MAESTRA EN EL ARTE DE LA MUERTE – Ariana Franklin

Maestra en el arte de la muerteDel libro.
Maestra en el Arte de la muerte es una historia de detectives. Ambientada en el Medioevo inglés, en el año 1171 y en la ciudad de Cambridge (aunque, como la misma autora reconoce, en aquel tiempo no se llamaba Cambridge, pero se permite la licencia para no perder al lector). La editorial, en la portada, ha querido dar una pista sobre el contenido del libro “Un CSI en la Inglaterra Medieval”. Debo reconocer mi total ignorancia en lo que a tan famosa teleserie se refiere, así que no entraré a opinar.

El libro tiene varios puntos de partida interesantes: Morbo (¿porqué ponerlo en último lugar?) ya que nos enfrentamos a un asesino en serie de niños. Injusticia social: ya que se acusa a los judíos de ello. Economía: ya que hay un problema de deudas. Personajes singulares: Un detective judío, una forense femenina y su sirviente, musulmán, negro y eunuco (todos ellos procedentes de Salerno). Un rey en difícil postura: Enrique II está superando la muerte de Thomas Beckett, su humillación, y debe meter en cintura a la iglesia, además de no perder sus rentas. Todo ello debidamente aderezado con abades, prioras, carniceros, amas de llaves, pescadores, monjas, caballeros, alguaciles, techadores y otras múltiples yerbas y especias.

¿El punto de arranque de la historia?. Ha aparecido un niño muerto en extrañas circunstancias, y se culpa de ello a los judíos de Cambridge. Estos deben refugiarse en el castillo, cosa que enfurece al rey porque no pueden pagarle los impuestos. Así pues el rey de Salerno envía a tres personas para que investiguen el caso. El detective, la médico forense y su sirviente. Judío él, agnóstica ella y musulmán el tercero.

De la autora.
Ariana Franklin no tiene biografía, al menos como tal, ya que es un seudónimo. Todo apunta a que su verdadero nombre es Diana Norman. También escritora, por cierto.

Inició su carrera como reportera, trabajando en pequeños periódicos locales, y ya con 20 años era una referencia en el mundo periodístico. Se casó con Barry Norman, un importante periodista, crítico de cine y presentador de televisión. Pero no nos extendamos en cotilleos.

Entre las obras de Diana Norman figura en primer lugar “Fitzempress Law” (1980), que fue nombrada mejor novela histórica del año por Frank Delaney, de la cadena BBC radio 4. Seguirán 10 mas hasta el 2006. Cuando parece decidir cambiar su nombre y empezar a publicar como Ariana Franklin. En primer lugar un libro sobre Anna Anderson (la mujer que dijo ser Anastasia), y después “Maestra en el Arte de la Muerte”, la novela que nos traemos entre manos.

Consideraciones de un lector inexperto.
No me considero un experto en novela de detectives, y mucho menos ambientada en el medioevo. Sólo he leído la serie casi completa de las aventuras de Fray Cadfael (Ellis Peters), media docena de volúmenes de las de Fray Athelstan y John Cranston (Paul Harding), seis casos de Owen Archer (Candace Robb), un par de libros de las de Hugh Corbett (P.C. Doherty) y otro par de las aventuras de Benjamín Daunbey y Roger Shallot (Michael Clynes).

Cito estas series porque también parece que se va a tratar de una serie, ya que hay otra novela con la misma protagonista femenina: Adelia (el nombre completo es mas largo, pero dejemos al lector que descubra algo por si mismo), que se titula “The Serpent in the Garden”.

“Maestra en el Arte de la Muerte” promete mucho, pero da poco. El libro resulta singularmente atractivo en su planteamiento por los motivos que he apuntado antes: morbo, injusticia, racismo, sexismo, deudas, desinterés, inocencia… pero en ninguna de estas cosas parece extenderse la autora, todo pasa, como de soslayo. No voy a concretar porque sería desvelar la trama, pero si puedo decir que la sensación es que pretende abarcar mucho para apretar poco. Porque el libro parte de la investigación de un misterio, pero hay poca acción detectivesca ya que la historia se centra en ella y no en quien investiga, que es el detective. Porque el personaje de ella está poco explotado, ya que las situaciones difíciles que pudieran surgir de que fueran una mujer forense y agnóstica se exponen, pero no se desarrollan pues nada pasa. También sus sentimientos personales se esbozan, pero no se explotan suficientemente y al final el desarrollo sentimental del personaje es ambiguo, y no lleva a ningún sitio concreto. Porque los personajes nos vienen envueltos en un cierto halo de misterio (todos son sospechosos) pero al final no hay un avance hacia la resolución de las sospechas, con lo cual nos da igual, ya que no hay interrogatorios, ni escuchas, ni rastreos. El lector puede dudar de cada personaje, hasta que la autora aclara que no es el culpable.

En fin, añadir que es una lástima, al menos para mi, que, una vez mas se centre la acción en Inglaterra. Y no es que tenga nada contra Inglaterra, es que ya he citado un montón de series de detectives medievales, centradas en Inglaterra, y esta no pasa de ser otra mas. Y sin embargo ¿Porqué hacer viajar a los protagonistas desde Salerno hasta Cambridge? ¿Acaso no habrían podido cometerse los crímenes en Salerno? Entonces la novela hubiera podido desarrollarse en un ambiente bien distinto. Y es que algunos de los pasajes que mas me han gustado de “Maestra en el Arte de la Muerte” se desarrollan en el meridional reino de Sicilia, que en aquella época era un crisol de ambientes, luces, culturas y colores y en Ultramar, cuando el antiguo cruzado cuenta sus recuerdos: arena, sol, aventura, desdicha, honor…

¿Que si me ha gustado?
Soy de los que difícilmente se quejan de haber leído un libro. Y este caso no es una excepción. Para leer entre dos tomos densos me parece relajante. Aunque, como ya he dicho, tras terminarlo me quedé un poco frustrado, un poco con esa sensación de “pues bueno”, que nos embarga a veces al terminar una novela. No obstante hay pasajes de gran intensidad: Salerno, Ultramar, ya los he citado, pero hay otro, que dejaré que adivinen quienes lean la novela.
Y ojito con Salvaguarda.

Opino, desde luego.

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8 comentarios en “MAESTRA EN EL ARTE DE LA MUERTE – Ariana Franklin

  1. cavilius dice:

    Vaya, Koenig, me quedo con algunas frases de tu trabajada, y tan trabajada, reseña:
    «Es una historia de detectives». Fantástica definición. Concisa y directa al grano.
    «Ariana Franklin no tiene biografía». Qué susto, por un momento he creído que el libro lo había escrito un no-nato, sea lo que sea eso.
    «No me considero un experto en novela de detectives». Ciertamente, cómo vas a serlo con sólo 40 libros que llevas leídos sobre el género.
    «¿Acaso no habrían podido cometerse los crímenes en Salerno?». Ah, mamma mia, la Cosa Nostra, la familia é la familia, el mío Padrino…

    Saludos.

  2. Arauxo dice:

    Vaya Koenig, me quedo con algunas frases de tu trabajada, y tan trabajada, reseña:

    1. Desde la perspectiva histórica:

    – «Un CSI en la Inglaterra Medieval«. Ay, Dios mío, bien empezamos…

    – «Un detective judío, una forense femenina y su sirviente, musulmán, negro y eunuco«. Ay, Dios mío, qué bien continuamos…

    – «Judío él, agnóstica ella y musulmán el tercero«. Ay, Dios mío, que lo estamos mejorando…

    – «Inició su carrera como reportera, trabajando en pequeños periódicos locales, y ya con 20 años era una referencia en el mundo periodístico«. Ay, Dios mío, ahora empiezo a entenderlo…

    – «Se casó con Barry Norman, un importante periodista, crítico de cine y presentador de televisión«. Ay Dios mío, mis prejuicios empiezan a carcomerme…

    – «… aventuras de Fray Cadfael (Ellis Peters), media docena de volúmenes de las de Fray Athelstan y John Cranston (Paul Harding), seis casos de Owen Archer (Candace Robb), un par de libros de las de Hugh Corbett (P.C. Doherty) y otro par de las aventuras de Benjamín Daunbey y Roger Shallot (Michael Clynes)«. Ay, Dios mío, la narrativa histórica merecería subtitularse «Cuando los detectives poblaban la tierra»…

    – «…también parece que se va a tratar de una serie«. Ay, Dios mío y por Tutatis, que el cielo no se derrumbe sobre nuestras cabezas…

    – «morbo, injusticia, racismo, sexismo, deudas, desinterés, inocencia…«. Ay, Dios mío, ¡Ay, Dios míoooooooo…!

    – «… una mujer forense y agnóstica Ay, Dios mío, que mi corazón no está para repetir estos sustos…

    2. Desde la perspectiva literaria:

    – «Inició su carrera como reportera, trabajando en pequeños periódicos locales, y ya con 20 años era una referencia en el mundo periodístico«. Ay, Dios mío, qué desconfianza siento…

    – «Se casó con Barry Norman, un importante periodista, crítico de cine y presentador de televisión«. Ay Dios mío, mis prejuicios se me meriendan…

    – «Sólo he leído la serie casi completa de las aventuras de Fray Cadfael (Ellis Peters), media docena de volúmenes de las de Fray Athelstan y John Cranston (Paul Harding), seis casos de Owen Archer (Candace Robb), un par de libros de las de Hugh Corbett (P.C. Doherty) y otro par de las aventuras de Benjamín Daunbey y Roger Shallot (Michael Clynes)«. Ay, Dios mío, cuán alargarda es la sombra de Eco…

    – «…también parece que se va a tratar de una serie«. Ay, Dios mío, cuánto se va a enriquecer la Historia de la literatura…

    – «promete mucho, pero da poco» y «pretende abarcar mucho para apretar pocoa» Ay, Dios mío, pues qué bien…

    – «el desarrollo sentimental del personaje es ambiguo, y no lleva a ningún sitio concreto«. Ay, Dios mío, qué ganas me están entrando de leerlo…

    – «El lector puede dudar de cada personaje, hasta que la autora aclara que no es el culpable«. Ay, Dios mío… ¿Pero esto qué clase de novela de detectives es, por San Guillermo de Baskerville?

    – «… tras terminarlo me quedé un poco frustrado, un poco con esa sensación de “pues bueno”, que nos embarga a veces al terminar una novela«. Ay, Dios mío, Koenig, no sabes bien cómo te agradezco la reseña, jomío… porque hay consejos que valen su peso en oro.

    Saludos infinitamente agredecidos y en deuda permanente con su persona, Sir Koenig.

  3. Laya dice:

    Gracias, Koenig, ya sé de un libro que no me voy a leer.
    Ay, Dios mío, si Sir Arthur Conan levantara la cabeza y la de Arauxo anduviera cerca…

  4. Laya dice:

    ¿He dicho que muy bien y muy clarificadora tu reseña, Koenig?
    Lo que no quita para preguntar: ¿cómo se te ha ocurrido atacar un libro con semejante tema? ¡Asesinatos de niños en la Edad media! Por favooooorrr!!!

  5. Ascanio dice:

    Ay, Dios mío, aparta de mí este cáliz…

  6. Koenig dice:

    Buenos días.

    Me siento mas o menos como «Koenig el destructor» (iba a poner otro nombre pero… no).

    En cuanto a ocurrirseme, amiga Laya, hay que leer de todo. Cualquier tema, tratado con habilidad, puede dar mucho de si. Así que curiosidad nunca falta.

    Y terminar recomendando a Arauxo que cambie ese Dios suyo, o le regale un sonotone, si tiene que invocarlo hasta quince veces para que aparezca. Ay, Dios Mío.

    Un saludo.

    Koenig.

  7. Arauxo dice:

    No eres tan destructor, Koenig. Es que nosotros sabemos leer entre líneas…

    Y el problema no es de mi Dios. Es mío, que soy muy egoísta y me gusta monopolizarlo todo. Ay, Dios mío…

    Un saludo.

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