A LA SOMBRA DE CHURCHILL. Diarios de Downing Street, 1.935-1.955 – John Colville
En definitiva esta es la reseña que me hubiera gustado que alguien hubiese hecho para mÃ. Me hubiera ahorrado 900 págs. de lectura, mucho tiempo y 40 euros. EgoÃstamente claro. No es que sea un texto malo, más bien es que yo no he sabido encajar este formato del dietario, como asà lo llaman los ingleses.
Se trata de un diario sobre los asuntos polÃticos que conoció de primera mano el autor por su posición como Secretario Privado del Primer Ministro británico, Churchill, el principal y el más querido por este último (también incluye el perÃodo que pasó con Chamberlain).
Este diario es un documento autobiográfico del que se han eliminado las referencias «muy personales» del Secretario Privado, puesto que las referencias interesantes son las que conciernen al Primer Ministro. No obstante el grueso de su contenido es una especie de miscelánea de anotaciones sobre: i) hechos polÃticos, económicos, militares, propagandÃsticos, de gran magnitud, relacionados con la guerra; ii) referencias sobre el proceder de Churchill, su «psicologÃa», sus alocuciones, etc.; y iii) notas sobre el trabajo y el ocio del autor, por un lado la organización de su trabajo –llevar la agenda del Primer Ministro, recibir y despachar citas, redactar telegramas, etc.-, los comentarios a los discursos de Churchill, la toma de las decisiones, notas sobre rivalidades polÃticas, organizaciones gubernativas y ministeriales, nombramientos, influencias, encuentros, detalles de conferencias, etc., y de otro lado un conjunto de experiencias personales del autor, las relaciones que mantenÃa Jock (Colville), destacan sus contactos aristocráticos, las visitas a familiares, sus salidas, comidas, partidas de caza, paseos, etc. (tratadas con menor profundidad). Eso sÃ, todo ello muy mezclado, como he puesto antes.
Aparte de las entradas dÃa a dÃa el autor hace aclaraciones o exposiciones posteriores a las notas diarias para aclarar algún asunto o para llenar lagunas temporales en las que no escribió el diario.
Se trata, por otra parte, de un documento muy citado por otras obras sobre Churchill posteriores a su publicación original en inglés, lo que me da que pensar acerca de su mucha importancia, que yo no he percibido en la propia lectura, quizás por no conocer con más detalles los entresijos de los asuntos de los que se habla y no tenerlos documentados. El caso es que me ha parecido un texto bastante suave, por decirlo de alguna manera, una especie de diario «descafeinado».
Viene la obra dividida en cuatro partes, a saber, de septiembre de 1.939 a septiembre de 1.941; de octubre de 1.941 a agosto de 1.945; de octubre de 1945 a octubre de 1951; y de octubre de 1.951 a abril de 1.955; pero la tercera parte es una pequeña exposición sobre el tiempo que estuvo en el Foreing Office, fuera de la secretarÃa del Primer Ministro. Es notable que las primeras 130 páginas carecen de todo interés, con referencias personales, en general, muy aburridas. Sin embargo es destacable la semblanza que hace del Primer Ministro a partir de la página 137, donde se da norte de su forma de pensamiento y acción.
Hay también una aportación más militar que polÃtica y es la que refiere al paso del autor por las pruebas de acceso, primero, las escuelas de formación, más adelante, y su participación en la guerra como piloto de la RAF, siendo ésta muy restringida, limitada a vuelos de reconocimiento y a algunos combates después del DÃa D.
Me ha sorprendido sobremanera el estilo de vida aristocrático del autor y de otros muchos protagonistas que se citan. Su vida diaria no era ajena a las grandes celebraciones, los mejores manjares y las más deliciosas bebidas, asà como tampoco a los deportes al aire libre y a todo tipo de actos culturales, diversiones y visitas –aparte de las obligaciones del cargo, se entiende-. Aunque es cierto que hay mucha mezcla entre el tiempo de trabajo y el de ocio.
Aparte de lo anterior, me he aburrido un poco con esta lectura, se me ha hecho demasiado larga, pese a una traducción muy aceptable.
Incluye el libro su Ãndice onomástico, muy completo, asà como un listado de semblanzas de las principales personalidades que fueron protagonistas en lo polÃtico, lo militar, o ambas cosas, en aquellos dÃas de guerra.
Y no puedo acabar la reseña sin tomar en cuenta al auténtico protagonista del diario; no hay quizás aspecto alguno sobre el que no se haya escrito y explicado acerca de una de las personas más importantes del siglo XX, si no la que más: Sir Winston Leonard Spencer Churchill. El texto transmite e su palabra elocuente, su verbo «epigramático» y su fuerte personalidad. Quizás menos su carácter impredecible, su soberbia y su engreimiento.
A la sombra de Churchill. Diarios de Downing Street, 1.935-1.955.
JOHN COLVILLE. Editado por El cÃrculo de Lectores, 2.007
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Bueno, Antonio, por lo que parece es un libro de consulta, un libro para buscar datos, más que de lectura seguida. No es un ensayo propiamente ya que por lo que dices no mantiene ninguna tesis sobre Churchill. Para mÃ, Churchill, al margen de su «soberbia y engreimiento»(muy aristocráticos, por otra parte) fue un polÃtico memorable y con gran visión de futuro, no compartida por otros contemporáneos. (Sé quién va a contestar a esto…)
Probablemente unos diarios tan exhaustivos serán aburridos de leer. Pero ha estado muy bien que alguien, en este caso tú, los lea y nos informe sobre el contenido del libro, lo que es muy de agradecer.
Buenas tardes:
Muy bueno el montaje de las fotos de cabecera.
Ariodante. No hay qué agradecer; yo lo leà por mi afición al personaje. Cuando lo encontré en El CÃrculo de Lectores (Galaxia Guterberg) me pareció del máximo interés, más aun cuanto que tenÃa el marchamo de Premio Nacional A la Mejor Labor Cultural 2006, que aunque no es muy conocida, ya es algo a favor del libro. No podemos decir que es un texto novedoso porque se publicó en inglés en 1.985 (creo que manteniendo el perÃodo legal inglés de secreto sobre asuntos oficiales que es obligatorio, al menos, para los documentos). Hay que reconocer que se trata de un libro poco comercial y que seguramente no se reeditará en español.
Efectivamente: no hay tesis sobre el personaje ni profundidad sobre otros asuntos más particulares. El autor da a conocer lo que escribió en su momento sin matizaciones actuales (eso dice, al menos). Pero sà mantiene el perfil más conocido de Churchill: altivo, audaz, cumplidor, trabajador incansable, luchador demócrata donde los haya, etc. (Hay muchos que podrÃan contestar a ésto).
Espero que a alguien le sea útil.
Patinazo ortográfico: deberÃa poner esto, no ésto.
Gracias por la reseña Antonio. La biografÃa de Churchill escrita por Roy Jenkins,(PenÃnsula, 2002, Barcelona) la cual recomiendo, hace alusión en numerosas ocasiones a los diarios de John Colville, su secretario particular favorito, en palabras del historiador inglés. Estos grandes hombres, como es el caso de Winstón Churchill, suelen tener a su lado a personas de confianza que acaban conociendo aspectos personales lo suficientemente interesantes como para que podamos conocer la otra cara del personaje. Es en este punto donde yo encuentro importante la publicación de diarios, como el reseñado por Antonio, de John Colville. Seguro que aporta detalles que pueden pasar desapercibidos entre el aura de grandeza que suele acompañar a grandes figuras como Winstón Churchill.
En cuanto a la valoración del Primer Ministro británico, me quito el sombrero. Hay un momento clave en la vida polÃtica de este personaje que resultó fundamental para el discurrir de la contienda mundial al que me voy a referir. Todos sabemos que Churchill afrontó con decisión el envite alemán, pero tal vez pocos sepan que estuvo a punto de no ser elegido como Primer Ministro tras la debacle de los Fiordos y el ataque al frente occidental por parte alemana, ya que el preferido por el nuevo gobierno de coalición tras la dimisión de Chamberlain era ni más ni menos el antiguo ministro de AAEE de este último (Foreing Officce), el Sr. Halifax.
Lord Halifax declinó el ofrecimiento, dejó claro que tal vez no estaba a la altura de recoger semejante responsabilidad y asà de esta manera pasó el poder a Churchill, poder que deseaba desde el principio de su carrera polÃtica.
¿Cómo afectó al transcurrir de los acontecimientos este cambio de Primer Ministro? pues de una manera definitiva. Halifax fue el sustituto de Anthony Eden en el ministerio de AAEE tras lo de Munich, asà que estarÃamos hablando de un polÃtico que entraba de lleno en la órbita de los llamados «contemporizadores», su máximo anhelo era firmar una paz con Hitler antes de que fuera demasiado tarde y las condiciones fueran más draconianas. Por supuesto Churchill opinaba todo lo contrario, su objetivo era luchar por tierra, mar y aire contra Hitler hasta que el paÃs hubiera agotado todos sus recursos, asà que aunque Halifax no llegó a ser PM, formarÃa parte del primer gabinete de Guerra y seguirÃa siendo el abanderado de los partidarios de firmar una paz con Alemania.
Churchill no tuvo sólo que luchar contra los alemanes en el frente internacional, también tuvo que hacerlo en clave de polÃtica interna, «derrotando» a Halifax, al que envió en Dic del 40 como embajador a Washington y sustituyéndole en el ministerio de AAEE por un polÃtico plenamente convencido con su polÃtica de lucha hasta el final, este hombre serÃa el Sr. Eden, que ya no abandonarÃa el puesto hasta el final de la guerra.
Puede que esta idea de combatir a Hitler con tanta determinación pudiera llevar indirectamente en la recámara un peligro, como fue el hecho de abanderar la rendición incondicional de Alemania, máxima que apuntaló la resistencia numantina del regimen nacionalsocialista hasta la caÃda del mismo bunker de Hitler en BerlÃn. Pero…¿alguien pensó que Churchill no iba a llegar hasta el final?
Un saludo.
No sufras: no creo que lo noten demasiados…los cuidados ortográficos no son habituales. Por cierto, ¿has leÃdo o escuchado algún discurso de Churchill? ¡Algunos son increÃbles! ¡Electrizantes!
Si, David: la biografÃa de Jenkins es muy buena. Y efectivamente, para un biógrafo o cualquier investigador, estos diarios pueden ser utilÃsimos.
Churchill, como buen testarudo, acabó por acceder al gobierno. Y luchó contra todos: contra los nazis, pero también contra la sección británica que era capaz de entregar primero otros paÃses y luego a su propio paÃs con tal de no entrar en la guerra. A través de la historia siempre se repite esta posición y sabemos que va a seguirse repitiendo, es increÃble que no podamos aprender del pasado, que el pasado no sirva para iluminarnos, al menos en los asuntos transcendentales.
Buenas tardes:
David L: la biografÃa de Jenkins es muy reveladora, además de completa, pues hace una gran alavanza de Churchill, pese a que Jenkins era un polÃtico socialista (creo que no era historiador de profesión).
En cuanto al momento clave del que hablas es muy importante señalar que ni el rey ni Chamberlain querÃan a Churchill, mientras que Halifax aparece como más dubitativo en sà mismo. En la pelÃcula de la BHO «Capeando el temporal» aparece la escena siguiente:
«»»» Halifax aparece como un auténtico «apaciguador», tanto o más que Chambelain. En una de las primeras escenas, cuando los Panzer entraban ya en los PaÃses Bajos, aparecen los tres personajes en un despacho…Más o menos asÃ:
Chamberlaim: «Dasdas las circunstancias debo presentar mi dimisión al Rey y proponer a uno de Vds. dos como primer ministro de un gobierno nacional».
Pausa, Chamberlaim mira a sus interlocutores, primero a Churchill y luego a Halifax y dice finalmente: «Señor Halifax,…»
Y hace una pausa esperando la respuesta y sin dejar de mirarlo.
Halifax responde: «Creo que Churchill es la mejor opción».
Entonces Chamberlaim mira a Churchill cómo esperando su respuesta y tras una pausa Winston dice: «Yo también lo creo» «»»»
En el libro de Colville también se refleja esta escena de la siguiente manera:
«»»»Crurchill me dijo muchas veces que cuando Chamberlain les convocó a lord Halifax y a él mismo al despacho del gabinete, le miró (a Churchill) con severidad y le espetó: «¿Puede ver usted algún motivo, Winston, por el que en estos momentos un noble no debiera ser primer ministro?» Winston vio una trampa en esa pregunta, serÃa difÃcil decir que sà sin afirmar francamente que pensaba que la elección deberÃa caer sobre él. Si decÃa que no , o contestaba con alguna evasiva, estaba seguro de que el señor Chamberlain se hubiera dirigido a lord Halifax y hubiera dicho: «Bien, puesto que Winston no tiene inconveniente, estoy seguro de que si el rey me pregunta le deberÃa sugerir que le propusiera a usted (Halifax)». Asà que Winston se giró de espaldas, sin responder, y se quedó mirando fijamente el desfile de la Guardia Montada. Hubo una pausa incómoda, tras la cual Halifax sugirió que si el rey iba a preguntarle al señor Chamberlain su opinión sobre su sucesor, deberÃa proponer al señor Churchill»»»»(Pg. 135)
Juzge Vd. mismo.
Ariodante: cuando salió el libro de los discursos de Churchill en RBA (creo) lo recomendé y recibà crÃticas, pero se trata de una obra excepcional.
La historia volvera a repetirse, con otros ingredientes y otro contexto. Ya lo dice el refrán popular «mejor una vez amarillo que ciento colorado», y es que una vez que cedes la primera vez te obligas a ser coherente y seguir cediendo. Lo estamos viendo actualmente, en nuestra misma España.
No debiera ser naturalmente.
A mi personalmente me parece un documento de primera importancia. Hay muchos aspectos positivos en él, citaré un par: para cualquier estudioso de la clasista sociedad británica anterior a la guerra, el libro es una guÃa magnÃfica sobre cómo todavÃa en los años 30-40, polÃtica, finanzas, nobleza y alta Administración eran una sola cosa en el Reino Unido. Pero al mismo tiempo, y a través de las reseñas y comentarios del autor relacionadas con el trabajo diario, y con sus peripecias en la RAF, percibimos cómo el espÃritu y la realidad democrática se van infiltrando en esa misma sociedad.