MARRUECOS, ESE GRAN DESCONOCIDO – María Rosa de Madariaga

9788420610160Sobre el Protectorado español en Marruecos (1912-1956) existe una amplia bibliografía (y no pocas novelas ambientadas en ese espacio y ese tiempo), pero para mí el tema siempre lo vi con una cierta distancia, no contándose entre mis intereses… más allá de ubicarlo como un escenario, a priori al menos para mí, secundario. Y sin embargo es imposible concebir la historia española de la primera mitad del siglo XX sin conocer la historia de la creación, desarrollo y evolución de la política española en el norte de África. Básicamente porque marcó gran parte del reinado de Alfonso XIII, antes y después del desastre de Annual (1921), y fue determinante en el golpe militar de 1936, que precisamente comenzó, el 17 [de julio] a las 17 [horas] en el Protectorado, y de aquí partirían las tropas facciosas que invadirían la península y tratarían de consolidar una asonada que fracasó como pronunciamiento clásico pero abrió la senda para una cruel guerra civil en los dos años y medio siguientes. Por tanto, el tema del Protectorado español es importante, y el hecho de que cayera en mis manos el libro de María Rosa de Madariaga, que leo con cierto retraso, ha sido una oportunidad perfecta para indagar en la historia de este período y de este ámbito.

María Rosa de Madariaga no es la primera vez que se acerca a tratar el tema del Protectorado español en Marruecos, al contrario: su obra se ha centrado especialmente en este tema, tratado, dentro de su amplia producción historiográfica, en obras como Los moros que trajo Franco… La intervención de tropas coloniales en la Guerra Civil española (Ediciones Martínez Roca, 2002), En el Barranco del Lobo. Las guerras de Marruecos (Alianza Editorial, 2005), España y el Rif. Crónica de una historia casi olvidada (UNED, 2008) y Abd el-Krim el Jatabi. La lucha por la independencia (Alianza Editorial, 2009). Pero ahora, y como suele ser habitual en el mundo anglosajón, ha escrito un libro de conjunto, un manual si se prefiere, que recoge el período del Protectorado, pero que incide también en la situación de la zona en las décadas precedentes (se podría decir, siguiendo el camino trazado por la autora, que desde el inicio de la ocupación francesa de Argelia en 1830). El resultado es Marruecos, ese gran desconocido. Breve historia del protectorado español (Alianza Editorial, 2013). Curioso el título, pues Marruecos, el país heredero y conocido hasta entonces como el Imperio jerifiano, aparece y desaparece al mismo tiempo tras las páginas de este libro; y, por otro lado, breve no es (casi quinientas páginas), pero los especialistas en el tema me dirán (y con razón) que dentro de lo que es la historiografía sobre el tema sí es un libro breve.

Digamos de entrada que se trata de un libro desmitificador, eminentemente versado en la historia política (la economía y la sociedad rifeñas desempeñan un rol secundario en la obra) y que, en palabras de la propia autora, concede «una gran importancia al factor humano, razón por la que me detengo en trazar breves biografías o semblanzas de los personajes más sobresalientes, cuyas actividades y comportamientos son inseparables de los hechos narrados» (p. 19). De hecho, la autora sigue el modelo trazado por Plutarco en sus biografías de destacadas (en su momento) personalidades griegas y romanas hace casi veinte siglos. Y ese es un punto a favor, especialmente si el lector (como es mi caso) conoce sumaria o incluso superficialmente a personajes como los altos comisarios Beigbeder, Varela y García Valiño, el líder rifeño Mohamed ben Abd el-Krim el Jatabi (Abd el-Krim a secas era su padre) o el destacado nacionalista Abdeljalejk Torres, que con el tiempo se convertiría en el primer embajador del ya independiente reino (hasta entonces sultanato) de Marruecos en España (1956), por mencionar a algunos. En segundo lugar, el libro tiene el plato fuerte en los capítulos 4 (“La Segunda República española y Marruecos”), 5 (“La era Beigbeder”), 6 (“Entre la cruz gamada y el Pentágono”) y 7 (“El virreinato de García Valiño”), pues en los tres anteriores la autora no deja de basarse en anteriores obras suyas, como oportunamente remarca en notas a pie de página. Se podría decir que la historia que Madariaga relata y analiza es la del Protectorado finalmente consolidado, tras la larga guerra del Rif y que no concluyó hasta 1928, y hasta la declaración de independencia de Marruecos en 1956. Veintiocho años de historia, en las dos terceras partes de este libro, que nos acercan a lo que la autora no duda en calificar como un desperdicio de vidas humanas, millones de pesetas e innumerables esfuerzos, que apenas beneficiaron a una escasa parte de la minoría de españoles que rigieron los destinos de la Zona española, y en donde (especialmente en época franquista), la especulación, la corrupción y los desfalcos estuvieron a la orden del día.

Para alguien que apenas conoce las vicisitudes del Protectorado en las décadas de los años treinta, cuarenta y cincuenta como es quien esto escribe (sí, ya nos ha quedado claro, no seas pesado…), resulta esclarecedor el análisis de Madariaga, que destaca el esfuerzo de los altos comisarios durante el período republicano, una época en la que se cocía a fuego lento el movimiento nacionalista, con Abdeljalek Torres a la cabeza, entre otros, que pasaron de una cierta colaboración con el régimen republicano a plantear, ya durante el régimen franquista, la idea de volver a unificar las dos zonas, española y francesa, del Protectorado en Marruecos, en busca de la independencia. La política de Franco y sus virreyes y procónsules militares (Orgaz, Beigbeder, Varela y García Valiño) vaciló entre el enfrentamiento con Francia, la principal protectora del territorio marroquí, y el desprecio de los dirigentes locales, con el objetivo de consolidar la presencia española, aunque fuera deficitaria (como se demostraría en época de Varela, acostumbrado a actuar prácticamente por cuenta propia y sin necesidad de pedir permiso a Franco). El resultado, en las décadas finales del Protectorado (de hecho, la época de mayor control del mismo desde su establecimiento en 1912), fue que el territorio fue tratado con mano dura, siguió siendo un reducto para intereses económicos de diverso tipo (la excusa para su creación en los primeros años del siglo XX) y el campo de batalla diplomático del régimen franquista, que explotó la imagen del Caudillo como un adalid del Islam y como el estadista europeo más dispuesto para relacionarse con el mundo árabe pre y poscolonialista que se estaba fraguando). Aunque, claro, ni Torres (que pasó de la aquiescencia con el dominio español a la fina oposición, con un espejismo en la Alemania nazi por medio) ni los dirigentes jalifianos se creyeron a pies juntillas la retórica franquista.

Madariaga analiza con detalle, por ejemplo, las relaciones de Beigbeder, Varela y García Valiño con las diferentes personalidades del entramado jalifiano y cono potencias europeas como Francia y Gran Bretaña, diferentes y en ocasiones discordantes: el impera ut divide de Beigbeder con franceses y británicos, paralelo a la represión del movimiento nacionalista marroquí por parte de Varela (que, no obstante, prefirió recuperar la concordia con los franceses), y el doble juego de García Valiño (el apoyo aparente al depuesto sultán Mohamed V, por parte de los franceses, y la apuesta porque el régimen jalifiano no tendría opción de recuperarse o plantear siquiera la independencia). Es precisamente en el alta comisariado de García Valiño donde Madariaga se entretiene con detalle para tratar la cuestión de cómo las autoridades españolas reprimían el movimiento nacionalista, ya abiertamente secesionista, convencidos de que era imposible que finalizara el Protectorado en Marruecos. La independencia del país vino  a sorprender a Franco y los suyos, quienes, tras la restauración de Mohamed V en noviembre de 1955 y la declaración conjunta franco-marroquí, por la que Francia reconocía la independencia de su Zona del Protectorado en marzo de 1956, forzó a España a reconocer la independencia de la suya apenas un mes después. Quizá si hay que poner una pega al libro es que el análisis termina, en cierto modo abruptamente, con el reconocimiento español de la independencia marroquí, y sin que haya un epílogo o unas conclusiones que haga balance de la experiencia del Protectorado español en Marruecos; al menos más allá de mencionar las «caras largas» de los militares, que no esperaron un resultado tan precipitado. Personalmente, y en un cierto paralelismo con las consecuencias del final de Argelia como colonia francesa, me habría interesado que el libro de Madariaga planteara en unas conclusiones el legado del Protectorado y su influencia en quienes hasta entonces vivieron allí (y lo explotaron, en el caso de la minoría española). Quizá la respuesta sea que, a diferencia de Argelia, el Protectorado nunca fue una provincia más de España ni tuvo una amplia población española allí afincada, como sí fueron los pied-noirs franceses.

Sea como fuere, estamos ante un libro que probablemente se convierta en obra de referencia sobre el Protectorado español en Marruecos, que sintetiza diversas tendencias historiográficas y que abre la puerta a y al mismo tiempo sigue la senda de estudios (y tesis doctorales, algo que me consta) que traten aspectos diversos de un episodio de la historia contemporánea de España.

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11 comentarios en “MARRUECOS, ESE GRAN DESCONOCIDO – María Rosa de Madariaga

  1. Trecce dice:

    Siempre interesante tema.

  2. Farsalia dice:

    Un estupendo libro, vale la pena.

    El jefe se ha «apropiado» de mi reseña, pero no se lo tendremos en cuenta. :-P

  3. Rosalia dice:

    ¡Ahhhh, me encanta…! (El tema, el libro, la autora y el comentario)
    Mis más sinceras felicitaciones por traer esta obra de quien es una de las máximas autoridades en la materia
    …Aunque…
    Me da la sensación de que puede ofrecer una lectura ideologizada sobre el tema. ¿No?
    Lo señalo por esa consideración de que fueron miles de vidas y de dinero «tirado», ¿me equivoco? (algo que, por otro lado, he escuchado de la propia autora en alguna conferencia). Lo señalo porque también cabe la posibilidad de que el desarrollo del Protectorado no fuese de un modo tan rotundamente deficitario…
    Sea como sea, prometo hacerme con el libro.

  4. Farsalia dice:

    También se lo he oído en un simposio. Que no le tiene simpatía a los gobernantes del Protectorado desde 1936… no hay duda. Según sus datos, el mantenimiento del Protectorado era deficitario… aunque también es cierto que no entra en detalle sobre la economía del mismo (a diferencia de otros libros).

    El libro merece una buena lectura como obra general.

  5. ARIODANTE dice:

    Ya decía yo que se me hacía raro que Javi escribiese una reseña, y más, sobre un tema como este….Farsalia, a ti si que te va. Y la reseña es excelente. Yo he leído esporádicamente algo sobre el Protectorado, pero o era novela, relatos o reportaje de viajes. Nada tan sólido como esto que nos propones. En fin, veremos…

  6. Farsalia dice:

    Yo se la cedo, así descansa de griegos… :-P Gracias, chic@s. No dudes en echar un vistazo al libro de Madariaga, Ariodante, si te apetece una mirada general sobre el tema.

  7. José Sebastián dice:

    Felicidades por tan completa reseña. Coincido en que se trata de una muy buena obra para neófitos – como es mi caso – en el tema del Protectorado. Me gustó y mucho. Sí me había interesado por el Sáhara (extraordinaria «La Historia prohibida del Sáhara Español» de Tomás Bárbulo) o por Ifni (muy recomendable «Ifni: La guerra que Franco silenció» de Gastón Segura Valero.

    Saludos

  8. Farsalia dice:

    Lo mismo me sucedió a mí, José Sebastián: neófito en la materia, el libro me resultó muy ilustrativo.

  9. David L dice:

    Gracias por la reseña farsalia, interesantísima como siempre. Con respecto a la autora tengo el “corazón partío” que se dice….dos libros he leído de ella, uno me pareció muy bueno, “Los moros que trajo Franco”, un trabajo sobre estas fuerzas de choque africanas que tanto valor tuvieron para los ejércitos sublevados y, el otro, titulado “En el Barranco del Lobo. Las guerra de Marruecos”, no me gustó tanto, creo que en este último se dejó llevar en más de una ocasión por una cierta fobia hacia la presencia española en Marruecos, discutida y discutible siempre, no terminó de convencerme muchos de los argumentos que ofreció María Rosa de Madariaga.

    Un saludo.

  10. Farsalia dice:

    ¿Desempate con el tercero? A ver qué te parece si cae en tus manos… ;-)

  11. Farsalia dice:

    Ayer falleció María Rosa de Madariaga a los 85 años. STTL.

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