Foro de Hislibris

De hecho, a mí me pareció el peor de los que leí de él: apresurado, reiterativo, sin gracia.

Me da la (triste) impresión de que últimamente escribe con el piloto automático.

Hace tiempo que sus libros no pasan de (lamentables) refritos.

Lo que fue este hombre y lo que ahora es...

Por eso he apuntillado al final que no es su mejor libro. Una pena, la verdad... Yo los suelo leer cuando he tenido alguna lectura o lecturas más profundas antes y sirven para descargar un poco el voltaje y tomar fuerzas para otras más sesudas.

Acabé Hasta que pueda matarte de José Soto (DF). Novela de capa y espada alejada del romanticismo de este género y "brilla" más por su mugre, sangre y sudor de dos mundos antagónicos, pero que, al final, son más parecidos de lo que querrían sus líderes. El odio nace, al fin y al cabo, del desconocimiento y la guerra no es más ni menos que un sinsentido. Es más una novela que brinda a ese propósito y cumple con excelencia en la erudición a la hora de reconstruir esos convulsos años de batalla entre la Monarquia Hispánica y los otomanos en el mediterráneo. Atención a la exposición de la vida en los barcos de las dos flotas antes de la batalla. Chapeau. La primera página, el inicio de esta historia de duelos y odio, me pareció antológica. Lo que menos me gustó, y eso es personal, es el uso del adjetivo hiperbólico propio del género.

Me pondré con La Conjura de los Sabios de Luis Villalón (Edhasa).

Terminado Agripina de Emma Southon. Ameno, escrito en un tono coloquial. Habla de la vida de una mujer que estuvo a la sombra, emparentada con cuatro emperadores: Augusto, Calígula, Claudio y Nerón y que aparece en los escritos de Tácito o Suetonio con un papel secundario y lagunas temporales de años en su biografía. Me ha parecido muy interesante.

Ahora me paso al género negro con Los olvidados de Chris Lloyd

Pues vengo a decir que me estoy leyendo una novela de fantasía que me está sorprendiendo: El foso de los olvidados, de Antonio Runa. No me esperaba mucho, pero me está convenciendo, si bien siento que le falta un pulidillo a la obra, quizá una última revisión (algunos párrafos se hacen innecesariamente farragosos y sobra un montón de volcado de info por la cara). La inusual premisa pacifista me atrapó al instante, y el desarrollo te va metiendo. Voy por la mitad, veremos por dónde tira.

A mi el autor me suena como locutor de podcast, no como novelista

Doce anillos de Yuri Andrujovich

Karl-Joseph Zumbrunnen, fotógrafo austriaco con raíces galitzianas, viaja buscando sus orígenes a la Ucrania de los años noventa del siglo xx. Tras el derrumbe del imperio soviético, encuentra un estado en el que los desajustes por su nacimiento serpentean entre el nacionalismo, la nostalgia por los Habsburgo, la tentación del retorno al régimen anterior, el folklore y el embrutecimiento vulgar de un mercado sin control. Enamorado de su intérprete, viaja con ella a un antiguo observatorio, que, tras ser un centro de espionaje y un complejo deportivo soviético, es hoy un hotel en los Cárpatos. Allí, pasado y futuro se encuentran, y toda frontera geográfica pierde definición. El espíritu del poeta Bogdan-Igor Antónich levita entre directores de cine, bailarinas de striptease, matones y un escritor perdulario, Artur Pepa. Feérico, entusiasta, magistral y torrencial, Andrujovich nos invita, desde un paisaje tan imaginario como preciso, a un bellísimo e irónico paseo geopoético por una Europa en la que todavía planea la sombra de la Cripta de los Capuchinos.

Las Emperatrices Romanas, de María José Hidalgo de la Vega, un libro que había visto de refilón hacía años, y que, ahora, me ha llamado la curiosidad.

Acabé La Conjura de los Sabios de Luis Villalón (Edhasa). Un libro debe provocar algo y si es como este cierto dolor facial, mejor que mejor. Uno en la zona de las cejas, pues exige concentración para no pasar por alto detalles, pistas y datos que va dejando ir; y dos, la media sonrisa que te dibuja desde el inicio. Y yo que siempre digo que la novela histórica me alejó de la novela histórica, pienso al acabar su última página que sí, que aún hay vida y esperanza en ella. Es un libro lleno de novela histórica, respira novela histórica, pero se aleja de los grandes males que, a mi entender, tiene la novela histórica. El vocabulario es rico sin ser cargante ni pedante; los personajes están llenos de vida sin ser cartón piedra (De hecho es ésta una novela de personajes); la estructura no es infantil; hay datos pero no alecciona. Y estamos ante una novela llena de humor. Y el humor bueno es siempre síntoma de encontrarse ante una novela inteligente.
Por otro lado, hay mitología e historia; pero también (y si me equivoco espero que alguien me corrija) hay geometría: un gran círculo donde todo parece acabar como empezó (o no) y muchos triángulos, aparte denlos de Tales (desde las patas del trípode hasta triángulos humanos y no siempre han de ser amorosos).
Hay también un homenaje a aquellas que son sabias a su manera, que es la buena. Me encantó leer el primero y buscar y esperar (se hizo esperar) el segundo.
Y un enigma que espero resolver algún día: las grafías que hay, en ocasiones, encima de los nombres.

Me pondré en breve con La Isla Desnuda de Lola Nieto (La Caja Books).