CARMILLA – Joseph Sheridan Le Fanu
El fenómeno del vampirismo es muy antiguo. El temor al no-muerto, la figura demonÃaca que vuelve de la tumba para nutrirse de la sangre de los vivos, puede rastrearse ya en la antigua Grecia con la Empusa, especie de demonio femenino que yacÃa por la noche con los hombres, a quienes succionaba su fuerza vital hasta la muerte. Parecida era la Lamia, con la que llegó a confundirse, aunque ésta tenÃa otro origen, derivado de las leyendas de monstruos marinos. En la tradición hebrea tenemos a Lilith, primera esposa infiel de Adán en la tradición judaica medieval y que se identifica con un espectro nocturno que mataba a los niños concebidos de forma pecaminosa, chupándoles la sangre por la noche. Otra figura vampÃrica del mundo clásico es la strix, término que utilizaban los romanos para referirse a un ave nocturna que sobrevolaba las cunas de los niños para beber su sangre y que ya aparece en Ovidio y en Horacio.
Posteriormente tenemos evidencia de vampirismo en las sagas escandinavas y en ciertas crónicas medievales inglesas como las de Walter Map, pero es en RumanÃa, HungrÃa y las culturas eslavas donde el vampiro adquiere su carta de naturaleza definitiva. Es a partir de la publicación del Drácula de Bram Stoker en 1897 que el mito se hace universal. Stoker se basó, como es bien sabido, en la figura de Vlad Tepes, voivoda de Valaquia en el siglo XV y conocido por su crueldad, para componer su personaje. El conde Drácula se convierte en el arquetipo por excelencia del vampiro, conociendo multitud de revisiones en el ámbito de la cultura popular. Tanto es asà que ha eclipsado a otros importantes precedentes literarios entre los que cabe destacar el relato de John William Polidori El Vampiro, gestado en Villa Diodati en el famoso «año sin verano» de 1816 al mismo tiempo que Frankenstein de Mary W. Shelley, y la novela corta Carmilla, del irlandés Joseph Sheridan Le Fanu, objeto de esta reseña.
Carmilla fue escrita y publicada entre 1871-72, apareciendo en una colección de cinco relatos llamada «In a Glass Darkly». La trama es sencilla: Le Fanu finge dar a conocer el relato extraÃdo del archivo de casos clÃnicos recopilados por un tal Martin Hesselius, doctor en medicina metafÃsica. Laura, la protagonista y narradora cuenta en primera persona la tranquila y retirada vida que llevaba con su padre en su castillo o schloss situado en Estiria, Austria. Cierta noche en que paseaban por los alrededores, aparece un carruaje cuyos caballos, desbocados, lo hacen volcar en el camino. De él desciende una extraña dama que solicita asilo y cuidados para su hija, inconsciente por el golpe. Ella debe seguir camino a toda prisa a causa de un asunto urgente, pero se compromete a recoger a su hija Carmilla en el plazo de tres meses. Laura y su padre aceptan y asà la joven Carmilla pasa a ser su huésped. Pronto las dos chicas se hacen inseparables, pero las poco convencionales costumbres y el extraño comportamiento de la joven huésped hacia ella, unas excesivamente apasionadas demostraciones de afecto que le confunden y le parecen impropias, pero de las que no puede escapar debido a la fuerte atracción que ella misma siente hacia Carmilla, inquietan a Laura (Le Fanu también introduce un componente erótico en la relación entre el vampiro y sus vÃctimas, aunque en su caso es de carácter lésbico. Dicho esto, que nadie lea la obra pensando encontrar escenas subidas de tono, que estamos en plena era victoriana). Al mismo tiempo, la narradora cuenta cómo empezó a sufrir unas curiosas pesadillas en las que algo indefinido paseaba por su habitación y se le subÃa encima, clavándole algo parecido a dos afiladas agujas en el pecho. Estas visitas nocturnas se irán repitiendo durante algunas semanas, provocándole una cada vez mayor debilidad al tiempo que comienzan a producirse varias extrañas muertes de chicas jóvenes en los alrededores. El médico que acude a verla no tardará en atar cabos al conocer sus sÃntomas y conoceremos la relación de Carmilla con cierta condesa fallecida mucho tiempo atrás llamada Mircalla Von Karnstein…
No es conveniente revelar aquà el resto de esta sorprendente novela, estructurada en capÃtulos cortos, con abundantes y ágiles diálogos, una estupenda y lograda ambientación gótica y unos personajes ciertamente atractivos. Decir sólo que el lector encontrará más de una semejanza con la novela de Stoker (y también posiblemente con la historia de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta), aunque quizá sea más correcto decir lo contrario ya que Carmilla constituye el precedente más directo de Drácula a la vez que prefigura el arquetipo del vampiro femenino.
CARMILLA, Joseph Sheridan Le Fanu. Alianza Editorial, el libro de bolsillo, 152 páginas, 2ª edición 2016
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repleto de fuentes clásicas para el que quiera conocer más.
Buena reseña. Temática y obra interesante. No la conocÃa.
Por cierto, realmente inquietante la portada.
Saludos
La portada es de las que te reconcilia con el mundo editorial. Si vierais lo que hay por ahà en referencia a esta misma novela. La edición de Obelisco, sin ir más lejos…
Ya que habÃa reseña de Drácula en esta página es justo tenerla también de su contrapartida femenina. ¡Paridad vampÃrica!
Bromas aparte, me gustó mucho esta novela corta -la leà hace ya 10 años o asÃ-, tanto como para haberla regalado alguna vez. ¡Buena reseña!
Eso sÃ, el dÃa que alguno cuelgue una reseña de «Crepúsculo» le meto un virus a esta santa web que no la salva ni el Dr House.
Tengo este libro de Le Fanu en mi casa pero en una edición viejuna de edicomunicacion.Mi mujer siempre me lo está recomendando. Gracias a esta reseña creo que le echaré un vistazo.
Sà la portada es buenÃsima. Transmite una sensación de ahogo muy acorde con la temática de la novela.
Gracias, José, Vori. Es una obra breve pero importante en el imaginario vampÃrico. «Crepúsculo» y similares son pasto de mentes adolescentes y desprestigian el mito.
De acuerdo con lo que comentáis de la portada, me llamó la atención en cuanto la vi.Balbo, échale un ojo, lo merece;-)
Por cierto, Vorimir, Vlad Tepes me espera con los brazos abiertos. Acabo La caÃda de Imperio Otomano y le hinco el diente. No pude resistirme a tu reseña.
Vaya, he metido la pata. La reseña fue de Balbo. Al César lo que es del César. ¿Reseñaste tú otra obra de temática vampÃrica?
Para los curiosos: la inquietante dama de la portada es una tal Clementine Karr, retratada a mediados del XIX por el pintor francés Henri Lehmann, autor de un conocido retrato de Liszt, entre otras muchas obras.
@José SebastÃan: No que yo recuerde, pero sà he leÃdo Vlad y Drácula, lo mismo te sonaba por algún comentario mñÃo en el foro o en las reseñas correspondientes. Cuando has dicho lo de «mi» reseña me he quedado pensando «No me acordaba de haber reseñado ese libro». XD
Me parece una obra correcta. No sorprende pero tampoco defrauda. Y se lee de un tirón, por lo breve y bien escrita. Exhibe buen gusto por parte del autor, o sea que no hay truculencias ni excesos, lo que no es poco.
Buena reseña, Arturus.
Gracias, Rodrigo. Quizá lo más sorprendente, para la época, radica en el tratamiento femenino del vampirismo.
Felicidades por la estupenda reseña. No conocÃa la novela pero parece muy interesante. Interesante además por lo que comentas del tratamiento femenino del vampiro, pues desde algunos estudios freudianos se trata el vampirismo desde el punto de vista de la homosexualidad reprimida.
Gracias, sombra. SÃ, vampirismo y (homo)sexualidad han ido de la mano desde siempre…