Recibida con elogios entusiastas por la crítica del Reino Unido y Estados Unidos, que la ha considerado de forma unánime uno de los mejores libros del años, La impostura supone el regreso a la novela de Zadie Smith, siete años después de Tiempos de swing y un cuarto de siglo después de su irrupción en el panorama literario con Dientes blancos. Llena de vida, ideas, humor, sentimientos y algo semejante a una verdad moral, La impostura narra con extraordinaria habilidad las controversias sociales del Londres victoriano a través de un puñado de personajes memorables.
Corre el año 1873. La escocesa Eliza Touchet es la prima y ama de llaves de William Ainsworth, un novelista antaño famoso pero ahora en decadencia, con quien vive desde hace treinta años. Mujer de múltiples intereses —la literatura, la justicia, el abolicionismo, las clases sociales y las esposas de su primo—, Eliza se entusiasma con un intrigante juicio que está levantando encendidas pasiones en Londres: sir Roger Tichborne, heredero de un enorme imperio y desaparecido en el mar años antes, ha reaparecido de repente y reclama lo que le corresponde. En particular, a Eliza le llama la atención Andrew Bogle, testigo clave en el juicio, y quiere saberlo todo sobre él. Criado como esclavo en las plantaciones de azúcar de Jamaica y sirviente de la familia Tichborne durante décadas, Bogle es el hombre que puede confirmar o desmentir las increíbles pretensiones del aspirante a la fortuna de los Tichborne.
Vertiginosa exploración de los engaños y autoengaños de la condición humana, La impostura nos adentra en un fascinante mundo victoriano en el que realidad y ficción se mezclan con vigor. Una novela con resonancias muy contemporáneas en la que una heroína inolvidable se atreve a enfrentarse al brutal pasado colonial de Inglaterra.
Última edición por balbo el Jue Oct 31, 2024 12:26 pm, editado 1 vez en total.
Me consta que voy contra corriente, pero me he llevado una decepción. Sin discutir en absoluto que desde el punto de vista de la escritura es una delicia, creo que para disfrutarla se requiere un conocimiento previo de la época y de los personajes de los que carezco. Y esos cambios temporales que en alguna revista han definido como "de muñeca rusa" no han hecho más que desconcertarme. La verdad es que no me ha generado precisamente entusiasmo.
Y encima se la regalé a alguien (que me va a matar, seguro , porque no es precisamente una gran lectora) por lo recomendadísima que estaba.
Entiendo un poco tu razonamiento, aunque lo del conocimiento de la época me parece que se solventa conforme se avanza la lectura de la novela. Sin embargo, es cierto que en algún momento la narración avanza un poco a trompicones y quizás por esta razón su lectura no resulte especialmente sencilla. O entras o no entras, es cierto. Pero si lo consigues, como fue mi caso, creo que se disfruta sobradamente, en especial por el profundo trabajo que realiza la autora en los protagonistas. Pero vamos, que solo es una opinión más y sobre narrativa y novela no hay nada escrito, a no ser que la novela en cuestión sea un desastre, que por supuesto en este caso, no lo es, ni mucho menos.