Foro Primigenio de Hislibris

Balbo · Publicado: Vie Ene 06, 2012 12:32 pm **Título del mensaje**:

Lo mio eran las bolsas de soldaditos de 5 pesetas. La de bolsas que tuve y batallas que hice en mi cama. Recuerdo que sacudía el edredon y aquello se convertía en montañas y valles donde mi imaginación veía Austerlitces, Normandías.... Hasta hacía los ruidos, conversaciones, disparos. Y todo antes de la PS3 Razz

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Viento del Este y niebla gris anuncian que viene lo que ha de venir (Mary Poppins)

Rosalía de Bringas · Registrado: 16 Feb 2011 Mensajes: 3773

Buenos días, hislibreñ@.

Ante todo, muchas gracias por escribir en este hilo que, la verdad, dudé mucho en plantear. Tengo que deciros que ¡me encantan los recuerdos que sembráis con vuestras palabras!
Si os dais cuenta, cada uno se corresponde con un tiempo concreto, y lo estupendo de esto es que es, a su modo, puede decirse que son, también, elementos de historia.
Por ejemplo, el scalextric forma parte del imaginario infantil de mi generación; de hecho, en casa se guarda -atesoramos, mejor dicho- uno original, constituido como una herencia valiosa para el futuro.
Alguien ha mencionado el barco pirata de los playmóbiles. ¡Ah, qué maravilla! El soberbio galeón Mendoza y su pareja, la goleta María (los nuestros se llamaban así) pertenecen al universo lúdico de mi hijo, y siempre recordaré aquella lejana mañana de Reyes cuando su pequeña figura, peloncita y en pijama, los descubría sobre el sofá de casa. Recuerdo sus ojos. Los ojos del hombre que sería, luminosos ante aquella infinita promesa de aventuras marinas.
¡Qué hermoso es a veces mirar para atrás!

Yo os diré que uno de los regalos que más mella me hizo fue el Telar de la Señorita Pepis. (Sí, hijitos, sí...¡y al primero que se ría, lo pelo!). El juego en sí lo constituían tres cuadrados de distintos tamaños, huecos, con los bordes dentados donde iban enganchadas las tiras de lana (haciendo zigzag) y las que era necesario atravesar con una larga aguja en vueltas alternas; al final salía un cuadrado entretejido que, unido a otros tantos, lo máximo que daba era para una bufanda.
En realidad, el universo de la Señorita Pepis era una pura tentación al deseo. ¿Alguna hislibreña recuerda el Maletín de Belleza? ¡Ah, qué maravilla!
Ya que estoy, tengo que confesar un regalo que nunca llegué a tener: la muñeca Tracy (al menos, así la llamaban) ¿Alguien sabe de qué hablo?.
Fue una muñeca que salió en torno a 1960 (justo anterior a la Nancy), que tenía ropita y complementos, y ofrecía una característica inusual: le crecía el pelo. Tirabas del mechón que le salía en mitad de la cabeza y te hacías la ilusión de que la melenita sobre los hombros se había convertido por arte de sus propias manos, en una frondosa cabellera que recorría la espalda. ¿Qué no te gustaba? Pues le dabas a la minúscula llave que tenía en el ombligo y la frondosa cascada de pelo regresaba a las entrañas de la figura. ¡Para que luego digan que la magia no existe!
Y luego estaban los cacharritos, las cocinitas, el amplísimo abanico de las muñecas, los mueblecitos diminutos a escala de unos hogares ajenos...
Y los Juegos Reunidos Geyper (¿En qué casa no dejaban uno?)...
Y los estuches con lápices de colores...
Y los cuentos...
Y, luego, a medida que crecimos, esa blusa, esos zapatos, un bolso o una sortija...
Y, ahora... El deseo inevitable de nuevas mercancías. Cosas y más cosas de esas que tienen por destino permanecer prendidas en el aire, o en los sueños...

Recibid un saludo muy cariñoso en esta mañana tan singular. Wink

farsalia · Registrado: 07 Nov 2007 Mensajes: 39967

Recuerdo la ilusión de cuando era pequeño, pero no que alguno de los regalos me hiciera especial ilusión. Yo era de fácil conformar y con el uso constante de un barco y un helicóptero del Tente, que montaba y desmontaba mil veces, o de un camioneta que según la pegatina repartía melones, me lo pasaba bomba en las semanas y meses siguientes. También solía jugar con mi hermana y sus cocinitas o casitas de muñecas, o montaba juegos de esos de piezas de dominó sobre la alfombra del suelo (siguiendo las sinuosas lineas de su diseño). O cuando mi hermano se despistaba le robaba su fuerte del oeste de Playmobil y le perdía alguna bala de cañón. La verdad es que, recordando desde la distancia, disfrutaba más con los regalos ajenos que con los míos propios. No recuerdo especialmente en qué momento se perdió la ilusión y la magia de los Reyes, pero sí que los regalos siguientes se siguieron usando con una ilusión aprendida más que innata.
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Lucía · Publicado: Vie Ene 06, 2012 1:02 pm **Título del mensaje**:

El regalo de Reyes que recuerdo con más cariño fue un juego de cocina, con sus platos, vasos, cacerolas, sartenes y todo el menaje y utensilios de cocina que me
regalaron cuando tendría nueve o diez años. Era una preciosidad de aluminio anodizado, hasta los vasos, de diferentes colores, rojo, azul, dorado, plateado. Jugué
muchísimo a las cocinitas y los guisos, pero no me ha dejado impronta, debí dejar en la infancia ese afán cocinero porque no me gusta nada, pero nada, nada cocinar.

El barco pirata y el fuerte, no de Comansi sino de Playmobil, los he disfrutado muchísimo cuando se los he regalado a mi hijo. Hemos tenido al séptimo de caballería
casi al completo, hemos surcado, la bañera y después las piscinas con el barco y ahora me dedico a montar un belén de Playmobil, en recuerdo a los buenos
momentos que hemos pasado jugando con estos muñequitos.

Los que dice Vorimir de He-man, también los he jugado, a través de mi hijo, con un Skeletor y sus secuaces como equipo contrario (o sea el mío) en unos partidos
de futbol tremendamente disputados, recuerdo a un muñeco, especialmente horroroso, que toda la cabeza era un ojo y a ese lo ponía de portero, por la buena vista.
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¿Por qué razón escriben los escritores? No lo saben muy bien, pero se darían cuenta si supieran que algún día, en la soledad de una habitación silenciosa llena de cosas de abuela, una niña abrirá su libro y quedará fascinada por lo que encuentra dentro.

Urogallo · Registrado: 15 Oct 2006 Mensajes: 21722 Ubicación: La Ferriére

Masters del Universo, y mi última saga antes de entrar en la edad adulta: Los GI JOE.

Aunque la baronesa ya era un entrenamiento para la pubertad.

Bien mirado, era baronesa, como las condesas de Hong-Kong.

Respecto al barco pirata de los clics, los de Playmobil estaban tan avanzados que vendían un kit de actualización por si querías convertirlo en... ¡ Bergantín inglés !

Y los muñecos más molones, y a la vez más inútiles: Los casacas rojas. Supuestamente eran enemigos de los piratas. Algo absurdo para cualquiera que viése una peli de piratas de las de los sábados por la tarde: El enemigo natural de un pirata no podía ser un inglés, puesto que todos los piratas eran británicos.

Pero el brillo cruel y temible de sus bayonetas te hacía olvidarlo todo.
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—Tienes la palabra de un oficial romano —dijo—. Vale más que un juramento.-