Likine escribió: ↑Lun Dic 16, 2024 10:14 pm
Charivari escribió: ↑Lun Dic 16, 2024 7:58 pm
Likine escribió: ↑Lun Dic 16, 2024 6:13 pm
Si en la narración hay (...), dioses (...) en un ambiente histórico y de realidad, (...) eso es fantasía, no relato histórico, por mucho valor literario que tenga lo escrito.
hola Likine. Pues en este concurso tenemos un relato en el que el dios Dioniso transforma a unos piratas en delfines y tampoco pasa nada, todo el mundo consideró el relato como histórico.
Ahora bien, si un narrador ajeno a los personajes, un narrador omnisciente y que por tanto conoce la verdad del mundo real, trata a los dioses como existentes en ese mundo real, como seres físicos y vivos, eso, a mi juicio, es fantasía, porque los dioses no pertenecen al mundo físico, sino al imaginario colectivo.
En realidad, estoy bastante de acuerdo contigo... Pero con matices. Para mi, hay que diferenciar entre "maravilloso" y "fantástico". El elemento fantástico, que significa introducir un elemento paranormal en un mundo real, no altera, por tanto, el fundamento de esta realidad. Pero claro, debe introducirse a cuentagotas y de manera inteligente. Pongamos por ejemplo esta obra maestra del cine, "el séptimo sello", de Ingmar Bergman, en la que se ve a un caballero jugando al ajedrez contra la muerte. Se trata un elemento fantástico, pero sigue siendo una película histórica. "El perfume" de Suskind propone una novela histórica, que se desarrolla en la Francia del siglo XVII, pero tiene un elemento fantástico al final de la obra.
En cambio, lo "maravilloso", - ahora preferimos hablar de "fantasy" o "fantasía"- supone plantear un mundo paralelo dónde lo sobrenatural es habitual (magos, elfos, etc) y por tanto, este género se aleja del relato histórico. Ahora bien, si se escribe un "falso" relato mitológíco, pero con referencias serias (como lo hace el autor del relato sobre Dionisio) estamos en un híbrido, algo extraño: a la vez histórico y maravilloso. Me interesa particularmente porque estuve a punto de escribir, para este concurso, un relato imitando los cantares de gesta, sobre los caballeros de la mesa redonda. Y lo deseché, pensando que no era histórico, justamente
