Ayer recibí:
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Historia de la Biblia, de John Barton (Ático de los Libros, 2024):
La Biblia es el libro central de la cultura occidental, pero, por sorprendente que parezca, hasta el momento ninguna obra ha contado su historia. Para los creyentes, es la piedra angular de su fe, pero para los no creyentes también tiene un estatus imponente: está entretejida hasta un grado sin parangón con nuestra forma de ver el mundo.
En este libro excepcional, escrito por John Barton, uno de los principales eruditos bíblicos del mundo, descubriremos, entre otras cosas, cómo se escribieron las distintas partes de la Biblia, qué se incluyó en ella y qué se quedó fuera, cómo la Biblia se difundió e interpretó a lo largo del mundo y cuál ha sido su repercusión en todo el planeta.
Barton demuestra que la Biblia no es un texto fijo desde un principio, como solemos creer, sino el resultado de una larga y fascinante evolución, y que tanto el cristianismo como el judaísmo no derivan solamente de la Biblia, sino también de otras fuentes y tradiciones.
Historia de la Biblia es una portentosa y detallada investigación, una obra de referencia imprescindible tanto para lectores laicos como para creyentes.
Un buen tomo (816 páginas en total).
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Justiniano. Emperador, soldado, santo, de Peter Sarris (Taurus, 2024):
Esta extraordinaria biografía nos ofrece una visión profunda de la Antigüedad tardía y de Justiniano, un hombre que, desde los comienzos más humildes, llegó a gobernar gran parte del mundo conocido y alcanzó una consideración casi divina. Un emperador que infundía un significado espiritual incluso a las tareas más mundanas. Un administrador excelente y obsesionado con los detalles. Un hombre, ya en la mediana edad, capaz de cambiar la ley para poder casarse con una bailarina de la que se enamoró, y que gobernó acompañado de la emperatriz Teodora durante más de veinte años. Un brillante estratega militar que nunca estuvo en primera línea.
Se enfrentó a retos como el cambio climático, las luchas culturales e identitarias o la primera pandemia mundial de la que se tiene constancia, y muchas de las soluciones que encontró siguen teniendo sentido en la actualidad. Su legado nos rodea y está patente en el mundo de hoy, desde un sinfín de monumentos entre los que cabe destacar la hermosa Santa Sofía, hasta nuestro sistema jurídico, a través de la codificación del Corpus Iuris Civilis, pasando por su contribución a la cultura, a la cristiandad y al islam. En esta obra maestra, Sarris nos muestra que, con toda su complejidad y contradicciones, Justiniano fue, en muchos sentidos, un emperador sorprendentemente moderno.
Lo leeré pronto y reseñaré para nuestra Papri.
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Hatshepsut. La mujer que se convertiría en rey, de Kara Cooney (Editorial Dilema, 2024):
Hatshepsut era la hija de un general que había usurpado el trono de Egipto.
Casada con su medio hermano, se esperaba de ella que trajera al mundo hijos varones que legitimaran el reinado de la familia de su padre, pero ninguno nació.
En su lugar fue la propia Hatshepsut la que ascendió al trono.
Durante su reinado de veintidós años demostró ser una maestra de la estrategia, ocultando sus movimientos políticos bajo un velo de piedad y reinvención sexual. Fue una extraordinaria y exitosa lideresa de la más poderosa civilización de mundo antiguo. Y, sin embargo, a las pocas décadas de su fallecimiento casi todas sus imágenes y las inscripciones que documentaban su existencia habían sido violentamente destruidas. En Hatshepsut - La mujer que se convertiría en rey, Kara Cooney narra el notable ascenso y caída de Hatshepsut y explora nuestras complejas reacciones ante las mujeres en el poder.
Un tomo más de la estupenda colección egiptológica de Dilema.