Re: El hierbero – Ostra Rizada (corto)
Publicado: Vie Ene 24, 2025 5:59 pm
Pedugos (persona de poca estatura, poco desarrollada, mejor calcetín gordo de lana como señala Pero); zoqueta (pieza de madera, a modo de guante, con que el segador resguarda de los cortes de la hoz los dedos meñique, anular y corazón de la mano izquierda.); lamín (golosina, manjar delicado); fardel (saco o talega que llevan los pobres); torrendillo o torrezno (la barrita energética de los sorianos, tocino frito o para freir)
Era aquel en que vivía el herbero y su comunidad un mundo inocente, su amigo le dejaba el pajar y le daba un fardel, su mujer le remendaba los pedugos y no había mala intención aun sabiendo que antes que el marido la cortejara él.
No entiendo esta expresión: “…no tenía nada, pero como a todo el mundo le sobró”.
El final es lacónico: “podía ocurrir”.
El relato está bien escrito y nos lleva a un mundo tal vez desaparecido, al menos en España, no se yo por esas cumbres andinas, donde mi alias ambientaba sus relatos, si existirá tal figura. Sí sé que en Xátiva se hace un rico licor de hierbas que llaman precisamente así, herbero: al producto, no al productor. Siento que al texto le falta ser novelado, es demasiado descriptivo: se limita a contarnos quien era y como vivía el herbero. Ostra, tratas a tu personaje como al pseudónimo: lo cierras, no lo muestras, con lo que podría dar de sí en el interior de una trama: en realidad la tienes a mano, es la mujer que le zurce los pedugos, es la esposa de su amigo y antes él fue su pretendiente. Si metes un conflicto similar te queda una historia colosal.
Con todo me ha agradado mucho leerlo, es un personaje que destila poesía.
Enhorabuena.
Nota: mención especial a las palabras reseñadas, tal vez moribundas o desparecidas con la profesión.
Era aquel en que vivía el herbero y su comunidad un mundo inocente, su amigo le dejaba el pajar y le daba un fardel, su mujer le remendaba los pedugos y no había mala intención aun sabiendo que antes que el marido la cortejara él.
No entiendo esta expresión: “…no tenía nada, pero como a todo el mundo le sobró”.
El final es lacónico: “podía ocurrir”.
El relato está bien escrito y nos lleva a un mundo tal vez desaparecido, al menos en España, no se yo por esas cumbres andinas, donde mi alias ambientaba sus relatos, si existirá tal figura. Sí sé que en Xátiva se hace un rico licor de hierbas que llaman precisamente así, herbero: al producto, no al productor. Siento que al texto le falta ser novelado, es demasiado descriptivo: se limita a contarnos quien era y como vivía el herbero. Ostra, tratas a tu personaje como al pseudónimo: lo cierras, no lo muestras, con lo que podría dar de sí en el interior de una trama: en realidad la tienes a mano, es la mujer que le zurce los pedugos, es la esposa de su amigo y antes él fue su pretendiente. Si metes un conflicto similar te queda una historia colosal.
Con todo me ha agradado mucho leerlo, es un personaje que destila poesía.
Enhorabuena.
Nota: mención especial a las palabras reseñadas, tal vez moribundas o desparecidas con la profesión.