UN CIERVO EN LA CARRETERA – Alberto Martínez
Allá por mediados de febrero, acudí a la presentación de un libro de relatos que iba a tener lugar bajo la batuta de un buen amigo y escritor. Su autor, zaragozano de pro y, según pude comprobar después, un auténtico enamorado de la historia y del fluido y buen uso del vocabulario, presentaba un libro que reúne un conjunto de relatos, algunos cortos, de apenas media página, y otros más desarrollados, casi todos ellos con un evidente sesgo histórico. Por cierto, antes de nada, debo llamar la atención a la magnífica cubierta de este libro, diseñada por el navarro Agustín Ferrer Casas, autor del cómic titulado Mies, dedicado a la figura del arquitecto Mies Van der Rohe y reseñado en esta web.
En apenas ciento setenta páginas, Alberto nos enmarca a unos personajes históricos y otros anónimos, situados en diferentes épocas y lugares, desarrollando pequeñas y anecdóticas historias, en las que el humor, la curiosidad de los hechos contados y los detalles relatados, atrapan al lector sin remedio. Llaman la atención media docena de ellos por su extensión y calidad literaria. Una de las características que más me han gustado de ellos es la capacidad descriptiva y narrativa con la que el autor es capaz de aportar gran cantidad de información en tan pocas páginas. El extenso uso de vocabulario utilizado y la inclusión de expresiones populares, aportan riqueza a la hora de describir, con cierto gracejo y desparpajo, algunos hechos tan dramáticos como los desarrollados en los relatos. Son especialmente reseñables algunos, como el localizado en la minas del Potosí, o el que relata un robo en una necrópolis ibera, o el que describe los últimos minutos de vida del torero Joselito el Gallo, o el impresionante relato protagonizado por el almirante Carrero Blanco antes del atentado en el que su muerte. A estos que, sin duda, son mis favoritos, se unen otros, como el protagonizado por el Cardenal Mendoza y la reina Isabel la Católica, o el que cuenta los momentos previos a una batalla de los conquistadores españoles en México, o el desarrollado en las oscuras calles de Whitechapel en el Londres victoriano, o el trágico relato desarrollado en un matadero tras la Guerra Civil española.
Como bien se describió Alberto, en aquella presentación a la que acudí, su pasión es la creación de relatos y, ante la dificultad de encontrar una editorial dispuesta a apostar por su obra, no tuvo más remedio que acudir al crowdfunding, mediante el que hizo realidad su sueño de publicar el presente libro. En mi caso, debo decir que he disfrutado mucho de su lectura, de lo variopinto de sus relatos y de la indudable preparación previa realizada por el autor, en lo referente al contexto y datos históricos aportados. Su ágil estilo narrativo unido al desparpajo en su manera de escribir, aúnan a la perfección la anécdota del hecho contado con el contexto social, cultural e histórico en el que se desarrolla el relato, con lo que presenta al lector el marco perfecto mediante el que contar lo que quiere contar y, lo que es más importante en este caso, el cómo lo quiere contar… El relato es su terreno y se nota.
Alberto Martínez, Un ciervo en la carretera. Libros.com, 2019, 180 pp.
«Un ciervo en la carretera» es finalista del premio Setenil a mejor libro de relatos publicado en España. Para todos los que estéis interesados, podéis encargarlo en la página de la editorial en formato físico o digital, o en vuestra librería más cercana.
https://libros.com/comprar/un-ciervo-en-la-carretera/
Me recomendó el libro un amigo y enseguida me atraparon los cuentos. Los relatos más breves som como piezas de orfebrería, pero con los que más disfruté son con los relatos largos, sobre todo Jaque a la Reina, que es una partida de ajedrez entre Isabel la Católica y el cardenal Mendoza. La ambientación es extraordinaria y el estilo y las tramas se nota que están muy cuidadas.
Totalmente de acuerdo. Sus relatos son una delicia.
Como siempre Íñigo, muy buena reseña. La verdad es que desconocía el título, pero tiene mucha pinta de ser interesante.
Se lee en un plis plas y es una gozada de lectura, sobre todo si te gustan los relatos históricos.
Delicioso librito que disfruté mucho, sobre todo por lo bien escrito y lo destacado de sus micro-relatos. Tuve la suerte de conocer a su autor, todo un dinamizador del ambiente escritor de su zona.
Si señor, muy majete y con buena conversación.
Una gozada de libro…ameno, y con un punto satírico burlesco que enamora.