momper
Registrado: 14 Dic 2008 Mensajes: 4739 Ubicación: el chacuatol
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Publicado: Dom Oct 18, 2009 1:32 am Título del mensaje: Diario de Bergen-Belsen |
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Diario de Bergen-Belsen 1944-1945, de Hanna Lévy-Hass.
Hanna, una maestra judía yugoslava que colaboraba con los partisanos, fue deportada al campo de Bergen-Belsen en 1944. Allí, en huelga decir qué condiciones, consiguió anotar sus impresiones de la vida (muerte más bien) en el campo con una lucidez asombrosa. Sus apenas noventa páginas tienen una extraordinaria enjundia: nos hablan de la degradación en circunstancias degradantes, de la sevicia de los verdugos, de la inconcebible miseria cotidiana (material y moral). Es conmovedor leer estas reflexiones hechas en medio del horror y que nos revelan mucho sobre la naturaleza humana.
Les copio algunos fragmentos:
30-8-44 [...] Y, evidentemente, todo ello insultando y abrumando sin cesar a sus víctimas con los peores ultrajes, hasta el punto de que uno se pregunta si esos individuos serán capaces, en su vida privada, de hablar tranquilamente y de comportarse como seres humanos.
[...]
El espectáculo es penoso... Sobre todo cuando se ve a los ancianos y a las ancianas, como los de nuestros países del sur, tiritar de frío y de angustia ante un prusiano barbilampiño, ante un criminal. Toda una existencia humana, sencilla y honesta, largos años ocupados, en la mayoría de los casos, en una labor honrada y en el respeto humano tradicional... y nos vemos obligados a estar plantados firmes ante unos depravados que nos escupen a la cara su rabia demente, pisotean nuestra alma y nuestra dignidad.
1-9-44 [...] Y aquí estoy, de pie, delante de la cama; observando todo esto y reflexionando. Me estrujan. Me zarandean, rodeada de gritos y basura. No sé dónde colocarme, dónde meterme para no molestar a los demás ni a mí misma. No sé qué hacer con mi cuerpo.
8-11-44 [...] Reflexiono, quiero hacerlo... y no recuerdo nada. Como si no se tratase de mí. Todo se ha borrado de mi memoria. Durante las primeras semanas, aún estábamos vinculados interiormente, aunque fuera poco, a la vida de antes, aún sentíamos el placer de los sueños, de los recuerdos. Pero la vida indigna y deshonrosa del campo nos ha escindido de todo con tal brutalidad que cualquier esfuerzo moral para alejarnos de esta oscura realidad, por leve que sea, acaba convirtiéndose en algo grotesco, en una tortura inútil. |
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