LA RUTA DE ALEJANDRO – Freya Stark
Las campañas de Alejandro constituyen sin duda uno de los motivos más fascinantes que depara la historia. La inglesa Freya Stark (1893-1993), quien se contó entre los mayores viajeros del siglo XX, realizó en 1957 un viaje por la península de Anatolia, animada por el deseo de seguir en terreno el itinerario trazado por el gran macedonio entre lo que antiguamente fueran las regiones de Caria y Cilicia, oeste de la moderna Turquía.
Tempranamente cautivada por lo oriental, Freya Stark aprendió árabe y realizó su primer viaje a Beirut en 1927. Adquirió notoriedad internacional gracias a su segundo libro: El valle de los asesinos(1934), que recoge las experiencias de su viaje en pos de las ruinas de Alamut, la ciudadela de los nizaríes o hashashin –vulgarmente conocida como la «secta de los asesinos» (hay edición de bolsillo por RBA, 2008)-. Enfermera en los días de la Primera Guerra Mundial, durante la Segunda prestó servicios de información para el gobierno británico y realizó en países islámicos labores de propaganda pro aliada. Viajera incansable, las escarpadas veredas de los Himalaya supieron de su paso ¡a los 89 años de edad! La treintena de libros que publicó en vida rinde testimonio de sus andanzas.
Como demuestran las observaciones que pueblan las páginas del libro, la señora Stark estaba bastante familiarizada tanto con la literatura clásica (Arriano, Plutarco, Tucídides y otros) como con la bibliografía alejandrina moderna (la disponible al momento de emprender el viaje, se entiende). Tenía también buen conocimiento de la obra publicada por investigadores y exploradores que la precedieron en la región. Y no era una neófita en cuanto a la geografía física y humana del Asia Menor: se trataba en realidad de su cuarto viaje por la zona. De modo que el itinerario descrito en el libro es un viaje, digamos, documentado, con la vista puesta en la Historia y sus fuentes, sí, pero también en el presente. Y es que alternan los comentarios relativos a Alejandro y su campaña y a la realidad del viaje realizado por nuestra autora: lugares, personas, peripecias -los que dan lugar a notas plenas de agudeza y humanidad.
En Freya Stark se aprecia una curiosa y contradictoria amalgama entre el aprecio de la diversidad cultural, relevante en todo lo que semeje un encuentro de civilizaciones («Lo mejor que encontramos en Asia es la fraternidad, no porque todos seamos iguales, sino porque somos diferentes»); y una suerte de exclusivismo etnocentrista y altivo desdén por lo que no trepida en calificar de bárbaro: todo aquello que no fuera alcanzado por lo grecorromano (donde el mundo grecorromano no llegó «se ha mantenido la barbarie, en su mayor parte hasta el día de hoy, y yo, personalmente, no tengo el menor deseo de vivir fuera de su respetable órbita»; afirmación que no deja de chocarme, entre otras cosas por lo de obsoleto que hay en ella).
El libro consta de un apéndice en que la autora ahonda en su indagación específicamente histórico-geográfica, contrastando las fuentes con lo observado en terreno por ella misma. Verdadero artículo, es la parte que acaso suscite mayor interés en los aficionados a las hazañas de Alejandro.
Libro en mi opinión bastante ameno e interesante. ¿Mapas? Sí, unos cuantos.
-Freya Stark, La ruta de Alejandro. Alba Editorial, Colección Trayectos. Barcelona, 2000. 352 pp.
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Por lo que cuentas, el escenario sólo es Anatolia, ¿no? ¿No sigue la ruta de Alejandro por Asia hasta la India? Lástima si no es así, porque aún resultaría un libro más interesante de lo que a priori ya parece…
Exactamente, Farsalia. Sólo Anatolia.
Interesante librillo, interesante. Aunque me parece que la vida de la autora también sería interesante de contar. Podría ser que hubiera coincidido con T.H. Lawrence en el Medio Oriente en la época de la guerra…En fin, buena reseña, Rodri. Como siempre.
Vida de película, Ario. Pero Freya Stark no coincidió con Lawrence en Arabia; Beirut fue su primer destino oriental, recién en 1927. En alguna página web hallé la información de que Lawrence alcanzó a leer «El valle de los asesinos» poco antes de fallecer; le gustó mucho.
Hay biografía de la Sra. Stark: “La nómada apasionada”, por Jane Fletcher (Planeta, 2001).
Rodrigo tan interesante es el libro que reseñas como el otro que citas sobre la autora.
¿Ahora qué? ¿con cuál empezamos? Esto cada vez se pone mas apasionante pero también más complicado.
Buena reseña, sí señor.
Abrazos
Rodri, siempre es un placer leer tus escritos. Tu reseñas me gustan casi siemper más que los libros que comentas. Ahora mismo, me animaría antes a leer «El valle de los asesinos» o la vida de la señora Stark que sus andanzas en pos de Alejandro.
Gracias, Akawi y Valeria.
Sí, «El valle…» también me parece más llamativo. Y hay edición reciente.
Me pasa como a Farsalia, si se queda sólo en Anatolia para mi el libro se queda bastante cojo en cuanto a lo que él título promete.
Buena reseña Rodrigo.
Vale, Vorimir.
Quiero decir: es cierto que el título del libro, por precisión, debió ser algo como “La ruta de Alejandro en Asia Menor”.
En todo caso, y personalmente, aunque hubiese llegado al mar oriental no dejaría de aportar mucho. La vision de una época y una nación sobre otra época y otra nación….
Que curiosidad que un libro destinado ha hablar de una época preterita, termine siendo más interesante por lo que cuenta de la propia.
Hola, Uro.
Lo último, ¿se desprende de lo que he puesto en la reseña? Lo cierto es que en ella aludía a la mixtura de informe de exploración y literatura de viajes que hay en el libro. A mí me ha parecido tan interesante lo uno como lo otro. Ambos componentes están muy bien combinados y equilibrados, en mi opinión. Si no lo había dejado en claro, espero que ahora sí.
Aparte, está el apéndice. De 40 páginas de extensión, lleva el título de “La marcha de Alejandro de Mileto a Frisia” y fue originalmente publicado en el “Journal of Hellenistic Studies”, vol. 78, otoño de 1958. Es un estudio histórico geográfico bastante riguroso: la parte científica, digamos, más difícil de seguir para un lego como yo. Por eso decía aquello de “la parte que acaso suscite mayor interés en los aficionados a las hazañas de Alejandro”. ¡Ah! En ella se concentran los mapas, un total de cuatro.
Pués sí, aparte que tuve ocasión de ojearlo en su momento y me pareció muy interesante. Lástima que no transcurriese durante el raj.
¡Ja, ja, ja!
Incorregible, hombre.