Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Los espacios entre secciones, capítulos o lo que sean son muy inconsistentes, consiguiendo, de paso, que los títulos acaban viudos al final de las hojas.
El primer párrafo, que funciona a medio de introducción, me ha gustado bastante. Buen inicio.
El segundo ya me saca. Muy ficticio, en el estilo de tantas producciones hollywoodienses que no entienden de realidad: ¿dos personas solas, agotadas, y cortan brazos sin parar? ¿Los que atacan son tontos?
...Y eso me lleva a otra gran duda: si esta gente estaba "sometida al yugo de los visigodos", ¿por qué le parece mal cambiar el yugo musulmán? ¿De dónde es Pelayo? Yo tenía leído que era, precisamente, visigodo y, en cualquier caso, lo que mantuvo fue la "herencia visigoda", fuente de su presunta legitimidad. Veo que esto lo explicas, al menos en parte, más adelante... y me gusta cómo lo haces.
Un poco (o bastante) raro me resulta un asalto a una fortaleza sin tenerla previamente rodeada. Es una receta para el desastre del atacante, que se puede encontrar con que le atacan por detrás en una salida o, como el caso, se le fugan todos los que hay dentro. ¡No te digo ya lo de dejar vacío un campamento!
Lo de empezar la historia contándola hacia atrás, flashback tras flashback es un tanto arriesgado, pero funciona.
No sé yo si en el siglo VIII la heráldica estaba tan avanzada para llevar medias lunas en el pecho.
No entiendo la necesidad de llevar prisioneros en el campamento, pudiéndolos dejar en algunas de las plazas fuertes capturadas y guarnecidas.
En general, la historia se me hace pesada, llena de inconsistencias y clichés típicos (e irreales) del cine que la literatura suele cuidar más.
La idea en general no está mal y, con otra técnica o más experiencia por parte del autor, ganaría bastante.
El primer párrafo, que funciona a medio de introducción, me ha gustado bastante. Buen inicio.
El segundo ya me saca. Muy ficticio, en el estilo de tantas producciones hollywoodienses que no entienden de realidad: ¿dos personas solas, agotadas, y cortan brazos sin parar? ¿Los que atacan son tontos?
...Y eso me lleva a otra gran duda: si esta gente estaba "sometida al yugo de los visigodos", ¿por qué le parece mal cambiar el yugo musulmán? ¿De dónde es Pelayo? Yo tenía leído que era, precisamente, visigodo y, en cualquier caso, lo que mantuvo fue la "herencia visigoda", fuente de su presunta legitimidad. Veo que esto lo explicas, al menos en parte, más adelante... y me gusta cómo lo haces.
Un poco (o bastante) raro me resulta un asalto a una fortaleza sin tenerla previamente rodeada. Es una receta para el desastre del atacante, que se puede encontrar con que le atacan por detrás en una salida o, como el caso, se le fugan todos los que hay dentro. ¡No te digo ya lo de dejar vacío un campamento!
Lo de empezar la historia contándola hacia atrás, flashback tras flashback es un tanto arriesgado, pero funciona.
No sé yo si en el siglo VIII la heráldica estaba tan avanzada para llevar medias lunas en el pecho.
No entiendo la necesidad de llevar prisioneros en el campamento, pudiéndolos dejar en algunas de las plazas fuertes capturadas y guarnecidas.
En general, la historia se me hace pesada, llena de inconsistencias y clichés típicos (e irreales) del cine que la literatura suele cuidar más.
La idea en general no está mal y, con otra técnica o más experiencia por parte del autor, ganaría bastante.
Escritor.
Autor de La Ley del Sur
Autor de La Ley del Sur
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
El relato me estaba resultando entretenido sí, hasta que me saltaron a los ojos dos anacronismos graves (por citar dos). ¿Un campesino quejándose de trabajar en sábado? Hombre, que el descanso semanal no se planteó hasta bien entrado el siglo XIX y eso en los obreros industriales. Y encima el motivo es que "A sus veinticinco años, Amusicus estaba más por la labor de irse al pueblo con sus amigos". Teniendo en cuenta que en esa época y a esa edad estaban ya casados y algunos casi eran ya abuelos pues no me resulta creíble. Y lo de la media luna en los uniformes de los musulmanes pues otro tanto. Lo siento pero un relato entretenido y que apuntaba maneras al final se me ha hecho bola. Y de verdad que sé el trabajo que hay detrás, pero también los detalles hay que cuidarlos. Ars Historiae.
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Pensaba que era el único al que el detalle del descanso del sábado la había sonado raro, pero ya veo que no. Y luego que el motivo es que era "joven" con 25 años de la época pues tampoco es muy creíble.Mermaid escribió: ↑Sab Nov 23, 2024 11:55 am Buenos días, Orisón:
La verdad es que eres todo un superhéroe.
Resulta un poco difícil de creer que un joven viticultor, tras un breve entrenamiento, sea capaz de derrotar en su primer combate a un luchador experimentado. Por si ésto fuera poco, también mata con toda facilidad un gran oso pardo, cuando no había cazado jamás en su vida.
Hay otras cosas que chocan:
No me imagino a un hispano del siglo VIII diciendo que preferiría descansar el sábado.
Sorprende que, ante la llegada de los invasores, crean que sus condiciones de vida van a mejorar.
No sé si es muy correcto hablar de esgrima en ésta época.
Se utiliza repetidamente la expresión "a la que" en lugar de "cuando".
Un narrador coetáneo en primera persona no diría "las tropas que invadieron la península ibérica a principios del siglo VIII".
Respecto a la estructura narrativa, es un tanto extraña. Hay varios retrocesos temporales y los antecedentes de la historia no se sitúan al principio, sino en la página 23 de 26. Entiendo que la intención es comenzar y terminar el relato en el año 718, pero parece un poco forzado.
Por lo demás, el texto tiene su interés, aunque quizás sea un tema demasiado repetido en género histórico.
Te deseo suerte en el concurso.
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Es un relato muy entretenido, pero hay una cuestión de estilo que no me convence y que creo que lo echa a perder.
Todo empieza con las memorias que Orisón de Libisosa deja en una cueva. Estamos leyendo su prefacio, digamos y, como tal, el autor lo pone en presente y en primera persona. De hecho, el lenguaje empleado se adapta a uno que aceptamos para la época. Luego comienza el relato, pero resulta que las palabras y expresiones usadas son demasiado actuales o impropias (“estábamos enfrascados en la lucha…”, “…espectacular…”), pues sigue hablando en primera persona alguien del siglo VIII. Resta mucha credibilidad. Si no tenemos los recursos para imitar el supuesto habla de la época, yo elegiría un narrador omnisciente que hace interpretación de lo escrito en dichas memorias. Para eso es conveniente que quien deje las memorias no sea el mismo que el protagonista, pues chirriaría un poco. Leves matices como ese hacen que el texto cambie radicalmente, o así veo.
A partir de ahí, y debido a ese pequeño pero fundamental matiz, se me hace difícil entrar en la historia porque el protagonista no parece auténtico.
Todo empieza con las memorias que Orisón de Libisosa deja en una cueva. Estamos leyendo su prefacio, digamos y, como tal, el autor lo pone en presente y en primera persona. De hecho, el lenguaje empleado se adapta a uno que aceptamos para la época. Luego comienza el relato, pero resulta que las palabras y expresiones usadas son demasiado actuales o impropias (“estábamos enfrascados en la lucha…”, “…espectacular…”), pues sigue hablando en primera persona alguien del siglo VIII. Resta mucha credibilidad. Si no tenemos los recursos para imitar el supuesto habla de la época, yo elegiría un narrador omnisciente que hace interpretación de lo escrito en dichas memorias. Para eso es conveniente que quien deje las memorias no sea el mismo que el protagonista, pues chirriaría un poco. Leves matices como ese hacen que el texto cambie radicalmente, o así veo.
A partir de ahí, y debido a ese pequeño pero fundamental matiz, se me hace difícil entrar en la historia porque el protagonista no parece auténtico.
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Al leer tu comentario me ha venido a la memoria la reconocida como una de las mejores novelas históricas, el "Yo, Claudio", de Graves. Escrita en primera persona como supuestas memorias del emperador, no me quiero imaginar cómo los lectores podrían entenderla si el autor hubiera empleado un lenguaje acorde a su época (?) He aquí el inicio de la novela:mgag escribió: ↑Sab Dic 28, 2024 3:20 pm Es un relato muy entretenido, pero hay una cuestión de estilo que no me convence y que creo que lo echa a perder.
Todo empieza con las memorias que Orisón de Libisosa deja en una cueva. Estamos leyendo su prefacio, digamos y, como tal, el autor lo pone en presente y en primera persona. De hecho, el lenguaje empleado se adapta a uno que aceptamos para la época. Luego comienza el relato, pero resulta que las palabras y expresiones usadas son demasiado actuales o impropias (“estábamos enfrascados en la lucha…”, “…espectacular…”), pues sigue hablando en primera persona alguien del siglo VIII. Resta mucha credibilidad. Si no tenemos los recursos para imitar el supuesto habla de la época, yo elegiría un narrador omnisciente que hace interpretación de lo escrito en dichas memorias. Para eso es conveniente que quien deje las memorias no sea el mismo que el protagonista, pues chirriaría un poco. Leves matices como ese hacen que el texto cambie radicalmente, o así veo.
A partir de ahí, y debido a ese pequeño pero fundamental matiz, se me hace difícil entrar en la historia porque el protagonista no parece auténtico.
“Yo, Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico Esto-y-lo-otro-y-lo-de-más-allá (porque no pienso molestarlos todavía con todos mis títulos), que otrora, no hace mucho, fui conocido de mis parientes, amigos y colaboradores como «Claudio el Idiota», o «Ese Claudio», o «Claudio el Tartamudo» o «Clau-Clau-Claudio», o, cuando mucho, como «El pobre tío Claudio», voy a escribir ahora esta extraña historia de mi vida. Comenzaré con mi niñez más temprana y seguiré año tras año, hasta llegar al fatídico momento del cambio en que, hace unos ocho años, a la edad de cincuenta y uno, me encontré de pronto en lo que podría denominar «la jaula dorada» de la cual jamás he podido zafarme desde entonces.
Éste no es en modo alguno mi primer libro; en rigor, la literatura, y en especial la redacción de obras de historia –que de joven estudié aquí en Roma con los mejores maestros contemporáneos–, fue, hasta que sobrevino el cambio, mi única profesión e interés durante más de treinta y cinco años.”
Yo, particularmente, cuando me enfrento a textos que pretenden emular el lenguaje de épocas pasadas, cierro el libro y a otra cosa; no debemos olvidar que los autores escriben para que los lectores actuales los lean; si tenemos que ir tirando de diccionario o de notas al pie, mal asunto...
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Hola Edecán: También está Memorias de Adriano, por ejemplo, si no me equivoco. Pero en mi comentario hago dos precisiones: "Si no tenemos los recursos para imitar el supuesto habla de la época, yo elegiría un narrador omnisciente que hace interpretación de lo escrito en dichas memorias". Es decir, primero tener los recursos, y segundo imitación del habla de la época. Lo primero no necesita aclaración. Respecto a lo segundo, lo de imitar... Con ello me refiero a un habla que sea creíble, pues no sabemos cómo se hablaba en épocas tan antiguas (ni siquiera en las más o menos recientes anteriores al cine). Claudio y Adriano en sus respectivas novelas hablan como emperadores, sencillamente porque nos lo creemos. En este relato de Covadonga no sucede lo mismo. Al menos, la forma de hablar del astur no la percibo como creíble.Edecán escribió: ↑Sab Dic 28, 2024 7:32 pmAl leer tu comentario me ha venido a la memoria la reconocida como una de las mejores novelas históricas, el "Yo, Claudio", de Graves. Escrita en primera persona como supuestas memorias del emperador, no me quiero imaginar cómo los lectores podrían entenderla si el autor hubiera empleado un lenguaje acorde a su época (?) He aquí el inicio de la novela:mgag escribió: ↑Sab Dic 28, 2024 3:20 pm Es un relato muy entretenido, pero hay una cuestión de estilo que no me convence y que creo que lo echa a perder.
Todo empieza con las memorias que Orisón de Libisosa deja en una cueva. Estamos leyendo su prefacio, digamos y, como tal, el autor lo pone en presente y en primera persona. De hecho, el lenguaje empleado se adapta a uno que aceptamos para la época. Luego comienza el relato, pero resulta que las palabras y expresiones usadas son demasiado actuales o impropias (“estábamos enfrascados en la lucha…”, “…espectacular…”), pues sigue hablando en primera persona alguien del siglo VIII. Resta mucha credibilidad. Si no tenemos los recursos para imitar el supuesto habla de la época, yo elegiría un narrador omnisciente que hace interpretación de lo escrito en dichas memorias. Para eso es conveniente que quien deje las memorias no sea el mismo que el protagonista, pues chirriaría un poco. Leves matices como ese hacen que el texto cambie radicalmente, o así veo.
A partir de ahí, y debido a ese pequeño pero fundamental matiz, se me hace difícil entrar en la historia porque el protagonista no parece auténtico.
“Yo, Tiberio Claudio Druso Nerón Germánico Esto-y-lo-otro-y-lo-de-más-allá (porque no pienso molestarlos todavía con todos mis títulos), que otrora, no hace mucho, fui conocido de mis parientes, amigos y colaboradores como «Claudio el Idiota», o «Ese Claudio», o «Claudio el Tartamudo» o «Clau-Clau-Claudio», o, cuando mucho, como «El pobre tío Claudio», voy a escribir ahora esta extraña historia de mi vida. Comenzaré con mi niñez más temprana y seguiré año tras año, hasta llegar al fatídico momento del cambio en que, hace unos ocho años, a la edad de cincuenta y uno, me encontré de pronto en lo que podría denominar «la jaula dorada» de la cual jamás he podido zafarme desde entonces.
Éste no es en modo alguno mi primer libro; en rigor, la literatura, y en especial la redacción de obras de historia –que de joven estudié aquí en Roma con los mejores maestros contemporáneos–, fue, hasta que sobrevino el cambio, mi única profesión e interés durante más de treinta y cinco años.”
Yo, particularmente, cuando me enfrento a textos que pretenden emular el lenguaje de épocas pasadas, cierro el libro y a otra cosa; no debemos olvidar que los autores escriben para que los lectores actuales los lean; si tenemos que ir tirando de diccionario o de notas al pie, mal asunto...
saludos cordiales.
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Precisamente he puesto el ejemplo de "Yo, Claudio" porque está narrado en primera persona. El ejemplo de "Memorias de Adriano", de Margueritte Yourcenar, es igualmente válido. Tanto Graves como Yourcenar optaron por la primera persona, a pesar de no tener los recursos para imitar el habla de la época, que vete a saber cómo era...
Como bien dices, tanto Claudio como Adriano hablan como emperadores porque nos lo creemos; ahí radica el quid de la cuestión, en el pacto previo autor-lector por el cual el segundo se deja guiar por el primero en la historia que está leyendo.
Como bien dices, tanto Claudio como Adriano hablan como emperadores porque nos lo creemos; ahí radica el quid de la cuestión, en el pacto previo autor-lector por el cual el segundo se deja guiar por el primero en la historia que está leyendo.
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Estamos de acuerdo. Por recursos me refería a la capacidad por ponerse en el lugar del protagonista de la antigüedad y en el de sus lectores. Tanto Graves como Yourcenar tenían esos recursos. ¡Vaya si los tenían! No me expresé bien con "imitar" en mi primer comentario, que es algo redundante, pues no es otra cosa que tener esos recursos para hacer que nos lo creamos. Desconocemos el habla de otras épocas, pero no es necesario conocerla: un emperador debe hablar como un emperador (cómo hable en un burdel es otra cosa, y una dificultad añadida), un campesino del medievo analfabeto como creemos que debe hablar un campesino con esas características... Son patrones que tenemos guardados en la cabeza.Edecán escribió: ↑Sab Dic 28, 2024 8:01 pm Precisamente he puesto el ejemplo de "Yo, Claudio" porque está narrado en primera persona. El ejemplo de "Memorias de Adriano", de Margueritte Yourcenar, es igualmente válido. Tanto Graves como Yourcenar optaron por la primera persona, a pesar de no tener los recursos para imitar el habla de la época, que vete a saber cómo era...
Como bien dices, tanto Claudio como Adriano hablan como emperadores porque nos lo creemos; ahí radica el quid de la cuestión, en el pacto previo autor-lector por el cual el segundo se deja guiar por el primero en la historia que está leyendo.
Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
Este relato para mí sólo se puede describir como EXCEPCIONAL. Las descripciones del campo de batalla reflejando la tensión y la desesperación; la gran elección de prolepsis al principio del relato; los diálogos tan interesantes y entretenidos, con una minuciosidad impecable; el loable respeto religioso que rezuma el escrito; el humor y la tensión entrelazados en algunos puntos; el admirable patriotismo; las estrategias tan maravillosamente explicadas; la situación bien descrita; la emoción palpable; y ese particular toque epistolar de la narración... ¡han hecho que el relato sea una experiencia única para comprender mejor nuestra historia!
Desde el inicio es interesante, y es muy bueno el comentario de que el protagonista espera que su escrito nos ayude a aprender para futuras invasiones. Muy impactante, al igual que las detalladas y salvajes descripciones que aplaudiré por su valor de concienciar al lector y hacer que se involucre en alma con la lucha.
Y, hablando de detalles impactantes, hay frases sencillamente sensacionales, como: "Nos disponíamos a vender caras nuestras vidas". El relato despierta desde la primera hasta la última palabra unas emociones viscerales que te involucran en la lectura y te dan ganas de saltar y unirte a la batalla.
Los detalles están muy bien cuidados, como la prohibición de cerdo y vino; o la descripción de la pelea de Orisón y Valerio. También me gustó la analogía de "bautismo de fuego" precisamente tras este suceso.
El personaje de Don Pelayo está muy bien desarrollado, me parece curioso como dentro de la historia es uno más, pero en realidad todos los lectores sabemos el destino que le aguarda. Su historia personal también está muy bien sintetizada, aunque podría haberse hecho alguna mención a la impresionante leyenda que circula en torno a este personaje, con respecto a su hermana y su huida, y que conozco por mi interés previo y no porque se le haya hecho ninguna mención. Además, creo que está bien justificada la amistad que surgió entre Orisón y él.
El personaje del ermitaño que prepara la cueva para los peregrinos me parece precioso. Alguien podría tacharlo de poco realista, pero creo que es en el propio carácter divino donde reside su belleza.
La batalla de Covadonga está descrita magistralmente con una rigurosidad compaginada con la facilidad de entenderla. El milagro de la Virgen es preciosísimo, y la frase final es espectacular... pero justo se ve ligeramente eclipsada por haber escrito el signo de exclamación seguido de punto, un error garrafal.
En general, las erratas que he visto son pocas, faltas de tildes que se advierte que es por despiste y no por desconocimiento: el / él, se / sé, frio / frío. También esta frase "intentábamos divisar la presa que supuestamente había divisado", habría hecho falta sinonimia para no repetir el mismo verbo tan seguido.
Aunque precisamente cuando intentas reemplazar la palabra "luna" por "satélite" se me hace algo anacrónico, ¿no habría sido mejor decir algo del estilo de "astro"?
Más allá de esto los mayores fallos han sido los espacios y el encabezado mal puesto, que entorpece la lectura regular. Tampoco entiendo el personaje de Gudelia, aparece de la nada su mención sin que tan siquiera podamos conocerla para sentir pena por ella, y después le añadimos que la promesa de rescatar a su amada cae en el olvido, ¿por qué no suprimir al personaje?
También habría recortado la introducción de la vida de Orisón en la viña, es una buena atmósfera, pero después de tantos párrafos se hace pesada.
El hilo temporal me da la impresión de hacer extraños en alguna que otra ocasión, pero desde luego creo que este relato es absolutamente espectacular, yo lo vería como un digno ganador del concurso.
En cualquier caso, toneladas de suerte y sigue escribiendo desde el corazón, Orisón, y llegarás lejos.
Desde el inicio es interesante, y es muy bueno el comentario de que el protagonista espera que su escrito nos ayude a aprender para futuras invasiones. Muy impactante, al igual que las detalladas y salvajes descripciones que aplaudiré por su valor de concienciar al lector y hacer que se involucre en alma con la lucha.
Y, hablando de detalles impactantes, hay frases sencillamente sensacionales, como: "Nos disponíamos a vender caras nuestras vidas". El relato despierta desde la primera hasta la última palabra unas emociones viscerales que te involucran en la lectura y te dan ganas de saltar y unirte a la batalla.
Los detalles están muy bien cuidados, como la prohibición de cerdo y vino; o la descripción de la pelea de Orisón y Valerio. También me gustó la analogía de "bautismo de fuego" precisamente tras este suceso.
El personaje de Don Pelayo está muy bien desarrollado, me parece curioso como dentro de la historia es uno más, pero en realidad todos los lectores sabemos el destino que le aguarda. Su historia personal también está muy bien sintetizada, aunque podría haberse hecho alguna mención a la impresionante leyenda que circula en torno a este personaje, con respecto a su hermana y su huida, y que conozco por mi interés previo y no porque se le haya hecho ninguna mención. Además, creo que está bien justificada la amistad que surgió entre Orisón y él.
El personaje del ermitaño que prepara la cueva para los peregrinos me parece precioso. Alguien podría tacharlo de poco realista, pero creo que es en el propio carácter divino donde reside su belleza.
La batalla de Covadonga está descrita magistralmente con una rigurosidad compaginada con la facilidad de entenderla. El milagro de la Virgen es preciosísimo, y la frase final es espectacular... pero justo se ve ligeramente eclipsada por haber escrito el signo de exclamación seguido de punto, un error garrafal.
En general, las erratas que he visto son pocas, faltas de tildes que se advierte que es por despiste y no por desconocimiento: el / él, se / sé, frio / frío. También esta frase "intentábamos divisar la presa que supuestamente había divisado", habría hecho falta sinonimia para no repetir el mismo verbo tan seguido.
Aunque precisamente cuando intentas reemplazar la palabra "luna" por "satélite" se me hace algo anacrónico, ¿no habría sido mejor decir algo del estilo de "astro"?
Más allá de esto los mayores fallos han sido los espacios y el encabezado mal puesto, que entorpece la lectura regular. Tampoco entiendo el personaje de Gudelia, aparece de la nada su mención sin que tan siquiera podamos conocerla para sentir pena por ella, y después le añadimos que la promesa de rescatar a su amada cae en el olvido, ¿por qué no suprimir al personaje?
También habría recortado la introducción de la vida de Orisón en la viña, es una buena atmósfera, pero después de tantos párrafos se hace pesada.
El hilo temporal me da la impresión de hacer extraños en alguna que otra ocasión, pero desde luego creo que este relato es absolutamente espectacular, yo lo vería como un digno ganador del concurso.
En cualquier caso, toneladas de suerte y sigue escribiendo desde el corazón, Orisón, y llegarás lejos.
Vale más una palabra a tiempo que cien a destiempo (Reina Isabel la Católica)
Relatos, poesía, etimología - Visita: https://lcalvo005.wixsite.com/litteram
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Re: Covadonga, el origen de la leyenda - Orisón (largo)
No estoy seguro de que la primera persona le vaya del todo bien a tu relato. Se hace tan fantasioso como el testimonio de un superhéroe medieval, pero, tal vez sea eso lo que deseas conseguir.
El relato está muy bien escrito, sin apenas errores gramaticales y de lectura ágil .
Me resulta llamativo cómo los guerreros de una época se conmueven con las atrocidades del bando enemigo y no con las propias. Tal actitud es atemporal, sin duda: “… Pero lo que más me impactó fue ver de nuevo cadáveres colgados de los árboles, en algunos casos con escalofriantes signos de violencia. Sin duda, los bereberes que estaban asediando Pampeluna habían pasado por allí”.
¿Cota de malla en el año 714? No estoy muy seguro.
Lo siento, me resulta aburrida la constante descripción de batallas, luchas, testosterona... visigodos buenos y sarracenos malos, y eso que nací en Oviedo y mi madre nos llevaba de la oreja a Covadonga todos los años.
El continente impecable, el contenido no es de mi agrado: a pesar de ser carballón en el exilio, no me conmueve lo más mínimo.
Gracias por compartir y suerte en el concurso.
El relato está muy bien escrito, sin apenas errores gramaticales y de lectura ágil .
Me resulta llamativo cómo los guerreros de una época se conmueven con las atrocidades del bando enemigo y no con las propias. Tal actitud es atemporal, sin duda: “… Pero lo que más me impactó fue ver de nuevo cadáveres colgados de los árboles, en algunos casos con escalofriantes signos de violencia. Sin duda, los bereberes que estaban asediando Pampeluna habían pasado por allí”.
¿Cota de malla en el año 714? No estoy muy seguro.
Lo siento, me resulta aburrida la constante descripción de batallas, luchas, testosterona... visigodos buenos y sarracenos malos, y eso que nací en Oviedo y mi madre nos llevaba de la oreja a Covadonga todos los años.
El continente impecable, el contenido no es de mi agrado: a pesar de ser carballón en el exilio, no me conmueve lo más mínimo.
Gracias por compartir y suerte en el concurso.
Última edición por maqroll el Jue Ene 23, 2025 8:57 pm, editado 1 vez en total.
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