H. P. LOVECRAFT. EL CAMINANTE DE PROVIDENCE – Roberto García-Álvarez
H. P. Lovecraft es sin duda alguna uno de los autores de terror más conocidos del siglo XX y de la Historia. Los relatos que escribió a lo largo de su vida, como En las montañas de la locura, y la relación entre sus amigos y conocidos le llevaron a una pequeña fama que ha ido aumentado desde el día de su fallecimiento. No obstante, aunque sus relatos son de sobra conocidos su vida no lo es tanto y esta ha estado llena de mitos, especulaciones y tergiversaciones. Es por ello por lo que la biografía que os traigo hoy es un volumen que nos presentará a un Lovecraft mucho más real y humano del que se ha representado en más de una ocasión en la red y en otras seudobiografías. El autor es el licenciado en Derecho y Psicología por la Universidad de Oviedo, Roberto García-Álvarez, todo un experto en Lovecraft y su mundo.
El caminante de Providence apareció por primera vez en 2016, pero en mayo de este mismo año 2020 la editorial Transbordador publicó una nueva edición actualizada con cambios y correcciones. Esta extensa biografía comienza con un prólogo de S. T. Joshi que seguramente sea a nivel mundial el mayor experto en el escritor de Providence, lo que ya nos indica brevemente que este estudio está aprobado por un especialista en el tema. Como no podía ser de otra forma el libro de Roberto García está estructurado de manera cronológica. Por tanto, vamos a leer desde el nacimiento del protagonista hasta su triste muerte el 15 de marzo de 1937. Los primeros capítulos están dedicados a la niñez y adolescencia de Lovecraft. Estos primeros capítulos ya sorprenden y muestran el gran trabajo que ha realizado el autor con esta biografía.
Lovecraft nació el 20 de agosto de 1890 en el seno de una familia acomodada y conocida en su lugar de origen, Providence (Rhode Island). Sus primeros años fueron los mejores a nivel económico, ya que su abuelo tenía inversiones y contactos, pero su fallecimiento produjo la pérdida de la mansión familiar y con ello una larga decadencia dentro de esta. Roberto García nos pone al día de todos los aspectos de la vida del pequeño Lovecraft para mostrarnos un niño como cualquier otro, aunque un poco excéntrico. Lovecraft tenía su círculo de amigos, iba al colegio y estaba rodeado de un ambiente cultural bastante grande. Una de las cuestiones que le marcaría de por vida sería la enorme influencia que su madre tenía sobre él hasta la muerte de esta en 1921, cuando el escritor ya tenía treinta y un años. La adolescencia dejó paso a esa juventud de la que tanto se ha especulado, sobre todo en la biografía de Sprague de Camp, la cual según los nuevos estudios está llena de errores y afirmaciones cuanto menos debatibles.
Lovecraft estuvo recluido en casa durante un periodo de tiempo largo debido a una gran crisis nerviosas. Sin embargo, esta reclusión no fue ni total ni oscura, durante esta etapa de su vida conoció a nuevas personas, daba largos paseos (la mayor de sus aficiones y que realizaría hasta el último momento) y realizaba excursiones. Aunque parezca sorprendente, Lovecraft era una persona con don de gentes, caía muy bien y era un tipo simpático. A lo largo de su vida hizo muchos amigos y contactos, esto se puede ver muy bien en sus inicios y posterior florecimiento en el periodismo aficionado donde dio conferencias y fue presidente de la UAPA. Roberto García tiene el placer de añadir en las páginas de este libro breves biografías de las personas que rodearon al autor de Providence en algún momento de su vida.
Respecto a la obra de Lovecraft esta biografía profundiza sobremanera en este tema. El autor examina detenidamente cada escrito que realizó el protagonista a lo largo de los años, su origen, sinopsis, correcciones, venta y posterior publicación. Desde sus primeros trabajos hasta las grandes historias que le llevaron a ser portada de la mítica Weird Tales y otras. No se olvida tampoco el estudiar la filosofía que Lovecraft creó para sí, sus reflexiones y sus discusiones vía carta con sus amigos. Roberto García cita grandes segmentos de esta intensa actividad epistolar que mantuvo toda la vida y que nos dan a conocer una vez más a un Lovecraft muy desconocido para el público en general. El autor también investiga otras partes de la vida del escritor como su racismo, su idea sobre la sexualidad y la política.
Los capítulos centrales de El caminante de Providence ponen el foco en la etapa de neoyorquina de Lovecraft. Aquella ciudad sacó lo mejor y lo peor de él mismo. La sociedad multiétnica de la ciudad agravó sus pensamientos racistas pero los paseos y los círculos de amigos se hicieron más fuerte. Roberto García hace un gran repaso por la relación que Howard tuvo con Sonia Greene que acabó en un matrimonio que fracasaría en 1926. La etapa final de este matrimonio vería el regreso del escritor de terror a su querida Providence donde pasaría el resto de su vida hasta su muerto. El volver a vivir en Providence, como bien se explica, produjo en Lovecraft una mejora de su ánimo. Esto no quiso decir que dejara de visitar Nueva York, en la cual siguió hospedándose ocasionalmente en casa de sus amigos. Son unos años de muchos viajes y excursiones por lugares tanto cercanos como lejanos (Florida) donde vemos a un Lovecraft contento y maravillado por sus visitas a monumentos, amigos y paisajes.
El final de la década de 1920 y el inicio de los años treinta vieron llegar la gran crisis económica pero también la aparición de algunos de los relatos más conocidos de H. P. Lovecraft, como Las montañas de la locura, La sombra sobre Innsmouth (la única de sus novelas publicada en vida) y En la noche de los tiempos. Durante los primeros años de la década de 1930 la situación económica de Lovecraft fue empeorando gradualmente, aunque algunas ventas ayudaron a reflotar su vida. El penúltimo capítulo está dedicado al último año de vida de nuestro querido escritor. El autor hace un repaso sobre estos momentos finales de Lovecraft que comenzó a sentirse mal apenas un mes antes de su muerte. Son unas páginas amargas pero necesarias para conocer el final de este personaje. Finalmente, el último capítulo de esta extensa biografía está dedicado a la influencia que tuvo tras su muerte Lovecraft en la literatura y el séptimo arte, sin perder de vista las adiciones y cambios que se han hecho a su obra. Todo un acierto por parte del autor el añadir esta parte llena de debates y discusiones, puesto que sino la biografía quedaría incompleta.
H. P. Lovecraft. El caminante de Providence es una biografía bien estructurada y escrita, con una lectura muy amena que engancha al lector desde la primera página. Esta amenidad no condiciona para que el libro sea una profunda y completa investigación que sorprenderá por la cantidad de detalles, anécdotas y hechos que se cuentan. A nivel técnico la tipografía es muy correcta y añade una nutrida selección de ilustraciones originales de época y de fotografías, lo que nos ayuda a saber quiénes eran ciertos personajes. En definitiva, un volumen muy interesante y recomendable para todos los interesados en el maestro del terror cósmico.
Roberto García-Álvarez. H. P. Lovecraft. El caminante de Providence, Editorial El Transbordador, Antequera, 2020. 490 pp.
Vaya, una biografía que no esperaba ver por aquí. El maestro de Providence en persona…más bien en libro. Personaje interesante y extraño, un norteamericano atípico, nostálgico de la América británica del siglo XVIII y aterrorizado por los inmigrantes que llegaban en masa a los EEUU, españoles incluidos. Y curiosamente, un ejemplar del escritor de terror del naciente siglo XX, abandonando el clásico relato gótico de fantasmas, y sustituyéndolo por horrores cósmicos ignotos y el costumbrismo de la Costa Este, con especial atención a su Providence natal, metamorfoseado en Arkham y sus aledaños.
Gran reseña HistoriaMilita.
Se te ha olvidado añadir que estaba como unas maracas :P.
También es un autor al que le tengo cierto aprecio por sus historias, me han dado muchas horas de entretenimiento como lector y jugador de rol.
Sí, bueno, era un poco rarito. Y un xenófobo de marca mayor, hoy en día sería un autor polémico, muy polémico.
También tenía un estilo un poco plúmbeo; sus relatos son casi siempre relatos epistolares, en formato de diario o informe, con apenas diálogos, muy difíciles de adaptar al formato televisivo o cinematográfico.
Yo tengo la segunda edición, que es bastante reciente, y tomé algunas notas.
No es mala presentación que el más reputado biografo de Lovecraft acepte escribir la introducción a un libro sobre el solitario de Providence.Y desde luego, el libro está a la altura de su padrino.Hay que remarcar que se trata de una biografía que perfectamente podría leer una persona ajena a la literatura de Lovecraft, ya que se incluyen breves sinopsis de todas las obras tratadas, para facilitar la comprensión de la evolución técnica y temática del escritor. Pero a la vez es un libro destinado claramente a conocedores de la obra del maestro, puesto que uno de sus principales cometidos es desmontar la oscura leyenda tejida en torno a su vida.Aunque se ha escrito mucho sobre la responsabilidad de Sprague de Camp en esta negativa mixtificación, lo cierto es que la biografía que este autor escribió sobre HPL está disponible en castellano, en una cuidada edición de Valdemar. Y además de ser una excelente lectura, abunda en muchos datos obtenidos de personas que habían conocido en vida al biografiado. Por esto (Cómo en su semblanza sobre Robert E Howard) los datos que aporta van a ser esenciales e insustituibles para cualquier estudio futuro (Por mucho que en algún momento se editen sus 80./100.000 cartas). Aparte de eso, a mi la de Sparague no me resulta una biografía escrita desde la hostilidad, sino una aproximación de un escritor a la vida de otro desde la curiosidad.Otra cosa es la sublime y deliciosa obra de Houellebeq, «Lovecraft, contra el mundo, contra la vida», recientemente reeditada y que aunque recomendaría a cualquiera por sus valores literarios, está concentrada en perpetuar el mito de HPL como un genio incomprendido que eligió vivir de espaldas a un mundo que no comprendía su visión. Y es que Houellebeq está interaesado sobre todo en lo de peculiar que tuvo Lovecraft y en su compromiso absoluto y sin condiciones con su propia forma de entender la existencia (Y de odiarla)Esta sería aproximadamente la idealizada imagen que se ha difundido durante mucho tiempo de Lovecraft: Un ermitaño voluntario, un hombre entregado por completo a su arte, que vivía en la soledad y la oscuridad, prefiriendo el día a la noche, y siempre con un refrescante vaso de cianuro en la mesa para poner fin al dolor de vivir en cualquier instante que lo desease.Pero lo cierto es que como nos detalla el autor, ni esa imagen es cierta, ni la que se ha difundido en los últimos años de éxito sin precedentes de la figura de Lovecraft y su «horror cósmico» es completa, sino una nueva simplificación interesada que permite su conversión en figura de la cultura pop.Lovecraft aparece aquí como un autor en permanente construcción. Un proceso de avance en que las influencias que normalmente se le señalan apiladas en un bloque, se van repartiendo a lo largo de su vida, permitiendo que su estilo y temas evolucionen y se enriquezcan. Los consejos de sus amigos y clientes también van determinando la progresión de su trabajo en nuevas direcciones. Por ejemplo, para la composición de su ya mítico ensayo «El Horror sobrenatural», Lovecraft se tomó la molestia de descubrir nuevos autores, que no dejarían de influirle.Lovecraft es ante todo una persona que se oponía a vivir de cualquier forma que no fuese la que él deseaba, que no era exactamente la de un ocio constante, sino todo lo contrario, la de una entrega agotadora a un ideal de vida que era el de dedicarse por completo a la palabra escrita. Su objetivo permanente habría sido vivir de la edición, pero sin salir de su casa y su ciudad. La tecnología que en muchas ocasiones criticó, sin duda le habría facilitado mucho la existencia, como parecía anticipar en algunas de sus obras de ciencia ficción.