EL IMPERIO COMANCHE y EL IMPERIO DE LA LUNA DE AGOSTO – S. C. Gwynne y Pekka Hämäläinen
Tradicionalmente muchas cosas se han dicho sobre los indígenas norteamericanos: pueblos atrasados, mero obstáculo a la expansión del mundo moderno, sociedades igualitarias, habitantes pacíficos acosados por los colonos, juguetes de las disputas entre las potencias, pueblos que vivían en armonía con la naturaleza…, pero no son más que tópicos. Dos excelentes ensayos recientes nos presentan la verdadera realidad de uno esos pueblos nativos: el comanche, el cual llegará a las Grandes Llanuras de Norteamérica a inicios del S. XVIII, cambiando su faz durante el próximo siglo y medio.
En el primero de los libros, El imperio comanche, su autor rompe con las concepciones clásicas sobre las sociedades nativas norteamericanas, procediendo a presentarnos la creación y evolución de un imperio comparable a los imperios esteparios de Eurasia. Describiendo el desarrollo histórico de este pueblo expansivo, que pronto expulsará de sus tierras a los agricultores apaches para dejar paso a la formación de la Comanchería, territorio de una nación seminómada de pastores/cazadores que harán del caballo y el bisonte las bases de su economía y sociedad, lo que les permitirá una carrera hacia el auge político y económico en toda la región.
Y es que Hämäläinen nos muestra que a pesar de los diversos esfuerzos diplomáticos y militares de las autoridades españolas y de administradores capaces como Cachupín o De Anza para expandir la influencia de la corona española hacia el norte; el suroeste de los futuros EE.UU. será en un poder propio que convertirá a Texas y Nuevo México, e incluso gran parte del norte de México, en sus propias “provincias imperiales” de las que obtener recursos.
Hay que señalar que no se trata de un libro centrado en las campañas militares, sobre todo porque el éxito comanche no se basó solo en su fuerza militar, aunque su propia sociedad incentivaba un belicismo meritocrático. Por el contrario también nos presenta una abrumadora fuerza demográfica y económica sostenida en una enorme red comercial, esencial para su supervivencia, desde Ciudad de México al Canadá, desde Nuevo México hasta más allá del Mississippi, y en una hábil diplomacia que juega a dividir a las potencias europeas y nativas. En este sentido una de las pegas del libro es que necesitaría mapas más detallados para poder seguir en algún momento las relaciones interindígenas.
Sobre esas bases establecieron su hegemonía, llegando a comancherizar a sus vecinos. Pero su imperio morirá en parte de su propio éxito cuando forzando los umbrales ecológicos de la Comanchería con la cría desenfrenada de caballos y la caza de bisontes a nivel industrial lleven, al cambiar un poco el clima, a la hambruna y desintegración. Así cuando los EE.UU. realmente intervienen solo quedan los rescoldos, que salvo el breve renacer a raíz de la guerra de secesión, serán pronto sometidos.
Frente a este estudio amplio y global de los comanches, en cambio el segundo libro: el imperio de la Luna de Agosto de S. C. Gwynne se centra más en lo concreto narrando principalmente la relación entre los comanches y los angloamericanos, en especial desde una perspectiva más centrada en Texas.
Y es que el autor reduce a un capítulo breve todo lo ocurrido antes de la década de 1840, arrancando realmente con un suceso aparentemente menor: el ataque al fuerte Parker y el secuestro Cynthia Ann Parker, que inspirará un famoso Western. Para, a través de los sucesos de la vida de ésta y de la de su familia, tanto la texana como la india, destacando su hijo Quanah Parker, uno de los últimos jefes comanches, ir contando los treinta años de conflicto entre los comanches y los colonos.
Así nos relata detalladamente las luchas fronterizas, en uno u otro sentido: desde la marcha hasta el mar de los comanches de Joroba de Bisonte (la traducción de su nombre real era demasiado para los puritanos de la época) a las incursiones en el corazón del mar de hierba de los rangers texanos o del 4º de Caballería (menos conocido pero más exitoso que el 7º de Custer) en una de las más largas de las guerras indias.
Campañas donde el autor nos muestra personajes como el intransigente Lamar, el hábil Hays, el carnicero Chivington, el eficiente Kit Carson, el espiritual Isa-tai…, pero ante todo Quanah Parker y su némesis Mackenzie.
Hay que indicar que la narración continuará tras el fin de las guerras con Quanah y la integración y adaptación de los comanches al nuevo mundo que se impone en la región.
Por tanto este libro, aunque en mi opinión algo inferior al primero, es un buen complemento de aquél para conocer la etapa final de la Comanchería y las décadas posteriores.
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La comanchería…
¿Quién puede escuchar el nombre Comanche y permancer indiferente?
Cientos de Westerns nos avalan.
La palabra comanche tiene un efecto mágico para todos los fans del Western, ya era hora que empezaran a salir libros acerca de los indios del Viejo Oeste (no todo van a ser mayas e incas), y me alegra que sea una visión histórica y realista alejada de el viejo tópico de los salvajes sedientos de sangre y del nuevo tópico de hippies New Age.
Un libro que haga justicia a los comanches, los Señores de las Praderas. Una gran reseña APV.
PD: Que poético me he puesto.
Buena reseña de un tema que a mi me interesa mucho. Gracias APV
Antígono, en realidad, ya hace unas cuantas décadas que están saliendo libros sobre los indios del Viejo Oeste, y no pocos por cierto.
Lo que es una buenísima noticia, y ya era hora.
Es un mundo interesante, fuera de los mitos y visiones parciales.
Por cierto Antígono algunos nombres de los indios fueron «dulcificados» al traducirlos a los idiomas occidentales; así que cual sería el tuyo original.
No puede ser traducido para que las puritanas mentes victorianas no se vean perturbadas.
Al hilode esto, el verano pasado hubo un artículo en El País Semanal sobre los indios del Oeste Americano donde trataba estos temas muy sucintamente….entre ellos los nombres originales de muchos indios con sus connotaciones sexuales.
Estupenda doble reseña, APV, muy clara. De los dos prefiero el primero pues me parece más global, el 2º lo veo demasiado focalizado en el periodo angloamericano.
El estudio de los pueblos amerindios en general y la difusión de sus circunstancias y «convivencias» con el hombre blanco es una asignatura pendiente, desde luego; un caso homologable a las campañas angloamericanas contra los nativos americanos, en el último tercio del XIX, sería el de las campañas argentinas contra los indios de la pampa sureña y de la Patagonia… No tienen nada que «envidiar» a las de los estadounidenses.
Gracias, APV.
Una pequeña contribución: Una conferencia TED de Aaron Huey, dénle un vistazo en este link:
http://www.ted.com/talks/lang/es/aaron_huey.html
El esfuerzo de Aaron Huey por fotografiar la pobreza en EE.UU. lo llevó a la reserva indígena Pine Ridge, donde la lucha del pueblo lakota -atroz y en gran parte ignorada- le obligó a reorientarse. Cinco años de trabajo más tarde, sus fotos inquietantes se entrelazan con una lección de historia impactante en esta charla atrevida y valiente de TEDxDU.
Saludos,
rca
Me parece un tema fascinante, APV, gracias por la reseña.
ademas del imperio COMANCHE hubo otros imperios.
por ejemplo imperio APACHE.
PAWNEES y KROWS.
saludos and HAPPY new YEARS.
El Ministerio de Defensa acaba de sacar un libro (descargable) sobre la situación en la zona y sus conflictos: Españoles, Apaches y Comanches.
Ediciones Península reedita El Imperio Comanche.
Es una buena oportunidad para adquirirlo, pues incluso frente al precio de 44,90 y 29,90 de las ediciones originales, lo han rebajado a 26,90.
«Hay que indicar que la narración continuará tras el fin de las guerras con Quanah y la integración y adaptación de los comanches al nuevo mundo que se impone en la región.»
¿Se refiere a una futura segunda parte? Abrazos