LA NOCHE QUEDÓ ATRÁS – Jan Valtin
Las elecciones para la Asamblea Nacional realizadas en Alemania en 1919 reflejaron un amplio apoyo para los partidos que aprobaron la constitución democrática, de reciente gestación (unos 25.7 millones de votos contra cerca de 4.7 millones para los partidos que la condenaron). En las últimas elecciones libres para el parlamento alemán, en noviembre de 1932, el panorama era muy distinto: el frente democrático reunió un total de 13.3 millones de votos, bastante menos que los 21.3 millones de votos que sumaron los partidos extremistas (de derecha y de izquierda). Dramático contraste ofrecido por Richard Krebs, alias Jan Valtin, para demostrar lo que valía la democracia en lo que, hoy sabemos, eran los estertores de la República de Weimar. La noche quedó atrás es la autobiografía de uno que no sólo se contó entre los desafectos a dicho régimen sino que trabajó muy activamente por derribarlo. Es, el libro reseñado, el testimonio de un militante del partido comunista alemán, agitador y agente del KOMINTERN (la Internacional Comunista), convertido en agente doble después de caer en manos de la GESTAPO. Publicado originalmente en 1941, Krebs lo firmó con uno de sus seudónimos «de combate».
Richard Krebs (1904-1951) era hijo de un alemán de origen humilde, funcionario de bajo rango en el área portuario-náutica, afiliado al partido socialdemócrata y ferviente sindicalista; su madre era de nacionalidad sueca, mujer piadosa y de mentalidad doméstica. Fue una familia trashumante: el padre era asignado y reasignado de continuo a los más variados destinos en el extranjero, y con él se trasladaban –navegando en segunda o tercera clase- su esposa y los hijos del matrimonio, de los cuales sólo el mayor, Richard, nació en Alemania (una hermana nació en Hong Kong, otra a bordo de un vapor entre Suez y Colombo y un hermano en Singapur). Richard recibió sus primeras lecciones en el Colegio Alemán de Buenos Aires; el estallido de la Gran Guerra sorprendió a la familia en la ciudad de Génova. Krebs/Valtin se congratula de esta trashumancia, puesto que de ella adquirió afición a la literatura de viajes y exploraciones, el deseo de ver mundo y un profundo rechazo de las fronteras antes mentales que geográficas del nacionalismo.
Krebs/Valtin tuvo un temprano estreno en el terreno político: reclutado por la Liga de Jóvenes Espartaquistas (la Liga Espartaco fue el antecedente directo del PC alemán), hizo de correo de la marinería amotinada en noviembre de 1918. Huyendo del aplastamiento de la fallida revolución alemana, en febrero de 1919 se embarcó en Hamburgo como grumete, iniciando una carrera de marinero y aventurero que, como antes de la guerra aunque por distinta causa, lo llevaría a los más apartados confines del mundo. Trabajó en minas de cobre del norte chileno, probó a ser ballenero –sin éxito-, hizo de extra en un par de películas estadounidenses… Afiliado en 1923 al partido comunista alemán, realizó labores de contrabando y agitación para el KOMINTERN en buques y puertos de todas las banderas. Tras «mil días» de encierro en la prisión de San Quintín, California, en 1931 se hallaba de vuelta en Alemania; revólver en mano y el ánimo enardecido, participó en actividades de terrorismo y subversión orientadas a socavar las bases de la precaria democracia alemana. (Eran los días en que el PC alemán se confabuló con el partido nazi para provocar el desmoronamiento de la coalición weimeriana).
En varias ocasiones a lo largo del libro, Krebs registra el ofuscamiento de los comunistas de la época, empecinados en tener por principal adversario no a los nazis sino a la socialdemocracia, el partido más identificado con la República de Weimar. El autor era en 1931 un militante demasiado disciplinado como para cuestionar la alianza temporal de su partido con los nazis, pero pronto experimentó el choque con la realidad soviética, en un breve paso por Murmansk (costa ártica rusa) y Leningrado. En vez del paraíso del proletariado alardeado por la propaganda bolchevique, lo que vio fue miseria, insensibilidad para con el sufrimiento humano y una exasperante incompetencia. Aunque Krebs insinúa una imputación de los defectos del sistema soviético al carácter eslavo, este sería en definitiva su primer atisbo de desencanto del comunismo.
Una vez que los nazis ascendieron al poder, Krebs pasó a la clandestinidad. Época sórdida, sólo atenuada en su crudeza por la cálida historia de amor con una joven a la que Krebs llamó Firelei (nunca sabemos su nombre legal). Firelei se distanció de su muy conservadora familia por amor a Krebs y trabajó para el departamento de propaganda del KOMINTERN; sin embargo, nunca se adhirió en pleno al comunismo ni compartió la ciega devoción de Krebs por el ideal revolucionario.
Fueron tiempos de miedo y miseria, de quebranto y traición. Capturado por la GESTAPO en noviembre de 1933, Krebs fue torturado y encarcelado. Transcurrido un tiempo en prisión, simuló abjurar de sus convicciones comunistas y se ofreció para realizar labores de espionaje en favor de un régimen al que, en su fuero interno, aborrecía por completo. (Según relata, supo convencer al mismísimo Heinrich Himmler, jefe de las SS). Convertido en pieza clave del contraespionaje del KOMINTERN, era en sus propias palabras un «hombre libre encadenado»; muy pronto su fe en la causa comunista se resquebrajó ante la negativa de sus superiores a ayudarlo a sacar de Alemania a Firelei y el hijo de ambos –nacido en 1933-. Krebs comenzó a dudar tanto de sus jefes inmediatos como de Stalin, y a cuestionar la bondad de una causa que exigía de sus adherentes un sacrificio incondicional (por no hablar de la inmolación de millones de vidas en aras de un proyecto que, en la misma «patria de los trabajadores», iba pareciendo cada vez más quimérico). A tales alturas Krebs había dejado de ser el joven de fe inquebrantable que había asaltado recintos policiales y combatido en las barricadas, y ya no estaba dispuesto a asesinar por orden del KOMINTERN. Resuelto a romper con todo, tanto la GESTAPO como la GPU (la policía secreta soviética) lo pusieron en su mira.
Krebs escribió su autobiografía poco después de refugiarse en los EE.UU. El relato es vibrante y dramático de principio a fin, pletórico de acontecimientos (de los que la síntesis previa es apenas un grueso brochazo). Con la perspectiva inmediata y a ras de suelo de alguien que no fue mero espectador sino protagonista menor del drama alemán, el del período de entreguerras, el libro ofrece una cabal ilustración de lo aseverado por el historiador Eric Weitz: «Incluso en las mejores circunstancias imaginables, poner en marcha una democracia avanzada en Alemania habría supuesto una tarea más que ardua por el acoso de las poderosas fuerzas antidemocráticas que dominaban el espectro político y social» (Weitz, La Alemania de Weimar, p. 155). En definitiva, un sobrecogedor testimonio de un período turbulento como pocos.
El libro fue un superventas en los EE.UU. Seix Barral ha reeditado la versión que Noguer y Caralt lanzara en 1969 (la primera en el mundo de habla catellana). Contiene, por desgracia, algunos errores de traducción, como atribuir en apariencia la autoría de la Canción de Horst Wessel al propio Wessel (militante nazi asesinado en cuyo honor se creó la canción, verdadero himno nacionalsocialista: p. 220), o poner «Cien Negros» en vez de «Centurias Negras» (bandas terroristas de extrema derecha en la Rusia zarista: p. 437).
Jan Valtin, La noche quedó atrás. Seix Barral, Barcelona, 2008. 782 pp.
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Interesante libro y no menos interesante reseña. Gracias, Rodrigo, por ilustrarnos con ella.
Espléndida reseña, Rodrigo, sobre la vida de un personaje que parece más apasionante que muchos de los que, con la escusa de la IIGM, tienen permiso para deambular desvergonzadamente por las páginas de Hislibris.
Mira si será buena, que has conseguido interesarme en un tema en el que nunca hubiera pensado hacerlo. ¿Cuándo y cómo consiguió llegar a los USA?¿Lo hizo solo o con la famila? Danos algún detalle más, por favor.
(Sólo para Jerufa) Escusa: provecho y ventaja que por especial condición y pacto disfrutan algunas personas según los estilos de los lugares.
Gracias a ustedes, compañeros.
Bueno, Pepe, considerando que el libro se deja leer como una buena novela, con dosis de aventura, acción y suspenso, no quise referirme en la reseña a detalles como los que me pides. Pero tanto da:
Krebs suspende la narración poco después del episodio de su fuga desde una casa de seguridad de la GPU, en las afueras de Copenhague. En Bélgica se entera de dos cosas: que el KOMINTERN lo ha calumniado ante el mundo comunista señalándolo como agente de la GESTAPO, omitiendo su labor de contraespionaje, y que Firelei ha muerto en una prisión alemana tras ser capturada por la GESTAPO. Nada sabemos de la fecha exacta ni del modo en que llegó a los EE.UU, siendo posible conjeturar que su arribo debió ocurrir entre fines de 1938 y 1941 (año en que publicó su libro).
Hay un breve epílogo escrito por uno de los dos hijos que tuvo Krebs con su esposa estadounidense. En él se informa que Krebs se alistó en el Ejército estadounidense y combatió en el Pacífico, en la IIGM (fue condecorado por su valentía). En 1946, una organización internacional –de refugiados o algo por el estilo, no recuerdo bien-, localizó a Jan, el hijo de Firelei y Krebs. Un tiempo después se reunió con su padre en los EE.UU.
Krebs fue juzgado por el Comité de Actividades Antiamericanas, pero fue absuelto. Obtuvo la ciudadanía estadounidense en 1948.
Gracias, Rodrigo, decididamente una biografía apasionante, a pesar del poco interés que parece haber despertado entre los parroquianos, que se inclinan más por Todo lo que debe saber sobre la cocina en el Tercer Reich o el exitoso poemario Flor nacionalsocialista de romances viejos.
Sólo por esta frase Krebs/Valtin se congratula de esta trashumancia, puesto que de ella adquirió afición a la literatura de viajes y exploraciones, el deseo de ver mundo y un profundo rechazo de las fronteras antes mentales que geográficas del nacionalismo ya me ha resultado especialmente sugerente esta biografía.
Es verdad que viajar es uno de los mejores antídotos contra ciertas fronteras mentales. Lo único que me desazona un poco es el número de páginas de la misma, sabiendo lo que tengo pendiente de lectura. Además, aún no me he lanzado con tu querido «Vida y destino», Rodrigo.
Haces mal en dirigir tu atención hacia estos mamotretos, Valeria, teniendo a tu disposición en todas las librerías la biografía no autorizada de Richar: Imito el mito con mi palmito, lo admito, y a las pruebas me remito.
El titulo lo eligió Pepe…
Pues sí que promete, el título.
Valeria, entre la novela de V. Grossman y el libro de Valtin no hay por dónde perderse.
A no descorazonarse por el torrente de personajes en Vida y destino, ¿eh?
Saludos.
Has tenido suerte, Pepe. Me he leído la reseña de Maese Rodrigo, a quién felicito efusivamente por ella pero anuncio que no leeré en tanto en cuanto tenga deudas pendientes con Vasili Grossman.
Decididamente, tengo un diccionario más bien mediocrillo. Pues no que como segunda acepción pone «Excusabaraja»? En colombiano, eso sí, para más detalle.
¿Me podrías explicar ese ¿tercer? significado?
Disculpas de nuevo a Maese por empantanarle la reseña.
Querido Jerufa, no te voy a explicar nada, que todo está a tu alcance en el DRAE, pero sí te voy a regalar un enlace a un reciente artículo de Javier Cercas que me ha gustado mucho y que tiene que ver con los diccionarios obsoletos. Ya me dirás que te parece.
http://www.elpais.com/articulo/portada/nueva/vida/elpepusoceps/20091018elpepspor_2/Tes
Qué dura la vida de un diccionario, y nosotros sin percatarnos. Triste final para la decimonovena.
¡Uf! acabo de comprobar que en la biblioteca del centro, tengo la vigésima primera edición, del año 1992, y buscadas la famosas palabras del articulo de Cercas, estan subsanados los «errores» aún no necesito separarme de él….. acabo de encontrar un verbo graciosísimo: esforrocinar.
Aprovechando que el pitufo entra de higos a brevas os confesaré algo: a Arauxo le gustan los tríos. Alterna la vigésima primera con María Moliner.
Degenerado (o esforrocinado)…
Ya sabía yo que el verbo te iba a gustar, Marciana.
Rodrigo, urge reconducir este hilo que está derivando en cuestiones de una trascendencia muy inferior de la que tu reseña merece. Para ello, propongo que nos ilustres un poco sobre quien es ese tal Valery del que Cercas cita en su artículo esta frase que hubiera firmado el propio Borges: «Todo está predicho por el diccionario». Hace un par de años Circulo de Lectores publicó una antología de sus cuadernos y no me extrañaría que ya haya caído víctima de tu voracidad lectora. Y a lo mejor Clío conoce sus «Piezas sobre arte» o su «Introducción al método de Leonardo Da Vinci». Por cierto, Ascanio, yo tengo la vigésima, y aún no están corregidos todos los desarreglos que señala Cercas. Lo de la secta me ha recordado el inicio de la última novelita de Mendoza, que por cierto tiene nuevo libro en el mercado.
No importa, Pepe. El hilo estaba resultando muy… hislibreño. Desviacionismo puro.
Sobre Valery soy yo quien debiera recibir ilustración puesto que no sé de él más que algunas generalidades.
Qué buen artículo el de Cercas. Incluye un verso famoso de Pablo Neruda: “Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos” (Veinte poemas de amor y una canción desesperada).
Bueno Pepe, Valèry en casa es como de la familia, uno de los Totem del esposísimo, junto a Goethe, Bachelard, Rilke y alguno más. El cementerio marino su obra más usada, pero leer, he leido poco de él, trozitos de cosas cuando prepara clases o conferencias y por supuesto visitamos su tumba en Sête, como está mandado.
Por fin he tenido algo de tiempo para leer tu reseña, Rodri.
Menuda vida interesante tuvo este hombre (desconocido totalmente para mí).
Una cosilla que me ha llamado mucho la atención ha sido lo de la «Liga Espartaco». Un curioso nombre, que me ha hecho recordar la novela de Koestler, «Espartaco», de trasfondo claramente comunista.
¿Sabes si Koestler se inspiró de algún modo en esta organización para escribir su novela?
Bueno, el trasfondo de esa novela es la crítica del comunismo, Ascanio. Más precisamente, crítica del estalinismo y de la revolución como idea o principio.
En su autobiografía dice que empezó a investigar sobre Espartaco justamente a raíz del nombre del partido o movimiento del que surgió el PC alemán, en una época en que había empezado a desencantarse del comunismo -después de viajar a la URSS-.
Saludos.
Hasta hoy no he tenido tiempo de leer, con un mínimo de dedicación, tu reseña, Rodrigo. Me llamaba mucho la atención porque conocía al personaje, aunque someramente, y me ha hecho recordar precisamente al que nombra Ascanio, Koestler y a tantos de aquellos comunistas que vieron traicionado su fervor ideológico por el choque contra la realidad de la Unión Soviética….desviacionistas todos al fin. Pinta muy interesante el libro, y desde luego los comentarios han sido de lo más «hislibreño».
Cierto, Juan. Como también hubo los que retornaron cantando las alabanzas de la URSS, como G. B. Shaw. En fin.
lei el libro cuando tenia 17 años y estudiaba prepa en mex me marco profundamente ya que participaba en el pcm en la ilegalidad, aparte de este ,cvastillo de arena y tiempo de invierno ¿escribio mas? ALGUIEN ME PUEDE INFORMAR?
Parece que los que nombras son todos los libros que Valtin escribió, Santiago.
Saludos.
Excelente libro!!! Los últimos capítulos son tremendos. Muy buena elección para la reseña Rodrigo.
Saludos
Tremendísimos. Cuando se hizo la noche en Alemania.
Me alegro de que te gustara, Ignacio.
Saludos.
Lo que sí es digno de estudiar es la ceguera con que lo militantes del PC obedecían y corrían mansamente hacia el matadero.
Es increíble que Valtin, luego de sufrir lo que sufrió en la cárcel y haber sido abandonado por el partido, haya traicionado a los nazis con el resustado final de la pérdida de su esposa. Yo me pongo en ese lugar, y los hubiera a todos desde Stalin hasta el esqueleto de Lenín.
Saludos
yo soy muy interezados en todos estos libros ojala y vean este mensaje bueno asta luego
Acabo de adquirir el libro, lo «colaré» en la pila de este verano.
Interesante elección, Juanrio. A ver si al menos no te aburre.
Hola Rodrigo es un gusto saludarle nuevamente soy santiago sanchez de mex. mire lei soldados de salamina de javier cercas y me gusto el estilo ¿podria recomendarme otros libros con este tema y estilo? GRACIAS mi correo edmundoelranchero@hotmail.com
A pesar del aparente intento¿sincero o fingido? de objetividad de esta crítica, o recensión del libro, que no falta de cierta solidez en la exposición de los datos y en los carácteres humanos, aún así adolece de importantes imprecisiones cuanto no contradicciones internas el el discurso, quizá por repetir viejos clichés que deforman la realidad y en el peor de los casos, para servir de abundamiento en la propaganda anticomunista que no cesa;¡no estoy seguro, pero veamos!:
Dice:
-1ª)»En varias ocasiones a lo largo del libro, Krebs registra el ofuscamiento de los comunistas de la época, empecinados en tener por principal adversario no a los nazis sino a la socialdemocracia, el partido más identificado con la República de Weimar…………………………….»
-2ª)»………………cuestionar la alianza temporal de su partido con los nazis………………….»
–3ª)Y antes , escribe lo siguiente:.»………………revólver en mano y el ánimo enardecido, participó en actividades de terrorismo y subversión orientadas a socavar las bases de la precaria democracia alemana. (Eran los días en que el PC alemán se confabuló con el partido nazi para provocar el desmoronamiento de la coalición weimeriana).
—————
«ofuscamiento», «empecinamiento», «principal adversario»,»socialdemócracia, principal partido identificado con la República de Weimar», «.. alianza temporal con los nazis..»( los comunistas, claro), y por fin «el P.C. se confabula con el partido nazi contra ¿»coalición wiemeriana»?.
¿Como se puede estar ofuscado– si bien la cosa habría que denominarla,»estrategia equivocada o errónea» o simplemente «candida»– y luego afirmar que se tiene a los nazis como adversarios secundarios, no principales– cosa que es verdad a medias,por los bandazos y demás factores cambiantes de la Komintern, pero bueno — y pasar a decir que «se confabularon» y hasta hubo «alianza temporal» de ambos movimientos?
esto resulta confuso, contradictorio y mezcla todo un poco, para no explicar la realidad tan compleja que fue aquello, tan novedosa, tan a contracorriente de lo hasta ahora conocido, y por supuesto, los errores trágicos de estyrategia de la internacional comunista, su precaria de medios, sus necesidades imperiosas para defender su mayor objetivo, la defensa de la URSS, que muchas veces, por presión y necesidad, generaba acciones y decisiones que a madio y largo plazo, era contraproducente para ese mismo fin, pero que la urgencia y necesidad del momento le hacía parecer el mal menor y la única salida.
esto sólo es un esbozo de la gran complejidad internacional de esos tiempos y las contradicciones que surgieron en el día a día de la supervivencia, de construir un «Mundo Nuevo», utilzar medios antiguos, buscar instrumentos nuevos y demás realidad dialéctica e histórica sin concesiones para el pensamiento reposado y bien elaborado.¡fueron tiempos de emergencia e improvisación, de fe inquebrantable y tambien de traiciones.
SALUT!
Estimado Rodrigo,
dos de los libros que me han apasionado es éste, «La noche quedó atrás» y «Cien años de soledad». Ambos los leí a los 16-17 años de edad. Es imposible parar de leerlos, ambos. Pocos días atrás recomendé a algunos amigos leerlo y después de tantos años (los leí en 1972) por curiosidad renovada di con tu página. Una alegría verla.
Eso es que tienes buen gusto, Gonzalo. Me refiero a los libros que mencionas, claro.
Hola,
acabo de terminar el libro y no he podido dejarlo desde que lo cogí. Realmente como leí «son 10 vidas en una»:visión clara de los aparatos comunistas por dentro, de la situación en Alemania en esa época, de los totalitarismos en todos sus aspectos y de las luchas de los individuos internas y externas. «El mejor libro que he leido sobre el siglo XX» F.D. Rossevelt. Carlin habla también del libro en un artículo. Por último decir que el libro tiene una conexión con Mandela…
lo leí a los 12 años y nunca lo empece de principio a fin, pero debi leerlo como 4 veces, era mi idea para que no se terminará
Este libro lo lei en 1967 a mis 17 y crei que era una proaganda anti izquierdas hoy a mis 61 lo analizo en mis reuerdos de otra manera. Lo lei prestado y pensaba no encontrarlo nunca mas. Pero lo comprare al llegar a Espana
Llego a mis manos en el momento justo, a los 22 años cuando en Chile se volvia a la democracia tras de la dictadura de Pinochet y los 1000 dias de Allende. Después de haber luchado por la recuperación de esta comenzaba mi desencanto con el PC. Me sentí muy identificado, ayuda a enfrentar la soledad de los jóvenes que prefieren el camino del saber al del creer. Lamentablemente lo preste y no recuerdo a quien espero lo haya valorado.
Contemporáneos y compatriotas somos. Pero en esa época yo no sabía de este libro.
Conseguí «la noche quedó atrás» hace unos días en una librería de viejos… y, como no suele ocurrir a menudo, conseguí varios libros esa vez… llegué acá buscando decidirme cual de esos libros leer primero…
Dice la reseña: «Seix Barral ha reeditado la versión que Noguer y Caralt lanzara en 1969 (la primera en el mundo de habla catellana)».
Pues bien, mi libro es: La noche quedo atrás. Jan Valtin, Editorial Claridad, Octava edición, noviembre de 1945, Buenos Aires, Argentina. Traducción directa del inglés por Julio Bernal.
O sea, que la primera edición y traducción es argentina. La primera edición del libro es de julio de 1941.
Lo de «traducción directa» (por hay algún despistado) es porque en esa época los libros editados originalmente en lenguas eslavas o nórdicas solían ser traducción del francés, alemán, inglés o italiano. Tal vez el caso más conocido de esto sea Knut Hamsun. Jan Valtin suena, en Argentina a Nórdico, supongo que a eso se debe la inusual aclaración del editor.
Hago notar también que en esa época la industria editorial argentina concentraba la mayoría de las impresiones y traducciones. Ello era por obra y gracia de Franco, ya que los editores eran en su mayoría españoles republicanos refugiados en Argentina.
La primera edición en español fue la de Ediciones CONDOR, Valparaíso, Chile en 1944, en dos tomos. Solo tengo el segundo y no consta el traductor.
Mariano…vos hablás de una edición del 44 y yo estoy diciendo que tengo una octava edición del 45!!! y donde consta que la primera edición es del 41, tres años antes!!
ESTE LIBRO YO LO LEÌ CUANDO TENÌA 12 AÑOS, ERA UNO DE LOS FAVORITOS DE MI PADRE Y ENTONCES ME APRENDÌ EL VERSO MARAVILLOSO DE «INVICTUS»
Yo tengo la edición chilena del 44, en dos volúmenes
Es equivocado que: la edición de Noguer y Caralt en 1969 fuera la primera en el mundo de habla catellana.
La editorial Claridad de la república Argentina publuicó una versión en el año 1947.
ES VERDAD PORQUE CUANDO YO TENÌA 8 AÑOS MI PADRE ME DIO ESTE LIBRO PARA LEER
Y YO NACI EN 1953
Ok, tomo nota de la información.
Interesado en adquirir este libro. Lo lei hace 50 años y me marcó.
Desde esa vez no he podido encontrarlo nuevamente!
«Noguer y Caralt lanzara en 1969 (la primera en el mundo de habla catellana)»
Pues, no. Yo tengo una edición de Editorial Claridad de Buenos Aires de 1941.
La leí hacia 1958 y volví a leerla hace 6/8 años. Uno de los libros que mas me han impresionado en mi vida.
Una obra excelente. Acabo de leer la estupenda reseña de Rodrigo, lo leí hace ya un tiempo y no recuerdo haber visto esta reseña. Yo tengo una edición del Círculo de Lectores y por lo que veo no está disponible nueva ni el círculo ni en seix barral. Tampoco he visto que nadie haya tenido la deferencia de pasarlo a formato electrónico. Se puede comprar de segunda mano en España a través de la web casadellibro.com aunque no a precio de saldo precisamente.
Yo tengo el libro, edición de 1944, ed. Cóndor
(Chile), en castellano, claro!
Hola, leí el libro hace años siendo casi adolescente y me encantó. Ahora no lo tengo y quisiera que alguien lo leyera. Ustedes lo envían vía digital?
yo tengo un volumen editado en Mejico en 1944 ediciones Condor de Valparaiso , o sea que la de Seix Barral no es la Primera en Castellano
Tengo un volumen impreso en Argentina por Editorial Claridad en 1941…
Debe haber un error.Yo este libro lo leí en 1960, en castellano. Dice que la primera edición en castellano es de 1969. (Noguer y Caralt lanzara en 1969, la primera en el mundo de habla castellana). Un saludo.