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Rodrigo
Registrado: 28 Nov 2007 Mensajes: 8545 Ubicación: Santiago de Chile
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Publicado: Vie Ene 23, 2015 12:46 am Título del mensaje: LAS ARPÍAS DE HITLER - Wendy Lower |
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Tal vez no alcance para considerarlo un tema tabú, el de las mujeres involucradas en los crímenes del nazismo, pero sí es cierto que su lugar en la bibliografía relativa al Tercer Reich es muy secundario. En ésta, una Ilse Koch, la célebre “Bruja de Buchenwald”, apenas suele pasar de detalle anecdótico (como carne de hospital siquiátrico, simplemente). El supuesto que sustenta esta visión es que la mujer debía por fuerza desempeñar un papel marginal en los asuntos públicos del régimen nazi, no solo porque la época era en general machista sino porque el nazismo lo era en grado extremo. Los prejuicios de género a la sazón vigentes vedaban a las mujeres el acceso a la mayoría de los oficios y profesiones, exceptuando los tenidos por aceptables para el decoro y los atributos femeninos; aun en la Alemania nazi se multiplicaban las secretarias, maestras, enfermeras, costureras, criadas y dependientes de comercio. En cambio, las profesiones liberales, los cargos de responsabilidad, todo cuanto tuviese que ver con labores de planificación, administración y gobierno: todo ello era un coto reservado a los hombres. Por consiguiente, ¿qué responsabilidad podían tener las mujeres alemanas en las atrocidades perpetradas por el nazismo, si no se contaba a las guardianas de los campos de concentración femeninos? Aun en este cometido, el de guardianas o carceleras, el papel de la mujer parece confirmar el estereotipo de sujeto pasivo y subalterno en el contexto referido. Pero, ¿habrá habido algo más que esto? ¿Podrá hablarse de una complicidad multitudinaria de mujeres en la criminalidad del nazismo, y no simplemente de una participación ocasional o simplemente tangencial, cuando no de casos excepcionales de sadismo, como el de Ilse Koch? En su libro Las arpías de Hitler, la historiadora estadounidense Wendy Lower intenta responder a estas cuestiones.
La propia autora pone el acento en que se trata de un asunto poco estudiado, un tema plagado de vacíos que, sin embargo, pueden ser colmados merced al escrutinio de las fuentes documentales existentes y al testimonio de supervivientes de la época. No tarda demasiado en adelantar que fueron muchas las mujeres que tomaron parte en la ocupación de los territorios del Este, a la zaga de la Werhmacht, y que este contingente fue «una parte esencial de la maquinaria de destrucción de Hitler». La información servida en crudo impresiona a cualquiera. Y es que, en efecto, fueron varios cientos de miles las mujeres que prestaron servicio en el inmenso aparato nazi de ocupación, encuadradas en el ejército o en organizaciones vinculadas a las SS o el partido nazi, y en que se desempeñaban como radio-operadoras, controladoras de vuelo, maestras, examinadoras raciales y enfermeras –entre otras funciones-. La presencia femenina germánica en el Este incluía a esposas, novias y amantes de oficiales o funcionarios alemanes, algunas de las cuales llegaron a dar muestras de genuino sadismo. De las mujeres que integraron los servicios administrativos del aparato nazi se puede suponer un grado significativo de conocimiento de los métodos nazis de ocupación, puesto que por sus manos pasaba gran parte del papeleo burocrático. Pero más importante es que en algunos casos lo que había era una participación real en las actividades genocidas del régimen, ya como “asesinas de escritorio”, ya como ejecutoras de hecho. Todo esto, ya está dicho, impresiona. El problema es que el libro de Wendy Lower no profundiza demasiado en estas cuestiones ni ofrece una satisfactoria visión sistemática del conjunto.
Buena parte de Las arpías de Hitler consiste en enunciados abstractos y en generalidades, además de resultar un tanto reiterativo en destacar la relevancia del tema, el que -insiste más de una vez- no ha recibido toda la atención que merece. Más que en la interpretación global, el fuerte del libro reside en la descripción de casos particulares de asesinas o instigadoras, casos escalofriantes sin duda. Con todo, no se trata de casos necesariamente representativos de un fenómeno masivo. Tal vez haya en todo esto un problema de planteamiento y de rigor metodológico; a ratos parece que la autora forzara en exceso la evidencia a objeto de probar su tesis, que es el del papel decisivo de un número ingente de mujeres en la maquinaria asesina del nazismo en el Este. El tamaño de la muestra, compuesta por una docena de mujeres, resulta insuficiente, y la misma selección de casos no es del todo congruente con la tesis central. Los conceptos no están bien delimitados. Suscita dudas la transición quizás arbitraria y demasiado a la ligera que practica la autora entre complicidad presencial y participación activa en el genocidio, o entre simple conocimiento y participación real en el mismo; o entre violencia virtual –la del personal administrativo- y violencia real –la de los ejecutores-. Por momentos parece abusar de lo que más bien parece una intervención aleatoria u ocasional de mujeres en actividades criminales, generalizando en exceso y haciendo de incidentes específicos un fenómeno sistemático y masivo.
Desgraciadamente, la autora no suministra suficientes evidencias sobre el desempeño de secretarias, mecanógrafas y administradoras, de las que con tanto énfasis afirma que fueron un engranaje esencial de la maquinaria genocida; buenamente nos dice de ellas que fueron unas asesinas de despacho y unas sádicas, pero no acompaña los enunciados (a veces tan drásticos como el de que esas mujeres eran unas torturadoras o que “seleccionaban a las víctimas”) con el adecuado material probatorio. En todo caso, cabe decir que sí proporciona unas cuantas consideraciones interesantes, las que ilustran la relevancia del factor burocrático en la comisión de las actividades genocidas. Es cierto, como afirma Lower, que el trabajo rutinario del personal administrativo contribuyó a la normalización de lo perverso. También lo es que las mujeres empleadas como oficinistas aplicaron sus capacidades al desenvolvimiento de una dinámica en último término homicida… pero esta es una constatación propia del sentido común. Cambiando de tercio, resulta estremecedor el capítulo relativo a las enfermeras, entre las que –asegura Lower- están las verdaderas asesinas en masa nazis (más que entre las carceleras). Está por probar un asunto sobre el que hay sospechas, sugerido también por la autora: el presunto asesinato, por el personal sanitario alemán, de soldados alemanes heridos o discapacitados.
Que los ejemplos abordados por Lower son abrumadores, de esto no hay duda. Uno de ellos es el de Vera Wohlauf, a quien los lectores de Aquellos hombres grises (Christopher Browning) o de Los verdugos voluntarios de Hitler (Daniel Goldhagen) reconocerán como la esposa del capitán SS Julius Wolhlauf, miembro del famoso Batallón de Reserva de la Policía del Orden 101 –sí, aquella mujer que, recién casada, acompañaba a su marido a redadas y matanzas de judíos en Polonia-. Se trata en suma de secretarias, enfermeras y esposas de oficiales nazis. Algunas de ellas son verdaderas criminales sádicas, otras son nazis fervientes, adherentes fanáticas y consecuentes de la ideología hitleriana. Por lo general se trata de genuinas colaboradoras de los programas de exterminio nazis, en algunos casos son colaboradoras voluntarias y de ocasión, partícipes de las matanzas aun cuando no ejercían ninguna función oficial (el caso de las esposas). Sin embargo, no todas ellas responden plenamente a la categoría de perpetradoras o victimarias. Es más: la autora especifica que dos de ellas, las enfermeras Ohr y Schücking, fueron “agentes de [un] régimen criminal, culpables por asociación, mas no por sus actos individuales”. El conjunto, la muestra seleccionada por Wendy Lower, es funcional a un propósito como el de mostrar el colapso moral de una nación, o, eventualmente, el de ejemplificar los modos en que nefastas pulsiones latentes brotan al amparo de circunstancias extremas; mas no del todo al objetivo de responder a interrogantes como las planteadas arriba, o al de corroborar la tesis sobre el rol fundamental de un número ingente de mujeres en la maquinaria asesina del nazismo. Después de todo, la autora ha afirmado rotundamente que «el genocidio también es un asunto de mujeres», y que, «ante la “oportunidad”, las mujeres también se dedicaron a él, hasta en sus aspectos más sangrientos». Hay una suerte de desproporción entre la tesis, sobradamente ambiciosa, y las evidencias.
El libro de Wendy Lower es una indagación de tipo exploratorio que, en lugar de probar su tesis, tiende a dejar la impresión de que el papel de las mujeres en la criminalidad nazi fue más secundario e incidental que protagónico. Quedamos, pues, a la espera de un trabajo más profundo.
- Wendy Lower, Las arpías de Hitler. La participación de las mujeres en los crímenes nazis. Crítica, Barcelona, 2013. 320 pp. |
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cavilius Site Admin

Registrado: 15 Oct 2006 Mensajes: 14984 Ubicación: Kallipolis
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Publicado: Vie Ene 23, 2015 7:49 am Título del mensaje: |
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Gracias, Rodrigo. Tengo el libro en casa desde hace un año más o menos, y seguirá esperando su turno, parece. _________________ Otros pueblos tienen santos, los griegos tienen sabios.
Friedrich Nietzsche
La vida solo puede ser comprendida mirando atrás, pero solo puede ser vivida mirando adelante.
Søren Kierkegaard |
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farsalia

Registrado: 07 Nov 2007 Mensajes: 39967
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Publicado: Vie Ene 23, 2015 11:51 am Título del mensaje: |
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A mí m pareció un buen estudio: corto en extensión, sin embargo, pero que huye de incidir en la "maldad" intrínseca de las mujeres nazis". Un estudio que además abre la puerta a más investigaciones sobre la cuestión.
Comento más en la reseña que parece estar en el limbo hislibreño...  _________________ Web personal
¡¡El Mesías!! ¡¡El Mesías!! ¡¡Muéstranos al Mesías!! |
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Rodrigo
Registrado: 28 Nov 2007 Mensajes: 8545 Ubicación: Santiago de Chile
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Publicado: Vie Ene 23, 2015 2:52 pm Título del mensaje: |
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No es un libro rematadamente malo, no, pero sí que me dejó con gusto a poco. Me resulta imposible no contrastar un libro como éste con los de Robert Gellately sobre represión y consenso, o el de Eric Johnson sobre el terror nazi, o el de Michael T. Allen sobre administración y régimen concentracionario (Hitler y sus verdugos). Trabajos sólidos, profundos, bien planteados y mejor desarrollados. El de Wendy Lower me pareció a ratos liviano y un tanto incongruente. Propone una tesis, rotunda como han podido ver, y luego trabaja una serie de casos que sirven más bien a objetivos tangenciales a dicha tesis, como entender la transformación de mujeres corrientes en agentes de un régimen perverso. Tal vez si la autora se hubiese contentado con una premisa menos contundente, su libro habría estado mejor.
Ojalá hubiese trabajado a fondo el acápite de las asesinas de despacho. Fuera de referirse –y muy escuetamente- a un par de casos notorios, Lower se limita a enunciar el asunto y a remitir a las fuentes. Bueno, también se apunta con algunos comentarios interesantes, pero al final todo queda en esbozo de análisis.
Gusto a poco. |
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rcornejo
Registrado: 21 Ago 2009 Mensajes: 122 Ubicación: Santiago de Chile
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Publicado: Vie Ene 23, 2015 4:54 pm Título del mensaje: |
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Hola,
Comencé a leer el libro y lo dejé a medias por las mismas razones que expone Rodrigo en su reseña. Creo que la frase "...a ratos liviano..." refleja, entre otras cosas, por qué lo abandoné.
Mi impresión general fue que la autora desarrollaba a medias una tésis y se limitaba a relatar experiencias de algunas mujeres a las que ha entrevistado, lo cual no está mal, relatar las expriencias personales de algunas entrevistadas, pero está lejos del objetivo que la autora plantea en la introducción.
Saludos,
rca |
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Rodrigo
Registrado: 28 Nov 2007 Mensajes: 8545 Ubicación: Santiago de Chile
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Publicado: Vie Ene 23, 2015 5:02 pm Título del mensaje: |
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Sí, lejos del objetivo. Resumes bien mi impresión. |
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