EL EJÉRCITO REPUBLICANO EN LA GUERRA CIVIL – Michael Alpert
La Editorial Ruedo Ibérico fue fundada a inicios de la década de 1960 por refugiados españoles antifranquistas. Desde su fundación hasta su desaparición publicaron decenas de tÃtulos que ponÃan en duda entre otras cosas las versiones oficiales del régimen sobre diferentes hechos. En 1977, con la dictadura de Franco finalizada, apareció la primera edición de El ejército republicano en la Guerra Civil del historiador británico e hispanista Michael Alpert. Uno de los primeros estudios serios sobre el Ejército Popular Republicano, si contamos también el escrito por el coronel Ramón Salas Larrazábal (de marcado discurso franquista).
Michael Alpert nos trae una obra que tiene un objetivo claro, desentrañar como nació, se estructuró y en base a que se organizó el Ejército Popular Republicano durante la contienda de España entre 1936-1939. Una serie de preguntas que aún hoy dÃa dan que hablar a los historiadores dedicados a la Guerra de España, algo que se puede ver claramente entre los autores de tendencias conservadoras y los que son demostrados progresistas de izquierda. Alpert a pesar de todo, nos trae un relato que se muestra ameno, interesante y de muy fácil lectura para el aficionado y el historiador por igual. El libro se divide en tres grandes partes bien diferenciadas. La primera de ellas esta dedicada a la construcción del ejército republicano en sÃ, la segunda parte a la formación de oficiales y comisarios, la última parte se centra en el elemento comunista en el ejército y en el final de la guerra.
Comenzando por la primera parte, Michael Alpert nos pone en el contexto previo a la guerra analizando como se encontraba el ejército español durante los años de la II República. Esa diferencia entre los africanistas y los peninsulares que tantos quebraderos de cabeza dio a las autoridades republicanas. Lo siguiente que ya nos detalla el historiador británico es la división de las fuerzas armadas en dos bloques enfrentados al producirse el golpe de estado. El autor realiza un análisis muy sugerente sobre los diferentes cuerpos y sobre todo un análisis de los hombres que dirigen a estas fuerzas militares. Al inicio de la guerra se da paso al denominado «Periodo Miliciano» en el cual las fuerzas gubernamentales, después de haber disuelto el ejército intentan enfrentarse a los rebeldes con formaciones milicianas creadas ad hoc. Se hace un repaso a las milicias de Aragón-Levante, el Norte, y por supuesto el Centro, poniendo la mira en los comunistas y los anarquistas.
Entre toda esta masa de milicianos habÃa también oficiales profesionales del ejército que eran leales, pero que se vieron en muchas ocasiones incapaces de dirigir a unos hombres con nula disciplina, pero con gran fervor revolucionario. Esta primera parte finaliza como no podÃa ser de otra forma con la militarización ordenada finalmente por el gobierno de la II República para crear un ejército en condiciones para enfrentarse a los ejércitos rebeldes que avanzaron de manera inexorable hacia la capital española. Con la militarización se consigue levantar un ejército que se enfrente, no en igualdad, pero con visos de victoria. Un ejército que se organizó y estructuró en base a la denominada Brigada Mixta. El autor, es importante destacar, hace conclusiones al final de cada capÃtulo lo que se agradece, ya que condesa de manera fabulosa los datos que va dando a lo largo del relato.
La segunda parte del estudio esta centrada especialmente en la oficialidad república. Primero estudiando a los oficiales profesionales dentro del ejército republicano, que básicamente se dividÃan entre adictos a la causa, leales geográficos y desafectos al régimen. Segundo, Michael Alpert pone en relevancia la formación del nuevo cuerpo de oficiales nacido en el seno de la guerra. Hombres a los que se elegÃa por haber mostrado algún liderazgo en la batalla. Los suboficiales y oficiales de no alta graduación fueron una de las grandes carencias del ejército republicano, sus tiempos de entrenamiento eran del todo precarios y jamás pudieron formarse debidamente en cuestiones de mando. Por último, se revisa la creación y formación del comisariado polÃtico. Una caracterÃstica sin duda soviética en la España de entonces. Personalmente es sumamente interesante, puesto que tenÃan unas misiones muy diversas como la educación, la salud de la tropa, justicia militar y en definitiva con la moral del ejército. Una labor que siempre estuvo llena de polémica por parte de unos y otros, debido a que en el comisariado abundaban los comunistas.
Llegando a la tercera y última parte, Michael Alpert se mete a fondo con los comunistas. Analiza diferentes aspectos, su polÃtica en el ejército, los enfrentamientos con otros lÃderes polÃticos, los problemas con la CNT, los asesores soviéticos, las armas rusas y por último el SIM (Servicio de Inteligencia Militar). Finalmente llegamos al final de la guerra con el golpe del coronel Casado en marzo de 1939. Es un capÃtulo final en el que se detallan las últimas reorganizaciones del Ejército Popular Republicano hacia el final del conflicto. Antes de las conclusiones generales, en lo que podemos calificar como el epÃlogo, el historiador británico nos cuenta que pasó tras derrota y como el nuevo régimen actuó contra los antiguos miembros de las fuerzas armadas republicanas. Muchos de sus integrantes acabaron en las cárceles franquistas y fueron posteriormente liberados sucesivamente en la década de 1940 y 1950. Hasta 1966 no se eliminó de la legislación las últimas referencias a responsabilidades de la guerra civil.
La publicación de «El ejército republicano en la guerra civil» fue novedosa y le dio una vuelta de tuerca al estado de la cuestión. Prueba de ello es que actualmente el libro tiene dos reediciones, una en 1998 de la mano de la Editorial Siglo XXI y otra de 2007 de la editorial CrÃtica. Al menos la edición de 1977 no contiene un apartado gráfico, desconozco las dos posteriores ediciones, que podrÃa haber servido para ilustrar muchos de los datos que se exponen, como el de los uniformes. Sin embargo, la investigación de Michael Alpert aporta un nutrido número de anexos, nada menos que dieciséis. En los mismos se adjunta datos e información primaria que considero esclarecedora y elemental para conocer más de cerca lo que fueron las fuerzas armadas republicanas de tierra. En conclusión, una obra que introducirá al lector en el estudio de unas fuerzas militares que lograron tener a raya a sus enemigos a lo largo de tres años de contienda con grandes carencias.
Michael Alpert, El ejército republicano en la guerra civil, Ediciones Ruedo Ibérico, Barcelona, 1977. 425 pp.
No hay ninguna inclusión de los uniformes en las ediciones posteriores, pero puedes verlos en la red.
Ciertamente Alpert pone de manifiesto los problemas del EPR, y la incapacidad para disponer de mandos medios cualificados o algo similar a los alféreces que usaban los nacionalistas.
Hay algunos aspectos sujetos a discusión como la estructura de las brigadas mixtas, y hay alguna errata en los anexos. Pero en conjunto es un libro muy adecuado.
Alpert tiene otro que es la Guerra Civil en el Mar.
Libro interesante sobre un gran desconocido, el ejército republicano durante nuestra Guerra Civil; tengo una curiosidad, ¿habla de la Guardia de Asalto y de la creación (a partir de ésta) de la Guardia republicana?, creo que eran las mejores unidades del EPR…al menos asà los retrataba Orwell.
Una joya de libro, yo dispongo la edición en tapa dura publicada en 2007 por la editorial CrÃtica. En concreto, y sobre la pregunta de los Guardias de Asalto, realiza un breve esbozo de su situación antes del golpe de Estado mencionando la lealtad de un gran mayorÃa de sus hombres, muy al contrario de sus oficiales (procedentes del Ejército y africanistas) los cuales habÃan sido depurados durante el Bienio Negro por el coronel Muñoz Grandes, el que un dÃa serÃa el mando superior de la División Azul en el frente del Este durante la Segunda Guerra Mundial. Posteriormente durante la guerra, Alpert menciona que se produjo una recluta nueva no tan rigurosa a la hora de seleccionar a sus miembros, las labores que desarrollaron fueron principalmente la de tropas de choque, por ejemplo en el intento de mantener el frente catalán en diciembre de 1938. En la misma batalla, y tal como menciona el autor, se les utilizó para capturar desertores y desempeñar, en definitiva, un trabajo de policÃa militar.
Coincido con tus apreciaciones David L, es un buen libro.
Por cierto, si no me equivoco Alpert critica la Brigada Mixta porque supuso un desperdicio de oficiales (escasos) al crear tantos estados mayores y estructuras de mando en vez de acudir al modelo ya existente.