Un abrazo fuerte, Garnata, y a todos muchas gracias por los parabienes sobre la portada (menudo piropo, Aldo Stukamaro, ¡y yo ilustraría encantada tu relato!). Me alegro un montón de que os esté gustando tanto, de que se note el lanzamiento total de cabeza de este año a la piscina, o a los mares.
También quería agradeceros el apoyo a quienes ya habéis asomado al Verkami, tanto a la savia nueva (que también hemos sido, y qué recuerdos buenos…), bienvenidos e imprescindibles, como a los veteranos: qué deciros, sobre todo a quienes también estáis “a este lado” de una manera u otra, y ahora también sufriendo un poco, sabiendo o intuyendo lo que significa no solo conseguir la campaña o no, sino el hecho de su convocatoria en sí, después de estos veinte añazos de no haber dicho al respecto ni mú (

).
Tras esta transición magistral (es la tensión del momento, perdón. Ya me autoflajelo, estimad@s) y abundando un poco en lo que comentaba Javi:
Como podemos hablar tranquilamente en plata entre personas que compartimos un cariño muy concreto, y las ganas de que dure hasta el infinito y más allá una comunidad única como Hislibris, que nos va dando más incluso de lo que pensábamos por las historias que habéis tenido la generosidad de compartir en la taberna, hislibreños… Y tras las reflexiones echando la mirada atrás (¡y hacia adelante!) que el hito de estos veinte años vividos obliga, el objetivo de esta convocatoria/aventura/berenjenal que nos hemos atrevido a acometer no es otro que, como nuestra Vaca Sagrada apuntaba, ser el primer paso para que el extraordinario y consolidado combo que tenemos del Concurso de Relato Histórico Hislibris, los Premios de Literatura anuales, y la celebración de los Encuentros Hislibris, empiece a tener una dinámica más propia, en el sentido de que no dependa tanto del ala protectora de Ediciones Evohé.
Para quienes no lo sepáis, Ediciones Evohé es una editorial pequeñita y luchadora nacida en 2007 que siempre ha apoyado y apoyará Hislibris, pero el hecho de hacerlo, y de que Hislibris haya crecido tanto y sea tan grande a distintos niveles (y aquí me temo que voy a ponerme un poco prosaica, perdonad), acarrea “un diario” importante, no solo humano, sino también técnico y económico. Y en vez de hacer como otras plataformas, ya de un tamaño también, que establecen un pago mensual a sus usuarios para mantener los servidores, por ejemplo (que suele ser uno de los factores más “sacrificados”), nosotros nos hemos resistido hasta ahora a cualquier cosa de ese tipo, continuando siempre como mejor se ha podido (y pocas veces se puede decir tanto con tan poco, a fe mía).
La cosa, y la preocupación directamente relacionada, es que eso también significa que el destino de Hislibris continúa directamente asociado con el de Ediciones Evohé.
No os asustéis, que esperamos que Evohé siga viva por mucho tiempo; en esa lucha no cejamos tampoco. Pero también estos veinte años han dado para muchas batallas editoriales (un mundillo nada fácil, ya sabéis, en el que la inversión inicial es segura, pero el retorno necesario incierto, al menos el económico), con sus altibajos y sus rachas dictadas por la vida. Así que este año, el del flamante 20º Aniversario de Hislibris (y seguramente con toda la novatez del mundo de momento), hemos decidido atrevernos a inaugurar esta convocatoria anual, con la idea de que, además de ayudar a asegurar esa prevalencia hislibreña por otros veinte, nos permita también el respiro de hacerlos mejor:
Hacer una tirada bien generosa de los libros del concurso sin miedo (que suele ser complicado), poder aspirar a organizar los eventos de manera que cuenten con personas y/o lugares que de otra manera no podríamos ni considerar, poder estar algo más tranquilos también en cuanto a nuestro tiempo y trabajo ante todo lo que se pueda necesitar y surgir al nivel que sea, etc., etc.
En fin, las cosas que, al final, redundan directamente en que podáis y podamos disfrutar de un Hislibris mejor. Ni más, ni menos.
Bueno, y no me olvido de los tesoros hislibreños que hemos preparado también por primera vez y con toda la ilusión, que eso sí que va a ser una oportunidad única porque, honestamente, y por desgracia, no podremos materializar nada de ello si la campaña no sale adelante. (Y el ex libris de Hislibris lo estáis —estamos— deseando, por los dioses y las crines del casco de Celedonio, lo sé. Bueno, y la taza...).
Así que, por todo ello (y ya siento remataros encima este pedazo de parrafada haciendo un hincapié que me da todo el apuro y pudor), quería buenamente animaros a aportar vuestro granito a quienes podáis, y me temo que en cuanto podáis, porque quedan once días, y cuanta más fuerza vayamos sumando, pues más influye también en la participación de otras personas. Bueno, ya sabéis...
Y encima es que, posiblemente fruto de la novatez que antes os comentaba, y también de la ilusión de por una vez ir desahogados, dioses, por qué no decirlo, nos hemos fiado tal vez demasiado de ciertos números, ejemplos y estadísticas y, también muy posiblemente, si la siguiente catástrofe menor o mayor no se nos lleva por delante (espero que vengan antes los extraterrestres que el meteorito, por cierto, porque si no vaya chasco), la próxima cantidad establecida en la campaña tendrá que ser menor, ya solo por salud.
Pero esta es nuestra primera vez, y no queda otra que seguir luchando (espadas personales incluidas) por alcanzar en los once días que quedan la cifra mágica…
¡Muro de escudos!
Y gracias a todos por todo, y ¡larga vida a Hislibris!