Celebramos ayer el segundo «Cervezas y libros » de la temporada. Tema: «La paciencia de ser escritor». Lugar, El Caldito, como siempre. Y como siempre tuvimos la suerte de tener entre nosotros tres invitados de lujo: Manu Espada (Fuera de temario), Alberto de Frutos (La soledad dejó de ser perfecta) y Miguel Baquero (Vidas elevadas), tres autores con una interesante trayectoria en el mundo de la literatura. También estuvo con nosotros (es la tercera vez, se ve que creamos adicción) Mariano Vega, que en esta ocasión tuvo la amabilidad de ejercer como maestro de ceremonias.

La cita era, como de costumbre, a las 19:00. Tras el animado coloquio inicial en la barra de El Caldito, bajamos a eso de y media al salón para comenzar con el acto en sí. Mariano nos presentó a los autores invitados con el ánimo y el buen humor que le son propios, comentándonos brevemente su trayectoria profesional en el mundo de la escritura, y luego tomaron ellos mismos la palabra para hablarnos un poco de sus inicios, de qué entendían ellos por ser escritores, de la necesidad de dejarse llevar por la palabra escrita bien como entretenimiento, como forma de evasión, o por simple pulsión interior.

Y de ahí pasamos al coloquio en sí, interesantísimo como siempre, con una animada participación del público, que esta vez era como una pequeña familia. La conversación pronto desbordó el cauce del tema en sí y acabó convirtiéndose en un completo análisis del mundo de la literatura desde distintas perspectivas, análisis realizado en esta ocasión desde el punto de vista del autor y de sus experiencias, tanto positivas como negativas, abarcando todos los campos imaginables: relación con el editor y la editorial, con otros escritores, con el mundo digital, perspectivas del autor novel…  sin olvidarnos de las mil y una anécdotas que fueron saliendo de todo aquel que tenía algo que contar. Que, por suerte, ayer fueron casi todos los presentes. Estos encuentros, en sí mismos, cada vez tienen una mayor riqueza. El diálogo, sin usar estúpidos eufemismos, es una fuente inagotable de reflexión cuando hay cosas que decir, que compartir, cuando uno quiere escuchar. Y los tres autores, cada uno distinto en su estilo, aportaron mucho. Muchísimo. Nos quedamos, además, gratamente sorprendidos: el mundo es un pañuelo, y los tres guardan relación con Hislibris y algún que otro hislibreño, y más de uno de nosotros conoce a estos autores en mayor medida de lo que se imagina.

En resumen, una tarde muy agradable e interesante en la que compartimos experiencias y aprendimos cosas nuevas. Se nos fue la hora, como siempre, y acabamos a las mil. No deja de ser curioso cómo se escapa el tiempo, cómo vuela sin que nos demos cuenta, cada vez que nos reunimos, cerveza en mano,  para hablar, entre amigos, de nuestros amigos los libros.

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Esta entrada fue enviada el jueves, 24 dEurope/Madrid noviembre dEurope/Madrid 2011 a las 11:36 y está archivada bajo Varios. Puedes seguir las respuestas a esta entrada a través de la fuente RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o trackback desde tu propia página.