La portada se la sugerí al de la editorial, es un detalle de El rapto de Proserpina, de Bernini, una escultura que me encanta:
donde el mármol se hace carne. Fíjate en sensualidad del muslo de Proserpina, en el que la mano de Plutón se hunde.
La historia tiene sus más y sus menos:
"Esta historia gira en torno al secuestro de Proserpina, la hija de Júpiter (Zeus en la mitología griega) y Ceres, la diosa romana de la agricultura, equivalente a la Deméter griega. Mientras recogía flores, Proserpina fue atacada por un enamorado Plutón, el dios del inframundo, quien salió de la tierra en un carro tirado por cuatro caballos negros. Aunque Ceres oyó los gritos de su hija mientras era arrastrada al inframundo, no llegó a tiempo para rescatarla."
Sin embargo, “una vez que se dio cuenta de que Plutón había secuestrado a Proserpina”, explica Getty, “Ceres se puso furiosa y causó que la tierra se secara y las cosechas se perdieran. Desde los cielos, Júpiter vio que la tierra estaba árida y muerta, por lo que decidió intervenir, y finalmente se llegó a un acuerdo: Proserpina pasaría la mitad del año con su madre y la otra mitad en el inframundo con Plutón”.
(wikipedia
https://es.wikipedia.org/wiki/El_rapto_de_Proserpina)
Desde que el mundo es mundo ya pasaban estas cosas.
“Pues has de saber, querido Sancho, que el lector es un pájaro etéreo, caprichoso e inconstante, y hay que atraerlo con miguitas de pan para que lea, y a veces, ni aun así”.
Autor, valoro tu esfuerzo. Mis opiniones son mías y, por tanto, subjetivas.