SI AHORA NO, ¿CUÁNDO? – Primo Levi

SI AHORA NO, ¿CUÁNDO?, Primo LeviEl escritor italiano Primo Levi (1919 – 1987, de origen judío y químico de profesión) adquirió celebridad tardía con su libro Si esto fuera un hombre (1947), sobrecogedor testimonio del más famoso de los campos de concentración nazis (y título capital de la denominada Trilogía de Auschwitz, publicada por El Aleph en 2005). En la novela Si ahora no, ¿cuándo? (1982) construye un relato ficticio sobre una banda de partisanos judíos que a duras penas se abre paso en territorio de Europa oriental y central, en plena Segunda Guerra Mundial. Ficción de áspero tema, terrible como puede suponerse pero que, por una vez, no acaba del todo mal.

 
Sin preámbulos ni rodeos, el arranque de la novela nos sitúa en pleno desarrollo de los acontecimientos. El escenario: territorio soviético ocupado por los alemanes, mediados de 1943. Dos soldados del Ejército Rojo, el artillero Mendel y el paracaidista Leonid, ambos judíos, procuran conocerse tras un encuentro fortuito en las cercanías del refugio del primero. Mendel pertenece a la categoría de los «dispersos», soldados que quedaron desperdigados detrás de las líneas alemanas y se convirtieron en guerrilleros, vagabundos o bandidos; Leonid fue capturado por los alemanes tras ser lanzado desde un avión y ha logrado evadirse del campo de prisioneros de Smolensk. Son dos personalidades dispares a las que las penurias de la guerra afectan de distinto modo (Mendel las sobrelleva mejor). Pronto emprenden la búsqueda de un nuevo refugio y, por qué no, de partisanos con los cuales poder combatir. Inicia así una sucesión de lances de todo tipo,  incluyendo ser acogidos por una partida de desdichados que procura hacer de un monasterio abandonado –ubicado en medio de un bosque- sede de una suerte de república partisana en  miniatura.  El deambular de Mendel y Leonid los lleva luego a  incorporarse a una banda de guerrilleros conformada casi exclusivamente por judíos, entre ellos algunas mujeres. Estos partisanos tienen por líder natural a un violinista de nombre Gedale: son, pues, los gedalistas, que resuelven escindirse de otras partidas (y de la dirección que el mando del Ejército Rojo procura imponer a éstas), y que emprenden una azarosa marcha hacia occidente.
 
Como no puede dejar de suceder, el itinerario de la banda está jalonado de incidentes. Ya en suelo polaco, su andar es rebasado por el avance del Ejército Rojo hacia Berlín. La banda prosigue su camino, que luego torcerá hacia el sur, hacia Italia. Sólo Dov, uno de los mayores de entre los gedalistas –es veterano nada menos que de la guerra civil rusa- ansía volver atrás, a la remota y minúscula aldea siberiana que lo cobijara por largos años. Los demás prefieren seguir: el deseo de combatir los ha mantenido unidos, pero también el de forjarse su propio hogar. Hogar que ya no podrán tener en las tierras que dejan atrás.
 
El título de la novela proviene de una canción judía cuyos versos hablan de orgullo herido, de resolución combativa y de esperanza. Si ahora (en tiempos de la SGM) los judíos no se deciden a rechazar la opresión y a luchar, ¿cuándo lo harán?
 
Hay en Primo Levi una renuencia a refocilarse en los aspectos más escabrosos de lo que fue en sí un horror –el Holocausto, la Segunda Guerra Mundial-. El testimonio que de este horror presta en Si esto fuera un hombre es sobremanera austero, comedido y, sin embargo, escalofriante. Precisamente esta esencial sobriedad le permite ganar en verosimilitud.  Lo mismo cabe decir de la novela reseñada. Su valor es otro que el del relato fehaciente de experiencias personales. (Levi  no fue partisano en Rusia; sí lo fue por breve tiempo en Italia, antes de ser capturado por los alemanes.) En Si ahora no, ¿cuándo? la imaginación cumple un rol esencial. Pero el resultado es ficción plausible, basada –asevera su autor- en información fidedigna; ficción que procura ser fiel al contexto originario.

– Primo Levi, Si ahora no, ¿cuándo? El Aleph, Barcelona, 2007. 374 pp.
 
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14 comentarios en “SI AHORA NO, ¿CUÁNDO? – Primo Levi

  1. Incitatus dice:

    Hola Rodrigo, como siempre un 10 (creo recordar que es un 7/7 en Chile ¿o me equivoco?). Yo me leí hace años el magnífico Y si fuera un hombre, y lo recuerdo como una obra esencial para etender el holocausto, como bien dices comedido e incluso yo añadiría que a veces incluso frío para alguién que estuvo allí, pero en todo imprescindible.

    Me has dado muchas ganas de hacerme con esta novela… así que para variar toma rodrigada que quiere decir que al salir del trabajo para la librería y a comprar.

    gracias
    Incitatus

  2. pepe dice:

    No he leído nada de Primo Levi y el tema de la IIGM no me interesa en absoluto. ¿Que qué hago escribiendo en esta reseña? Bueno, la respuesta tiene que ver con la discusión de estos días en el hilo de La hija de Jefté, a cerca del valor de la literatura como instrumento de lucha política. Me gustaría saber -con vistas a decidir si leo algo del autor- cuanto de literatura hay en su obra (y en la novela de la reseña en particular) y cuanto de instrumento.

  3. juanrio dice:

    Enhorabuena, una vez más, Rodrigo. No he leído ni esta ni ninguna novela de Levi, pero si su trilogía sobre Auschwitz. Un fenomenal testimonio del infierno en el que le toco sobrevivir.

    Pepe, si Levi escribe en sus novelas como lo hace en sus dos libros de memorias (Sí esto es un hombre, La tregua) no me cabe duda de que estarán muy bien escritas. Lo que creo es que toda su obra está marcada por la experiencia que vivió siendo joven. Hay algo que dice en los libros que he nombrado que me hizo reflexionar cuando los leí; Para él de los campos de exterminio salieron los peores, los mejores murieron, los peores aprovecharon al máximo sus oportunidades para sobrevivir. Una obra fundamental para comprender lo que fué la realidad de los campos nazis.

  4. Akawi dice:

    Tampoco sabía nada de este escritor y no me atrae la II Guerra Mundial, pero hay que reconocer que el tema judio es de lo más interesante en esta época, no me importaría nada leerlo.

    Buena reseña Rodrigo y buen libro.

  5. Pilar Alonso dice:

    Leí su trilogía, pero no conocía este libro.

    Rodrigo, estupenda reseña. Anoto el título para próximas adquisiciones.

  6. Rodrigo dice:

    Gracias a todos, por supuesto.

    Tienes razón, Incit. Acá la escala es de 1 a 7. También la tienes en decir que Levi, de tan comedido que es -en “Si esto es un hombre”- hasta parece frío. Jean Améry, otro conocido sobreviviente del Holocausto, le reprochaba su frialdad y su excesivo distanciarse de los hechos (Améry escribió un libro-testimonio que, según referencias, es todo lo contrario, pura rabia). Levi creía que un estilo escueto lo haría más creíble.

    Pepe, pienso que la dimensión instrumental de la novela –por así decir- va más del lado de una especie de expiación personal que del de hacer propaganda de alguna causa política (que algo de esto hay, sí). En otra reseña aventuran la hipótesis de que “Tal vez exploró así [por medio de esta novela] la posibilidad de resistencia que deseó ejercer ante el fascismo”.

    http://www.hojaporhoja.com.mx/articulo.php?identificador=6815&numero=134

    Esto, pero también liberarse de alguna manera de la culpa del sobreviviente, algo a lo que se refirió Juanrio en su comentario y de lo que habla Tony Judt en “Sobre el olvidado siglo XX”. Levi padeció hondamente la vergüenza de estar vivo, de no haber muerto en Auschwitz con los demás, hasta que acabó suicidándose a los 68 años de edad. (Se me viene a la cabeza un motivo que ya es todo un tópico, un poco fastidioso de tan trillado: aquello de “exorcizar los propios demonios”.) De la novela pienso que es una obra menor, dignamente ejecutada y conmovedora; no mucho más. En términos estrictamente literarios, no parece que Levi aspirase a demasiado con ella. No conozco ninguna otra obra de ficción de este autor, pero entiendo que lo verdaderamente memorable de su producción es la “Trilogía de Auschwitz”, sobre todo “Si esto es un hombre”: seguramente uno de los mejores testimonios del Holocausto –si es que no el mejor-. Vale lo que pueden valer los libros de su tipo y temática (personalmente creo que es mucho).

    Akawi, Pilar, ya está dicho: agradezco sus comentarios, y supongo que ya habrán notado que mi recomendación del libro es moderada.

    Saludos.

  7. Rodrigo dice:

    Por no ensuciar el hilo arauxiano, pongo aquí esta ociosa… ¿opinión?

    No me parece en principio censurable que en obras de ficción se ventilen cuestiones políticas, ni que se las emplee como vehículo de ideas políticas; más que nada porque no me van los purismos de ninguna especie. Pero está claro que hacer de una novela o relato un campo de batalla ideológico supone correr el riesgo de “panfletizar”. Como no se me da muy bien el discurrir en abstracto (una de tantas razones por las que no estudié Filosofía), opto por recurrir a un ejemplo: hay un mundo de distancia entre una novela como “Los demonios”, de Dostoievski (1874) y una como “¿Qué hacer?” (1863), del también ruso Nikolái Chernichevsky. En la primera consta –entre otras cosas- una crítica visionaria del nihilismo, el terrorismo revolucionario y el despotismo totalitario, mientras que la segunda es, derechamente, un panfleto revolucionario disfrazado de novela. No es el que sus autores se ubicasen en trincheras ideológicas opuestas lo importante, sino esto otro: así como la de Chernichevsky es una novelucha elemental, tan deficiente que apenas se sostiene en cuanto pieza literaria, “Los demonios” es muy buena literatura (a pesar de todos sus ripios, a mi entender). La diferencia estriba en que Dostoievski era ante todo escritor; uno que, aunque afecto a una narrativa éticamente comprometida, no perdía de vista lo que concierne a la literatura de calidad (técnica y estéticamente hablando). En cambio, Chernichevsky era poco más que un publicista político de tercera fila que de intento asignaba a la literatura una función utilitaria, propagandística. En Dostoievsky la dimensión política es una entre muchas; incluso es una dimensión secundaria, incidental. En Chernichevsky es “la” dimensión por excelencia, la clave que explica la pertinencia coyuntural y la razón de ser de su novela. Muy seguramente, nadie se acordaría de “¿Qué hacer?” si no fuese por el impacto que en su día tuvo (más extraliterario que de otro tipo) y porque Lenin copió el título en uno de sus escritos más conocidos. Lo mismo explica que la relevancia de esta novela competa más a la historia del pensamiento sociopolítico que a la historia de la literatura.

    Pero si de impacto social o moral se trata, incluso impacto político, uno puede pensar en una obra del que fuera tal vez el menos “social” de los tres o cuatro mayores novelistas rusos del siglo XIX, Iván Turguéniev: “Relatos de un cazador”. De este libro suele decirse que fue a Rusia lo que “La cabaña del tío Tom” a los EE.UU., por la corriente de simpatía que despertó hacia los muyiks (el campesinado ruso) y por lo que se interpretó como una crítica subyacente o velada del régimen de servidumbre entonces imperante. En su tiempo, buena parte de la valoración positiva del libro se debió a este “plusvalor” político, exagerado al extremo de rondar la presunta leyenda de que habría acelerado el proceso de abolición de la servidumbre (por el gobierno de Alejandro II); leyenda o no, hoy se lo puede leer sin mayor apremio como una estupenda colección de cuentos, verdadera joyita literaria.

    Otro ejemplo válido lo ofrece el contraste entre un par de obras de escritores que lo fueron a cabalidad: Isaac Babel y Mijaíl Shólojov. ¿Alguien ha leído “Caballería roja” (Babel) o “Lucharon por la patria” (Shólojov)? Bueno, el primero es un pequeño volumen de relatos ambientados en la guerra civil rusa; el segundo, un conjunto de cuentos con el trasfondo de la lucha germano-soviética (Segunda Guerra Mundial). La cuestión es que el librito de Babel tiene reputación de ser buena literatura –y yo creo que se la merece-, mientras que el segundo, obra de un autor galardonado con el Nobel, llega a dar vergüenza ajena de puro propagandística y servil, con su alabanza explícita de Stalin. (Babel era un comunista convencido, y murió víctima de las purgas de Stalin.)

    (Bah, ya está bien. El ocio.)

  8. juanrio dice:

    Muy de acuerdo contigo, Rodrigo. Has señalado la enorme distancia que existe entre escritores y panfletistas. Como es natural aquí nos intentamos quedar con los primeros, sin poder evitar leer por error a los segundos.

  9. Ariodante dice:

    Rodrigo, no habia podido entrar hasta ahora por aqui y acabo de ver tu reseña. Por supuesto y como siempre, una buena reseña. Pero ya sabes que este tema se me escapa…y sin embargo es tu fuerte. De primo Levi sólo conozco el nombre, no leí nada de él. Del tema de la novela me traen remembranzas de alguna peli¿alquien sabe si esta novels sirvió de base a una peli? Porque por lo que cuentas, Rodri, me suena muchísimo. Y estoy segura de que no he leido nada de este autor.
    Respecto a lo que comentais sobre lo literario y lo panfletario, estoy completamente de acuerdo con Rodrigo y con Juanrio. Creo que ya hablé de esllo en algún otro hilo, pero, ¿para qué abundar en algo que se ha expuesto muy claramente? Yo apuesto por lo literario, tenga o no algunos tintes políticos, lo cual es poco menos que inevitable muchas veces.
    No creo que lea esa novela, sobre todo porque mi lista de imprescindiles supera ya lo indecible, pero tampoco es que el tema me subyugue. Pero quería aportar mi granito de opinión.
    ¡Saludos!

  10. Ariodante dice:

    Disculpad las faltas…jolín, eso de que no se pueda editar…

  11. juanrio dice:

    Hay una película basada en la segunda parte de la Trilogía de Auschwitz, La tregua. No recuerdo si me gustó o no porque la ví hace bastante tiempo y entonces no había leído a Levi. La tregua habla del regreso del campo de concentración a Italia y la vida real.

  12. Rodrigo dice:

    Perfectamente, Ario. Se puede pasar muy bien de esta novela. No la considero un desperdicio, pero es más que nada de esas cosas que se leen por seguirle la pista a un autor al que uno estima (o por lo menos este ha ido mi caso).

  13. Astrid dice:

    El libro es excelente. Aunque no te interese la segunda guerra mundial, éste libro es un ejemplo de la superación del ser humano. Es impactante. A mí me enamoró.

  14. Fabian dice:

    Acabo de terminar de leer el libro y quedé profundamente encantado. De lectura amena y atrapante se termina en pocos días. Un lado desconocido para mi del pueblo judío en la segunda guerra.

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