Tras escucharle en un diálogo con Sandra Ollo, editora de Acantilado, compro Doce anillos de Yuri Andrujovich
Karl-Joseph Zumbrunnen, fotógrafo austriaco con raíces galitzianas, viaja buscando sus orígenes a la Ucrania de los años noventa del siglo xx. Tras el derrumbe del imperio soviético, encuentra un estado en el que los desajustes por su nacimiento serpentean entre el nacionalismo, la nostalgia por los Habsburgo, la tentación del retorno al régimen anterior, el folklore y el embrutecimiento vulgar de un mercado sin control. Enamorado de su intérprete, viaja con ella a un antiguo observatorio, que, tras ser un centro de espionaje y un complejo deportivo soviético, es hoy un hotel en los Cárpatos. Allí, pasado y futuro se encuentran, y toda frontera geográfica pierde definición. El espíritu del poeta Bogdan-Igor Antónich levita entre directores de cine, bailarinas de striptease, matones y un escritor perdulario, Artur Pepa. Feérico, entusiasta, magistral y torrencial, Andrujovich nos invita, desde un paisaje tan imaginario como preciso, a un bellísimo e irónico paseo geopoético por una Europa en la que todavía planea la sombra de la Cripta de los Capuchinos.
Recién llegado a casa lo último de Baricco... ¡Un western!
El sheriff Abel Crow tiene 27 años y ya es un personaje de leyenda. Sus dotes innatas como tirador —su disparo preferido es «el Místico», uno doble, cruzado y simultáneo, con ambas manos, sobre blancos distintos—, no podrán evitar, sin embargo, que en un momento crítico se replantee el sentido de la existencia.
Baricco nos presenta así un western que pone en cuestión una de las piedras angulares del género, la noción de frontera, desplazándola aquí del exterior al interior: es límite y confín entre lo visible y lo invisible, entre lo físico y lo metafísico, entre la vida y la muerte. Si los espacios son los propios del género, como en una película de Sergio Leone (las praderas interminables, el pueblo, con su banco y su saloon, las aldeas indias, el río de aguas bravas, el desierto abrasador…), no dejan de ser también reverberaciones de una unidad profunda del universo, del mismo modo que todos y cada uno de nosotros somos parte de un único aliento.
Esta tarde me he hecho con "De la A a la Z de un pianista", de Alfred Brendel (Acantilado). Un librito al que hace tiempo que quería hincarle el diente.
Sinopsis: "Un abecedario ideal escrito por un gran pianista: sabio, agudo, esclarecedor y personal. El vademécum de Alfred Brendel es un libro maravilloso para los amantes del piano, para el músico y para el aficionado.
Ilustraciones de Gottfried Wiegand"
No hay de que preocuparse, sólo se están cumpliendo mis órdenes
Los Pazos de Ulloa, de Emilia Pardo Bazán, en edición de Marina Mayoral para Penguin Clásicos. El primero que compro en este formato de la editorial y que espero empezar muy pronto.