
Mis simpresiones sobre Megalópolis, dejando pasar unas cuantas horas y que se atemperen las sensaciones, porque de entrada se resumía en una palabra: uf.
Soy bastante, por no decir MUY abierto a las reinterpretaciones del imaginario romano: me siguen fascinando Satyricon-Fellini (1969) y Titus (Julie Taymor, 1999), y entré enseguida en adaptaciones modernas como Coriolanus (Ralph Fiennes, 2011) o "experimentos" como César debe morir (Paolo y Vittorio Taviani, 2013), por poner unos pocos ejemplos. Pero son películas que no se quedan en un mero pastiche, y es fácil cometerlo. Lo de Coppola aquí... me repele desde casi el minuto 1. Pretenciosa, marcadamente falsa (aunque reconozco prácticamente todas las referencias), vistosa y exagerada. Pero fracasa en lo importante: que esa reinvención del imaginario clásico, de los personajes a la metáfora política, sea fresca, no simplemente epatante, que haya una "continuidad" de lo clásico en la actualidad y el "legado" romano. Que no se quede solo en el brilli brilli y en mera imitación "posmoderna". Aquí hay un collage de ideas mal hilvanadas, personajes desaprovechados y un barroquismo autocomplaciente. Y todo muy cargante y aburrido, y hasta "previsible". No es que esperase demasiado (no vi el trailer siquiera), pero que al menos fuese entretenido, tirando por lo bajo: ni eso me he llevado.