BRIGANTIA. LOS ÚLTIMOS DRUIDAS – Adrian Goldsworthy
La tercera y última entrega de las novelas escritas por el historiador británico Adrian Goldsworthy, protagonizadas por el centurión Flavio Ferox en Britania, nos sitúa dos años después de la acción localizada en su anterior libro titulado Hibernia. Ecos de un levantamiento liderado por un druida y el asesinato de un funcionario romano, llevan al protagonista hasta Londinium. Desde aquella ciudad en crecimiento, acompañado del leal explorador brigante Vindex y de los fieles soldados de Cohors VIIII Batavorum, el siluro centurión fiel a Roma, se verá envuelto en una serie de acontecimientos que le llevarán a la isla de Mona, antiguo territorio druida. Su misión será investigar el robo de una serie de objetos relacionados con los levantamientos liderados por Caradoc y Boudica, años atrás. Además, murmuraciones sobre la muerte de Trajano, llevan a un líder brigante a entrar en guerra contra Roma, mientras su hermana será una pieza determinante en la consecución de los hechos que rodean al protagonista.
Desde la publicación de Vindolanda, la primera entrega de esta saga escrita por el historiador y especialista en la Britania romana, hasta llegar a la novela que hoy reseño, las misiones protagonizadas por Flavio Ferox nos han trasladado a una época poco conocida de la historia de la presencia romana en las Islas Británicas. Tal y como comenta el autor en las tres escasas páginas de notas históricas con las que cierra la novela, los años tras la muerte de Nerva y durante el gobierno de Trajano no son especialmente explícitos en acontecimientos, y las operaciones militares y levantamientos contados en estas novelas son del todo inventados. Sin embargo, el eco de los druidas, presentes hasta pocos años antes, estaba vigente en la realidad de las tribus britanas, y el juego de poder entre los líderes de algunos pueblos nativos, ya bastante integrados en el universo del Imperio Romano, dan pie, junto a algunas pistas históricas y arqueológicas, a novelar sobre lo que podría haber sucedido en aquellas lejanas tierras. Tras terminar esta tercera entrega, debo apuntar que Goldsworthy, por fin ha encontrado el ritmo, la narrativa y la estructura novelesca necesaria para ofrecer al lector una novela más que interesante. No es que sus anteriores trabajos novelescos fueran malos, pero se notaba su falta de experiencia en el ámbito de la ficción. Sin embargo, tengo que celebrar que las dos primeras novelas se hayan visto superadas holgadamente por esta tercera entrega.
Flavio Ferox se ha convertido en un personaje sólido. De origen siluro, su puesto de centurión y su conocimiento de las fronteras y territorios britanos, lo convierten en un buen personaje con el que jugar a las traiciones, misterios y juegos de poder de un territorio dominado por Roma y en continuo equilibrio entre la lejanía con la capital, los posicionamientos de los distintos pueblos britanos y la estabilidad del Imperio. Druidas, reyezuelos tribales o la tensión entre los poderes de los representantes de Roma, convierten al protagonista en pieza vehicular como especial conocedor de la situación de aquel territorio, mezclando sus intervenciones con operaciones militares de castigo, escarceos de levantamientos y diferentes enfrentamientos. La descripción de los combates, tanto singulares como en grupo están, en esta ocasión, magníficamente descritos. Mientras en sus otras dos novelas, tanto la narrativa, como las tramas planteados y el ritmo de los hechos, no terminaban de estar bien equilibrados, en la novela Brigantia, el suspense, así como la acción que se cuenta a lo largo de casi cuatrocientas páginas, funcionan bien. Si al interés por la situación interna de aquellos territorios y a la influencia de los sucesos acaecidos en Roma, le sumamos buenos diálogos, un buen número de escenas de acción y alguna que otra golosa batalla, todo ello maridado por los conocimientos nada nimios del novelista sobre la época y el territorio protagonista, tenemos lo ingredientes necesarios para ofrecer al lector un sugerente vehículo de ficción. Francamente he disfrutado mucho con esta última entrega.
Adrian Goldsworthy, Brigantia. Los últimos druidas. Pàmies Ediciones, 2020, 400 pp.
El primero me entretuvo y no me importaría seguir, pero me faltan tiempo, energías, ganas…
Yo solo he leído Brigantia y es cierto que, comparada con la novelística romana que predomina hoy por hoy, me pareció históricamente muy sólida y también, por otra parte, entretenida, pero sin llamar mucho la atención. No descarto completar la trilogía en un futuro, pero, por ahora, estoy un poco ahíto de romanos en Britania, que parece que no hayan estado en otra parte…
Por cierto: buena reseña, Íñigo.
Gracias compañeros…
En mi opinión la primera, «Vindolanda», pecaba de cierto desbarajuste en su estructura, entiendo que porque era la primera novela del autor. En la segunda, «Hibernia», los problemas estructurales se solventaron, pero no terminaba de cuajar la historia, algo enrevesada. Y con «Brigantia» creo que el novelista equilibra ambos factores presentando una novela que funciona bien tanto en los personajes, ya muy trabajados desde la primera entrega, como sobre todo, en la trama, los cruces argumentales y la línea dramática de la historia. Vamos que el hombre ha ido a mejor, lo cual es de agradecer. No he leído aún la nueva novela del protagonista, en el comienzo de una nueva trilogía… pero me apetecería echarle un vistazo para ver si Goldsworthy cuaja como novelista en todos sus ámbitos.
Me entretuvo, sin grandes florituras. Para ser de romanos, tiene un pase.
Sobre todo por ser el mejor de la trilogía… de menos a más es mejor que de más a menos ;-)