfermedades campan por sus respetos, y la explotación agrícola es tan deficiente y carente de organización que una tierra tan reputada por su fertilidad no puede alimentar ni siquiera a un número tan exiguo de pobladores. Su retraso queda reflejado en un solo dato: Los franceses, entre otros avances, les descubren la carretilla a los egipcios.

En su camino hacia la victoría, Napoleón envía al General Desaix para expulsar a los mamelucos hacía el desierto. 3.000 soldados franceses emprenden una campaña de una dureza excepcional, acompañados de un hombre que les asegurará la eternidad: Vivant Denon, el encargado de redescubrir al mundo las maravillas olvidadas de los grandes faraones. También se relata la frustrante y catastrófica campaña de Siria, el primer gran fracaso de Napoleón, y un pozo de horrores y sufrimiento que alcanzarán su cénit frente a las murallas de San Juan de Acre.

El libro, como los buenos libros de historia, está lleno de anécdotas y curiosidades. Por ejemplo, Napoleón llevó consigo tres imprentas a Egipto, con tipos latinos, sirios y arábigos. La imprenta de tipos arábigos fue la más difícil de obtener, y solo se encontró una en toda la Europa francesa: La del Vaticano. Es más, era la primera imprenta en Egipto, donde los mamelucos nunca habían destacado por sus intereses culturales. Se convirtió también en la tercera imprenta del Imperio Otomano. Napoleón recibió en Egipto el apelativo de Sultán El-Kebir, «El victorioso» aunque nunca logró una adecuada relación con los nativos a pesar de sus deseos, y de la aureola favorecedora que les daba a los franceses ser enemigos del cristianismo en general y vencedores del Papa en particular.

En fín, así de simple. Uno de esos libros redondos que agota la cuestión sin agotar al lector.

Y así lo escribo ante los muros de San Juan de Acre, el 10 de Ventoso del Año 219 de la República Francesa.

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28 comentarios en “NAPOLEÓN EN EGIPTO – Paul Strathern

  1. Hindenburg dice:

    ¿ Que se podia esperar de unos gabachos dando tumbos en el desierto y disparándole a la esfinge en nombre de la Libertad, la igualdad y la fraternidad, enmedio del estupor de los nativos egipcios? Pues mas o menos el miso desastre logístico que sufririan en Rusia solo que dando tumbos en la nieve y el barro. Ademas que los nativos rusos eran de armas tomar.

    PD Me ha enternecido lo del precio de las cebollas en Damasco..

  2. Xeo dice:

    Postdata1: Ah, las cebollas, mañifique, pero no sigamos por ese camino que me voy a echar a llorar (¿lo dijo Napoleón ante la campaña de Siria? Francamente, no lo sé).

    Postdata2: Un cebollino como yo se muestra desbordado con tal volumen de libros recomendados. Leo tres libros al mes y voy que chuto. Cuatro si estoy inspirado. Tanto donde elegir y yo cada día perdiendo más vista.

    Posdata3: ¿A quién hay que felicitar por las buenas presentaciones en el encabezamiento de esta página de los libros reseñados por menor orden de antigüedad, que hacen referencia a estos libros (en este caso los franceses con sus monturas), y que me encantan?

  3. lola2 dice:

    Lo he tenido en mis manos varias veces pero tras leer la reseña ya me he decidido a comprarlo. Gracias

  4. Rodrigo dice:

    Y que los boches repitieran la pifia en las estepas rusas, vaya cosa…

    Espléndida y entusiasta reseña. Me encantaría leer el libro. Pero, Uro, ¿no será demasiado decir que el libro agota la cuestión?

  5. Urogallo dice:

    Rodrigo amigo mío, es obvio que nada «agota» la cuestión desde un punto de vista académico. Estoy convencido de que en en algún archivo del ministerio de defensa francés existirá un corpus documental en 3.000 volúmenes que agotará por completo la versión francesa, y que con otros 30 o 40 libros de memorias de oficiales ingleses varios podríamos llegar a tener una visión casi completa del asunto.

    Pero para nosotros, con nuestras limitaciones de tiempo y paciencia, creo que es un libro adecuado, y quiero recordar la apostilla «sin agotar al lector». Sin agotar a un lector normal, claro.

    Lola, me alegro mucho de haberte animado a comprarlo. Creo que este este libro es de esos que se puede recomendar perfectamente a aquellos que están interesados en este tema.

    Y sí, Hindemburg y Xeo, toda la campaña, desde el principio, parece una locura absurda. ¿A alguien se le había ocurrido de verdad plantearse los problemas logisticos que suponía una monstruosidad semejante?.

    Si lo pensamos con fría lógica la campaña de Rusia fué un prodigio de coherencia política y diplomática en comparación.

  6. Rodrigo dice:

    Como uno es de lo más normalito, anotado queda.

    (Disculpa la impertinencia.)

  7. Urogallo dice:

    Por el Ser Supremo y la Diosa de la Razón, que innecesario disculparse por buscar una precisión.

  8. Pere dice:

    Hechos apoteósicos e inconmensurables que no por disparatados han perdido un solo ápice de fuerza evocadora. La imagen inmortalizada en las pinturas de Lejeune de un ejército europeo conquistador marchando por las arenas del desierto sigue excitando mi instinto de aventura y haciéndome perder horas de sueño tras lecturas y videoreportages. Que gesto, que épica, que antecedente de las campañas del AfriKa Korps. También que fracaso militar mayúsculo y absoluto. Pero el diminuto general Bonaparte fue a buscar propaganda y propaganda fue lo que obtuvo. Cuarenta siglos os contemplan, dijo el pájaro, antes de largarse a escondidas y con nocturnidad abandonando a su suerte a uns hombres – sus hombres- que le habían seguido hasta el fin del mundo. La historia sin embargo no le condenó por ello, todo lo contrario.
    Ya que estoy conectado os coloco dos batallitas particulares que la reseña me trae a la memoria. La primera es el tiempo perdido en El Cairo intentando buscar algún museo, un objeto de merchandissing, algo, que recordara la famosa expedición francesa y no encontrar nada de nada salvo las caras de sorpresa de los árabes al mencionarles la cosa que estaba buscando: “Napoleon in Egypt?” “French in Pyramides?”, “No, no, never, never”. En la memoria del Egipto actual estos hechos no han existido. Ni siquiera en el pintoresco Museo de Guerra egipcio se hace ninguna mención de la campaña de la Republique en esas tierras. Amnesia total, y relato dedicado en exclusiva a la época posterior a la independencia, cosa muy poco explicable porque el Museo solo te cuenta las hazañas de unas fuerzas armadas que han perdido todas las guerras en que han participado (?), sin que en este caso, a mi modesto modo de ver, la propagando no logre ocultar los hechos. La segunda, mira qué casualidad que hace mes y medio también rondaba yo por Acre, bonita ciudad de la costa de Israel, y estaba transitando por los tétricos pasadizos secretos construidos por los cruzados y pensando en el, por aquel entonces fraile templario, Roger de Flor, otro que menudo pájaro, que según la leyenda convertida en historia por el bueno de Sir Steven Runciman -que por cierto le atribuye al futuro caudillo almogávar nacionalidad catalana (?)- fue el ultimo guerrero cristiano en escapar la noche en que cayó la fortaleza asediada. Deben ser cosas del azar pero a ciertos grandes guerreros les cuesta labrarse un porvenir en esas tierras. El caso es que Roger de Flor escapó en una galera en la que transportaba también a ciertas damas cristianas de fortuna que le habían pagado todo lo que tenían para sacarlas de Acre y llevarlas a tierra segura. Pues bien, parece ser que en cuanto perdió de vista la costa echó las señoras por la borda del barco, se quedó con el oro y se dedicó los siguientes años a la lucrativa actividad de corsario.
    En este caso también la propaganda ocultó y la historia enalteció. Es lo que tienen los héroes.

  9. APV dice:

    Bueno sobre locura absurda Urogallo, los ingleses intentaron repetirlo en 1807 durante su guerra contra los otomanos. Siendo un fracaso absoluto (derrotados varias veces ante Rosetta, cientos se rindieron en Al Hamed y finalmente debieron rendir Alejandría).

    Y en 1831 Mehmet Alí desde Egipto lograría ejecutar esos planes invadiendo Levante y Siria y llegando a invadir Anatolia.

  10. Urogallo dice:

    Cierto APV, una derrota estrepitosa que se relata en la biografia de Mehmet Alí ( El último Faraón) pero en NINGUNA fuente inglesa que yo haya localizado.

    Bravo Pere. Interesantísimo lo que nos cuentas. Aparte de que Egipto habrá reconstruido su historía,como cualquier país, parece que el filón que podría haber supuesto el turismo napoleónico les sobra.

  11. APV dice:

    Digamos que a los ingleses no les gusta dar publicidad (aunque creó que hay cartas de Frazer) al hecho de fracasar donde Napoleón triunfó, por cierto Alexander Mackenzie-Fraser que mandaba la expedición moriría durante otra desastrosa expedición en Walcheren en 1809 de enfermedad.

  12. Pere dice:

    En cambio los astutos empresarios hebreos tienen muy claro que no se van a dejar pasar ni una. En las rutas que recorren los tours por la costa israelí están presentes monumentos históricos del ejercito francés , referencias verbales continuas de los guías turísticos, muñequitos con el famoso bicornio en Jaffa para que los turistas se hagan la foto de rigor – y no un muñequito sino varios, hasta que uno se pregunta la razón de tanto y tan elaborado entusiasmo: para rellenar las peregrinaciones de temática cristiana de los europeos o para introducir otros motivos de interés visto que el cristianismo va de baja en Occidente?

  13. Urogallo dice:

    Bueno Pere, para aprovecharlo todo. ¿Por qué dejar escapar un solo turista?. Yo creo que el turismo en Egipto ( Y lo digo sin haber estado nunca) es tan masivo gracias al encanto de los faraones que olvidan muchas otras posibilidades. Muchas, pero no todas, al parecer hay viajes organizados para admirarse en los campos de batalla del Afrika Korps.

    Pués si APV, en un país con una obsesión tan saludable por recordar TOOOOODAAAAA su historía, que curioso resulta que esas pequeñas «aventuras frustradas» desaparezcan. Es el mismo caso de las invasiones al río de la Plata…

  14. Tasos dice:

    Gracias Urogallo por la reseña de un libro en el que no había reparado mucho; parece que me va entrando el gusanillo.
    ¿Crees que es un buen complemento al capítulo relativo al tema que aparece en «Las campañas de Napo» de Chandler o es éste el que complementa a Strathern? ¡Difícil ehh!
    La logística, la náutica y los navíos…je, je no será la ultima vez que le traigan sinsabores al Corso y a España.
    Y eso de abandonar a sus hombres está muy feo, sobre todo si no se recuerda y se justifica adecuadamente.

    Muy curiosas las anecdotas, Pere.

    APV: ¿qué alimento les faltará a los ingleses en su dieta que sufren esa amnesia tan furibunda en cuanto a derrotas se refiere? No me lo explico… ;)

  15. Urogallo dice:

    Nooo, no tan dificil. Gustándome mucho el de Chandler ( El otro no lo he leído) no le puede dedicar a la campaña de Egipto todo el espacio que merece, y creo que aún la minimiza en comparación con otras. Creo que el de Chandler es exhaustivo en las cuestiones de Italia y en las campañas posteriores, pero que no le interesa demasiado Egipto.

    Ahora bien, este no analiza detalladamente las batallas, pero ni mucho menos las olvida, solo que se nota que no es un experto en ese campo.

    Por cierto que entre dos citas, elegí la de Denon, aunque había una de Kléber que ya profetizaba el carácter de Napoleón: «Es uno de esos generales que necesita 10.000 hombres nuevos al mes».

  16. APV dice:

    Serán colas de pasas Tasos, digamos que prefieren inflar su éxitos y olvidar sus desastres.
    Precisamente esa estrategia de desembarcos puntuales durante las guerras napleónicas acabó siendo criticada en Inglaterra porque no lograban casi nada a un coste elevado, de no ser por lo sucedido en España no entran en el continente en décadas.

  17. Tasos dice:

    Uro; con lo de «El otro no lo he leído» ¿te refieres al de «Los mariscales de Napoleón» de Chandler? No está todavía traducido ¿no? A ver si se anima «La esfera», por ejemplo.
    Estos últimos meses/años han salido varios títulos de Napo y Egipto pero algunos son un tanto esotéricos ¿verdad? ¿Sería este el más recomendable en lo que a la campaña se refiere?

  18. Urogallo dice:

    No, me refería al de Starthern. Ese de los mariscales no sabía ni que existía, deber estar genial. Vendría genial, sinceramente.

    Uffff…Esotéricos es poco. Yo no he visto uno potable anterior a este, pero bueno, tampoco quiero ser muy tajante, porque no creo que controle toda la bibliografía. Pero este, de lo que yo puedo hablar, es lo mejorcito que conozco. Es muy, muy exhaustivo en todos los detalles de la expedición. Quizás en comparación los sucesos estrictamente bélicos, que no se ocultan, quedan un tanto apartados, pero por ejemplo, la batalla de Abukir la relata pormenorizadamente en algunos puntos.

  19. Josep dice:

    Lo de la memoria selectivaa británica sí que es curioso. El otro día estaba hablándome alguien sobre la Armada Invencible y tuve que puntualizar que en el mismo período los ingleses perdieron (al menos) dos flotas iguales a manos de los españoles. O sea, que mucho «qué malos marinos son los españoles» y mucho «qué forma tan tonta de dar los cargos en la armada por motivos de sangre vieja», pero en ese período vamos dos a uno a nuestro favor.

  20. Davout dice:

    Gracias por la magnífica reseña Uro. No la había visto aún, perdón ,perdón. Voy por la mitad del libro y efectivamente merece mucho la pena. Por cierto, el de los mariscales de Chandler es muy bueno, debería estar traducido.

  21. Urogallo dice:

    Me alegro que te haya convencido la reseña Davout. Hay tantos títulos básicos sobre la Era Napoleónica sin traducir que me sorprende que haya aparecido uno de tanta calidad como este.

    De todas formas, ya que el libro de Waterloo de Hofschroer terminó como saldo, no se yo si las editoriales tendrán muchos incentivos para publicar material sobre el vuelo del Aguila.

  22. Davout dice:

    Si Dios quiere lo termino esta semana. Ya voy por San Juan de Acre. Pocos libros en español hay tan buenos sobre Napoleón. Delicioso.

  23. Iñigo dice:

    Que buena lectura, hoy me he comido 200 páginas sin pestañear… Vaya aventura llena de triunfos y sueños no realizados… y vaya ego el del emperador. La figura que más me ha impresionado ha sido la del general Desaix… vencedor en Egipto y héroe fallecido en Marengo… Super recomendable su lectura.

  24. Urogallo dice:

    La verdad que es mejor que una novela de aventuras.

  25. Rodrigo dice:

    De verdad que es un libro redondo, por lo menos en la primera mitad (lo que llevo leído). Combina perfectamente el rigor con la amenidad por lo que resulta del todo satisfactorio. Antecedentes, contexto, personajes, el desarrollo de la campaña, en fin, todo lo que concierne al tema aparece en general muy bien delineado, y encima se lee con placer.

    Escenas destacables hay por doquier, como la de Napoleón discutiendo sobre lo humano y lo divino con los sabios que completan la expedición, a bordo de la nave que los transporta (Napoleón imponiéndose sobre los demás, en realidad). O la de la escaramuza en el Nilo, cuando un matemático ya cargado de años ayuda a los combatientes con las armas mientras que uno de sus colegas se llena los bolsillos con piedras: prefería hundirse en el río antes que caer en manos de los mamelucos. Ni hablar, lo de los mamelucos: estupenda caracterización histórica de esta especie de casta guerrera, de papel más bien nefasto para los egipcios.

    Muy buen libro.

  26. Urogallo dice:

    No puedo estar más de acuerdo. Lo he releído fragmentariamente en alguna ocasión, y tengo que decir que es de los libros que más he disfrutado y que más me han satisfecho al tratar un tema. Especialmente un tema que me ha fascinado de tal manera como esta expedición.

    Y encima se ha vendido en alguna ocasión de saldo, con lo que además he podido regalarlo.

    Maravilloso libro. Una recomendación absoluta.

  27. Rodrigo dice:

    Justamente, tuve la suerte de encontrarlo en saldos y me lo llevé enseguida. Por acá casi nunca saldan libros de este tipo.

    Maravilloso, es cierto. Lo complementé en su momento con un libro breve de Daniel Meyerson, La pasión por Egipto (Ediciones B), sobre Napoleón, Champollion y la piedra de Rosetta. (El titulo original no tiene desperdicio: “The Linguist and the Emperor”.)

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