
El tema está bien: la imposición de la eterna juventud para seguir en el éxito a una actriz de Hollywood por unos tipos que no tienen ni un rasgo de belleza. Muy bien Demi Moore, una actriz sin complejos que interpreta a Elizabeth Sparkle. Bien, pero bien repulsivo Dennis Quaid. Solvente Margaret Qualley como Sue, el alter ego de Demi Moore, que no sabía yo que es hija de Andie McDowell.
En cuanto a la película, va bien, es realista con los pinchazos y las heridas, pero hay un momento hacia la mitad que se desmadra: mucha sangre de bote, mucha casquería, mucho monstruo medio cutre. El final sobre la estrella del Hall of Fame de Holywood es bueno y enlaza con la escena final, pero la escena de la gala de fin de año no me la creo, se pasa de gore cutre.
No está mal, pero podría haber sido mucho mejor.