Re: 'El Imperio escita' de Christopher I. Beckwith
Publicado: Lun Nov 11, 2024 11:19 am
Pues ya terminé este libro. Un volumen que apabulla en la forma y cuyo fondo presenta una tesis ambiciosa ―"la historia temprana de los escitas y sus contribuciones, que cambiaron el mundo y propiciaron el surgimiento de la época clásica", p. 61― también "revolucionaria".
Ya comenté antes el engorroso sistema de notas, al que, no obstante, con paciencia y constancia se acaba acostumbrando uno. Una anotación más simplificada, aparte de que muchas de ellas podrían estar a pie de página, acercarían más lectores a un libro interesante, pero al que la frondosidad del bosque puede alienar. Es cierto que puede leerse el libro sin el aparato crítico, pero se perderán muchos matices; y es cierto también que se podría haber aligerado (mucho), pero, en fin, el libro, en la forma, es el que es.
La parte más interesante, aunque también algo reiterativa, la conforman el prólogo (el núcleo de la tesis) y los capítulos 1 a 4; ya la segunda mitad del 4 al 6 forman un bloque "lingüístico" que requiere, más que de conocimientos, de fe en lo que dice el autor: expertísimo conocedor de una larga lista de lenguas, establece un diálogo entre ellas, enlazando conexiones entre "escita imperial", avéstico, meda, persa antiguo y chino, entre otras (tibetano, japonés,...) para construir una tesis ―el "escita imperial" como lengua franca de Eurasia entre los siglos VIII-III a.C.― que, ante el alud de datos, parece convencer.
La parte final (caps. 7 y 8) se centra en qué hay en común entre los escitas y el origen del "imperio" chino con Qin Shi Huang Di ―un rey Qin de origen Zhao, que a su vez "bebía" de los escitas―, y el epílogo incide en la "filosofía escita" como origen de la Edad Clásica. Leyendo este epílogo te viene a la cabeza en sus primeras páginas el concepto de Era Axial de Karl Jaspers, que después Beckwith comenta y trata de "obsoleto", aunque con algunos matices. La idea de que Anacarsis "el greco-escita", Zoroastro "el persa", Gautama Buda el indio y Lao-Tse el "chino" bebían de un "filósofo" o de una "filosofía" escita original resulta atractiva, aunque también cogida con pinzas.
Resulta más interesante, y con los datos que ofrece, la noción de "imperio escita-medo-persa" de Ciáxares el meda (r. 625-575 a.C.) a Artajerjes II aqueménida (r. 405/404-359/358), poniendo el foco en Ciro II el Grande (r. 559-530) y Darío I (r. 522-486 a.C,) en torno a una "realeza" escita que con medas, elamitas y persas conforma el Imperio "persa" tradicional.
Algo reiterativa esa parte, muy ambiciosa y posiblemente algo coja (a veces el tono es bastante peliculero), pero... qué le vas a discutir al autor si no tienes el bagaje lingüístico del que él da sobradas muestras. Es un libro estimulante, y eso siempre se agradece, pero queda la sensación de una fiesta privada a la que no se te ha invitado y de leer una reiteración (a veces machacona) que te hace barruntar, dentro del desconocimiento técnico del que uno adolece, que enmascara una tesis algo frágil o cogida con pinzas. Qui-lo-sa...
Ya comenté antes el engorroso sistema de notas, al que, no obstante, con paciencia y constancia se acaba acostumbrando uno. Una anotación más simplificada, aparte de que muchas de ellas podrían estar a pie de página, acercarían más lectores a un libro interesante, pero al que la frondosidad del bosque puede alienar. Es cierto que puede leerse el libro sin el aparato crítico, pero se perderán muchos matices; y es cierto también que se podría haber aligerado (mucho), pero, en fin, el libro, en la forma, es el que es.
La parte más interesante, aunque también algo reiterativa, la conforman el prólogo (el núcleo de la tesis) y los capítulos 1 a 4; ya la segunda mitad del 4 al 6 forman un bloque "lingüístico" que requiere, más que de conocimientos, de fe en lo que dice el autor: expertísimo conocedor de una larga lista de lenguas, establece un diálogo entre ellas, enlazando conexiones entre "escita imperial", avéstico, meda, persa antiguo y chino, entre otras (tibetano, japonés,...) para construir una tesis ―el "escita imperial" como lengua franca de Eurasia entre los siglos VIII-III a.C.― que, ante el alud de datos, parece convencer.
La parte final (caps. 7 y 8) se centra en qué hay en común entre los escitas y el origen del "imperio" chino con Qin Shi Huang Di ―un rey Qin de origen Zhao, que a su vez "bebía" de los escitas―, y el epílogo incide en la "filosofía escita" como origen de la Edad Clásica. Leyendo este epílogo te viene a la cabeza en sus primeras páginas el concepto de Era Axial de Karl Jaspers, que después Beckwith comenta y trata de "obsoleto", aunque con algunos matices. La idea de que Anacarsis "el greco-escita", Zoroastro "el persa", Gautama Buda el indio y Lao-Tse el "chino" bebían de un "filósofo" o de una "filosofía" escita original resulta atractiva, aunque también cogida con pinzas.
Resulta más interesante, y con los datos que ofrece, la noción de "imperio escita-medo-persa" de Ciáxares el meda (r. 625-575 a.C.) a Artajerjes II aqueménida (r. 405/404-359/358), poniendo el foco en Ciro II el Grande (r. 559-530) y Darío I (r. 522-486 a.C,) en torno a una "realeza" escita que con medas, elamitas y persas conforma el Imperio "persa" tradicional.
Algo reiterativa esa parte, muy ambiciosa y posiblemente algo coja (a veces el tono es bastante peliculero), pero... qué le vas a discutir al autor si no tienes el bagaje lingüístico del que él da sobradas muestras. Es un libro estimulante, y eso siempre se agradece, pero queda la sensación de una fiesta privada a la que no se te ha invitado y de leer una reiteración (a veces machacona) que te hace barruntar, dentro del desconocimiento técnico del que uno adolece, que enmascara una tesis algo frágil o cogida con pinzas. Qui-lo-sa...