DIARIO DE SPANDAU – Albert Speer

Diario de SpandauTeniendo en cuenta que es éste un tema delicado, trataré de enfocar la reseña desde el punto de vista biográfico y desde el literario. Aclaro esto en primer lugar porque cuando empecé a leer el libro sentía una gran desconfianza hacia todo lo que él decía –no se puede olvidar que estuvo 20 años preso y al salir de la cárcel, ya sexagenario, tenía que vivir de algo y sus memorias iban a ser un buen medio para salir adelante, por no mencionar que a nadie le gusta pasar a la Historia como uno de los grandes asesinos de la humanidad-; sin embargo, según avanzaba en la lectura, y tras empaparme de la información que sobre él he podido conseguir, dicha desconfianza fue dejando paso a una credulidad cada vez mayor sobre su relato. Bueno, exactamente sobre su relato no, sino sobre que él realmente lo pensaba así, o terminó pensando así.

En verdad, parece tratarse de una recopilación sincera de sus notas y escritos durante los años de cautiverio. No sale todo lo bien parado que cabe esperar de un libro autobiográfico con tintes de pasar por gran hombre, ni tan mal como para sospechar simulación de falsa modestia con el fin de hacerlo creíble. Parecen reales su arrepentimiento y su sensación de culpa al “enterarse” –algunos historiadores rebaten que desconociera la llamada Solución Final pues es un hecho comprobado que asistió al Discurso de Posen en el que Himmler declaró, por orden de Hitler, los planes de genocidio ante las altas esferas del partido exigiéndoles que mantuvieran esta información en secreto- de los crímenes cometidos contra la humanidad por el régimen al que pertenecía y servía, así como el hecho de que no fuera en absoluto antisemita y su mayor falta recayera en haberse sentido fascinado por la personalidad de Hitler y servirse del poder de éste para triunfar profesionalmente. Es decir, según coinciden las más de las fuentes, no se le puede probar su participación en, ni su conocimiento hasta el final sobre, lo que ocurría con los judíos, y por lo único que se le pudo inculpar con pruebas fue por haber aceptado prisioneros como mano de obra esclava durante su actuación como Ministro de Armamento del Reich.

Según se presenta él mismo, y también otros historiadores, era un hombre honrado, trabajador, metódico, responsable y falto de ambición política que creyó firmemente en el sueño de una Europa unida bajo el mandato de una Alemania Imperial, y que vio en la protección que Hitler le dispensaba la oportunidad de cumplir su ilusión de ser un gran arquitecto conocido y respetado en el mundo entero y en los siglos venideros.

Nació en 1905, ocupando el lugar intermedio de los tres hermanos que fueron, y éstos nunca tuvieron buenas relaciones con él por su tendencia a relacionarse con gente que no pertenecía a su clase social y por su carácter apocado. Su familia era de la alta burguesía, por lo que creció rodeado de lujo y sin apuros económicos; no obstante, lo que sí le faltó fue afecto, pues en su familia no eran dados a las demostraciones de cariño.

Con 26 años de edad, sus alumnos le convencieron para que acudiera a una reunión del partido nazi, y quedó hipnotizado por el carisma de Hitler, afiliándose ese mismo año de 1931. Este dato me resulta curioso porque él, durante los años de cautiverio, se pregunta en numerosas ocasiones, al principio movido únicamente por su sentimiento de culpa, y según van transcurriendo los años por su creciente desprecio hacia Hitler, cómo pudo sucederle algo así con un personaje tan infame, vulgar, ordinario, contradictorio, caprichoso y desquiciado, de reacciones a veces incluso infantiles y por lo común desmesuradas.

Dos años más tarde Goebbels le encargó un proyecto que ejecutó magníficamente y en un tiempo récord, por lo que éste, impresionado, le recomendó al führer. Hitler le apadrinó dándole multitud de ocasiones de crear y se estableció entre ellos una relación personal, desigual al parecer ya que Speer no trataba a Hitler con la misma consideración con que éste le trataba a él. Fueron esta confianza y el afecto que le tenía el führer los que sin duda le salvaron la vida cuando se negó a ejecutar la orden de “tierra quemada” en la decadencia de la guerra, por lo que cualquier otro habría sido fusilado.

En 1934, tras la muerte de Troost, fue elegido para reemplazarle como arquitecto jefe del partido. En el 37 Hitler le nombró Inspector General de Construcción con el rango de Secretario de Estado. En 1941 fue, presuntamente, responsable de la deportación de miles de judíos alemanes para poder construir según sus planes; sin embargo, pese a que él aseguró siempre no ser consciente de este hecho, parece claro que, como alto mandatario del partido, algo debía saber.

Cuando el ministro de armamento y producción bélica, Fritz Todt, murió en un extraño accidente en 1942, Hitler le nombró su sucesor prometiéndole que al finalizar la guerra le restituiría en su labor arquitectónica. A partir de este momento la mano de obra esclava aumentó más que considerablemente. Este suministro de personas estaba a cargo de su enlace con las SS, Fritz Sauckel. Estos prisioneros, llamados trabajadores esenciales, trabajaban en sórdidas y míseras condiciones, muriendo por cientos cada día; el resto, inservibles para trabajos forzados, eran enviados a campos de exterminio. Este mismo año Speer colaboró en el abastecimiento de materiales para el desarrollo de la bomba atómica. Así mismo, también parece cierto que intentó revertir la orden de exterminio emitida por Himmler, en la que ordenaba que los trabajadores judíos fueran enviados a campos de exterminio y sustituidos por polacos.

En 1943 Hitler ideó un proyecto para un edificio subterráneo que se construiría en secreto, empleando presos como mano de obra, y que se destinaría a la producción de bombas. Cuando el proyecto comenzó Speer visitó las instalaciones y comprobó por sí mismo las inhumanas condiciones en que trabajaban los prisioneros. Reclamó una mejoría de su situación, lo que molestó a Himmler que informó a Hitler, quien le retiró su confianza. Al percatarse del distanciamiento de éste, cayó en una profunda depresión de la que fue atendido por el médico de Himmler, quien, supuestamente, intentó envenenarle. Este año renunció a su cargo, pero Hitler rechazó su renuncia y le restituyó su confianza.

Parece que Speer estaba al corriente de la conspiración para matar a Hitler en el 44, pero prefirió guardar silencio, aunque tampoco participó. En el 45 visitó el bunker de Hitler con la intención de despedirse. Cuando supo que éste se había suicidado se encontró de nuevo sumido en una gran depresión de la que salió al ser solicitada su presencia por Dönitz para formar el gabinete del nuevo gobierno alemán, que duró unos 20 días y no fue reconocido por los aliados. El 12 de mayo del 45 fue arrestado por la comisión formada por los países aliados.

El juicio duró diez meses, once personas fueron condenadas a morir en la horca (aunque uno se escapó de la sentencia suicidándose con veneno), y siete a cumplir prisión en Spandau: Raeder, Hess (personaje en exceso peculiar, que casi se podría tildar de loco, al menos según el relato de Speer, durante su cautiverio) y Funk –los tres condenados a cadena perpetua-, Schirach y el propio Speer –condenados a 20 años-, Neurath –condenado a 15 años-, y por último Dönitz –condenado a 10 años-. Speer fue uno de los pocos que se declararon culpables y demostró remordimiento –hecho que le valió el desprecio de sus compañeros de prisión-, aunque negó conocer nada sobre el Holocausto. La imposibilidad de demostrar que fue miembro de las SS y que conocía el genocidio le salvaron la vida en el proceso. Fue condenado a 20 años de prisión que cumplió en su totalidad.

El libro, que recoge sus vivencias, sentimientos, emociones, estados de ánimo, y pensamientos durante sus años de prisión en Spandau, en forma de diario, nos muestra un aspecto personal no sólo de él mismo, sino también de sus compañeros de cárcel y de sus guardianes.

El trato del país aliado del que más se queja a lo largo de sus páginas es el del mando ruso, por su rigidez para cumplir las normas y parquedad al darles de comer, si bien no lo hace de los guardianes rusos a los que muestra como personas de gran corazón en su mayoría. Del mando inglés nos cuenta que hacía gala de su famosa flema británica, mostrándose siempre comprensivos pero indiferentes. Del mando francés nos dice, sin embargo, más bien poco. De los americanos destaca los menús y la incultura de los guardianes.

Sus condiciones de vida en Spandau, según nos cuenta, no eran malas y fueron mejorando con el tiempo, teniendo cada vez más acceso a mejoras y servicios. Los castigos no eran duros y la vida no era difícil excepto por la lógica aversión del ser humano a saberse privado de libertad y la humillación que ello causa.

No se llevaba muy bien con ninguno de sus compañeros de prisión, y resalta el hecho de que ninguno de ellos mostrase remordimiento ni culpa. Según sus propias palabras (como ya adelanté en un párrafo anterior), éstos le acusaban de haberse mostrado humilde y arrepentido para conseguir indulgencia, en vez de haber permanecido fiel a sus ideales y su lealtad hacia Hitler y el régimen en el que todos creían.

Desde el principio, en que dice considerarse merecedor del castigo impuesto, e incluso que ha salido bien parado por no haber sido condenado a muerte, hasta el final, se observa un proceso de pensamiento que le va trasladando, poco a poco, a la consideración de que el castigo es excesivo y que la historia la escriben los vencedores.

Lo que más parece lamentar, aparte su merma de libertad y las carencias que le impone el cautiverio, es la pérdida de su familia, el no poder asistir al crecimiento y desarrollo de sus hijos, que éstos apenas le conozcan, el abandono y las habladurías a los que se vio sometida su mujer, y su ausencia en los grandes acontecimientos familiares. Las pequeñas cosas cotidianas a veces se le hacen un mundo y, en otras ocasiones, las más graves cuestiones parecen no afectarle.

A lo largo de los años pasa por períodos de ilusión y creatividad y por otros de desesperación e inactividad. Pero lo que le mantiene cuerdo es su gran fuerza de voluntad para seguir ejercitándose, y su determinación para inventar nuevas formas en que ocupar el mucho tiempo libre que tiene un preso.

Al leer este libro me han surgido muchas dudas. Por una parte me veía solidarizada con las carencias y sufrimientos de los presos preguntándome si en un caso así también puede ser aplicable la “ley de reinserción” o simplemente es aceptable el castigo; por otra recordaba los motivos que les llevaron a esa situación y me parecía que la condena y la forma de cumplirla eran indulgentes; y por otra intentaba llegar a concordar mi deseo de que fueran castigados, con la indulgencia que merece cualquier ser humano (el problema es que, por definición, no podemos creer que un ser humano sea capaz de semejantes atrocidades). Es decir, para todos aquellos que sólo conocemos lo que ocurrió por los libros de historia, con la distancia emocional que ello conlleva, tal vez sea suficiente la pena impuesta (10, 15 ó 20 años de privación de libertad son prácticamente una vida, y cadena perpetua lo es), pero ¿y para las víctimas o sus descendientes?, ¿para quién, en sus campos de exterminio, comía sobras putrefactas, qué podía significar que Speer se quejara de la comida que recibían durante “el mes ruso”?, ¿para quienes sufrieron humillaciones y vejaciones constantes al ser tratados peor que animales, qué significaría que Speer se quejara por ser “obligado” a levantarse para saludar a un mando ruso?

En resumidas cuentas, supongo que siempre quedará la duda de si Speer realmente desconocía estos hechos, si optó por mirar hacia otro lado y “lavarse las manos” aplicando la “ley de la ventaja” para sacar provecho propio aunque no fuera antisemita, o si engañó inteligentemente a los fiscales y jueces de Nüremberg y al mundo y en realidad conoció y participó en todo activamente. Pero, en cualquier caso, se saque la conclusión que se saque, es un libro que da qué pensar, y ya sólo por eso merece la pena.

Editorial Plaza & Janes
Traducción de Manuel Vázquez y Ángel Sabrido
Primera Edición Abril 1976
I.S.B.N.: 84-01-33085-8
Depósito legal: Gráficas Guada, S.A.
Virgen de Guadalupe 33, Esplugas de Llobregat, Barcelona

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264 comentarios en “DIARIO DE SPANDAU – Albert Speer

  1. Zaharoff dice:

    «Los aliados han creado no menos de 262 comisiones de desnazificación. Para establecer las responsabilidades exactas de siete millones de militantes del partido nazi, hacen distribuir doce millones de ejemplares de un «cuestionario» compuesto por 125 preguntas detalladas. No responder implica no acceder a la cartilla de racionamiento ni al permiso de trabajo.

    Von Salomon emplea cuatro meses en contestar cada pregunta de forma extendida, dando forma a un nuevo libro: «El cuestionario». En él retrata una vez más su pasado, con una tal franqueza que escandalizaría a numerosos lectores, sobre todo entre las autoridades de ocupación. A su muerte, el semanario Der Spiegel aun denunciaría su > y su >.»

    Hay que conseguir este libro como sea.

  2. Rodrigo dice:

    En intervención mía de 19 de Marzo de 2008 a las 9:48 pm, en este mismo hilo, me referí a la información de que disponían los gobiernos británico y estadounidense sobre la matanza de judíos.

    Los factores que impidieron que dichos gobiernos actuasen en consecuencia fueron varios, por supuesto. Entre otros, por lo que sé: incredulidad, ceguera, inercia, sospecha de que todo fuese una maquinación de los judíos -abonada por una dosis de antisemitismo en parte del personal angloestadounidense-; negarse a proporcionar asilo a una marea de refugiados, entre los cuales los judíos eran mayoría; considerar toda política de rescate de judíos como obsecuente y funcional a tentativas de chantaje por parte de los nazis (como el intercambio de diez mil camiones por judíos húngaros propuesto por Eichmann); un factor decisivo: subordinar cualquier medida y todas las operaciones al objetivo primordial de ganar la guerra. Aquí opto por reproducir un pasaje del libro ‘Holocausto’, de Debórah Dwork y Robert Jan van Pelt:

    «Lo único que querían los Aliados era ganar la guerra. Y cualquier idea que tuviesen sobre los judíos caía dentro este contexto. El Ministerio de Exteriores británico dejó clara su postura en un telegrama a su embajada en Washington: »La verdad desnuda es que el conjunto total de los problemas humanitarios provocados por el actual dominio alemán en Europa… sólo puede abordarse mediante una victoria definitiva de los Aliados, y todo paso meditado que prejuzgue este hecho no puede darse en beneficio de los judíos de Europa». Esta política secreta pronto se hizo pública. »El único remedio real contra la firme política nazi de persecución racial y religiosa descansa en la victoria aliada; todos los recursos deben ponerse a disposición de este objetivo supremo», respondió el viceprimer ministro, Clement Atlee, a una pregunta en la Cámara de los Comunes el 19 de enero de 1943″ (‘Holocausto’, Algaba, 2004; pp. 484 y 485).

  3. Carlos dice:

    Comparto el mensaje de Rodrigo sobre la postura de los Aliados.-
    Ya dije antes que la explosión del tema judío surgió bastante después de terminada la guerra.- Hay muchos que tuvieron cola de paja, eh….

  4. Zaharoff dice:

    ¡ Vaya, la tasa de paro en España en el 11, 2 %!. Empiezo a estar preocupado. La recesión puede ser muy dura.
    Por aquí se murmuran muchos despidos. La preocupación y el sueño me están afectando. Entre vectores y telemetrias de aproximación, voy recibiendo malas noticias laborales. Shafrir no me deja dormir. Al final acabaré en brazos de la UGT. Me duermo y amanece.
    Mañana más.

  5. Germánico dice:

    No sé si es en este mismo hilo donde se habla (y me parece que lo digo yo mismo) del conocimiento cierto que los Aliados tuvieron del Holocausto, tanto a través de las resistencias nacionales, como la polaca, por ejemplo, que llegó a infiltrar un agente en Auschwitz (el único ingreso voluntario en un campo de exterminio del que hay conocimiento) como por las fotografías aéreas de los campos, informes de embajadas neutrales, decodificación por Ultra de los informes de las SS a Berlín, etc, etc, etc. Lo único que no se sabe con exactitud es si conocían la magnitud de lo que estaba sucediendo.

    ¿Por qué no hicieron nada? Entramos ya en el sendero de la especulación. Yo quiero pensar que fue porque sabían que la magnitud de los recursos destinados al Holocausto distraía recursos bélicos alemanes del frente. Pero no lo sé, la verdad…

  6. Marbenes dice:

    El cuestionario, de Ernst Von Salomon (35 euracos)
    Descripción: Ref. A. Ed. Luis de Caralt. 1955. 1ª ed. 14×20. 512 pág. Enc. de la Edit. (Sello anterior propietario). Nº de ref. de la librería NC35VON 75
    En este enlace:
    http://www.iberlibro.com/servlet/SearchResults?an=von+Salomon&bi=0&bx=off&ds=30&sortby=3&sts=t&tn=el+cuestionario&x=78&y=11

  7. Zaharoff dice:

    Mil gracias Marbenes. Me lo compro ya.
    Buena observación la de Germánico. Estoy contigo en que sí lo sabían, pero no la magnitud del exterminio. Puede que a Speer le pasase algo semejante. Si lograron descifrar «enigma», ¿Cómo no iban a estar al corriente de una operación logistica de esa embergadura?. Por cierto, la mayor operación lógistica de toda la historia de la humanidad saben ustedes que es el desembarco de normandia…., ¿y de qué le valió a Alemania saber la fecha y lugar exactos? (información de valor incalculable). Para nada. Esto nos pone de manifiesto que Hitler pasará a la historia como uno de los más nefastos estadistas de todos los tiempos. ¿Dónde se vió a un cabo dirigiendo un ejercito?…..abriendo otra vez dos frentes como en el 18. Constriñendo a sus generales a seguir literalmente sus absurdas ordenes, cuando la improvisación y las fugaces maniobras envolventes y por flancos son la marca de la casa. No quiero hablar de sus intromisiones en el terreno de la ingeneria bélica…., sobrepesos en tanques obsoletos en el este, retrasos en el Messerschmitt Me 262, etc…, sólo trabajo sin presiones Von Braun.
    Nefasto.

  8. Zaharoff dice:

    ….El invierno entra por mi puerta como un perro oscuro y asustado. La cierro, reviso esta página…, y más soledad. En fin, daré otra vuelta por la playa. Hace apenas dos horas era un calculador de arena. Miraré al cielo y calcularé estrellas.

  9. Carlos dice:

    Zaharoff: Hitler cometió muchos errores estratégicos como bien lo señala David Solar en «La caída de los dioses», pero no caigamos en la corriente de los generales alemanes que por la década del 50 del siglo pasado escribieron memoria tras memoria echándole toda la culpa de la pérdida de la guerra a Hitler.-Hitler no fue responsable de que Paulus dejara sin respaldo el débil flanco rumano ni que la inteligencia militar alemana no soñara siquiera con la magnitud de la contraofensiva rusa de 1942; Hitler no fue culpable de que los generales y los almirantes alemanes no detectaran la enoooooooooorme concentración de barcos en el canal de la Mancha la noche anterior al desembarco de Normandía; fue Hitler quien apoyó la idea genial de Manstein de atacar por las Ardenas en 1940 en contra de la opinión de la mayoría de sus generales; a Hitler lo confundió la torpeza de Rundstedt ( un viejo inútil) y la inconsciencia de Göring en el episodio de Dunquerke, etc.- A cada uno lo suyo.-

  10. Koenig dice:

    Buenos días.

    La relación de Hitler con sus Generales a lo largo de la guerra y su cada vez mas férreo control del alto mando es una historia en la que puede destacar tanto la habilidad de Hitler para controlar a sus oficiales como la escasa fuerza que ejercieron estos para evitar ese control. Un buen resumen de estos acontecimientos lo ofrece, si no recuerdo mal, Alan Clark en «Barbarossa,The Russian German Conflict 1941-1945».

    La pregunta de donde se vio a un cabo dirigir un ejército es tan interesante como preguntarse donde se vio un ejército dejarse dirigir por un cabo. Aunque, obviamente, Hitler ya no era cabo cuando dirigío el ejército Alemán.

    Ahora bien, el resultado de esto no es que ninguno sea responsable, sino que todos lo son. El generalato por no evitar que Hitler se hiciera con el control de las operaciones militares, por aplicar a ultranza el principio de no intervención en política, por no ser capaz de ver mas allá de sus rencillas personales y por no imponer una dirección profesional del conflicto en el momento en que fue verdaderamente necesaria. Por otro lado, Hitler por ser un megalómano chiflado, por no ser capaz de aceptar los asesoramientos veraces cuando no coincidían con lo que quería oír, por pretender un control absoluto a la vez que dividía a sus posibles opositores haciéndolos competir entre ellos, por considerarse infalible. En resumen, por ser un megalómano chiflado (otra vez).

    Volviendo a cuestiones mas puntuales, como la de Stalingrado por ejemplo, Paulus, como jefe del 6º Ejército, tenía muy poco control sobre los ejércitos rumanos que lo flanqueaban. El control de dichos ejércitos se repartía entre el alto mando Rumano y el del Grupo de Ejércitos. La idea de posicionarlos en los flancos del avance hacia Stalingrado provino, si no recuerdo mal, de la «Guarida del Lobo». Este error se basó en la, siempre recurrente, cantinela de que los rusos estaban derrotados y no iban a poder resistir mas, que ya no tenían reservas, ni material, ni nada… Y en el empecinamiento, de Hitler, de tomar la ciudad. Una operación que ni siquiera estaba prevista en los planes iniciales, donde el 6º Ejército tenía que limitarse a mantener una posición del Don al Volga que mantuviera la ciudad al alcance de la artillería y protegiera el avance hacia el Caucaso y hacia la Desembocadura del Volga.

    Opino.

  11. Carlos dice:

    Bueno, veo que ya hemos ultrapasado a Speer, je, je, pero el tema de la II G.M. para mi es apasionante, por cuanto cada vez que se investiga más, se descubre lo poco que sabemos sobre algunos temas, luego de décadas de simplistas posiciones en la mayoría de los casos.-Así que si estamos en el baile, bailemos.-
    Con respecto a Paulus, Anthony Beevor, en su excelente libro sobre la batalla de Stalingrado, dice que la crítica que se ha hecho a Paulus sobre el hecho de ignorar la orden de Hitler y romper el cerco no es la más importante ( historia simplista diría yo). No era fácil desoir una orden expresa, hubiera sido relevado del mando y quizás sometido a consejo de guerra. (De paso digo que Rommel sí lo hizo en El Alamein, pero allí no había una ciudad determinada sino desierto y más desierto y además Rommel, bueno, era Rommel, todavía el general favorito de Hitler). Pero vuelvo a Paulus. Beevor afirma que los dos graves errores de Paulus fueron: a) No haber tenido fuerzas móviles acorazadas en reserva detrás de las débiles líneas rumanas de sus flancos; y b) cuando se produjo el cerco, no haber informado, clara, ráoida y precisamente a Hitler y al Alto Mando ( OKW) sobre la gravedad del asunto.- Y señalo aparte: la quietud de los generales alemanes ante la invasión de Normandía, ignorando el enorme convoy aliado y los mensajes a la resistencia, fue algo asombroso! ( Les sanglot long de violons de l’automne, blessent mon coer d’une languer monotone) ¡Vaya si se habrán tragado los violines del otoño! ¡Incomprensible!

  12. Zaharoff dice:

    Von Manstein cuenta en sus memorias sus inutiles esfuerzos para persuadir a Hitler de que Paulus rompiera la bolsa. Fueron todos inutiles. Manstein creo que entro en la bolsa dos veces a hablar con Paulus. Sabía del peligro de dicha ruptura (no había muchos medios), pero como él habría de llegar tarde, no había otra opción. Cuando la bolsa se partió en tres sectores, todo fue ya tarde.
    Hitler sacrificó el 6º ejercito para advirtir a sus generales que no daria un paso atras. (No dudó en engañarlos con la excusa de la materias primas, etc…). Esta cabezonería del «cabo bohemio» y los frustrados intentos de apartarle del alto mando, dieron lugar a los tristes episodios de 1944/1945: derrotas tras derrotas.

  13. Zaharoff dice:

    finis coronat opus.

  14. Carlos dice:

    Zaharof:dos pequeñas precisiones.Manstein nunca entró en la bolsa, envió una vez a un oficial de su Estado Mayor, cuyo nombre está en el libro de Beevor, sólo que ahora no sé donde tengo el libro, je,je.-Y segundo: la bolsa ( el Kessel)no llegó a dividirse en tres sino es dos. En la primera capituló Paulus y uno o dos días después el otro bolsón.- Como dato interesante, uno de los hermanos de Speer murió( oficialmente fue dado por desaparecido) en Stalingrado. Speer y sus padres recibieron una última carta del hermano, diciendo que había sido herido.- Speer le rogó al mariscal Milch, por ese entonces el encargado de la Luftwaffe de abastecer el Kessel, que tratara de localizarlo y sacarlo, pero no fue encontrado y no pudo ser evacuado con los aproximadamente 28.000 heridos que pudieron ser salvados por vía aérea.- Saludos.-

  15. Germánico dice:

    Hummmm… No tengo libros ahora mismo a mano, pero recuerdo que hubo un tercer grupo, de artillería, que tardó unas cuantas semanas en rendirse (cerca de un mes, me parece). Estaban en la zona norte de la ciudad.

  16. Carlos dice:

    Germánico, no quiero contradecirte porque después de todo yo no soy una encicllopedia, pero nunca escuché esa versión.- La que sí escuché es la de un pequeño grupo de soldados al mando de un teniente Witzig que atravesó la estepa y llegó, solo él, hasta las líneas alemanas, con tan , pero tan mala suerte, que mientras reposaba en un hospital al día siguiente, fue muerto por un bombardeo de la artillería rusa.- Anthony Beevor en el ya citado libro sobre Stalingrado, pone en duda ese hecho.-

  17. Carlos dice:

    No quiero contradecirte porque después de todo yo no soy una encicllopedia, pero nunca escuché esa versión.- La que sí escuché es la de un pequeño grupo de soldados al mando de un teniente Witzig que atravesó la estepa y llegó, solo él, hasta las líneas alemanas, con tan , pero tan mala suerte, que mientras reposaba en un hospital al día siguiente, fue muerto por un bombardeo de la artillería rusa.- Anthony Beevor en el ya citado libro sobre Stalingrado, pone en duda ese hecho.-

  18. Germánico dice:

    Bueno, yo tampoco soy una enciclopedia, je, je. Ya lo miraré. Puedo estar equivocado, por supuesto, pero creo que hubo un grupo de artillería que resistió todavía un tiempo.

  19. Carlos dice:

    Ahora que releo mi mensaje, estoy casi seguro que el nombre del teniente no era Witzig, sino otro parecido. Pero en lo demás, la historia o leyenda es igual.-Saludos.-

  20. Germánico dice:

    Güeno… anoche estuve buscando en libros y por internet la referencia de la que he hablado más arriba. De momento, lo único que he encontrado es la rendición del general Starker y su grupo, en la fábrica de tractores, 48 horas después de la de Paulus. O sea que… o me he equivocado en un buen número de horas, o andaba un poco torpe en la búsqueda. Seguiremos informando.

  21. Carlos dice:

    Güeno, no es por enmendarte la plana pero era Strecker.-
    Luego de la capituación estuvo prisionero en Rusia junto con otros generales hasta 1956 ( !!!!).-

  22. Germánico dice:

    Las enmiendas poco me importan, Carlos, aunque suelo valorarlas en función de quién vengan y cuáles sean sus intenciones. Como has visto justo antes de tu intervención, soy el primero en rectificar cuando me equivoco o no encuentro un dato.

  23. Carlos dice:

    Te agradezco el mensaje y por supuesto la amplitud de miras que de él se desprende.- Tampoco por mi parte lo hice por un celo o gesto de pedantería, por supuesto.-
    Es que la Historia es ESPECTACULAR.-
    SIEMPRE DIGO QUE UN PUEBLO SIN HISTORIA ES COMO UN SER HUMANO CON AMNESIA.-
    sALUDOS.-

  24. Zaharoff dice:

    …Un poco de amnesia histórica vendría muy bien a muchos pueblos. Sobre todo cuando la historia se torna excusa.

  25. orejas dice:

    Bueno me he pasado un buen rato leyendo vuestros comentarios, y son muy interesantes todos.Primero quisiera presentarme un poquito, y es que el tema me tiene abducido desde que fui a Berlin. Sobre Speer solo se tiene que visitar cualquier edificio gubernamental de la ex Alemania Occidental para darse cuenta que aun hoy queda algo de el. ¿ Pero de que manera?. ¿La del arquitecto, o la del ministro de armamento?. Este hombre cuando se dio cuenta de donde se abia metido (su numero de afiliacion al NSDAP fue 474.481) «ya iba tarde». La verdad que estoy de acuerdo que sin duda sabia todo sobre el Holocauso, pero ya era demasiado tarde, y se me ocurre un paralelismo al respecto;(tenia al angel y al demonio en cada hombro). Pero a mi personalmente me parece mas «extraño» que no se haya juzgado ni en Nurenberg ni el ningun otro lado la participacion de la Brigada Azul franquista en una operacion sistematica de borbandeos contra poblacion civil polaca.

    ES TODO TAN EXTRAÑO

  26. Carlos dice:

    La División Azul fue usada en Rusia, nunca en Polonia…

  27. juanrio dice:

    Creo que Orejas se refiere a la Escuadrilla azul. Lo que no sé es si bombardeo en Polonia.

  28. Germánico dice:

    Sólo estuvo en la URSS. Dejó de operar poco antes de ser expulsados los alemanes de ese país. En cuanto a crímenes de guerra de la División Azul, pues alguno hubo, ciertamente. Ayer precisamente leía un fragmento de un oficial médico en el que se quejaba de que un alferez (o un capitán, no lo recuerdo bien) había fusilado a un prisionero ruso al que él acababa de curar una herida en el brazo. Además, hay que tener en cuenta que una de las misiones de la División fue limpiar de partisanos áreas de retaguardia, tarea especialmente propicia para la guerra sucia. Dicho lo cual, hay que añadir que ni de lejos la actuación de los españoles (e italianos) puede compararse a la de los alemanes.

  29. Koenig dice:

    Buenas.

    A todo esto añadir que, si no me equivoco, en ningún momento fueron juzgados pilotos ni personal de tierra por las acciones de bombardeo sobre ciudades. Ni los de la Luftwaffe, ni la RAF ni la USAAF, mucho menos los de pequeños contingentes.

  30. Urogallo dice:

    La brigada azul…bueno, teniendo en cuenta que ni existió unidad tal, ni el borbardeo es crimen de guerra…

  31. Zaharoff dice:

    Orejas andas algo despistado, te recuerdo que en la guerra civil española la unión sovietica envió material y oficiales al frente republicano y nadie dijo nada. España hizo exactamente los mismo (reciprocidad) sin estar oficialmente en guerra contra el bolchevismo. En Yalta, ya Stalin deseaba meter mano a España, pero Roosvelt se negó porque para entonces ya sabía que el envio de la llamada «Brigada internacional», había sido un profundo error, porque eran una pandilla de rojerio que sólo trajo problemas a los EEEUU, hasta el punto de que no les dejaron participar en la 2 Guerra mundial. Condenar a España en Nurembrerg o forzar la caida del franquimo tras el 45, era tanto como abrir las puertas de España a las garras de la basura del marxismo.

  32. marcelo dice:

    Germanico

    Orejas se debe referir a algun atropello que quiza cometieron mientras se transladaban al frente de Leningrado cruzando Polonia

    fueron movilizados a Suwalki, Polonia, de alli a pie a Smolensk y de alli a Leningrado, pero de aqui a meterlos en una «operacion sistematica de bombardeos contra poblacion civil polaca» como menciona Orejas, hay una gran distancia..creo yo..

  33. juanrio dice:

    Zaharoff, cuando dices que «la Unión Soviética envio material y oficiales al frente republicano y nadie dijo nada» debes sus¡frir un lapsus, porque creo que si hubo mucha gente que dijo algo. Te recuerdo que las Brigadas Internacionales no fueron exclusivamente soviéticas ni exclusivamente marxistas.

    Tanto la Alemania nazi con su Legión Condor, como la Italia fascista con CTV enviaron muchas más tropas y material, y también hubo quién lo dijo.

    El envio de la División azul y la Escuadrilla azul a combatir contra los soviéticos no fué en reciprocidad por nada. La reciprocidad con Alemania fué esencialmente la venta de minerales, poco podía aportar al ejercito alemán una división sin armas ni equipo, aunque luego en el campo de batalla tuviera alguna actuación importante.

    Lo de condenar a España en Nuremberg casi te diría que carecía de sentido en el 45, ya que gran parte de la culpa dce que triunfar un golpe militar contra un gobierno legítimo, el republicano, fué por el consentimiento de las democracias occidentales, fundamentalmente Gran Bretaña y Francia.

    Lo de utilizar «caer en las garras de la basura del marxismo» en el año de 2008 me parece un exceso en una conversación entre adultos.

  34. Germánico dice:

    A la Condor únele el envío de buques de combate, entre ellos a los que protagonizaron el bombardeo de Almería. Un país teóricamente en paz con España bombardea una de sus ciudades (claro que del bando de la «basura marxista»…), y como que aquí no ha pasado nada. Hay que ver la memoria qué pilla es que sólo recuerda lo que le interesa (y casi nunca de manera exacta…).

  35. Carlos dice:

    Bueno, supongo que lo de condenar a España en Nuremberg debe ser una humorada. Primero porque en Nuremberg no se condenó a país alguno, sino a hombres, segundo porque el Estado Español no participó en la guerra, tercero porque fue un juicio parodia y cuarto porque entre los jueces estaban los soviéticos nada menos, así que, reitero, como humorada está bien.-
    Pero nos hemos ido de Speer…..

  36. Marbenes dice:

    Pero, el bombardeo de Almería por la Cóndor fue durante la guerra civil española, como fuerzas de apoyo aéreo que Hitlerr envió a Franco, y no durante la IIGM, ¿no? (pregunto en serio porque no estoy segura)

  37. juanrio dice:

    El bombardeo de Almería fue por navios de guerra alemanes durante la guerra civil. La Legión Cóndor no fue exclusivamente una fuerza aerea, aunque posiblemente fuera el componente más importante.

  38. Koenig dice:

    No fue la Condor Marbenes, sino la Marina Alemana. La diferencia aparte de que sea aéreo o naval, es que la gente de la Condor eran voluntarios que habían marchado a luchar a España por su cuenta, y empleaban material propiedad de los nacionales (jurídicamente). En cambio los barcos y marinos que bombardearon Almería lo hicieron como miembros de las fuerzas navales de Alemania.

  39. Marbenes dice:

    Gracias a los dos por la aclaración. Sin embargo, estoy segura de haber leído en algún sitio que se envió la Cóndor a España por decisión de Hitler, y con el beneplácito de Göering, tras una negociación entre los nacionalistas españoles y los alemanes. Seguramente por eso dí por hecho que todos eran miembros de las fuerzas armadas alemanas y que la Legión Cóndor era de aviación, marina y tierra.

  40. juanrio dice:

    Hablo de memoria y seguramente me equivoque. La Legión Cóndor era eminentemente una fuerza aerea a la que también acompañaron oficiales para que actuaran como asesores. La mayoría eran miembros del ejercito alemán, que en esos tiempos y como consecuencia del Tratado de Versalles tras el final de la I Guerra Mundial, era un ejercito limitado, pero la Alemania nazi se había saltado todo lo firmado y estaba construyendo un nuevo ejercito alemán. Si no recuerdo mal tenía diversas limitaciones, entre ellas de número, no mñas de cien mil militares, de armamento, creo que no podían tener blindados ni aviación de guerra, etc. Para venir a España los militares alemanes firmaron su baja en el ejercito alemán y viniero como «meros» voluntarios a ponerse al servicio de Franco.

    Otro caso fué el de los barcos de la marina de guerra alemana que en base a los acuerdos internacionales que se firmaron en aquellos años sobre el bloqueo armamentistico a la guerra de España, acutaron en nuestras costas. Esos barcos, cuya misión era impedir que entraran armas y pertrechos de guerra aquí, se convirtieron en realidad en barcos para el bloqueo de la república y posteriormente en agresores de la misma, bombardeando diversos pueblos y ciudades españolas.

  41. Marbenes dice:

    Jobar Juanrio, de memoria, qué monstruo (en el buen sentido de la palabra). Muchas gracias, así da gusto preguntar.

  42. Germánico dice:

    La División Azul tuvo también un estatus especial en Rusia. Formada, teóricamente, por militares y falangistas «voluntarios», eran, formalmente, una división más del ejército alemán, la 250 de infantería, habiendo jurado fidelidad personal a Hitler, como el resto de la Wehrmacht (este lazo complicó mucho su situación cuando se decidió retirarla del frente, dado que no estaba, teóricamente, bajo mandato del Estado español). Las soldadas recibidas como combatientes procedían de las arcas alemanas, en tanto que en España seguían percibiendo las que les correspondería como militares en activo. La Escuadrilla Azul tenía una naturaleza similar, Sin embargo, los marinos españoles que sirvieron en la Kriegsmarine en el Báltico y el Golfo de Finlandia en la misma época (unos 120) sí conservaban su calidad de militares españoles, si bien se consideraba que no estaban desplazados como combatientes sino como personal en formación.

  43. juanrio dice:

    De lo de los marinos españoles en la Kriegsmarine si que no tenía ni idea, igual que lo que cuentan, aunque la documentación debe ser casi nula, de que entre los últimos defensores de Berlín había voluntarios españoles encuadrados en la Waffen SS.

  44. Koenig dice:

    Esa, es una de las grandes incognitas del tema.

    Probablemente hubiera algún español, pero por lo que se no estuvieron encuadrados en ninguna unidad específicamente española, ni ocuparon puestos de relevancia.

    Saludos.

  45. juanrio dice:

    Lo que yo he leído varía según las versiones. Unos situan a los españoles con la Carlomagno, otros con los bálticos de la ¿Nordland? pero creo que como tu dices debían ser muy pocos y sin relevancia. Ojala hubiera algún testimonio de esto, pero claro los últimos defensores de Berlín debieron morir en su mayoría y más no siendo alemanes.

  46. Urogallo dice:

    Hay libros especificos sobre ambos temas. De hecho, uno de los SS españoles que defendieron Berlín testificó tras su liberación en un juicio sobre el fin de Martin Bormann.

  47. juanrio dice:

    Uro, eso no se hace, se dice que libros, que ahora nos has dejado en ascuas. Yo sobre el testimonio de la muerte de Bormann leí lo que contaba el chofer de Hitler, Kempka.

  48. Germánico dice:

    Kempka… Autor de una frase genial: «¡Eh, vamos, sube! ¡El Jefe está ardiendo, no te lo pierdas!» ¿¡Cuándo, Catilina, escucharemos en Hislibris una frase parecida!?

  49. Koenig dice:

    De la carlomagno combatió un batallón de supuestos voluntarios. Entre ellos había algunos apellidos españoles, pero por lo que se eran todos de origen francés.

  50. juanrio dice:

    Esperemos que Urogallo nos saque de dudas.

  51. Zaharoff dice:

    Juanrio, no te enteras. El gobierno légitimo de la República española pidió auxilio a Francia e Inglaterra durante la guerra….., ¿y que pasó?. Lee las memorias de Azaña y él te lo puede explicar, dice Azaña, por ejemplo, «Hoy he visto con Barrios peliculas filmadas en el frente de Asturias. Salen banderas comunistas en todos los planos….., esto explica mejor que cientos de ridiculas excusas que me traen de Paris porqué Francia e Inglaterra no apoyan nuestra causa». Con eso te lo digo todo, sin entrar en el golpe de Estado de 1934. En la España de 1936 ya no había ni un sólo democrata. Lo demas….tonterias. Digo la basura del Marxismo porque todavía se puede contemplar en Cuba o Corea del Norte.
    ….repito a las brigadas internacionales, los procedentes de USA, les prohibieron participar en la 2ª GM y muchos tuvieron que huir de EEUU a su vuelta por espionaje en favor de la URSS.

  52. juanrio dice:

    Zaharoff, ya se que echas de menos la luz que nunca se apagaba en el Pardo y que sigues soñando con el vigía de occidente, pero lamentablemente para tí de eso hace mucho tiempo.

    La República española pidió ayuda a Francia, Gran Bretaña, y todas las democracias, y efectivamente le negaron esta ayuda. ¿Por las banderas comunistas? Te recuerdo que en Francia gobernaba el Frente Popular, incluidos comunistas. Yo diriá más bien que fué por miedo a la respuesta que pudieran dar Alemania e Italia a una participación de estas naciones en España. De hecho la causa de que los comunistas crecieran, eran un partido muy pequeño al comienzo de la guerra, fué que la URSS ayudo a la República mientras que los demás paises la perjudicaban con un bloqueo injusto a un gobierno legítimo y democrático

    Golpe de estado en el 34, yo te diría que no hubo un golpe de estado, ni siquiera el gobierno de la época lo llamo así. Se le ha llamado siempre huelga general revolucionaria. Tan condenable como un golpe de estado, pero diferente. El gobierno de la republica envió a Franco al frente de la Legión y ya sabemos lo que pasó.

    Tienes razón en que a los brigadistas norteamericanos los vigilo el gobierno de su país y que no les dejo ingresar en el ejército, además de causarles un montón de molestias e incomodidades en su vida. De hecho en Estados Unidos estuvo prohibido el Partido Comunista. No huyeron tantos a la URSS, aunque sin duda algunos lo hicieron. Y ten en cuenta que la URSS aprovecho la buena voluntad de mucha gente.

    Que me hables de Corea del Norte y Cuba…..El eje del mal, ya se ve hoy donde están las guerras y creo que no están en ninguno de esos dos paises. Cuba será una democracia en pocos años, en el momento que mueran los Castro. Y posiblemente si USA no hubiera tenido un comportamiento tan cerril con Cuba, ésta ya sería una democracia.

    En cuanto a Corea, creo que es cuestión de tiempo también. A Kim Il Sun le queda muy poco y en cuanto que caiga el muro que hay tejido a su alrededor y los coreanos vean como se vive en el país de al lado, acabarán con su dictadura.

  53. Zaharoff dice:

    Buena respuesta

  54. Carlos dice:

    Yo dejé una respuesta que le «traduje» a Speer, la respuesto era en alemán por supuesto. Aber, wo ist bitte?

  55. Zaharoff dice:

    ¡Maldita sea!, Speer, ya hemos terminado contigo. Hemos diseccionado todo lo que has dicho y no hemos encontrado más que la la punta de un iceberg que esconde sumergido todos tus silencios. Sal de la tumba y dime al menos cuantas leales alemanas te cepillaste en tu corta existencia nacionalista….., canalla

  56. Marbenes dice:

    He dado con esta frase y, no sé si acertada o equivocadamente, me ha parecido muy apropiada para este hilo.

    «Primero fueron a por los judíos,
    y yo no hablé porque no era judío.
    Después fueron a por los comunistas,
    y yo no hablé porque no era comunista.
    Después fueron a por los católicos,
    y yo no hablé porque era protestante.
    Después fueron a por mí,
    y para entonces ya no quedaba nadie que hablara por mí.»

    Martin Niemöller

  57. Carlos dice:

    No sé cuantas alemanas se cepilló Speer, lo que sí sé es el título con que empezó esto.-
    Si queremos bucear debajo del iceberg no tengo problemas, pero pueden haber sorpresas, eh..
    En cuanto a lo de Niemöller, no estoy seguro que haya sido él quién pronunció esas palabras, pero a la mejor estoy equivocado.-Lo que sí sé es que algunos dicen que no fue tan santo como se cree y que habría coqueteado con los nazis. Pero no lo puedo comprobar.-

  58. Marbenes dice:

    La traducción más o menos completa del poema, que al parecer es parte de un sermón que dió en 1946, es ésta:

    «Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
    guardé silencio,
    porque yo no era comunista,

    Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
    guardé silencio,
    porque yo no era socialdemócrata,

    Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
    no protesté,
    porque yo no era sindicalista,

    Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
    no protesté,
    porque yo no era judío,

    Cuando vinieron a buscarme,
    no había nadie más que pudiera protestar.»

    Pero respecto a que fuera un santo, no lo creo. Era anticomunista, antisemita y nacional socialista hitleriano; se enfrentó al régimen nazi sólo cuando éste se metió con la iglesia. Sólo después de ser encarcelado y más tarde retenido por la Gestapo en un campo de concentración fue cuando se unió al movimiento pacifista.

  59. David L dice:

    Aquí se ha estado comentando que Speer debía haber conocido los asesinatos en masa que se producían en los campos de concentración y , en efecto, él sabía que es lo que estaba sucediendo con los presos. Él mismo reconoció en Nuremberg los crímenes de guerra, es más, no negó su participación indirecta en ellos, provocando de esta manera muchas críticas entre sus compañeros de prisión. Speer tuvo suerte, asumió su responsabilidad, pero le salvó que fuera uno de los pocos miembros del gobierno del Tercer Reich que se atrevió a decirle a Hitler que todo estaba perdido. Además el hecho de haber impedido la orden de “tierra quemada” que Hitler había ordenado también supuso un atenuante a la hora de salvar el pellejo. Ahora bien, pasar 20 años metido en prisión con apenas cuarenta años cumplidos y con esa carga emocional encima no deja de ser un castigo terrible.

    Un saludo.

  60. juanrio dice:

    Yo no acabo de estar seguro de que estuviera implicado sólo de forma indirecta. Tengo la impresión de que con su conocimiento y bajo sus órdenes, se empleo mano de obra de los campos de concentración. Creo que le beneficio que, en comparación con el resto, tenía mucha mejor imagen y su confesión.

  61. David L dice:

    Speer era no era el encargado de “reclutar” la mano de obra que necesitaban sus fábricas para mantener la producción armamentística alemana, el responsable de realizar con éxito esta tarea fue el antiguo guletier Fritz Sauckel, personaje que acabó en la horca en los famosos juicios de Nuremberg. Lo que yo he querido resaltar es que Speer reclamaba la mano de obra a Sauckel y éste se la proporcionaba. Para el primero, el origen y las formas a la hora de reclutar esa cantidad ingente de trabajadores le era indiferente, o mejor dicho, no se entrometió nunca en la labor de Sauckel. Él necesitaba los obreros y Sauckel se los proporcionaba. Ahora bien, una cosa es que Speer no se entrometiera en el trabajo de Sauckel, y otra muy distinta es que aquél desconociera la procedencia de la mano de obra esclava. A eso me refería cuando comentaba su responsabilidad “indirecta”. A él mismo le atormentó siempre esa insensibilidad para con aquellas personas. Su obsesión a la hora de mantener con vida al Tercer Reich le desconectó a la hora de mantener cualquier atisbo de empatía con los obreros esclavos. Este hecho fue decisivo para condenarle a 20 años de prisión.

    Por cierto, ahora estoy leyendo este libro, “Diario de Spandau”, y es un documento realmente impresionante, saber que vas a pasar 20 años de tu vida en prisión, sin apenas poder hablar con nadie, con un régimen carcelario bastante estricto, debió ser durísimo. Uno puede pensar que tuvo suerte de no morir en la horca, pero la prisión creo que fue un castigo lo suficientemente duro como para que Speer recapacitara sobre su responsabilidad en los crímenes de guerra. Un libro que aconsejo leer para que uno pueda apreciar la libertad.

    Un saludo.

  62. Alvaro Domingorena dice:

    Lo único realmente cierto de Albert Speer es que era súper inteligente, ultra capaz (capaz de cualquier cosa), innovador en todo, gran arquitecto, y conocedor innato de lo que hoy llamamos «logística». Fue un engranaje imprescindible en la ingeniería Nazi.
    Por todo lo anterior creo que era conocedor de absolutamente todo lo que ocurría en su régimen. Era una máquina de hacer, de organizar, de planificar, no de cuestionar.

  63. José Luis dice:

    Leí el libro hace unos quince años con unos veinticuatro años de edad y una visión de la realidad algo menos madura de la que tengo hoy en día. Como obra literaria carece de cualquier valor y su interés es relativo por las dudas (siendo generoso) que suscita acerca de la veracidad de algunos pasajes de la narración. No recuerdo si llegué a terminarlo, porque a veces se detiene en cuestiones demasiado prolijas y de poco interés, con gran profusión de detalles y datos, aunque otras, narra encuentros con Hitler y su círculo íntimo bastante curiosas de ser ciertas. Resulta elocuente su desafecto hacia ellos e incluso las muestras de desprecio, como si pretendiese dejar patente un distanciamiento de ellos y así justificarse, aunque lo hace desde una perspectiva pretendidamente objetiva lo que me llamó bastante la atención, aunque puede ir en consonancia con una personalidad fría y de una afectividad anómala.
    Los argumentos que aporta para defender su inocencia o desconocimiento de la realidad, simplemente, no se sostienen, carecen de credibilidad alguna, quizás allí donde insinúa que hizo lo que la mayoría y prefirió mirar para otro lado. En todo caso, para condenar son necesarias pruebas y la ausencia de evidencias directas que le incriminaran y su «arrepentimiento», simulado o no, fueron los que le salvaron de la horca, no olvidemos que le condenaron a veinte años de prisión.
    En cuanto a «La solución final», está claro que una idea tan monstruosa como ésta y en una estructura dictatorial, tuvo que partir de una cabeza «pensante» y de ahí se extendió descendiendo por la escala de mando hacia la base de la propia estructura formada por los ejecutores: carceleros y demás. Se trataba de una idea delirante, macabramente delirante, compartida por un círculo que la hizo propia (los mayores responsables) y por las demás capas que, en tanto se iban impregnando de la misma o de su conocimiento en mayor o menor medida, contribuían a su mantenimiento con su apoyo o pasividad. La respuesta a esta cuestión ha de buscarse en el estudio de la mente humana y de los mecanismos sicológicos que la mueven, de su capacidad para sobrevivir y de abstraerse del sufrimiento ajeno e incluso beneficiarse del mismo.
    En cuanto a la pena de muerte, a veces se subestima su principal virtud, una vez administrada en los casos más graves y con las debidas garantías (juicio justo etc..,): evita la posterior y nueva victimización por parte del reo, así como que pueda lucrarse de los crímenes cometidos, como ocurrió con Albert Speer, que se hizo millonario con los ejemplares de sus memorias vendidos, así como con las entrevistas concedidas. Acabo de ver un documental en el que se habla de que fué «cortejado» por los medios de comunicación. No se alude en ningún momento a que donara cantidad alguna o contribuyera en alguna medida a paliar en algo el dolor causado. A este respecto he de decir que la autobiografía llegó a mis manos porque se encontraba en la librería de mis padres y cuando les pregunté por su procedencia me respondieron que se la había enviado del Círculo de Lectores. (Espero que no me censuren por esta reseña). El caso es que es curioso cómo a veces se contribuye de manera inopinada a causas de dudoso valor moral.

  64. Carlos dice:

    Uf, ya me había olvidado de este tema. El año pasado leí Conversaciones con Albert Speer de Joachim Fest.Fest escribióademás una biografía de Speer que no se encuentra por ningún lado en español ,probablemente no fue traducida nunca al español.
    Como resumen de todo diré que Speer lo que hizo fue fabricarse una buena defensa en el juicio de Nuremberg, cargado de monstruosidades jurídicas en contra de los acusados y en donde paradojalmente los soviéticos, los perpetradores de horrendos crímenes en el GULAG y en Katyn eran también jueces. No se puede impedir que un acusado se defienda, pues. ¿ Si mintió o no mintió? Es cosa secundaria.Ningún acusado puede ser tan imbécil de no defenderse. Y después de la guerra,en parte arrepentido, en parte viendo que no podía desdecirse ,en parte en búsqueda de la notoriedad que tanto amó ( y que quien se la dio fue Hitler, pues sis padres no creeían mucho en él como arquitecto) escribió lo que escribió. A él le importaba su trabajo, su triunfo, su notoriedad y sí, posiblemente haya hecho como millones de alemanes, miró para el costado el tema judío. Fue juzgado y condenado a 20 años, que cumplió íntegramente, ni un día menos. Luego de salir en libertad no puede reprochársele. Cumplió su pena y a otra cosa.

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